viernes, 7 de septiembre de 2018

Crítica: Blood Fest (2018)


Película escrita y dirigida por Owen Egerton (Follow). Se estrenó directamente en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 31 de agosto, mientras que su salida en formato físico está confirmada para el próximo 2 de octubre.

Sinopsis:

Tres adolescentes asisten al mayor festival de cine de terror jamás hecho, solo para descubrir que el carismático hombre que lo organiza tiene una diabólica agenda. Ahí las muertes son de verdad y estos chicos, más informados sobre los clichés de las películas de terror que de técnicas de supervivencia, tendrán que mantenerse unidos para poder sobrevivir.



Comentarios generales:

Los festivales suelen ser una de las experiencias que más se disfrutan de joven, no importa si se trata de uno grande o de uno pequeño, simplemente el hecho de estar ahí es algo especial porque todavía no se tienen las reservas que con el paso de los años uno adquiere. Por eso Blood Fest resultaba una propuesta interesante al tratar un tema con el cual muchos se pueden sentir identificados, pero evidentemente llevándolo a un nivel de ridiculez mucho mayor que para mi sorpresa funciona mejor de lo esperado.

Y en gran medida se debe a que Egerton sabe perfectamente que cuando mejor funcionan ciertas cosas en el cine de terror es cuando estas no se toman tan en serio y eso lo aplica aquí, no solo porque se trata de un festival que realísticamente hablando se aleja por completo de cómo son verdaderamente, sino porque la situación que se presenta raya en lo absurdo. Algo que aprovecha para regalarnos una historia que no te da tiempo para pensar demasiado debido a que, salvo por los 15 minutos iniciales, esto se vuelve un caos en el que la sangre y las muertes se hacen presentes de manera rápida para brindar así un primer acto fluido donde este particular grupo de personajes tiene que recurrir a los clichés del género para poder permanecer con vida.

Lo cual da pie a la utilización de ciertos escenarios clásicos con los que se empieza una serie de referencias que no pararán durante un buen rato y que se vuelven parte fundamental en la efectividad de lo que presentan al no ser un simple elemento estético que tenga al espectador distraído. En verdad varias de estas influyen en el desarrollo mismo de la trama al formar parte de situaciones que añaden violencia o, en algunos casos, cierto toque de comedia; generando así un ritmo muy agradable que se mantiene estable y que ayuda a que todos los excesos sean disfrutables sin caer en lo estúpido.

La parte final es donde flaquea. Se añade una sorpresa que tiene una justificación detrás bien pensada que no cambia drásticamente la idea central e integra un nuevo peligro; sin embargo, este no se siente del todo orgánico incluso bajo los estándares presentados y hace que la conclusión sea algo insípida.

Con respecto a las actuaciones no tengo queja, nadie resalta de manera importante pero la dinámica del grupo en general es muy agradable y los estereotipos presentados no resultan fastidiosos. La producción es de buena factura: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte es bastante buena, el score es genérico, el trabajo de sonido está bien cuidado, los efectos cumplen y la labor de maquillaje es correcta.

Opinión final: Bloof Fest me entretuvo. Una película divertida que no se toma en serio con la que, si el espectador hace lo mismo, se pasará un buen rato.

Ojometro:
***

martes, 4 de septiembre de 2018

Crítica: Marrowbone (2017)


Película escrita y dirigida por Sergio G. Sánchez, la cual significa su primer largometraje. Se estrenó en cines dentro de  España a finales de 2017, mientras que en México hizo lo propio de manera muy limitada el pasado mes de julio. Su salida en DVD se dio a inicios de agosto.

Sinopsis:

Un joven y sus tres hermanos menores, quienes han tenido que guardar en secreto la muerte de su querida madre para poder mantenerse juntos, se ven aterrorizados por una siniestra presencia en la casa donde viven.



Comentarios generales:

Cuando vi por primera ocasión el trailer de Marrowbone de inmediato captó mi interés por su elenco y gracias a esto por un tiempo estuvo en mi lista de imperdibles del año pasado. Lamentablemente al ser una producción española el tema de su distribución en este lado del planeta se volvió algo complicado y poco a poco fue quedando en el olvido; simplemente nunca pudo hacer ruido y pasó de noche al menos aquí en mi país, lo cual se entiende bastante después de verla.

