jueves, 26 de junio de 2014

Crítica: Lord of Tears (2014)


Producción británica dirigida por Lawrie Brewster y escrita por Sarah Daly. Su presencia más fuerte se ha dado en festivales, pero desde hace algunos meses está disponible una edición de colección tanto en DVD como en Blu-ray que pueden conseguir aquí.

Sinopsis:

James Findlay (Euan Douglas) es un maestro que sufre de constantes pesadillas que involucran a un extraño ente. Convencido de que de alguna forman se encuentran ligadas con un incidente del pasado, este decide regresar a la casa donde paso su niñez en las montañas escocesas; lugar en donde su curiosidad hará que tenga que pelear para sobrevivir las brutales consecuencias.



Comentarios generales:

En fechas recientes el cine de terror británico ha manifestado un resurgimiento notorio y en gran parte por el camino experimental que varios directores han decidido tomar con sus filmes. Una tendencia que ha convertido a este en un cine divisivo, que genera muchas clases de comentarios por parte de los fans; situación que no creo que cambie mucho con Lord of Tears.

En lo que es su segundo largometraje, la dupla Brewster-Daly nos trae un trabajo cuyo propósito inicial es envolverte en una atmósfera poco usual y golpearte con un arrollador estilo visual que indudablemente harán que tu interés se dispare como ocurre con pocas cosas; logrando de manera más que efectiva la generación de un suspenso con algunos pequeños elementos que se encargarán de ir estableciendo gran parte del tono de la película. Sin embargo, un aspecto que sin duda jugará en su contra con varios espectadores es el tiempo que se toma Brewster para desarrollar la historia y en gran parte se debe a que implementa un ritmo exageradamente lento/pausado durante la primera hora; donde se le da mucho énfasis a las visiones del personaje principal como una vía de escape a la monotonía e incluso por algunos lapsos se torna un tanto aburrida.

Aunque una vez llegada la mitad y cuando hace su acto de aparición The Owlman las cosas cambian de manera radical, convirtiendo la monotonía en una locura llena de dinámica que es complementada con algunas imágenes bastante perturbadoras. Y es que a pesar de que la revelación que dispara todo esto no es tan difícil de descifrar, si termina cambiando las cosas de manera positiva; dándole un aire de cine de terror mucho más claro, subiéndole el grado de intensidad y finalmente brindándole sentido a las visiones que predominaron al inicio. Sin decir que se muestra una estructura mucho más digerible para el espectador en general.   

El final está bien. Básicamente te lo revelan en la primera hora y si no te dormiste en ese lapso lo vas a ver venir.

De las actuaciones debo de decir que Douglas no me convenció nunca, lo sentí demasiado exagerado todo el tiempo (sus gritos resultan insoportables); aunque por otra parte Alexandra Hulme está bastante bien en las dos facetas que presenta su personaje. La producción es sólida: el trabajo de fotografía es muy bueno y algo clave para la atmósfera que se construye, el score está bien y la caracterización de The Owlman, si bien es simple, cumple a la perfección con su cometido de dejártelo grabado en la memoria.

Opinión final: Lord of Tears está ok. No es precisamente mi tipo de película predilecta, pero vale la pena checarla (además de que la edición de colección es un gran producto).

Ojometro:
***