martes, 22 de octubre de 2024

Crítica: Smile 2 (2024)

Secuela escrita y dirigida por Parker Finn (Smile). Se estrenó en cines tanto en México como en los Estados Unidos los pasados 16 y 18 de octubre, recaudando hasta la fecha $46 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

A punto de embarcarse en un tour mundial, la estrella de música pop Skye Riley (Naomi Scott) empieza a experimentar una serie de inexplicables y aterradores eventos. Una situación que, al combinarse con las presiones de la fama, la forzarán a tener que enfrentar su pasado.


Comentarios generales:

Hace dos años “Smile” tomó a todos por sorpresa con una campaña de publicidad fantástica que la posicionó como una de esas películas que le interesaban incluso a aquellas personas que usualmente no ven cine de terror, convirtiéndola en un fenómeno que para nuestra fortuna tuvo buenos resultados. Por ello es que no fue sorpresivo que anunciaran una secuela, era algo lógico; sin embargo, la búsqueda por tratar de replicar dicho fenómeno iba a ser complicada ya sin el factor sorpresa y eso se notó desde el lado promocional, aunque si logró superar a su predecesora en todo lo demás. 

Y es que con Smile 2 lo que hace Parker Finn es tomar las cosas que funcionaron hace un par de años atrás y potenciarlas para contarnos una historia en la que el trasfondo sobre la esquizofrenia obtiene más relevancia, pero sin dejar de lado los elementos necesarios para añadir un terror convencional que ayude a generar dudas en todo momento por medio de un personaje tan vulnerable como lo es Skye Riley. Cuyos problemas físicos y emocionales facilitan que se pueda imprimir un nivel de intensidad alto desde temprano con el propósito de que la sensación de peligro alrededor de ella siempre esté presente, incluso durante sus actividades de estrella pop que igualmente sirven como una vía para construir algunos momentos de incomodidad bastante efectivos.

Ante esto la acumulación de tensión se va dando de manera progresiva conforme la inestabilidad de nuestra protagonista empieza a ser más agresiva en pantalla durante el segundo acto, donde poco a poco se va generando una atmósfera agobiante que en cada momento te hace cuestionar sobre si lo que ocurre en verdad es algo con tintes sobrenaturales o solo un problema médico. Lo cual afortunadamente el director es lo suficientemente hábil como para nunca revelarlo y aprovecha esto no solo para mostrarnos situaciones que generan un ritmo agradable o jumps scares bien pensados, sino también para brindar un poco más de contexto sobre el origen de la vulnerabilidad de Skye y con ello establecerla como un personaje un tanto grisáceo que no está tan exento de culpas.  

Preparando así todo para una parte final en la que la burbuja de tensión que se fue acumulando por fin explota y eso nos lleva a un caos muy entretenido en el que distinguir entre la realidad y la locura ya no resulta tan sencillo. Dejándonos ante un desenlace sumamente intenso que aclara las cosas que debe y además no ofrece un cierre que abre la puerta a varios posibles escenarios futuros para la franquicia.

Con respecto a las actuaciones hay que decir que este es el show de Naomi Scott de principio a fin. La chica en verdad está impecable en su papel de pop star paranoica debido a que puede sostener su locura por casi dos horas sin mayores contratiempos, pasando por diversos estados de ánimo que la vuelven un personaje no precisamente para empatizar, pero si para que te importe en todo momento lo que le puede llegar a ocurrir.

Y sobre la producción, nuevamente tenemos una factura de primer nivel: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte está bien cuidada, el score es un gran complemento, el trabajo de sonido vuelve a ser increíble, los efectos son de buena calidad y la labor de maquillaje sólida.

Opinión final: Smile 2 me gustó bastante. Uno de esos casos en los que la secuela supera en absolutamente todo a la original.

