martes, 30 de agosto de 2016

Crítica: Scare Campaign (2016)


Película dirigida por los hermanos Cameron y Colin Cairnes (100 Bloody Acres), quienes además son los escritores del guión. Se estrenó en DVD y formato digital dentro de Australia el pasado 6 de julio, aunque todavía no hay información sobre cuándo podría llegar a otros mercados.

Sinopsis:

El popular show de bromas, Scare Campaign, ha entretenido a la audiencia por los últimos 5 años con una mezcla de sustos clásicos y cámaras ocultas. Sin embargo, con la nueva era del online los productores encuentran un show mucho más violento que hace ver al suyo como cosa de niños y les pide a los creadores algo más fuerte para mantenerlos al aire. ¿Acaso irán más allá de lo permitido esta vez?



Comentarios generales:

Desde hace algún tiempo vengo mencionando que el cine australiano (también el neozelandés) vive un momento bastante dulce dentro del género, se ha convertido en un lugar donde los creadores pueden explotar diferentes tipos de ideas sin tanta presión y eso ha tenido como resultado una serie de filmes muy destacados. Provocando así que espere grandes cosas cada vez que me entero de un nuevo trabajo proveniente de aquella región y la verdad es que lo único que hace Scare Campaign es seguir solidificando ese sentir gracias al grato sabor de boca me dejó.

Y es que ahora los hermanos Cairnes, a diferencia de su primer filme, nos traen un trabajo un poco más oscuro con el cual pretenden realizar una crítica contundente sobre el estado actual del entretenimiento y la forma en la que los creadores de contenido están dispuestos a cruzar ciertos límites bajo el único propósito de satisfacer el morbo insaciable de una audiencia cada vez menos sensible. Algo que no es precisamente nuevo, pero que en esta ocasión sirve como el punto de partida perfecto para desarrollar una historia que ira mutando con el pasar de los minutos; la cual inicia dándole importancia a los elementos más básicos del cine de terror no solo para generar sobresaltos entre la audiencia, sino también para establecer el claro contraste entre lo "viejo pasado de moda” y lo nuevo mientras te muestran cómo se realiza esta clase de shows.

Todo bajo un ritmo tremendamente fluido que ayuda a que la primera hora transcurra rapidísimo, con muchísima dinámica para que así el espectador no tenga tanto tiempo de analizar a fondo lo que se construye detrás de una serie de eventos que, conforme pasan los minutos, van subiendo de intensidad. Convirtiendo así una simple película de reality show en un slasher hecho y derecho bastante potente, con muertes llamativas e incluso un asesino imponente que se come cada escena en la que aparece. Sin duda elementos suficientes para volverla bastante recomendable, pero los directores se encargan de que solo sean algunos de los atractivos dentro de esta propuesta llena de cosas que no son lo que parecen.

Esto porque los últimos 25/30 minutos significan otro cambio radical, uno no tan difícil de predecir ciertamente, pero que brinda un giro total en la dinámica previamente presentada. De pronto el cazador se vuelve la presa y en base a eso se nos presenta un contenido incluso más violento, con muertes visualmente más impactantes y una extraña sensación de justicia a pesar de que lo que ocurre es, en toda la regla, algo espantoso.  

Las actuaciones son sólidas, el elenco en general está bien balanceado para que nadie resalte de gran manera; sin embargo, la labor de Josh Quong Tart (Rohan) durante los minutos que le brindan acaba con eso gracias a la aterradora presencia que logra mostrar en pantalla. La producción es de buena nota: el trabajo de fotografía resulta efectivo, la dirección de arte cumple, el score tiene cosas interesantes, el trabajo de sonido es limpio, los efectos son realmente buenos en las muertes de mayor impacto y la cuestión del maquillaje resulta muy efectivo en determinados momentos.

Opinión final: Scare Campaign fue una grata sorpresa. Película sumamente disfrutable que sin duda deben de tratar de ver.

Ojometro:
**** 

domingo, 28 de agosto de 2016

Crítica: The Girl in the Cornfield (2016)


Película escrita y dirigida por Ryan Callaway (The Watchers), quien además es co-productor junto a su esposa Amy Callaway. Se estrenó en VOD y DVD durante el mes de mayo dentro de los Estados Unidos, pero luce poco probable que llegue a otros mercados.

Sinopsis:

Después de recoger a su hermana menor, Heather (Briana Aceti) y su amiga Corrine (Tina Duong) se dirigen a casa en medio de un aislado camino rodeado de un maizal, donde al quedarse dormida por instante Heather atropella a una mujer.  Aterradas, ellas bajan del auto para ayudarla, pero solo se encuentran un rastro de sangre que será inicio de una serie de aterradores eventos que les cambiarán su vida por completo.



