domingo, 22 de mayo de 2016

Crítica: The Witch (2016)


Película escrita y dirigida por Robert Eggers, quien hace su debut en el género. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos durante el mes de febrero, pero a México recién llego el pasado 19 de mayo; recaudando hasta la fecha $33.2 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Nueva Inglaterra, 1630: Un matrimonio de cristianos devotos son expulsados de su comunidad junto con sus cinco hijos. Ya establecidos justo a las afueras de un tenebroso bosque, el miembro más pequeño de la familia desaparece de manera misteriosa y con ello inicia la debacle familiar, siendo la hija mayor, Thomasin (Anya Taylor-Joy), el centro de todas las culpas.



Comentarios generales:

Generalmente me propongo el no tener expectativas tan altas para cualquier película debido a que en muchas ocasiones eso suele perjudicar la experiencia, pero en el caso de The Witch me resultó complicado cumplir con esta regla simplemente porque el tráiler me emocionó en exceso. Obvio esto me generaba dudas, pero para mí buena suerte lo que me encontré es una de las experiencias más gratificantes de los últimos años; la cual nunca toma los caminos convencionales para llevar al espectador a un viaje que le causará de todo, menos indiferencia.

Esto porque Eggers lo que busca en todo momento es mantener un realismo apabullante para una historia que, por estar basada en documentos históricos, lo exigía a gritos; obligándolo a realizar un primer acto extremadamente metódico y con un ritmo pesado que a más de uno le ocasionará dolor de cabeza. Donde su principal objetivo es ir sembrando pequeños conflictos entre unos personajes obsesionados con la religión por medio de una desaparición que, al mismo tiempo, también se utiliza como el pretexto perfecto para jugar un poco con la realidad y la perturbadora fantasía; provocando así la duda sobre si lo que ocurre es en verdad producto de las malas intenciones de una bruja o si no solo se trata de una familia que ya se vio rebasada mentalmente por su precaria situación.

Ya llegados los 35/40 minutos la tensión empieza a crecer y el director, en lugar de irse por el camino fácil de incluir puros elementos fantásticos basados en el folklore de la época, opta por hacer una impresionante disección de un conflicto familiar lleno de mentiras, traiciones, paranoia, miedos y desconfianza que resulta doloroso de ver. Obteniendo así escenas muy potentes en las que no se necesita de sangre o violencia gráfica para que provoquen gran impacto, las cuales además siguen contribuyendo para ir inflando una burbuja que explotará en cualquier momento para darle un sentido definitivo a un terror que incluso en este punto no sabes a ciencia cierta si tiene un sustento fantástico detrás (a pesar de que existen sutiles pistas por aquí y por allá para sacar una conclusión sólida).

También hay que agregar la tremenda atmósfera que se logra construir. La película es visualmente impecable, hermosa a su modo; lo cual convierte al trabajo de fotografía en una parte fundamental para que el espectador se sienta atrapado en un escenario depresivo, donde todo el tiempo existe esa sensación de que “algo” se encuentra vigilando las acciones y como consecuencia generando una fuerte dosis de suspenso.

Sin embargo, todo lo anterior no tendría mucho sentido si no fuera por lo que ocurre en el acto final. Aquí es donde The Witch cambia de ritmo para explotar la burbuja de manera brutal, presentando un nivel de locura impresionante y una adecuada cantidad de sangre que terminan por abrir el camino hacia una conclusión muy oscura que implica algo mucho más grande de lo que esperas.

Sobre las actuaciones puedo decir que todos están geniales, realmente era muy fácil caer en lo cómico dada la naturaleza fanática de los personajes y aún así cada uno de los actores logra mantener un balance adecuado para no hacerte reír. La producción es de muy buena factura para el presupuesto con el que contó (3.5 millones de dólares): la fotografía es espectacular, la dirección de arte perfecta, el score es potente, el trabajo de sonido bien cuidado, los efectos son prácticos en su mayoría y el trabajo de maquillaje discreto.

Opinión final: The Witch es estupenda. Ciertamente no es para todos (varios la van a odiar), pero sin temor alguno puedo decir que se trata de la película definitiva sobre brujas.

Ojometro:
*****