Ojometro:
***** 

viernes, 18 de octubre de 2024

Crítica: #AMFAD: All My Friends Are Dead (2024)

Película dirigida por Marcus Dunstan (The Collector, The Collection), cuyo guión fue co-escrito por Josh Sims y Jessica Sarah Flaum. Se estrenó en VOD durante el mes de agosto, mientras que su salida en formato físico se dio el pasado 8 de octubre.

Sinopsis:

Un grupo de amigos universitarios rentan un Airbnb para el festival de música más grande del año, aunque un fin de semana de fiesta pronto se convierte en una pesadilla cuando cada miembro del grupo va siendo asesinado uno por uno.


Comentarios generales:

El caso de Marcus Dunstan es uno peculiar debido a que si bien su curriculum incluye trabajos como guionista en una franquicia tan importante como Saw o una participación en la serie Into the Dark, lo cierto es que la mayoría de la gente lo ubica por “The Collector” y su secuela. Lo cual ha originado que desde hace más de una década los fans solo estén interesados en saber si finalmente se llevará a cabo la tan ansiada tercera entrega, un sueño que parece cada vez más lejano y con #AMFAD: All My Friends Are Dead probablemente empiecen a existir dudas sobre si en verdad será buena idea que la haga.

Y es que Dunstan nos trae un slasher en el que trata de replicar de cierta forma lo que hemos visto en su trabajo insignia, pero la realidad es que falla de manera importante en aspectos fundamentales para hacerlo interesante desde el primer minuto. Contándonos una historia que se sustenta en la dependencia a las redes sociales por parte de las generaciones más jóvenes y así presentarnos a unos universitarios que harán cualquier clase de tonterías para conseguir fama, siendo esto básicamente lo que predomina durante un primer acto que en ningún punto trata de construir algún tipo de suspenso sólido y solo se limita a hacerte saber de la manera más insípida posible que alguien está vigilándolos con oscuras intenciones.

Así avanzan las cosas de manera aburrida y muy genérica hasta que llega la primera muerte, la cual muestra de inmediato otro gran problema debido a que pareciera que el director solo se la quería sacar de encima y la realiza con una rapidez un tanto inusual que no le permite tener el impacto que debería. Iniciando con esto una dinámica en la que se mezcla drama juvenil con asesinatos poco imaginativos sin que en ningún momento se logre generar algo de tensión que haga de estos entretenidos, además de que para este punto no solo el tema de las redes sociales queda en el olvido, sino que uno más o menos se puede ir haciendo una idea de quién podría estar detrás de la masacre por simple descarte y ante eso cada situación se siente menos relevante.

Un problema que incluso resulta más marcado durante una parte final en la que todo se limita a una persecución en un sótano que añade cierta intensidad e impacto, pero no lo suficiente como para salvar las cosas. Dejándonos ante un cierre con una revelación final que, si bien no trata de irse por lo sencillo, lo cierto es que es blanda y se siente demasiado forzada.

Las actuaciones no son las mejores, por ahí un par de actores hacen una labor decente con lo que tienen pero la realidad es que ninguna logra aportar nada significativo a la película. Mientras que en producción tampoco tenemos demasiadas cosas para destacar: el trabajo de fotografía es regular, la dirección de arte está bien, el score es genérico, el trabajo de sonido no tiene fallos, los efectos cumplen y la labor de maquillaje es discreta.

* Cuenta con una escena a la mitad de los créditos

Opinión final: #AMFAD: All My Friends Are Dead es mediocre. Un slasher sin chispa que se volverá irrelevante en poco tiempo.

Ojometro:
**

martes, 15 de octubre de 2024

Crítica: The Substance (2024)

Película escrita y dirigida por Coralie Fargeat (Revenge). Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos y México el pasado 20 de septiembre, recaudando hasta la fecha $24.7 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Elisabeth Sparkle (Demi Moore) es una celebridad en decadencia que consume una droga vendida en el mercado negro, la cual replica las células de manera temporal para crear una versión más joven y mejorada de ti mismo.


