viernes, 20 de septiembre de 2019

Crítica: In Fabric (2019)


Película escrita y dirigida por Peter Strickland, quien hace su debut dentro del género. Se estrenó en cines en el Reino Unidos durante el mes de junio, mientras que su salida en VOD y formato físico se dio el pasado 26 de agosto.

Sinopsis:

Durante las ventas del mes de enero dentro de la región de Thames Valley, un barato y embrujado vestido rojo pasa de persona a persona con devastadoras consecuencias para todos aquellos que se lo ponen.



Comentarios generales:

Cuando lees que habrá una película sobre un vestido embrujado lo primero que se te viene a la mente es el cine serie B, es algo inevitable ante lo absurdo que se escucha dicha premisa. Sin embargo, para mi sorpresa In Fabric estaba lejos de eso y de hecho sus pretensiones eran totalmente distintas al catalogarse más como una comedia de terror por sobre todas las cosas; aunque ciertamente para muchas personas puede que sea difícil identificarla bajo esa etiqueta.

Esto porque lo que nos regala Strickland es cine de autor muy marcado con el cual no pretende satisfacer a nadie más que a él mismo, ofreciendo así una historia que se puede decir que es una crítica al consumismo pero cuya estructura es tan extraña que resulta imposible para el espectador involucrarse de lleno con lo que está viendo. Ofreciendo así unos primeros 25/30 minutos que se sustentan mucho en lo visual, con un trabajo de fotografía inspirado en el cine de terror europeo de los 70s y 80s que ayuda a generar una atmósfera peculiar que sirve como distractor para que todo el tema del vestido no resulte tan ridículo e incluso uno pueda ir teorizando respecto a lo que hay detrás, a pesar de que muchas cosas no tienen sentido.

Lamentablemente ese efecto se empieza a perder con el pasar de los minutos y el ritmo se vuelve cansino de manera rápida gracias a que los eventos no te llevan para ningún lado, además de que los aspectos de terror psicológico que se fueron mostrando prácticamente desaparecen.

Para empeorar las cosas, justo a la mitad del metraje, el director toma una decisión extraña y toda la segunda parte de la película es prácticamente una historia distinta a la que se venía contando. Afectando con esto la crítica inicial al consumismo que se va perdiendo entre otras subtramas que se sienten muy forzadas gracias a su nula conexión con dicha critica; de las cuales varias de estas claramente fueron concebidas solo como un medio para integrar el humor tan particular del creador.

Es casi hasta el final cuando las cosas vuelven a tomar cierto rumbo y varios de los elementos que vimos en los minutos iniciales regresan, haciendo que el cierre tenga un elemento de locura y caos agradable. Aunque sin el suficiente peso como para salvarla de la mediocridad.

De las actuaciones tanto Marianne Jean-Baptiste (Sheila) como Susanna Cappellaro (Miss Lullworth) son las que más destacan, pero la historia misma no les permite brillar más allá de la actuación promedio. La producción tiene buenas cosas: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte es sencilla, el score es sólido, el trabajo de sonido no tiene fallos, los efectos son simples y la labor de maquillaje no presenta demasiada complejidad.

Opinión final: La verdad In Fabric me aburrió. No le encontré nada interesante más allá de su rara premisa, aunque definitivamente puede tener un público allá afuera. 

Ojometro:
**

martes, 17 de septiembre de 2019

Crítica: The Dead Don't Die (2019)


Película escrita y dirigida por Jim Jarmusch (Only Lovers Left Alive). Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos durante el mes de julio, recaudando $13.8 millones de dólares en taquilla a nivel mundial. Mientras que su salida en VOD y formato físico se dio el pasado 10 de septiembre.

Sinopsis:

El pacífico pueblo de Centerville y su pequeño cuerpo de policías tendrá que pelear contra una horda de zombies que de un día para otro empezaron a salir de sus propias tumbas.



Comentarios generales:

El que un director como Jim Jarmusch volviera a fijarse en el terror y más concretamente en los zombies fue algo que alegró a varias personas, sobre todo porque su trabajo anterior dentro del género no dejó a nadie indiferente. Y más aún cuando poco a poco se fue revelando un elenco estelar que hacía suponer que estábamos ante la próxima gran comedia de terror, la que podría marcar una nueva tendencia como en su momento lo hicieron otras; sin embargo, The Dead Don't Die está lejos, MUY lejos de eso.

