sábado, 27 de mayo de 2017

Crítica: Get Out (2017)


Debut tras la cámara del director Jordan Peele, quien además es el escritor del guión. La película se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos el pasado mes de febrero, mientras que a México llegó durante este fin de semana. Recaudando hasta la fecha $230.8 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Chris (Daniel Kaluuya) es un chico afroamericano a quien le llegó la hora de conocer a los padres de su novia blanca durante todo el fin de semana en su aislada casa dentro del bosque. Su mayor temor es el tema racial, pero a sus anfitriones eso no parece generarles problema; sin embargo, toda esa fachada amistosa pronto se convertirá en una auténtica pesadilla.



Comentarios generales:

Un director novato que se involucraba en un género ajeno al suyo y que, además, tocaba temas raciales en un ambiente como el que se vive actualmente parecía una combinación destinada a fracasar de la manera más miserable posible. De hecho, solo con su trailer era muy claro que Get Out podía ser un hit or miss gracias a que daba la sensación de que este revelaba demasiados detalles importantes de su trama, pero después de verla te queda claro que eso era solo una pequeña probada de algo mucho más loco de lo que te podías esperar.

Y es que en su debut Peele sorprende de manera agradable al contarnos una historia cargada de crítica social, pero a la vez mezclada con muchísimo misterio y ciertos toques de humor muy bien condensados que sirven como un escape oportuno dentro de este tema que para algunos podría resultar algo incomodo. Sobre todo dentro de un primer acto donde este aspecto es mayormente explotado para generarle no solo una sensación de incomodidad a nuestro protagonista, sino también para ir construyendo la particular atmósfera que se va a mantener por el resto de la película, ya que más allá de la fachada de familia feliz es claro que siempre existe un riesgo latente y el director se encarga de que todo el tiempo el personaje de Chris la experimente, pero sin saber exactamente cuál riesgo es ese considerando que simplemente se pueden tratar de personas racistas haciendo un pobre esfuerzo para ocultar su desagrado.

Hasta este punto realmente las cosas parecen seguir un camino muy descifrable, pero en ningún punto sientes que lo que estás viendo sea aburrido o pesado; de hecho, con cada detalle presentado la intriga por saber cuáles son los oscuros planes que hay detrás se incrementa. Mucho más porque cuando da inicio la reunión el nivel de extravagancia y rareza aumentan de manera muy marcada, convirtiendo así cada escena con Chris en una en donde literalmente piensas cualquier escenario adverso al ver como se encuentra rodeado de personas que lo tratan prácticamente como un animal exótico.

Simplemente es una tensión constante que es difícil de explicar, la cual además está en su mayoría sustentada por expresiones faciales potentes y comportamientos exóticos que, una vez revelado el secreto principal, encajan a la perfección con algo que sin duda es absurdo pero funciona para los propósitos de esta historia.
   
La parte final es por mucho la más violenta, no a niveles extremos, pero si con la suficiente sangre para crear un desenlace satisfactorio de ver por la dinámica que esto provoca. Toda la tensión previamente contenida aquí explota y eso hace que se sienta con bastante fuerza.

Las actuaciones en general son muy buenas, Daniel Kaluuya está estupendo, pero Allison Williams (Rose), Catherine Keener (Missy), Bradley Whitford (Dean) y Betty Gabriel (Georgina) también merecen elogios; además de que LilRel Howery (Rod) aportando la parte cómica está muy bien. La producción es de buena factura: el trabajo de fotografía es estupendo, la dirección de arte cumple, cuenta con un muy buen score, el trabajo de sonido es sólido y lo referente a efectos/maquillaje es discreto.

Opinión final: Get Out es una propuesta fresca manejada de forma muy inteligente. Una seria contendiente para ser la mejor película del año.

Ojometro:
*****

martes, 23 de mayo de 2017

Crítica: Awakening the Zodiac (2017)


Película dirigida por Jonathan Wright (Nostrum), quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Jennifer Archer y Mike Horrigan. Salió en VOD a inicios de mayo dentro de los Estados Unidos, donde además tendrá un estreno limitado en cines durante el mes de junio; aunque no hay información sobre si llegará a otros mercados o si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

En 1968 uno de los asesinos seriales más sanguinarios en la historia de los Estados Unidos desapareció sin dejar rastro. Su identidad ha sido un misterio por décadas, pero cuando una pareja de caza fortunas encuentra una vieja cinta que muestra uno de sus asesinatos su leyenda correrá un gran riesgo de ser destruida.