Comentarios generales:

Adentrarse al mundo del body horror no es tan sencillo como el slasher o los zombies, se necesita tener resistencia hacía lo grotesco para soportarlo y ahí es cuando muchas personas optan mejor por ignorarlo dado a que ciertamente puede no ser una experiencia agradable si lo que buscas es solo pasar un buen rato en el cine. Por ello es que me llevé una gran sorpresa cuando The Substance empezó a recibir tantos elogios a pesar de pertenecer a este subgénero, sin duda era una rareza y después de verla uno puede entender más o menos los motivos de esto.

Y es que lo traído por Fargeat trata temas como la cosificación de la mujer y la obsesión con la edad en Hollywood, lo cual resuena bastante en una época en la que la industria del entretenimiento atraviesa por un escrutinio muy fuerte. Permitiendo con esto que las libertades para contar esta historia sean bastantes y honestamente la directora logra que durante la primera mitad las cosas avancen de una manera impecable, logrando que el trasfondo no se pierda en lo absoluto entre lo extravagante que resulta todo lo relacionado con la sustancia; en especial cuando Sue entra en escena para añadir un toque de sensualidad que podría haber generado polémica.

Simplemente todo avanza bajo un ritmo agradable mientras de manera sutil se empieza a plantear la problemática que representa vivir bajo esta dinámica para las dos protagonistas, llevando así a un conflicto peculiar que va escalando en cuanto al nivel de tensión conforme las ambiciones de una afectan a la otra y dar así inicio al periodo en donde precisamente el body horror se vuelve el foco de atención. Aunque también hay que decir que una vez que llegamos a este punto la película pierde un poco el rumbo dado a que, conforme se va viendo la transformación de una de ellas, esta va cayendo en comportamientos un tanto absurdos que chocan por completo con el tono que se había estado manejando y eso le va quitando fuerza a las acciones mientras se le da vueltas a lo mismo sin que se presente un avance significativo en lo que ocurre en pantalla.

Algo que obliga a que para la parte final se tenga buscar el mayor shock posible con el propósito de disimular un poco la falta de profundización y ocultar ciertas incoherencias en lo que se refiere al comportamiento de Elisabeth. Dejándonos ante un espectáculo visual extremo que resulta muy divertido a pesar de todo, donde lo grotesco y lo sangriento se combinan de gran forma para dejar un cierre caótico que puede provocar varias sensaciones, menos el dejarte indiferente.

En cuanto a las actuaciones hay que decir que tanto Demi Moore como Margaret Qualley (Sue) hacen un gran trabajo, en teoría son la misma persona pero logran darle su sello único en base a la edad que representan en pantalla; además de que cuando toca irse a los extremos ambas cumplen sin demasiadas dificultades. Mientras que Dennis Quaid (Harvey) aporta el grado de excentricidad necesario con un personaje que resulta grotesco sin tener que transformarlo en un monstruo deforme.

Y en lo referente a la producción tenemos una buena factura: el trabajo de fotografía es muy sólido, la dirección de arte impecable, el score cumple, el trabajo de sonido es limpio, los efectos están muy bien hechos y la labor de maquillaje es de primer nivel.

Opinión final: The Substance me gustó. Definitivamente no es para todo el mundo, pero si disfrutan del body horror se van a divertir. 

Ojometro:
****

viernes, 11 de octubre de 2024

Crítica: V/H/S/Beyond (2024)

Séptima entrega de la franquicia, la cual cuenta con la participación de 7 distintos directores. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 4 de octubre, aunque no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Seis escalofriantes y sangrientos videos desatan el terror en un infierno inspirado en el sci-fi, empujando los límites del miedo y del suspenso.  


Comentarios generales:

Pocos lo saben, pero la primera “V/H/S” es una de las razones por las cuales decidí empezar este blog hace 12 años atrás y cada que sale una nueva entrega me remonto a aquella época. Por ello es que siempre les tengo cierta estima a pesar de su marcada inconsistencia en cuanto a la calidad y de mi poco gusto por el subgénero al que pertenecen; sin embargo, debo de decir que con V/H/S/Beyond me he encontrado con la mejoría más notoria desde que la franquicia fue revivida hace cuatro años.

