martes, 3 de noviembre de 2020

Crítica: The Witches (2020)

Nueva adaptación del libro del mismo nombre que está dirigida por Robert Zemeckis (Death Becomes Her), quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Kenya Barris y Guillermo del Toro. Se estrenó por medio de HBO Max dentro de los Estados Unidos el 22 de octubre, mientras que en México hizo lo propio en cines el fin de semana pasado.

Sinopsis:

En 1967 un niño y su abuela se hospedan en un lujoso hotel después de un peculiar encuentro, aunque para su mala fortuna en ese mismo lugar un aquelarre de brujas tienen una reunión en donde la Gran Bruja (Anne Hathaway) devela su plan maestro para eliminar a todos los niños del planeta.


Comentarios generales:

Cuando la adaptación en cine suele tener más penetración que la obra original en la memoria colectiva por lo regular se vuelve complicado que futuras adaptaciones sean vistas con buenos ojos, así que cuando salió el trailer de The Witches y mucha gente la desechó de inmediato no fue novedad. 

Al final de cuentas la película protagonizada por Anjelica Huston dejó su huella porque es buena, aunque por alguna razón muchos la recuerdan como una que daba mucho miedo (en gran parte por el estupendo trabajo de maquillaje) cuando en realidad era una claramente familiar y esta nueva versión no cambia en lo absoluto dicho enfoque. Incluso me atrevería a decir que Zemeckis maneja un tono mucho más ligero y eso, aunado a los cambios realizados para que la historia se aloje en Alabama, puede resultar muy polémico para varios. 

Sin embargo, a pesar de todo creo que termina funcionando para los propósitos generales del filme sin que esto signifique que las cosas sean perfectas debido a que los primeros 30 minutos son bastante aburridos. En gran parte porque la relación de Bruno con su abuela nunca logra sentirse lo suficientemente entrañable, pero sobre todo porque la manera en la que se establece la existencia de las brujas carece de la pequeña dosis de misterio que debería y por lo consiguiente su estatus como amenazas no parece relevante.

Afortunadamente es con la aparición de la Gran Bruja cuando se le da vuelta a las cosas y a partir de ahí la experiencia resulta mucho más entretenida al tener un personaje con mucha presencia que eleva el aspecto fantástico y añade una dosis de humor efectiva por medio de su personalidad extravagante. Además de que, una vez que se revela su plan, la dinámica de las acciones se agiliza de una manera muy marcada y con ello cada situación que involucra a los ratones se sostiene de buena forma para construir sin demasiados problemas lo que será la parte final.

Una que puede sentirse un poco acelerada (porque lo está), pero que cumple al presentar de buena forma uno de los momentos más emblemáticos de la historia. Aunque también se toma sus libertades para brindar un desenlace que le dé un poco más de pantalla a la Gran Bruja y, a la vez, no se aleje demasiado de la conclusión que se da en el libro.

En el tema de las actuaciones hay que decir que Anne Hathaway es el sustento principal de la película y su labor no decepciona en lo absoluto. La manera como maneja la comedia para darle vida a un personaje tan excéntrico se encuentra en el punto ideal y logra diferenciarse por completo de la interpretación que vimos en los 90s.

La producción se nota que contó con un presupuesto decente: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte está bien cuidada, el score es sólido, el trabajo de sonido es impecable y la labor de maquillaje es muy básica. Mientras que los efectos recaen demasiado en el CGI, lo cual hace que algunos luzcan bien y otros no tanto.

Opinión final: The Witches está entretenida. Una experiencia de tono ligero meramente familiar que les hará pasar un buen rato.

Ojometro:
***