Y es que Jarmusch nos trae una película con la cual aparentemente pensaba que solo le bastaba con su nombre y el de sus actores para sacarla adelante, mostrando nulas intenciones por hacer de esta historia algo más que un simple conjunto de referencias sin ningún tipo de propósito. Poniendo al espectador ante un escenario en el que las acciones transcurren con una pasividad desesperante y donde la presentación de los personajes se da de las formas más random posibles, sin un rumbo claro que defina la estructura más básica y, sobre todo, que justifique el humor tan inefectivo con el que cuenta.

Ya que estamos ante una comedia que no es divertida en lo absoluto y eso es un problema grave considerando que depende enormemente de la efectividad que pudiera llegar a tener en este sentido porque en general es una película que catalogaría como vacía. Donde el desarrollo de los personajes es inexistente y la dinámica del pueblo en todo momento te deja con la sensación de que no está pasando nada, esperando a que sea la mera presencia de los zombies la que pueda tapar de cierta forma eso sin demasiado éxito al utilizarlos de manera superficial u olvidándolos durante muertes (casi todas son fuera de cámara) que bien podrían haberse aprovechado para generar algún momento hilarante o por lo menos ciertas situaciones que destacaran en el aspecto visual.

Es hasta la parte final cuando más o menos se decide añadirle algo de vida a esto recurriendo al metacine, a un ligero incremento en la violencia e incluso a un detalle totalmente ajeno que provoca una sorpresa pasajera, pero ni así se puede salvar. Simplemente para este punto lo que ocurre te importa poco y ni siquiera durante el cierre se puede lograr que las acciones de los protagonistas tengan relevancia.

Las actuaciones son sin duda lo que te deja el peor sabor de boca, ya que quitando a Tilda Swinton, el resto del elenco está completamente desperdiciado. En verdad parece que la mayoría de los actores solo estuvo ahí para cobrar un cheque fácil porque sus personajes son desechables y los que cuentan con más tiempo en pantalla aplican la ley del mínimo esfuerzo.

La producción es lo que se salva: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte cumple, el score es un buen complemento, el trabajo de sonido es efectivo, los efectos son simples y la labor de maquillaje es sólida en su trabajo con los zombies.

Opinión final: The Dead Don't Die fue una tremenda decepción. Una comedia aburrida y sin nada de gracia.  

Ojometro:
**

viernes, 13 de septiembre de 2019

Crítica: Recovery (2019)


Primer largometraje del director John Liang, quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Scott Rashap. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 4 de junio, aunque todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Las pacientes y el staff medico de una recluido centro de tratamiento para drogas tendrán que pelear con algo más que sus propios demonios cuando un misterioso asesino empiece a matarlos uno por uno.



Comentarios generales:

Existen películas que no te provocan ningún tipo de reacción cuando ves su trailer o lees su sinopsis, simplemente asumes el riesgo de que el resultado puede ser extremo para bien o para mal y empiezas a verla. No es algo tan común pero suele ocurrir, sobre todo cuando te dedicas a escribir sobre cine durante todo el año y eso fue precisamente lo que me pasó con Recovery.

Un trabajo bastante mediocre con el cual Liang no hace su mejor presentación al regalarnos una historia con la que nunca es capaz no solo de ofrecer algo relativamente fresco, sino en añadirle por lo menos algo de viveza. Ya que desde el inicio lo que vemos no te transmite nada y para colmo el personaje principal (Ronnie) es extremadamente odioso como para que uno pueda sentir cierta curiosidad ante su situación, convirtiendo así el primer acto en un aburridísimo viaje con discusiones y peleas forzadas que tratan de añadir cierto contexto sin demasiado éxito.

Es hasta que se presenta la primera muerte cuando las cosas adquieren un tono distinto y evidentemente el misterio por saber quién es el asesino es lo que sustenta un segundo acto en el que tampoco pasa demasiado. Todo se sigue centrando en el errático comportamiento de Ronnie para generar dudas que por un momento resultan razonables, pero esto dura poco y pronto lo que vemos empieza tornarse sumamente repetitivo. Ocasionando así que los minutos que supuestamente tendrían que ser los más tensos solo queden parados como anecdóticos gracias a que solo proporcionan alguno que otro momento de impacto sin grandes consecuencias.

De la parte final por lo menos tengo que reconocer que la relevación de la identidad del asesino está bien manejada, incluso diría que es hasta algo sorpresiva y evidentemente lleva a la parte más dinámica de toda la película. Donde se puede ver más violencia pero en general solo se limita presentar persecuciones vacías y una resolución anticlimática.