Y no es porque lo que nos regala Sánchez sea precisamente malo, no, más bien se debe a que estamos ante una película que en todo momento sufre enormemente por encontrar una personalidad propia y no quedar ante los ojos del espectador como algo genérico más allá de su pulcra presentación. Ya que realmente esta es una historia a la que le cuesta trabajo arrancar gracias a la manera en la que está estructurada y porque se le da más relevancia al drama que a otra cosa, volviendo así bastante tedioso el proceso de ir soltando las piezas que conforman el misterio debido a que todo gira en torno a esta familia cuya vida es, con excepción de su oscuro pasado, aburrida.

Una situación que se va corrigiendo con el pasar de los minutos al darle más tiempo en pantalla al resto de los hermanos para ofrecer interacciones que brinden un poco más de contexto con respecto al salto de tiempo que ocurrió al inicio e ir integrando así los elementos sobrenaturales de cajón. Los cuales no son nada extraordinario y tampoco es que ayuden a construir momentos sublimes, pero al menos funcionan para añadir un nivel de suspenso lo suficientemente efectivo para establecer la amenaza de manera decente.

La última media hora es por mucho lo mejor. Finalmente se deja de lado el ritmo lento predominante para ofrecer cierta agilidad y así empezar a esclarecer las dudas que se te fueron presentando, lo cual deja como resultado un par de revelaciones que le inyectan frescura a pesar de que al menos una de estas es muy predecible.

De las actuaciones no hay mucho que decir, la mayoría son promedio y la única que resalta es la de la siempre eficiente Anya Taylor-Joy (Allie) con todo y que su tiempo en pantalla es realmente limitado. En cuanto a producción es donde se puede decir que tiene sus mayores fortalezas: el trabajo de fotografía es estupendo, la dirección de arte está muy bien cuidada, el score es agradable, el trabajo de sonido limpio y todo lo referente a efectos/maquillaje discreto.

Opinión final: Marrowbone está aceptable. Un thriller estándar que quedará en el olvido con el paso de los meses.

Ojometro:
***

viernes, 31 de agosto de 2018

Crítica: Slender Man (2018)


Película dirigida por Sylvain White y escrita por David Birke. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos el 10 de agosto, mientras que en México hizo lo propio el pasado fin de semana. Recaudando hasta la fecha $34 millones de dólares a nivel mundial en taquilla.

Sinopsis:

En un pequeño pueblo de Massachusetts un grupo de amigas, curiosas por la creepypasta de Slender Man, pretenden probar que este realmente no existe… hasta que una de ella desaparece misteriosamente.



Comentarios generales:

Ante el hartazgo por el found footage, la sobreexplotación del cine de zombies y la cada vez más escasa lista de opciones para hacer remakes, Hollywood se ha volcado a la creepypastas para tratar de encontrar el nuevo hit del género de terror. Sin duda un paso natural ante la abundancia que existe en internet; sin embargo, como ya he dicho antes, estas han demostrado no ser lo suficientemente robustas como para que se adapten de manera exitosa a la pantalla grande y Slender Man solo viene a confirmar esto.

Básicamente estamos ante un checklist de cosas que hemos visto en otras películas y con las cuales un novato dentro del género como White no sabe realmente que hacer, dejando como resultado un revoltijo de ideas que nunca terminan por construir una experiencia agradable. Ya que todo se da de manera acelerada y sin grandes detalles, sobre todo durante un primer acto en el que no se toman el tiempo suficiente como para desarrollar un poco las personalidades de este grupo de chicas y mucho menos de dónde viene todo el tema de Slender Man; dejando así un inicio con una amenaza que es literalmente un plagio a Sadako y una desaparición que no te genera intriga.

Esto último propiciado en gran medida porque no se sabe nada sobre las chicas como para que uno sienta apego hacia ellas, pero también porque la construcción alrededor del mito que se maneja es completamente desangelada y con ideas muy vagas que ni siquiera se atreven a explotar el tema del internet con el cual está estrechamente ligado. Sustentándose en visiones que terminan llevando a nada o en sustos fáciles forzados que nunca ayudan a generar una sensación de peligro adecuada gracias al mal timing con el que se utilizan, lo cual provoca que la historia no se pueda desarrollar de manera fluida ante tanta interrupción que solo enreda un concepto básico al que le añaden más cosas de las que deberían.

La parte final tampoco mejora la experiencia, a pesar de que es la uníca en donde se pretende darle cierta personalidad a Slender Man. Aquí el tema de la locura empieza a tomar relevancia para reflejar el desgaste mental de las protagonistas, llevando así a más visiones huecas y a situaciones sin mucho sentido con las cuales se pretende añadir sorpresa sin grandes resultados.