Comentarios generales:

El asesino del zodiaco es una figura con tanto misterio detrás que realmente sorprende que no se realicen más películas sobre este año tras año considerando que básicamente todos los elementos están ahí para hacerlas. Tal vez sea porque es un caso analizado hasta el cansancio y difícilmente se pueden agregar cosas nuevas, o tal vez el no saber la verdadera identidad del asesino frena cualquier intención; sin embargo, se trata de un figura infame que vende y con Awakening the Zodiac parecía que por fin tendríamos una película un poco más atrevida en ese sentido, pero al final resultó ser algo muy estándar.

La verdad lo que nos regalan Wright y compañía es un thriller sin muchas complicaciones que por momentos ni siquiera parece que trate sobre el asesino del zodiaco, ya que con excepción de la escena inicial, todo el primer acto se centra en los problemas económicos de esta pareja que pretenden resolver de la manera más simple posible. Como producto de esto salen a relucir los asesinatos y a partir de ahí es cuando todo lo relacionado a la investigación toma un poco más de relevancia, pero sin resultar muy interesante de ver debido a que nunca se utilizan de manera importante los elementos ya conocidos. Provocando así que los intentos iniciales por querer generar un gran misterio no sean tan efectivos.

Es hasta el segundo acto cuando se presentan situaciones un poco más interesantes, principalmente porque se empieza a jugar con el temor de los personajes y a crear situaciones que logren añadir un suspenso sólido para que así se logre sentir que lo que hacen en verdad los pone en peligro. Lo malo es que bajo el ritmo que se utiliza y la poca presencia del asesino estos intentos no resaltan demasiado, incluso por varios lapsos es evidente que se alargan de más aspectos que no lo necesitaban; además de que el comportamiento paranoico de todos los involucrados resulta muy poco creíble considerando que no llevan ni una semana realizando su investigación.

La parte final es entretenida. Un tanto acelerada, pero me gustó que se atrevieran a darle una cara al asesino y que en base a esto construyeran un desenlace dinámico en donde la acción y algo de sangre fueran el principal sustento; aunque no fui muy fan del final abierto.

Las actuaciones de Shane West (Mick) y Leslie Bibb (Zoe) cumplen con lo requerido, mientras que Matt Craven (Harvey) es quien le añade un poco más de chispa a ciertas escenas que sin su presencia hubieran resultado completamente huecas. La producción está bien cuidada, pero no es nada del otro mundo: tiene un buen trabajo de fotografía, la dirección de arte es discreta, el score es agradable, el trabajo de sonido cumple y todo lo referente a efectos/maquillaje está bien hecho.

Opinión final: Awakening the Zodiac está ok. Es un thriller muy básico que se queda corto en muchas cosas, pero que podrá parecerle interesante a unos cuantos.

Ojometro:         
***

viernes, 19 de mayo de 2017

Crítica: Hangman (2016)


Película dirigida por Adam Mason (The Devil's Chair, Blood River), quien además comparte créditos junto a Simon Boyes como co-escritor del guión. Se estrenó dentro de los Estados Unidos durante el 2016, pero a Latinoamérica llegó el pasado 5 de mayo por medio de Netflix.

Sinopsis:

Al regresar de sus vacaciones la familia Miller se encuentra con la desagradable sorpresa de que alguien entro a su casa. Después de que las autoridades no encontraran nada, todos tratan de continuar con sus vidas, pero ninguno de ellos sabe que eso solo fue el inicio de una auténtica pesadilla.



Comentarios generales:

La verdad no tenía idea de Hangman, se me pasó completamente de largo durante el año pasado y de no ser por los avisos de Netflix ni me hubiera enterado de su existencia, pero ya que estaba disponible no dude en darle una oportunidad. Lo cual terminó siendo un gran error no solo porque su premisa es realmente absurda y poco creíble, sino porque además me hizo experimentar un retroceso en el tiempo; justo a 2009, cuando Paranormal Activity recién estaba definiendo la fórmula que le dio tan buenos resultados.

Y es que no voy a mentir, lo que nos trae Mason bien podría pasar por una entrega más de la polémica franquicia debido a que sigue prácticamente la misma estructura y método de exposición, pero con la diferencia de que aquí la amenaza no es algo sobrenatural. Un detalle que juega de manera positiva a su favor al menos en el inicio debido a que se trata de una situación que le puede ocurrir a cualquiera y la idea de ver a un asesino rondar por la casa como le plazca genera cierta perturbación interesante.

