miércoles, 19 de noviembre de 2014

Crítica: The Taking of Deborah Logan (2014)


Primer largometraje del director Adam Robitel, quien además es co-escritor del guión junto con Gavin Heffernan. Se estrenó el pasado 21 de octubre vía VOD dentro de los Estados Unidos y a inicios de noviembre salió directamente en DVD e iTunes.

Sinopsis:

Mia (Michelle Ang) ha encontrado el tema perfecto para su tesis sobre el Alzheimer y para ello decide filmar durante los próximos meses la vida de Deborah Logan (Jill Larson) y su hija durante la batalla de la primera con dicha enfermedad. Al inicio todo marcha conforme a lo planeado, pero con el paso de los días pronto se darán cuenta que Deborah empieza a experimentar cosas raras que no son consistentes con ninguno de los síntomas del Alzheimer.



Comentarios generales:

Una de las cosas que siempre he criticado sobre los found footage en los últimos años es la poca habilidad que la mayoría de dichos trabajos tienen para generar una auténtica sensación de terror e incomodidad durante gran parte de su duración. Casi todos se limitan a unos cuantos minutos mientras que el resto suele ser una ola de aburrimiento brutal, pero ese no es el caso de The Taking of Deborah Logan; tal vez el found footage mejor realizado en un buen tiempo.

Y es que Robitel y Heffernan nos traen algo diferente, no en la manera de presentar las cosas porque la película sigue el formato característico, sino en la forma de ir desarrollando la historia; esto gracias a que la primera mitad se centra en lo aterrador que puede llegar a ser el Alzheimer, sus consecuencias y sobre como no solo afecta al paciente que lo padece, sino también a todos los que están a su alrededor. Lo cual puede llegar a parecer aburrido pero nunca lo es, ya que de manera inteligente se van insertando poco a poco elementos más sobrenaturales cuyo claro propósito es ir preparando el camino para lo que viene a partir de la segunda mitad, construyendo además por medio de la relación madre-hija algunos momentos en verdad desgarradores; donde de manera muy sutil también nos empiezan a vender la idea de que Deborah es alguien aterradora por sí misma: con una sola mirada es capaz de incomodar al espectador.

Todo fluye de buena manera, no tiene muchos lapsos cansinos y justo cuando piensas que se puede empezar a caer se integran de manera total elementos vinculados con un asesino serial, fantasmas y mitología ligada a las víboras que terminan por darle mucho mayor complejidad a las cosas. Evidentemente sabemos que Deborah no solo está enferma desde temprano en el filme, pero todo esto le añade mucha mayor sustancia para volver los orígenes de esta maldad en algo verdaderamente intrigante y darle un giro que se salga de lo convencional. Combinándolo con varios sucesos que gráficamente puede que no sean tan impactantes, pero que generan una sensación de tensión muy fuerte cada que la protagonista termina por escaparse en las noches.

Igualmente tiene un grado de sensatez pocas veces vista en el found footage: los motivos de la grabación continua están bien justificados o cuando las cosas se ponen peligrosas uno de los personajes decide irse y no regresar. El único problema que le encontré en este aspecto fue la facilidad con la que Deborah se escapa de cualquier lugar en donde este... ¿Acaso nadie podía vigilarla?

El final es realmente bueno. Presenta una persecución digamos pasiva, que no muestra nada particularmente violento, pero nos brinda sin duda alguna una de las escenas más perturbadoras y únicas de todo el año.

En cuanto a las actuaciones son Jill Larson y Anne Ramsay quienes se llevan las palmas; tienen muchísima química para que su situación te atrape desde el momento en que aparecen en pantalla, además de que la primera tiene una presencia bastante imponente. La producción está ok: realmente lo más sobresaliente en este aspecto es el trabajo de maquillaje implementado para mostrar los estragos físicos en Deborah y algunos efectos, especialmente los que están ligados con la escena mencionada arriba.

Opinión final: The Taking of Deborah Logan es un found footage que vale la pena. Tal vez de los mejores trabajos de este tipo que han salido en los últimos cinco o seis años.

Ojometro:
****