Las actuaciones no son para destacar, Stephanie Pearson (Ronnie) como la protagonista nunca logra provocarte ningún tipo de empatía y la actitud de su personaje cansa como a los diez minutos; mientras que el resto del elenco solo está de adorno la mayoría del tiempo. La producción es pequeña: el trabajo de fotografía está ok, la dirección de arte y el score son genéricos, el trabajo de sonido cumple, los efectos son muy básicos y la labor de maquillaje simple.

Opinión final: Recovery es decepcionante. Película que pasará sin pena ni gloria y olvidarán en un par de días.

Ojometro:
**

martes, 10 de septiembre de 2019

Crítica: It: Chapter Two (2019)


Segunda parte que cuenta nuevamente con la participación de Andy Muschietti tras la cámara y el regreso de Gary Dauberman como el escritor del guión. Se estrenó en Estados Unidos y México (así como otros países) el pasado 6 de septiembre, recaudando $185 millones de dólares en taquilla  a nivel mundial.

Sinopsis:

27 años después de su primer encuentro con el aterrador Pennywise, el “Club de los Perdedores” ha seguido con sus vidas y han olvidado lo ocurrido; aunque una devastadora llamada telefónica hará que todos regresen a Derry para enfrentar su pasado.



Comentarios generales:

Tras el éxito arrollador que fue la primera parte, sin duda el panorama para It: Chapter Two era un tanto complejo debido a que por un lado tenía que cumplir con las expectativas inalcanzables que los productos mainstream suelen generar y por el otro tratar de brindar una continuación que fuera lo más apegada a un material de origen que de por si presenta muchas dificultades. Realmente existían diversos factores para que se diera un desastre de proporciones importantes, pero al final creo que el resultado terminó siendo uno disfrutable. 

Y es que en esta segunda parte es claro que Muschietti y Dauberman deciden tomar más riesgos ahora que no cuentan con la limitante de tener un elenco totalmente infantil, regalándonos así una película más violenta y oscura, cuya primera mitad es en verdad sobresaliente gracias a que logra combinar de gran manera los sucesos escritos por Stephen King con algunas escenas nuevas. Generando una dinámica entre el grupo de amigos que resulta muy natural y también una sensación de peligro importante ante las acciones de Pennywise que sin duda brindan un nivel de terror mucho mayor con respecto a la primera parte.

Este último aspecto siendo fundamental porque no solo se da por medio de un incremento en la violencia, sino que en general se muestra una mejor construcción en momentos clave cuando se empieza a recurrir de manera más constante a los flashbacks. Con los cuales se logra un buen balance y, sobre todo, no se realizan cambios bruscos con respecto al ritmo para que así cada encuentro con el payaso o sus distintas formas resulte efectivo, ya sea tanto con los niños como con los adultos.

Ante lo mencionado previamente todo transcurre sin demasiados problemas como por unos 110 minutos, pero una vez pasado este tiempo la película sufre de algunos altibajos. Principalmente porque la sensación de urgencia por mostrar muchas cosas en pantalla empieza a ser palpable y con esto llegan varios de los mayores cambios u omisiones al libro para lograr que todo encaje dentro del tiempo establecido; además de que se empieza a recurrir a un humor innecesario. Aunque afortunadamente nada es tan terrible como para dañar en demasía el producto general.

Llevando así a un final que me dejó un sabor agridulce. Ya que aunque si se apega un poco más al libro y cuenta con ese aire de evento trascendental, este también sufre de una enredosa elaboración que no deja que el conflicto fluya como debería; añadiéndole situaciones que en realidad no aportan nada y solo alargan un enfrentamiento que tendría que ser más directo para lograr un mayor impacto.

Las actuaciones son geniales, la verdad es que la elección del elenco adulto fue igual de impecable que el del infantil: James McAvoy, Jessica Chastain, Bill Hader, James Ransone, Jay Ryan e Isaiah Mustafah están impecables y verdaderamente sientes que son una extensión natural de los niños. Mientras que Bill Skarsgard sigue haciendo una labor muy sólida como Pennywise, ofreciendo algunos momentos realmente aterradores.

En cuanto a producción mantiene la gran factura: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte genial, cuenta con un gran score, el trabajo de sonido es impecable y la labor de maquillaje es de primer nivel. Solo algunos efectos en la parte final dejan algo que desear con un CGI que no resulta del todo adecuado.

Opinión final: It: Chapter Two me gustó. Tiene varios de los mismos problemas que la primera parte, pero el producto en general lo disfruté más.

Ojometro:
****