Comentarios generales:

Tener una buena historia dentro de un filme independiente suele ser el tanque de oxígeno para estas producciones que deben de pasar un sinfín de problemas para poder ver la luz, no importa si todo lo demás deja mucho que desear, si la historia te atrapa por lo regular perdonas muchas cosas. Sin embargo, cuando dicho aspecto se sustenta en elementos comunes que ves año tras año la calidad de la producción si toma más relevancia y si está no cumple con ciertos estándares es muy probable que el proyecto termine siendo uno muy poco atractivo (o malo), lo cual fue el caso con The Girl in the Cornfield.

Esto porque lo que nos presenta Callaway es algo muy estándar que al inicio pretende manejarse como un concepto sumamente oscuro, sustentándose principalmente en el entorno tétrico proporcionado por el maizal y el tema del misterio de la mujer atropellada, pero que rápidamente se esfuma para darle paso a una serie de sucesos genéricos que pasan a toda velocidad. En serio, realmente el director no se toma ningún tiempo para desarrollar un suspenso necesario que te genere interés en lo que está por venir, todo lo suelta de golpe durante el primer acto por medio de sustos fáciles muy predecibles que no aportan mucho y una serie de eventos que se sienten muy forzados considerando los periodos de tiempo transcurridos.

A partir de ahí la película se vuelve aburrida, con un ritmo por demás tedioso y llena de situaciones que no hacen demasiado por ir solidificando las posturas de ambas protagonistas, quienes terminan siendo personajes muy blandos en todo esto. Situación que provoca que parte del peso de la historia recaiga en la actriz más joven y eso, si bien le brinda un toque de inocencia interesante, tampoco ayuda demasiado para incrementar los niveles raquíticos de suspenso que se manejan; los cuales recaen en varias escenas que resultan hasta deprimentes de ver por el nivel de la producción.  

La parte final es un poquito más intensa, en gran parte porque se sabe más o menos el trasfondo de los eventos (explicados de manera muy acelerada) y porque el espíritu tiene cierto protagonismo que en automático les agrega fuerza a momentos relevantes, pero tampoco es realmente nada del otro mundo e incluso el desenlace bien puede dejar confundido a muchos.

Las actuaciones son lo que uno espera en esta clase de trabajos, muy acartonadas y con muchísima dificultad para reflejar emociones fuertes. La producción es limitadísima: el trabajo de fotografía resulta efectivo por unos lapsos (y en otros no tanto), la dirección de arte es pobre, el score si está bastante bueno, el trabajo de sonido presenta muchas fallas, los efectos son dignos de cortometraje escolar y la cuestión de maquillaje es sumamente limitada.

Opinión final: The Girl in the Cornfield es un filme independiente más. No se perderán de mucho si no la ven.

Ojometro:
**

jueves, 25 de agosto de 2016

Crítica: The Purge: Election Year (2016)


Tercera entrega de la franquicia, la cual nuevamente fue escrita y dirigida por su creador James DeMonaco. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos el pasado 1 de julio y en México hizo lo propio apenas este 19 de agosto; recaudando hasta la fecha $102.3 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Años después de haberle perdonado la vida al hombre que mató a su hijo, Leo Barnes (Frank Grillo) se ha convertido en el jefe de seguridad de la senadora Charlie Roan (Elizabeth Mitchell). Una candidata presidencial cuyo principal objetivo es eliminar la purga anual y a la que tendrá que proteger a toda costa en dicha festividad de aquellos que se benefician de las miles de muertes año con año.



Comentarios generales:

La franquicia de The Purge es un tanto atípica dentro del género gracias a que se trata de una en donde la segunda entrega fue, por mucho, mejor que la original y eso le brindó una nueva oportunidad para poder expandirse que por lo regular muchas otras no tienen. Es por eso que Election Year estaba obligada a cumplir a como dé lugar con resultados positivos, mucho más considerando que el contexto actual de la elección de los Estados Unidos le quedaba como anillo al dedo. Algo que para nuestra fortuna logra, aunque no con la efectividad tan alta como su predecesora.

Y es que la verdad se nota de manera instantánea que DeMonaco se siente muy cómodo con el tono adquirido en Anarchy, lo cual provoca que ahora su atención se centre mucho más en lo que hay detrás de la purga y por ello recurre a temas que actualmente son relevantes en su país como los programas sociales (algo que sirve para re-introducir un personaje de la primera entrega), las fricciones raciales y, claro, la carrera presidencial. Brindándole así un inicio mucho menos tenso de lo acostumbrado, ya que ahora los momentos previos a esta fatal festividad se centran más en el lado humano en lugar del simple desquicio social que provoca; sin dejar de lado los conflictos que le darán sentido más adelante, así como algunos aspectos que se integran para mostrar la evolución que ha tenido con el pasar de los años como es el caso de los turistas asesinos.

Realmente no es tan complicado descifrar lo que va a ocurrir, así que cuando finalmente da inicio la ola de brutalidad lo que hace el director es recurrir a escenas de acción para establecer un ritmo caótico que nunca volverá a disminuir y que ayuda muchísimo a mantener esa sensación de peligro constante durante la persecución. Aunque al hacer esto se pierde un poco el aspecto perturbador de las entregas anteriores, no tanto por la falta de violencia o sangre, sino porque ahora no se le da demasiado énfasis a las locuras que hacen las personas durante esta noche y ciertamente los pocos ejemplos mostrados no tienen peso, con algunos rayando incluso en lo caricaturesco.