De las actuaciones solo vale la pena la de Joey King (Wren), sin ella la película hubiera sido mucho peor debido a que es la única que logra ofrecerle algo más de emoción a una dinámica de grupo que nunca se siente natural y en la que abundan las interacciones acartonadas. En el tema de la producción es donde tiene sus cosas más destacadas: el trabajo de fotografía es bastante bueno, la dirección de arte no resalta, el score no está mal, el trabajo de sonido se encuentra bien cuidado y los efectos cumplen. 

Opinión final: Slender Man es decepcionante y muy aburrida. Tal vez sea la mejor película sobre dicha creepypasta hasta la fecha, pero eso no es nada para presumir.

Ojometro:
**

martes, 28 de agosto de 2018

Crítica: Ghost Stories (2018)


Película dirigida por Jeremy Dyson y Andy Nyman, quienes además escribieron el guión e incluso uno de ellos es el protagonista. Se estrenó en cines dentro del Reino Unido durante el mes de abril e hizo lo propio en México el pasado 17 de agosto, mientras que su salida en DVD ya está confirmada para el próximo 4 de septiembre.

Sinopsis:

El escéptico profesor Phillip Goodman (Andy Nyman) se embarca en un viaje hacia lo desconocido y aterrador al recibir un archivo con detalles de tres casos de apariciones sin resolver.



Comentarios generales:

Con la popularización del found footage a finales de la década pasada el hacer películas sobre fantasmas se ha vuelto algo complejo debido a que este formato básicamente estableció una nueva fórmula con la que la audiencia parece seguir satisfecha. Situación que ha provocado que cosas un poco más tradicionales sean percibidas como aburridas o simplemente ridículas por muchas personas, lo cual ha complicado el panorama pero a la vez ha obligado a los creadores a tratar de buscar maneras de innovar en este tipo de trabajos y Ghost Stories creo que es uno de los mejores ejemplos.

Esto porque lo que nos presentan Dyson y Nyman se trata de una antología cuyo propósito no es solo contar tres historias separadas que estén unidas por un hilo central superficial, sino más bien ir construyendo en base a estas una historia sobre el profesor Phillip Goodman y la manera en la que percibe la vida y la muerte en base a las experiencias que sufre por medio de estos tres individuos que retarán su aparentemente inquebrantable escepticismo.

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“Tony Matthews”

Probablemente la historia más floja y la que hace del inicio algo lento, sobre todo porque es la que se siente más ajena a las experiencias de Goodman. No es que tenga nada malo, se logra construir una atmósfera aterradora con poco material pero, salvo por alguno que otro susto fácil, no cuenta con nada memorable que haga evolucionar la trama.

“Simon Rifkind”

La mejor de las tres, tanto por la manera en la que se da la entrevista como por la propia historia que se cuenta. Aquí es cuando nuestro personaje principal empieza a mostrar ciertas dudas gracias al escenario en el que se ve obligado a presentarse, aunque lo que hace única a esta parte es el propio Simon Rifkind con su impresionante paranoia que ayuda a convertir algo sencillo en una experiencia bastante tensa que proporciona el tono más oscuro de la trama.

“Mike Priddle”

Una historia de fantasmas simple que se va alternando de manera mucho más dinámica con la entrevista en la que, de nueva cuenta, gran parte de su efectividad recae en el entrevistado. Ya que Mike Priddle es carismático y eso genera un contraste con Goodman que ayuda a generar una sensación de incertidumbre muy marcada, la cual deja en segundo plano el fenómeno a investigar para centrarse en la travesía del profesor y quebrarlo por completo.

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De la parte final no hablaré demasiado para no arruinárselas, pero si me tomó por sorpresa. No diría que es demasiado original porque ya he visto cosas similares antes; sin embargo, la manera en la que se construye todo hace casi imposible que veas venir lo que ocurre y cierra el ciclo de las tres historias de manera sólida.

Las actuaciones están bastante bien, Andy Nyman hace un trabajo muy bueno como el personaje escéptico encargado de brindar neutralidad en una película como esta; aunque debo de decir que lo mejor viene por parte de dos secundarios. Tanto Martin Freeman (Mike Priddle) como Alex Lawther (Simon Rifkind) se comen la pantalla con sus respectivas historias, siendo el segundo el que ofrece la actuación más potente con su personaje de joven perturbadoramente inestable.

La producción también es de buena factura: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte sobria, cuenta con un buen score, el trabajo de sonido está bien cuidado, los efectos son simples pero bien hechos y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: Ghost Stories me gustó. Es una buena película de fantasmas que vale la pena por tratar de hacer algo distinto.

Ojometro:
****