El problema es que ese efecto no dura mucho y una vez que se empieza a mostrar la cotidianidad de la familia las cosas se vuelven sumamente aburridas al seguir un patrón automático que difícilmente cambia, el cual consiste en: el asesino los espía de noche, come algo, amanece, ellos se van de la casa, él se queda ahí o sigue a alguna de las mujeres. Eso es todo lo que ocurre durante casi 70 minutos, no hay ningún tipo de susto o alguno que otro momento de tensión palpable; de hecho, con el paso del tiempo se vuelve cada vez más risible al ver todas las libertades que el asesino se toma sin ser detectado y los problemas absurdos que le provoca a la familia sin razón alguna. Volviendo casi imposible el comprender por qué hace todo esto.

Tal vez lo más rescatable son los últimos cinco minutos, justo cuando nuestro villano decide que es hora de dejar de ocultarse. Es por mucho la parte más intensa e incluso algo cruda, pero dura tan poco y termina tan de golpe que al final no es suficiente como para justificar todo el aburrimiento previo.

Las actuaciones son lo que uno ve en esta clase de trabajos, nada para resaltar; aunque la química entre la familia protagonista no se siente falsa y eso es plausible. La producción igual es estándar: un trabajo de edición cumplidor, buena iluminación, trabajo de sonido limpio y algunos efectos mínimos a los que no se les puede criticar mucho.

Opinión final: Hangman es bastante mala. Un found footage del montón que por momentos hace ver a Paranormal Activity como una película de acción.

Ojometro:
**

martes, 16 de mayo de 2017

Crítica: Capture Kill Release (2017)


Película dirigida por Brian Allan Stewart y Nick McAnulty, siendo este último además quien escribió el guión. Salió directamente en DVD y VOD el pasado 7 marzo dentro de los Estados Unidos, pero todavía no hay información sobre si llegará a otros mercados. 

Sinopsis:

Una joven pareja planea asesinar a una víctima al azar solo por los deseos de experimentar dicha sensación, pero las cosas se complican cuando uno de ellos decide que no quiere hacerlo. 



Comentarios generales:

Encontrarse propuestas diferentes dentro del found footage no es fácil, eso es algo que todos sabemos, así que cuando una película empieza a recibir elogios dentro de la propia comunidad difícilmente va a pasar desapercibida y será objeto de un escrutinio importante gracias a la marcada animadversión que existe hacia dicho subgénero. Lo cual probablemente sea el caso con Capture Kill Release,  una película que ofrece algo ligeramente distinto pero que debido a su propia naturaleza nunca terminará por convencer a un gran sector del público.

Y es que lo que nos regalan Stewart y McAnulty en realidad es algo básico que nunca pretende elaborar las cosas más de lo que es necesario; de hecho, cuando da inicio lo que uno ve es una historia similar a otras tantas que no provoca gran sorpresa hasta que de manera contundente se te empieza a revelar que esta amorosa pareja está planeando realizar un asesinato. Lo cual inmediatamente hace que tu interés se incremente y la dinámica entre ambos personajes se vuelva perturbadora de ver gracias a la naturalidad con la que planean cada situación o discuten sobre los criterios que cada uno tiene para elegir a la víctima, esto mientras se nos van integrando ciertos conflictos originados por las personalidades de cada uno.

Realmente hasta aquí la película avanza sin muchos contratiempos, el ritmo es ágil y la expectativa por ver si su plan va a funcionar o no está ahí; sin embargo, mientras se desarrolla todo esto siempre se tiene una pregunta en la cabeza: ¿Por qué lo hacen?. Una que tristemente nunca responden en el segundo acto y eso mismo va afectando poco a poco a la historia porque al no tener esta aclaración se empieza a sentir cierto vacío en lo que estos personajes hacen e incluso se nota como se trata de desviar la atención del espectador por medio de cosas como la inclusión de vídeos de la protagonista cuando era niña o una escena que involucra a un gato. Momentos diseñados principalmente para apantallarte por su comportamiento, pero los cuales resultan irrelevantes porque no hay elementos suficientes como para comprenderlo de manera adecuada.

La parte final cumple. La crudeza que tanto se nos estuvo vendiendo se da con el asesinato y la tensión entre la pareja hace que el proceso resulte siempre intrigante dado a que en todo momento existe la sensación de que las cosas se pueden salir de control. Aunque, por otra parte, se decide alargar de manera innecesaria la conclusión y eso elimina un poco el impacto que se había generado.

En el tema de las actuaciones tanto Farhang Ghajar como Jennifer Fraser están bien, logran mostrar una buena química en pantalla y, sobre todo ella, un nivel de locura muy creíble. La producción es muy discreta como era de esperarse: está bien editada, el trabajo de sonido es muy limpio y los pocos efectos con los que cuenta cumplen su propósito sin mayor contratiempo.

Opinión final: Capture Kill Release está ok. Un found footage que resalta por su perturbadora naturalidad, pero al que le falta un poco más de contenido.

Ojometro:
***