Mostrando entradas con la etiqueta Emily Mortimer. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Emily Mortimer. Mostrar todas las entradas

martes, 21 de julio de 2020

Crítica: Relic (2020)


Producción australiana que significa el primer largometraje para la directora Natalie Erika James, quien además comparte créditos como co-escritora del guión junto a Christian White. Se estrenó en VOD dentro de Australia y los Estados Unidos el pasado 10 de julio, aunque todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Una hija, su madre y su abuela son acechadas por una manifestación de la demencia que consume la vieja casa de la familia.



Comentarios generales:

Cuando uno escucha sobre una película de terror australiana lo primero que se le viene a la mente es algo lleno de excesos visuales en donde predomine la sangre, así que cuando se anunció Relic hasta parecía algo exótico viendo que dichos excesos estarían ausentes. Lo cual sin duda despertó un interés muy grande debido a que se notaba que era un trabajo con una línea distinta y la verdad es que no ha decepcionado.

Esto porque lo que nos trae Natalie Erika James es una historia que se empeña en mostrarte dos tipos de horrores: uno fantasioso intangible y otro que puede pasarle a cualquiera, ya que la demencia como tal puede traer consigo uno de los mayores temores que tiene el ser humano: quedarse solo.

Exponiéndolo mediante una familia que desde el primer instante sufre de la incertidumbre que genera el tener algún ser querido bajo esas condiciones y en base a eso ir construyendo una dinámica familiar lo más realista posible que en definitiva puede desalentar a unos cuantos gracias a que el desarrollo durante la primera mitad del filme es a fuego lento. Aquí no hay prisas y mucho de lo que ocurre se sustenta en las dudas que se puedan generar debido a que en todo momento se crea una situación en donde es obvio que algo no está bien, pero nunca queda lo suficientemente claro si lo que ocurre en verdad cuenta con un factor secundario o si simplemente es derivado del estado del personaje de Edna.

Utilizando sueños, sonidos en las paredes o situaciones particulares dentro la casa, la cual en cierta forma se convierte en un personaje más gracias a lo que se genera ahí. Ya que es por medio de esta como se construye una atmósfera claustrofóbica muy fuerte que ayuda a que los niveles de tensión se vayan incrementando de la manera más natural posible; dejando así el peso dramático en las interacciones entre las tres protagonistas que solidifican la parte realista al exponer las complejidades que conlleva el tener que interactuar con alguien cuyo comportamiento puede cambiar de un instante a otro.

Obviamente con todo lo anterior las cosas pueden llegar a ser demasiado dramáticas y no tan interesantes en el lado del terror; sin embargo, el pago en el último acto vale mucho la pena. No solo porque el tono se vuelve incluso aún más oscuro, sino porque además las cosas toman un rumbo ciertamente sorpresivo que magnifica el tema del deterioro para brindar un impacto visual muy interesante y dejar un cierre perturbador que hasta el último instante pone en manifiesto el tema de la soledad.

En el tema de las actuaciones la película es donde tiene una de sus principales fortalezas y la verdad resulta complicado decir que alguna de las actrices resalta por encima de las otras debido a que Emily Mortimer (Kay), Robyn Nevin (Edna) y Bella Heathcote (Sam) hacen un gran trabajo en conjunto. Simplemente las tres logran una química estupenda que le brinda muchísima credibilidad a su dinámica familiar y por ende todo lo que les ocurre logra tener un impacto mucho mayor para el espectador.

La producción es de gran factura: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte está muy bien cuidada, cuenta con un score efectivo, el trabajo de sonido es impecable, los efectos cumplen para lo que son requeridos y la labor de maquillaje es de primer nivel.

Opinión final: Relic me gustó. Buena película que logra generar terror por distintos frentes, aunque puede que eso no sea del agrado del todo el mundo.

Ojometro:
****

martes, 3 de diciembre de 2019

Crítica: Mary (2019)


Primer largometraje del director Michael Goi, cuyo guión fue escrito por Anthony Jaswinski. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos durante el mes de octubre, mientras que en México hizo lo propio en cines durante el fin de semana pasado.

Sinopsis:

Una familia en búsqueda por iniciar su propio negocio de alquiler de embarcaciones compra un barco en muy mal estado que guarda terribles secretos de sus viajes por los mares.



Comentarios generales:

Cuando ves el nombre de un actor del calibre de Gary Oldman ligado a una película de terror evidentemente tu nivel de interés se va a elevar de forma inmediata, aunque también es inevitable el ponerte a pensar cuál será la razón para que haya aceptado estar involucrado en esta porque hay que admitir que es algo inusual. La primera es que en verdad se trate de un gran proyecto que haya llamado su atención, la segunda es que le esté haciendo un favor a alguien y la tercera es que viera la posibilidad de cobrar un buen cheque sin tener que hacer un gran esfuerzo. Y lamentablemente parece que lo que pasó aquí fue esto último.

Ya que lo que nos trae Goi es un trabajo que no exige demasiado a los actores no solo por el hecho de que se desarrolla en un espacio contenido, sino que además se trata de una historia con la que se puede notar claramente que no le invirtieron demasiado tiempo al momento de escribirla.

Esto porque decir que es genérica sería quedarme corto ante la terrible ausencia de contenido que tenemos aquí, sobre todo durante un primer acto en el que te dan detalles sobre la situación de esta familia pero no se hace el más mínimo esfuerzo por añadir contexto respecto al barco, lo cual ocasiona que por un lapso importante de tiempo todo lo que ocurre en pantalla sea en extremo aburrido gracias a que, salvo por algunos vagos intentos por generar suspenso, nada cuenta con demasiado peso en el desarrollo.

Situación que se magnifica llegando a la segunda mitad de la película debido a que, ante la carencia de cualquier tipo de historia de fondo, no existen razones sólidas para justificar lo que hacen los personajes y por lo consiguiente sus extraños comportamientos quedan parados como meras anécdotas que pasan simplemente porque si. Provocando así que el ritmo se vuelva cansino y se tenga que recaer en la explotación del mismo recurso (secuencias de sueños) una y otra vez hasta que raye en lo ridículo.

La parte final es la única que se salva y en gran medida se debe a que es donde por fin se le da juego a lo que hay detrás del barco. Aspecto que no resaltará por su originalidad pero por lo menos brinda el material suficiente para construir un cierre con intensidad que hace uso del fantasma y trata de añadir cierto nivel de sorpresa a algo bastante predecible.

De las actuaciones hay que decir que de no ser por el propio Oldman y Emily Mortimer (Sarah) las cosas habrían sido peores, ya que ambos logran por lo menos manifestar una buena química en pantalla con un material muy limitado para trabajar. La producción tampoco tiene nada para destacar: el trabajo de fotografía está ok, la dirección de arte no resalta, el score es un tanto genérico, el trabajo de sonido cumple, los efectos son muy simples y la labor de maquillaje ínfima.

Opinión final: Mary es bastante mala y aburrida. Película del montón que les hará perder minutos valiosos de su tiempo.

Ojometro:
**