En general todo fluye de manera agradable, sin embargo, llega un punto en donde la película pretende darle muchas vueltas a ciertas cosas y eso genera inconsistencias que convierten al segundo acto en uno poco atractivo. Uno en donde la esencia de la purga pasa a segundo término, lo cual disminuye el nivel de impacto de forma considerable.

Afortunadamente esa esencia regresa para la parte final, una en donde se utilizan ciertas referencias nazis para seguir explicando el trasfondo oscuro que existe detrás de la purga y que termina proporcionando el desenlace satisfactorio lleno de acción. El cual no deja tan claro si este es el cierre definitivo o si habrá una cuarta entrega (lo que es probable).

Las actuaciones cumplen, realmente de todos los actores principales hacen un trabajo adecuado considerando que se ven a obligados a mezclar de manera mucho más frecuente emociones fuertes con algo de humor. La producción es de buena nota: el trabajo de fotografía no varía mucho con respecto a las entregas anteriores, la dirección de arte cumple, el score está ok, el trabajo de sonido es destacado y los efectos en su mayoría son sólidos.

Opinión final: The Purge: Election Year está entretenida. No llega al nivel de la 2da entrega, pero se pasarán un buen rato.

Ojometro:
****

lunes, 22 de agosto de 2016

Crítica: On the Brain (2016)


Primer largometraje del director Kevin Van Stevenson, cuyo guión fue escrito por Brandon Trask. Se estrenó el pasado 12 de julio vía DVD y VOD dentro de los Estados Unidos, mientras que su llegada a otros mercados está en duda (aunque es probable que llegue por medio de TV).

Sinopsis:

Un sheriff recién llegado descubre que hay algo verdaderamente mal en el apartado pueblo de Golden Torch. Un lugar en donde no tiene muchos aliados y del cual rápidamente se da cuenta que tal vez no salga con vida.



Comentarios generales:

Para estas alturas uno supondría que el realizar películas sobre zombies/infectados es algo de mero trámite considerando el auge que han tenido desde inicios de la década. Evidentemente no digo que sea sencillo, pero por lo general lo complicado es encontrar una idea lo suficientemente original para resaltar sobre el resto debido a que la estructura de estos trabajos no suele cambiar demasiado y funciona en un porcentaje bastante alto de las veces; sin embargo, en ciertas ocasiones nos topamos con cosas tan malas que ni siquiera lo más básico pueden hacerlo bien y On the Brain es un perfecto ejemplo de eso.

Ya que lo que nos regalan Stevenson y Trask es una historia sin pies ni cabeza, la cual inicia de manera extremadamente lenta enfocándose en una alcaldesa omnipotente que por alguna razón maneja un restaurante y en un sheriff que impone poco respeto, los cuales en lugar de colaborar para combatir el ataque de infectados se ponen inmediatamente en contra (dejando parado al personaje principal todavía más como un bueno para nada). Un punto que pareciera irrelevante, pero que termina quitando todo el misterio sobre el origen de la infección de manera muy rápida, generando así una serie de ataques cuya relevancia es nula para el proceso de investigación que consumirá gran parte de lo que resta del metraje.

Todo esto obliga a utilizar un ritmo muchísimo más pausado y, por ende, la película se vuelve aburridísima a partir del segundo acto, no solo por la carencia de momentos verdaderamente potentes que involucren a los infectados (casi todas las escenas de impacto o muertes son fuera de cámara), sino porque además le agregan un triángulo amoroso de la nada para generar tensiones. Un movimiento absurdo que no hace ningún tipo de aportación y ni siquiera logra su cometido, el cual además solo revuelve muchísimo más el limitado concepto de la infección; uno que pasa completamente a segundo término y que es confirmado bajo la teoría más absurda que se puedan imaginar.

La parte final te da la sensación de que fue construida en pleno momento, sin ningún tipo de control de calidad y esperando a que todo quedara mínimo decente para darle así algo de fluidez a la historia. Esto porque se siente increíblemente forzado como de pronto un personaje secundario se convierte en el verdadero héroe. Simplemente es imposible creerle y eso provoca que la resolución del inevitable conflicto sea demasiado floja; además de que carece por completo de elementos característicos de esta clase de cine.

Las actuaciones son malas, todas resultan muy planas y carentes de emoción como para poder causarte interés en unos personajes que, en teoría, se encuentran frente a un peligro como ningún otro. La producción es muy pobre: el trabajo de fotografía deja mucho que desear, la dirección de arte es casi inexistente, el score no tiene nada destacado, el trabajo de sonido es pésimo y la cuestión del maquillaje es decente a lo mucho.

Opinión final: On the Brain es malísima. Una de las peores películas sobre zombies/infectados que he visto en años recientes.

Ojometro:
*