martes, 12 de abril de 2016

Crítica: The Girl in the Photographs (2016)


Película dirigida por Nick Simon (Removal), quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Robert Morast y Osgood Perkins. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 1 de abril, aunque aún no hay información sobre cuándo saldrá en formato físico o si llegará a otros mercados.

Sinopsis:

Colleen (Claudia Lee) es una joven de la apacible comunidad de Spearfish que un día empieza a recibir fotografías de chicas brutalmente asesinadas. El problema es que nadie sabe si son reales o si son producto de un artista con un sentido del humor muy enfermo y por ello la policía no hace mucho al respecto, pero pronto las cosas se saldrán de control.



Comentarios generales:

Hay que decir que, bajo circunstancias normales, The Girl in the Photographs muy probablemente hubiera estado algún tiempo en la congeladora hasta que alguien la rescatara del olvido, pero debido a la muerte del gran Wes Craven rápidamente obtuvo notoriedad. Esto gracias a que se trata del último filme en donde el maestro del terror estuvo involucrado (fue productor ejecutivo) y como suele ocurrir en este tipo de casos, ese morbo por saber qué fue lo último de su legado influyó para que hiciera mucho ruido; a pesar de que los resultados no sean tan espectaculares.

Y es que lo que nos trae Simon sin duda es una película con mucho potencial, cuyo inicio resulta sumamente prometedor al establecer las bases para un thriller potente y oscuro por medio de una muerte temprana que sirve como un mensaje claro de aquí todo puede ocurrir; brindándole así una sensación de suspenso inmediata. Sin embargo, estos geniales primeros 10/15 minutos se desvanecen rápido gracias a que en una movida bastante cuestionable se integra una segunda historia que le roba reflectores y en cierta forma se vuelve el centro de atención pese a no tener motivos lo suficientemente sólidos que lo justifiquen.

A partir de aquí todo se vuelve un caos y realmente el segundo acto se trata de ver cómo estas dos historias chocan una y otra vez bajo un ritmo cansino, donde la original ve como cada intento por generar tensión, impacto o suspenso se ve desplazado por el humor completamente idiota proporcionado por Kal Penn en la historia alterna. Es un sube y baja constante de situaciones que nunca logran desarrollarse de manera plena, provocando que la sensación de misterio vaya desapareciendo y la película poco a poco se transforme más en un slasher lleno de situaciones genéricas que no llevan a ningún lado y que solo están pensadas para matar el tiempo hasta que inicie la masacre.

Los últimos 15 minutos son entretenidos. Al pasarse por completo al modo slasher el director no se pone limitaciones y por lo menos ofrece un cierre sangriento que dejará satisfechos a varios fans al contar con muertes gráficas e incluso con un desenlace que le hace un poco de justicia al concepto original.

En cuanto a las actuaciones debo de decir que terminaran odiando a Kal Penn, mientras que Claudia Lee hace lo que puede y Katharine Isabelle cuenta con una aparición muy limitada. La producción es de muy buena factura: el trabajo de fotografía es probablemente lo mejor de la película (especialmente durante las escenas nocturnas), la dirección de arte no es nada del otro mundo, cuenta con un muy buen score y la cuestión de efectos/maquillaje es en su mayoría muy discreta (salvo por los minutos finales).

Opinión final: The Girl in the Photographs está aceptable. Nunca explota como uno quisiera, pero tiene ciertas cosas que seguramente agradarán a unos cuantos.  

Ojometro:
***