sábado, 28 de febrero de 2015

Crítica: Wyrmwood (2015)


Debut tras la cámara del director Kiah Roache-Turner, quien además es co-escritor del guión junto con su hermano Tristan Roache-Turner.  Se estrenó de manera limitada en cines tanto en Australia como en los Estados Unidos el pasado 12 de febrero y el día 13 empezó a estar disponible por iTunes.

Sinopsis:

Barry (Jay Gallagher) es un mecánico y padre de familia cuya vida se cae a pedazos durante un apocalipsis zombie. Por otra parte, su hermana Brooke (Bianca Bradey) ha sido secuestrada para formar parte de los experimentos de un doctor y mientras ella planea su escape, su hermano se aventura en la carretera junto con un compañero sobreviviente para buscarla; enfrentando a hordas de hambrientos zombies en su camino.



Comentarios generales:

Uno de los problemas que enfrenta el cine de zombies es que por años habituó al público a una dinámica muy básica en donde pocas cosas cambiaban, así que cuando salen trabajos que pretenden alejarse de lo ya establecido por lo general son tachados de aburridos o poco interesantes si no hay elementos conocidos. Por ello resulta tan difícil ver cosas frescas en este género; sin embargo, a pesar de que hay mucha familiaridad, con Wyrmwood todo el tiempo sientes que esto es algo completamente fresco.

Y es que Roache-Turner nos trae una historia que no se anda con rodeos e inmediatamente te introduce a un escenario dinámico y sangriento, el cual no necesita de mucho drama personal para hacerte sentir empatía por sus personajes; quienes si pasan por momentos sumamente trágicos (sobre todo Barry), pero que no terminan siendo precisamente el foco central de todo esto. Realmente en pocos minutos tenemos una idea clara sobre lo que tratará, pero además se nos presentan una serie de sucesos completamente “over the top” necesarios para definir claramente tanto el estilo visual como la línea burlona con respecto al apocalipsis zombie, aunque sin caer en los terrenos que la conviertan en una comedia porque ese nunca es el propósito.

Lo más admirable es que cuando parece que empieza a caer en la monotonía se sacan un par de ideas muy originales (ligadas con la sangre de los zombies) y un tanto ridículas que le brindan un nuevo panorama a la historia; las cuales, haciendo memoria, no recuerdo que alguien las hubiera aplicado antes. Todo fluye de manera agradable, el ritmo de la película nunca presenta bajones gracias al trabajo de edición con sus cortes rápidos y mantiene las dosis necesarias de violencia mientras dichas ideas van desarrollándose de forma ingeniosa, sin que se sientan metidas con calzador porque realmente influyen de manera importante en lo que ocurre; provocando que cuando finalmente ambas se junten todo se sienta natural y hasta lógico de algún modo retorcido.

El único punto negativo que le encontré es que el tema de los militares es tratado de manera muy pobre. En realidad no te dicen absolutamente nada sobre su misión, sobre por qué llevan a un doctor amante de la música disco con ellos o sobre el propósito de sus investigaciones; generando así un vació en un tema del que me parece se tenían que dar algunos detalles para encontrarle sentido.

El final puede ser un problema para algunos, no porque sea malo o porque carezca de emociones, sino porque realmente no te brinda un cierre definitivo. Si se resuelven ciertas cosas, pero en general es un desenlace abierto que no pretende encontrar una solución, sino más bien presentar un punto (por más loco que resulte) de quiebre dentro de la crisis.

Las actuaciones en general son buenas, destacando principalmente la mancuerna formada por Gallagher y Leon Burchill (Benny), quienes brindan algunos momentos muy entretenidos; mientras que Bianca Bradey se posiciona como la zombie más sexy jamás vista. La producción es bastante sólida a pesar de no contar con un gran presupuesto: el trabajo de fotografía es efectivo, utilizan de manera perfecta un puñado de locaciones para recrear kilómetros de carretera, la dirección de arte en el par de sets está ok, el sonido es espectacular, los efectos son una mezcla de CGI/prácticos muy bien balanceada y el trabajo de maquillaje con los zombies cumple perfectamente.

Opinión final: Wyrmwood es irreverente, pero tiene más sustancia de la que aparenta. Bastante recomendable.  

Ojometro:
****