Y es que el hecho de que ya no se centren en un año en especifico eliminó muchos de los problemas que se encontraron en mayor o menor medida con las tres películas previas, logrando con esto que la mayoría de los cortos no estuvieran atados a algo que no pretendían utilizar. Brindando así una libertad creativa que devuelve un poco la esencia de sus inicios sobre que cualquier cosa podía verse en esta antología, incluso si hay una línea predominante en cuanto a la temática (la cual ignoran un par de historias en esta ocasión). 

Sobre la producción solo hay un corto que claramente gozó de un presupuesto mayor dado a que depende muchísimo de los efectos visuales (“Live and Let Dive”). Aunque en realidad eso no afecta demasiado y todos mantienen un equilibrio que beneficia a la estética general del filme.

Pasando a los cortos:


“Abduction/Adduction” (Jay Cheel)

Es la historia enlace y como ya suele ser toda una costumbre, no es muy buena que digamos.

Del lado positivo está la manera en la que la presentan (estilo documental) porque no es algo que hubieran hecho antes, pero la realidad es que el caso principal no es relevante y se le da más importancia a una serie de entrevistas que tratan de añadir un toque realista de la manera más aburrida posible.


“Stork” (Jordan Downey)

Un corto que en esencia es uno de zombies y se sacan de la manga una justificación muy simple para alinearla con el tema predominante. Lo cual podría haber sido un problema de no ser por el hecho de que es sumamente entretenido al manejar un ritmo caótico y muchísima violencia; además de que incluso se dan el lujo de presentar a una criatura que definitivamente genera impacto por lo extraña que es.


“Dream Girl” (Virat Pal)

A mi juicio el más flojo de todos y en gran parte se debe a que está muy cargado de dialogo vació, aplicando la típica estrategia de revelar algo muy exótico con la esperanza de que eso sea suficiente para hacer olvidar la falta de sustancia previa.

Simplemente es aburrido y nada de lo pensado para generar impacto funciona, al grado de que te quedas con la sensación de que no hubiera pasado nada si no lo incluían.


“Live and Let Dive” (Justin Martínez)

Mi favorito.

Es una historia que combina a la perfección el miedo real de tener un accidente aéreo con la temática extraterrestre, logrando que tanto lo que ocurre en el aire como en tierra resulte igual de aterrador. Y en gran parte se debe a que el director mantiene un nivel de intensidad constante que no permite respiro alguno una vez que inicia el caos, llevando todo a los extremos y ofreciendo las dosis de violencia suficientes para hacer de los aliens unos muy amenazantes.


“Fur Babies” (Christian Long y Justin Long)

Probablemente uno de los cortos más extravagantes no solo de Beyond, sino de toda la franquicia de V/H/S.

Sobre todo porque utiliza de base el amor que los humanos tienen por sus mascotas y lo retuerce de tal manera que, a pesar de no ser tan violento u extremo, si es sumamente eficaz al momento de generar tensión e incomodidad.


“Stowaway” (Kat Siegel)

Indudablemente el de mayor perfil dado a que es el debut de Kat Siegel tras la cámara, pero sobre todo porque fue escrito por Mike Flanagan.

Se podría decir que es el que maneja la temática extraterrestre de forma más tradicional y por lo consiguiente el que se toma mayor tiempo para llevar a algo importante. Y aunque no es el más emocionante o visualmente atractivo, lo cierto es que una vez que empieza jugar de manera directa con la cuestión sci-fi logra presentarnos una situación que te atrapa y no te suelta hasta su efectiva conclusión.

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Opinión final: V/H/S/Beyond me gustó. No es perfecta, pero sin duda es de las mejores entregas de la franquicia.

Ojometro:
****