martes, 21 de agosto de 2018

Crítica: The Nursery (2018)


Película dirigida por Jay Sapiro y Christopher A. Micklos, este último siendo además el responsable de escribir el guión. Se estrenó directamente en VOD y DVD dentro de los Estados Unidos el pasado 5 de junio.

Sinopsis:

Cuando Ranae (Madeline Conway) acepta el trabajo de niñera de una familia con un pasado trágico, una noche supuestamente tranquila se convertirá en una confrontación con un horror inimaginable.



Comentarios generales:

Hace poco hablaba sobre como el ver nombre de Gravitas Ventures al inicio de una película para mí no era buena señal, pero ese no es el único caso que provoca esto debido a que en la actualidad existen otras distribuidoras con las que me pasa lo mismo. Una de ellas es Uncork'd Entertainment, cuyo catálogo es mucho más extenso y en el cual hay algunas joyas que he alabado; sin embargo, en años recientes se han convertido en la distribuidora por excelencia de las peores películas que se puedan ver y The Nursey indudablemente se unirá a esa infame lista.

Y es que lo que nos regalan Micklos y Sapiro en todo momento deja en evidencia que se trata de su primer largometraje, no solo por lo horrible que se ve todo, sino también por lo débil de su historia. Una que durante por lo menos durante el primer acto no cuenta con absolutamente nada de interés al conformarse de situaciones genéricas que por breves lapsos se ven interrumpidas por extrañas decisiones de edición y algunos sustos fáciles diseñados para darle exposición al elemento sobrenatural que por grandes lapsos se queda olvidado entre las interacciones de este grupo de jóvenes que en ningún momento fluyen de manera adecuada.

Nunca hay una buena química entre ellos y eso hace que todo lo que ves se sienta forzado, provocando así que cada situación diseñada para ir incrementando la sensación de terror no funcione y se magnifique mucho más ante el hecho de que realmente uno se encuentra totalmente en blanco con respecto a la amenaza. Una que hasta este punto es solo una copia barata de Sadako/Samara, de quien pretenden explicarte todo por medio de una investigación en internet de cinco minutos para que así se inicie una serie de muertes que carecen de impacto y visualmente resultan incomodas de ver por la horrible elección de colores que se manejan.

La parte final es un desastre. No diría que eso me sorprendió si consideramos que todo lo previo fue muy malo, pero por lo menos esperaba algo con más de intensidad que hiciera del confortamiento decisivo entretenido y no la conclusión convenientemente blanda que presentan.

Con respecto a las actuaciones me puse a investigar un poco más sobre el elenco y prácticamente todos son actores novatos, algo que se nota inmediatamente gracias a que son pésimas. La producción tampoco tiene nada que se salve: el trabajo de fotografía es horrible, el score genérico, el trabajo de sonido tiene fallos, los efectos no lucen nada bien y la poca labor de maquillaje con la que cuenta es hasta cómica.

Opinión final: The Nursery es extremadamente mala. Evítenla.

Ojometro:
*

viernes, 17 de agosto de 2018

Crítica: Elizabeth Harvest (2018)


Película escrita y dirigida por Sebastián Gutiérrez (Rise). Se estrenó en VOD y de manera limitada en cines dentro de los Estados Unidos el pasado 10 de agosto, pero todavía no hay información sobre cuándo saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Elizabeth (Abbey Lee) se acaba de casar con un brillante científico (Ciarán Hinds) que se la lleva a vivir a su espectacular casa. Ahí contará con todos los lujos posibles y podrá hacer uso de esta como le plazca, salvo por una misteriosa habitación en la que tiene absolutamente prohibido entrar.



Comentarios generales:

Cuando una película empieza a ser comparada con la magnífica “Ex Machina” obviamente va a llamar la atención, es una comparación que difícilmente se puede ignorar y a la vez termina generando expectativas mucho más altas de las que debería. Una situación sin duda perjudicial debido a que cada trabajo tiene intenciones distintas y añadirle esa carga extra solo complica las cosas, lo cual sin duda es el caso con Elizabeth Harvest.

Esto porque, más allá de las similitudes que pudiera llegar a tener con la película de 2015, es claro que Gutiérrez tiene otra clase de inspiración (Argento) con la que construye una historia distinta que se sustenta mucho más en lo visual y lo cual en los casi 105 minutos que dura termina salvándola en diversas ocasiones. Algo que durante el primer acto no te imaginas que vaya a ocurrir ante lo bien logrado que resulta, ya que aquí el director rápidamente logra establecer una sensación de incertidumbre importante y, cuando revela el misterio, lo hace con muchísima fuerza para hacerte suponer que te encuentras ante una experiencia muy violenta.

