martes, 9 de julio de 2019

Crítica: Mercy Black (2019)


Película escrita y dirigida por Owen Egerton (Blood Fest). Se estrenó en Netflix dentro de los Estados Unidos a finales de marzo y posteriormente llegó a otras plataformas, aunque no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Quince años después de haber apuñalado a una compañera de clase para invocar a un fantasma imaginario conocido como Mercy Black, Marina Hess (Daniella Pineda) es liberada del hospital psiquiátrico para irse a vivir con su hermana. Lo malo para ella es que, desde el momento del crimen, el mito de Mercy Black se ha hecho viral y a inspirando incontables leyendas que pronto volverán a atormentarla. 



Comentarios generales:

Si bien no se encuentra directamente inspirada en Slenderman, la premisa de Mercy Black gira alrededor de un trágico evento de 2014 que fue motivado por dicha creepypasta y esto la convertía en una película interesante. No tanto por el morbo de conocer detalles con respecto a dicho evento, sino porque se abría la puerta para crear un personaje mucho más interesante que tal vez pudiera generar una nueva franquicia; sin embargo, al final dudo que eso pase.

Más que nada porque lo que nos regala Egerton es una película que nunca parece tener intenciones de ser más que un simple entretenimiento pasajero lleno de fórmulas por demás conocidas, con las cuales se pretende contar una historia que requería algo más considerando lo oscuro de su premisa. Optando por el camino de la simpleza al momento de construir situaciones que añaden cierto suspenso durante un primer acto en el que las cosas avanzan lento y con el único objetivo de ir estableciendo la presencia omnipotente de Mercy Black en este pequeño pueblo sin los mejores resultados.

Más que nada porque en el afán de querer mantener al fantasma lo más oculto que se pueda se empieza a recurrir en una cantidad exagerada de sustos fáciles que al inicio cuentan con cierto nivel de efectividad, pero que con el pasar de los minutos pierden fuerza e incluso solo hacen que las acciones se tornen repetitivas.

Aunque también hay que decir que a pesar de esto la película logra caminar con la estabilidad suficiente como para que en ningún punto se torne aburrida y en gran parte eso se debe a que entre los flashbacks de lo ocurrido hace 15 años, así como el no saber exactamente lo que hay detrás de los sucesos, logran mantener el misterio suficiente para intrigar al espectador.

Lo cual hace que la parte final sea efectiva a cierto nivel al contar con una revelación bien cuidada que lleva a lo que son los minutos más intensos. Integrando elementos sobrenaturales de manera más marcada y añadiendo sangre para aumentar el impacto de un desenlace que, si bien no es malo, si se siente algo improvisado.  

Las actuaciones son cumplidoras, todos hacen lo necesario para sacar adelante lo que requieren sus personajes y nadie resalta de manera particular. La producción es la adecuada para el pequeño presupuesto con el que contó: el trabajo de fotografía está bien, la dirección de arte no es nada del otro mundo, el score tiene buenas cosas, el trabajo de sonido es sólido, los efectos no presentan mucha complejidad y la labor de maquillaje es mínima.  

Opinión final: Mercy Black está ok. Película genérica para ver una tarde en la que no tengan nada más que hacer.

Ojometro:
***

viernes, 5 de julio de 2019

Crítica: Wretch (2019)


Película escrita y dirigida por Brian Cunningham (Monsters Wanted). Se estrenó en VOD y formato físico dentro de los Estados Unidos a finales del mes de enero.

Sinopsis:

En un intento por juntar las piezas de una serie de recuerdos fragmentados durante una noche de drogas en el bosque, tres amigos confrontan la culpa, los celos y a una presencia sobrenatural que amenaza con revelar su verdadera naturaleza.



Comentarios generales:

Una de mis reglas básicas con el cine es que no importa como esté resultando la película, siempre la voy a terminar de ver para poder dar una opinión. Es algo básico y muy simple, pero en ocasiones existen trabajos que vuelven complicado seguir esta regla por distintas razones; aunque creo que nunca antes algo había retado tanto mi paciencia como lo hizo Wretch.

