domingo, 17 de abril de 2016

Crítica: 10 Cloverfield Lane (2016)


Secuela de la película de 2008 que significa el primer largometraje del director Dan Trachtenberg y cuyo guión fue co-escrito por Josh Campbell, Matthew Stuecken y Damien Chazelle. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos el pasado mes de marzo, pero aquí en México apenas hizo lo propio durante este fin de semana.

Sinopsis:

Después de abandonar a su prometido, Michelle (Mary Elizabeth Winstead) se ve envuelta en un violento accidente automovilístico y cuando despierta se encuentra encerrada dentro de un bunker con Howard (John Goodman) y Emmet. La explicación para esto es que fue salvada de un aparente evento apocalíptico, pero con el paso de los días el comportamiento del primero la hará sospechar otra cosa.



Comentarios generales:

La primera entrega es una película que a un gran porcentaje de personas les gustó, pero a mí me pareció un tremendo bodrio y la urgencia por ver una secuela realmente no era mucha de mi parte. Sin embargo, cuando se anunció por sorpresa 10 Cloverfield Lane bajo un formato totalmente diferente a la original mi interés creció, ya que esto significaba un nuevo comienzo y para mi fortuna lo que encontré fue algo que sin duda le dará mucha vida a una franquicia que estaba totalmente destinada a morir.

Jugando entre ser una secuela y un spin-off, lo que nos trae Trachtenberg es una historia que se sustenta en la paranoia de dos personajes sobre temores totalmente distintos; haciéndolos chocar una y otra vez para que el espectador nunca tenga una idea lo suficientemente clara sobre si el peligro se encuentra afuera e incluso si es real, o si lo verdaderamente peligroso está dentro del que supuestamente es el lugar más seguro. Convirtiendo así el primer acto en uno intenso, donde la sensación de que algo no está bien es muy palpable y el ritmo es bastante ágil para ir construyendo un momento destinado a clarificar una de estas dudas de manera tajante y así cambiar un poco la dinámica del filme.

Obvio ante esto el segundo acto se vuelve uno mucho más pasivo, especialmente porque es aquí donde se conoce un poco más a fondo a los personajes y se le da mucho énfasis a la relación de confianza/desconfianza entre Michelle y Howard. Igualmente, es en esta parte donde cada detalle empieza a importar para ir revelando sorpresas que no se sienten forzadas; especialmente cuando la historia retoma la idea de que el verdadero peligro no es lo que se encuentra en el exterior.

Todo manejado con un timing prácticamente perfecto por parte del director, quien es capaz de emplear sustos fáciles muy efectivos en una película que apuesta más por el aspecto psicológico y también momentos de impacto que le añaden mucha fuerza al conflicto central.

La parte final es algo completamente distinto, es casi como de otra película. Esto porque aquí es donde se hace la conexión con la primera entrega de manera más directa y los elementos de sci-fi son los que dominan para brindar unos 15 minutos finales muy entretenidos que le añaden un poco más de sustancia al concepto de la invasión alienígena.

Las actuaciones son muy destacadas, Winstead y John Gallagher muestran buena química como victimas mucho más pensantes que el promedio; aunque quien se lleva las palmas es Goodman con su increíble demostración de un tipo con dos caras al cual le crees todo el tiempo. La producción es de buena factura: el trabajo de fotografía logra reflejar una sensación de claustrofobia suficiente, la dirección de arte dentro del bunker es impecable, cuenta con un buen score, un buen trabajo de sonido y los efectos están muy bien hechos.

Opinión final: 10 Cloverfield Lane es bastante buena. Un paso correcto en lo que pinta para ser el renacer de una franquicia.

Ojometro:
*****