Suposición que resulta errónea no tanto porque no cuente con escenas violentas (que las hay), sino porque una vez que se da un suceso trascendental la película se vuelve mucho más un thriller con ideas débilmente definidas que poco a poco van afectándola. De pronto lo que inició con un ritmo ágil se estanca al grado de volverse tedioso y gracias a ello es que se empieza a recaer en lo visual para tratar de que el espectador se distraiga con una estética muy bien lograda mientras se le dan muchas vueltas a un tema que nunca termina por sentirse como algo que vaya desarrollándose de manera orgánica.  

A pesar de esto la parte final sale bien librada. Para este punto ya es evidente que hay varios minutos de sobra pero gracias a una revelación en particular se le brinda cierta frescura a una dinámica que ya no daba para más y que al menos si ofrece una conclusión, no solo con algo de sangre, sino con cierto factor sorpresa.

En cuanto a las actuaciones la verdad se trata de una película con buenos trabajos, tanto Ciarán Hinds (Henry) como Carla Gugino (Claire) y Matthew Beard (Oliver) en sus roles secundarios cumplen a la perfección; sin embargo, Abbey Lee como la protagonista no me terminó por convencer. Su personaje tiene ciertas restricciones, eso es claro, pero cuando tiene que empezar a reflejar más emociones nunca puede hacerlo; quedándose con una expresión de zombie permanente.

La producción es de nota alta: el trabajo de fotografía es estupendo, la dirección de arte es sólida, el score es muy bueno, el trabajo de sonido se encuentra bien cuidado y todo lo referente a efectos/maquillaje es mínimo.

Opinión final: Elizabeth Harvest está ok. Es otra de esas películas que van a dividir mucho a los fans que por lo menos merece una oportunidad.

Ojometro:
***

martes, 14 de agosto de 2018

Crítica: Family Blood (2018)


Película dirigida por Sonny Mallhi (Anguish), quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Nick Savvides. Se estrenó directamente en Netflix a nivel mundial durante el mes de mayo, pero todavía no hay información sobre si llegará a salir en formato físico.

Sinopsis:

Ellie (Vinessa Shaw) es una adicta en recuperación que se muda con sus hijos a otra ciudad para iniciar una nueva vida. Sin embargo, su lucha por mantenerse limpia dará un giro cuando conozca a un misterioso individuo cuya adicción es algo totalmente distinto y la cambiará por siempre.



Comentarios generales:

Hacer cine de vampiros en la actualidad es algo arriesgado, la gente sigue muy molesta después de la ridiculización que estos sufrieron hace diez años atrás y prácticamente cualquier cosa que no sea regresar a los orígenes suele ser muy cuestionado. Esto provoca que las películas tengan un panorama complicado desde que son anunciadas, es algo que sigue siendo muy común y definitivamente Family Blood no será la excepción.

Esto porque lo que nos regala Mallhi es un trabajo que pretende tratar el tema de los vampiros desde un escenario mucho más humano y no tanto bajo los elementos sobrenaturales que estos traen adheridos por naturaleza, enfocándose principalmente en los problemas de una madre cuya vida es de todo menos sencilla. Situación que provoca que las cosas tengan un ritmo lento desde muy temprano y que, por lo menos durante unos 25 minutos, la película ofrezca poco atractivo para el espectador al enfocarse en problemas familiares y adolescentes que brindan contexto, más no demasiadas cosas para destacar.

Es hasta que se pasa este punto cuando el interés se eleva, principalmente porque se empiezan a integrar elementos ligados con los vampiros de manera profunda para dar inicio con la transformación de Ellie. Una que cuya progresión es lenta y que está lejos de ser algo espectacular, pero que logra de manera acertada el empezar a generar esa sensación de peligro constante ante su inestabilidad, lo cual además ayuda a que el tono se vuelva uno mucho más oscuro y se logren realizar ciertos sustos fáciles que de inicio resultan efectivos.

Lo malo es que esto no dura demasiado. En gran medida porque el director abusa de dichos sustos para tratar de mantener un nivel de tensión constante, pero también porque incluso con este ritmo pausado hay situaciones que se sienten aceleradas y hacen que el proceso de asimilación por parte de sus hijos no sea natural, sino más bien forzado por la manera tan rápida en la que se adaptan a una situación tan anormal.