Un desastre sin pies ni cabeza en el que Cunningham nunca es capaz de exponer lo que pretende de una manera clara. Contando una historia a la que resulta muy complicado encontrarle sentido dado a que se le van añadiendo diversos temas y giros con el pasar de los minutos que jamás logran amalgamarse de manera natural y como consecuencia lo que tenemos es una serie de eventos aparentemente oscuros que se desarrollan bajo un ritmo MUY lento mientras se decide confundir al espectador con la manera en la que se presenta todo esto.

Ya que el propio director decide realizar una mezcla de tomas con distintos tipos de cámara que no dejan fluir de adecuadamente los eventos, provocando así que el espectador empiece a tener poca claridad ante situaciones clave y a llenarse de dudas con respecto a ciertos ángulos que no encajan en lo absoluto.

La parte final se puede decir que es la más estable de todas, o al menos la que mejor representa lo que se quería contar. Aunque ya para este punto el daño está hecho y, a pesar de que por ahí se presentan un par de escenas interesantes, el desenlace termina siendo solo otra situación alargada de manera innecesaria que deja una enorme sensación de indiferencia. 

Las actuaciones son muy huecas y sin la intensidad suficiente para que uno pueda siquiera mantener interés por este trió de personajes, cuya falta de emociones creíbles resulta frustrante. La producción tampoco puede presumir mucho: el trabajo de fotografía es muy irregular por las decisiones previamente mencionadas, el score no aporta mucho, el trabajo de sonido deja que desear y todo lo referente a efectos/maquillaje es muy discreto.

Opinión final: Wretch es horrible. Una de las películas más aburridas que he visto en mi vida, evítenla.

Ojometro:
*

martes, 2 de julio de 2019

Crítica: Annabelle Comes Home (2019)


Tercera entrega de la franquicia, la cual está escrita y dirigida por Gary Dauberman. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos el pasado 26 de junio e hizo lo propio en México un par de días después, recaudando hasta la fecha $78.3 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Ed y Lorraine Warren deciden que para contener toda la maldad de Annabelle lo mejor es tenerla guardada dentro del cuarto de objetos poseídos en su casa. Sin embargo, una noche el horror se desata cuando la muñeca despierta a todos los espíritus malvados dentro del cuarto; teniendo como objetivo a la pequeña hija de estos, Judy (Mckenna Grace), y a sus amigos.



Comentarios generales:

El universo de The Conjuring es peculiar debido a que este se ha ido construyendo de una manera un tanto atípica, sin mucha planeación previa y decidiendo las cosas en base a ideas o personajes que llegan a funcionar o resaltar dentro de alguna de las películas que lo conforman. En el caso de Annabelle esto fue precisamente lo que ocurrió con un resultado inicial muy decepcionante, pero que se corrigió de manera excelsa en la segunda entrega y que dejó un panorama realmente complejo para Annabelle Comes Home debido a que de la noche a la mañana esta se convirtió en un proyecto trascendental para el futuro de dicho universo.

Proyecto que afortunadamente Dauberman logra sacar adelante con buenos resultados en lo que representa su debut tras la cámara, ya que no solo establece de manera clara lo que es la muñeca (aspecto que para varios seguía sin ser muy claro), sino que además proporciona mucho material para futuras películas. Haciendo que esta secuela/precuela (de las dos The Conjuring) sea prácticamente obligatoria de ver.

Y lo hace sin complicarse demasiado la vida con una historia simple que se construye a fuego lento, brindándole durante la primera mitad un mayor peso al desarrollo de los personajes para que podamos conocer un poco más sobre la reputación de los Warren, pero sobre todo de la vida de Judy. Centrándose en la dinámica con su niñera y otro personaje, lo cual sirve como una buena vía para ir destapando los detalles que existen detrás de algunos de los artefactos poseídos y añadir contexto a la decisión que provocará el terror que está por venir.

Un camino que puede que no sea el más emocionante porque por momentos si se siente un tanto lento el avance; sin embargo, una vez que se inicia con el caos el filme alcanza notas muy altas. Esto gracias a que el director logra que en un espacio cerrado como la casa de los Warren se pueda generar una atmósfera tétrica y que en todo momento se sienta el peligro para quienes están dentro o fuera de esta, ofreciendo algunas secuencias sumamente efectivas con los nuevos demonios que aportan momentos visualmente potentes y varios sustos. Además de añadir niveles de tensión elevados por medio de persecuciones o simplemente por no saber exactamente qué es lo que se encuentra en la oscuridad.  