Esto hace que la llegada a la parte final no sea la mejor, aunque eso no quita que sea entretenida. Principalmente porque la violencia con la que cuenta añade la dosis de sangre suficiente sin tener que salirse del enfoque humano que se manejó durante todo el metraje, haciendo del desenlace uno bastante adecuado para lo que vimos.

En cuanto a las actuaciones creo que Vinessa Shaw no lo hace nada mal, su lenta transformación es bastante interesante de ver y su cambio radical resulta convincente; aunque si siento que James Ransone (Christopher) está algo desaprovechado. La producción es discreta: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte no tiene mucho que destacar, cuenta con un buen score, el trabajo de sonido está bien cuidado, los efectos son sencillos y la labor de maquillaje es sobria.

Opinión final: Family Blood está ok. Definitivamente va a generar división por su ritmo, pero no creo que esté de más darle una checada.

Ojometro:
***

viernes, 10 de agosto de 2018

Crítica: The Rake (2018)


Película dirigida por Tony Walsh, quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Jeremy Silva. Se estrenó directamente en DVD y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 5 de junio.

Sinopsis:

Después del asesinato de sus padres 20 años atrás, los hermanos Ben (Stephen Brodie) y Ashley (Shenae Grimes-Beech) vuelven a reencontrase en la casa de su hermana adoptiva. La intención es tratar de pasar una noche agradable, pero pronto los traumas de ella empezarán a desencadenar  situaciones que hacen suponer que aquello que tomó la vida de sus padres no ha terminado con su familia.



Comentarios generales:

El cine de terror cuenta con películas cuyos propósitos son diferentes: están las que buscan generar mucho dinero, las que buscan más exposición que otra cosa y luego existen aquellas que simplemente necesitan salir porque si. En esta última categoría parece que se encuentra The Rake, un trabajo del que no se sabía mucho y cuya promoción fue prácticamente inexistente hasta como una semana antes de su salida; señal clara de que nadie quiso arriesgar su dinero de manera importante y después de verla uno entiende el porqué de esto.

Y es que lo que nos regala Walsh es una película engañosa en la que durante los primeros diez minutos (sin duda los mejores) te venden algo que capta tu atención de inmediato a pesar de no ofrecer demasiada información con respecto a la trama o un background del ente responsable, haciéndote suponer que te encuentras ante una experiencia extrema. Lamentablemente eso solo es una fachada porque una vez pasado esto la historia se vuelve demasiado aburrida al ser básicamente una serie de interminables platicas que, muy de vez en cuando, se ven interrumpidas por situaciones a las que cuesta trabajo encontrarles sentido ante el poco esfuerzo por brindar algo de profundidad a lo que supuestamente ha sido el detonante.

En verdad todo se siente vacío y durante el segundo acto se pone peor, no solo porque el ritmo manejado resulta contraproducente, sino porque además los constantes intentos por querer generar tensión entre los personajes resultan fallidos una y otra vez. Simplemente las interacciones entre estos nunca se sienten naturales, son planas, lo cual provoca que los momentos planeados para elevar la intensidad ante la carencia de suspenso te resulten indiferentes. Sobre todo cuando empieza a ser evidente que no existe demasiada urgencia por aclarar dudas naturales que se van generando con el paso de los minutos.

Lo más entretenido llega en la parte final, justo cuando todo el caos empieza a complementarse con violencia y sangre. Con esto no quiero decir que de pronto lo que ocurre en pantalla empiece a tener sentido, eso no pasa en lo absoluto, pero por lo menos al contener estos elementos la sensación de aburrimiento previo se aligera al ver algunas muertes que añaden impacto y hacen un poco más digerible el desenlace totalmente hueco que presentan.

De las actuaciones no diría que son terribles, están decentes, más que nada porque los actores tampoco cuentan con mucho material para lograr algo mejor. La producción es de baja calidad, salvo por un par de cosas: el trabajo de fotografía es pobre, la dirección de arte insípida, el score es bastante genérico y el trabajo de sonido es demasiado inconsistente; aunque los efectos y la labor de maquillaje no están nada mal.

Opinión final: The Rake es bastante mala. Una película desechable cuyo futuro será rellenar programaciones de canales de cable en horarios olvidados.

Ojometro:
**