La parte final es la que no me terminó por convencer. Por un lado la manera en la que se resuelve el problema con los demonios es efectiva porque mantiene una buena intensidad y la sensación de peligro nunca decrece, pero por el otro, el cierre se siente un tanto ajeno al tono general.

En el tema de las actuaciones tanto Madison Iseman (Mary Ellen) como Katie Sarife (Daniela) hacen una labor sólida con sus respectivos personajes, aunque quien más resalta es Mckenna Grace. La verdad está estupenda dándole vida a Judy Warren, cargando con gran peso de la película y mezclando esa inocencia infantil con el hecho de que es alguien habituada al mundo lleno de terrores por el que se mueven sus padres.

La producción es de gran factura: el trabajo de fotografía es genial, la dirección de arte está muy bien cuidada, el score es bastante bueno, el trabajo de sonido impecable, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: No está al nivel de la segunda entrega, pero Annabelle Comes Home me gustó. Buena película para expandir el universo de The Conjuring.

Ojometro:
****

viernes, 28 de junio de 2019

Crítica: The Cleaning Lady (2019)


Película dirigida por Jon Knautz (Girlhouse), quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a la protagonista Alexis Kendra. Se estrenó directamente en VOD y formato digital dentro de los Estados Unidos el pasado 4 de junio.

Sinopsis:

Mientras  pretende distraerse de una aventura, Alice (Alexis Kendra) hace amistad con una joven que limpia su casa y tiene la cara llena de quemaduras. Al inicio parece una amistad benéfica para ambas, pero pronto ella descubrirá que detrás de ese rostro desfigurado se oculta algo aterrador.



Comentarios generales:

Ya he comentado en ocasiones anteriores que las películas que están basadas en cortometrajes no suelen darme tanta confianza porque en muchas ocasiones las ideas que pueden funcionar en 30 minutos no se trasladan de la mejor manera a trabajos de larga duración. Así que cuando me enteré que este sería el caso con The Cleaning Lady mis expectativas bajaron de manera considerable, aunque el hecho de que los creadores originales estuvieran involucrados significaba un plus a favor y eso claramente la terminó beneficiando.

Esto porque Knautz nos trae una película que, a pesar de ser mediana, muestra en todo momento un genuino interés por tratar de ofrecer algo más dentro de una historia que es demasiado simple al tratar de construir un par de personajes que no se sientan unidimensionales y con los cuales se pueda ir desarrollando algo un poco más complejo. Centrándose así en una amistad improbable que te va mostrando que estas dos mujeres son más de lo que aparentan a simple vista, aunque esto signifique sacrificar de manera importante el elemento de terror en un inicio.

Lo cual sin duda puede resultar problemático para muchos, sobre todo porque el ritmo es relativamente pausado, pero la verdad es que con el pasar de los minutos el director se las ingenia para ir generando una atmósfera más oscura y algunos momentos que añaden tensión. Todo mientras nos va presentando unos flashbacks sobre la infancia de Shelly que no solo proporcionan situaciones perturbadoras con su madre, sino que además le dan sentido a sus acciones y la humanizan de cierto modo para que el espectador incluso pueda llegar a simpatizar con ella.  

La parte final es bastante intensa y marca un contraste efectivo con lo visto previamente; sin embargo, en todo momento luce acelerada. Además cuenta con una situación en particular que no termina por sentirse como algo orgánico y hace corto con lo meticuloso del desarrollo, dejando así un cierre que cumple pero nunca alcanza los niveles de impacto necesarios.

Las actuaciones son sólidas, Alexis Kendra y Rachel Alig (Shelly) tienen buena química en pantalla y gracias a eso sus interacciones resultan demasiado efectivas tanto en los momentos de amistad como en aquellos que involucran peligro. La producción cumple: el trabajo de fotografía es adecuado, la dirección de arte está bien cuidada, el score es bueno, el trabajo de sonido tiene alguno que otro fallo, los efectos son simples y la labor de maquillaje está bien hecha.

Opinión final: The Cleaning Lady está ok. Película con algunos buenos momentos que nunca termina por explotar.

Ojometro:
***