domingo, 17 de julio de 2016

Crítica: 13 Cameras (2016)


Película escrita y dirigida por Victor Zarcoff, la cual significa su debut tras la cámara. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 15 de abril y su salida en DVD se dio apenas el 12 de julio, aunque aún no se sabe si llegará a otros mercados.

Sinopsis:

Claire (Brianne Moncrief) y Ryan (PJ McCabe) son una pareja recién casada que se muda a una nueva casa al otro lado del país que con el tiempo descubrirá que sus problemas maritales son la menor de sus preocupaciones gracias a que su maloliente casero tiene un gusto extraño: espiarlos día y noche por medio de cámaras escondidas por todo el lugar.



Comentarios generales:

Podemos decir sin ningún problema que Paranormal Activity cambio por completo la manera en la que se conciben las películas que involucran sistemas de seguridad, encasillándolas en el subgénero como el de found footage para la eternidad. Por ello cuando salió el tráiler de 13 Cameras sentí que había una oportunidad para ver algo distinto, algo que pudiera brindar cierta frescura a una temática muy desgastada debido a que se alejaba del formato conocido; sin embargo, a pesar de que se nota un esfuerzo por hacerlo, al final lo que experimenté fue una aburrición enorme.

Ya que lo que nos presenta Zarcoff es una historia muy simple que maneja el concepto de villano/victimas de manera muy directa desde el primer minuto, dejando todo el peso en la idea de que incluso en el lugar donde te deberías de sentir más seguro existe la posibilidad de que alguien te vigile sin que tú lo sepas. Sin duda algo inquietante, pero que aquí realmente no pesa mucho gracias a que todo el primer acto se centra en conflictos maritales ideados para generar tensión entre ambos protagonistas mientras su stalker hace lo que se le pega la gana sin ser notado, lo cual vuelve poco emocionantes las acciones.

Pasados unos 40 minutos es cuando se empiezan a tomar más de riesgos por medio de un personaje diseñado para generar un conflicto mayor entre la pareja y con el villano siendo más descarado al momento de satisfacer su obsesión, pero lamentablemente todo esto no agrega mucho suspenso gracias al ritmo tan pasivo que se maneja.

En serio, llega un punto en donde la película simplemente no avanza, incluso te llega a parecer absurda la manera en la Zarcoff pretende alargar las cosas al recurrir a situaciones que son más dignas de un drama veraniego que de algo correspondiente al género; especialmente porque estas evitan identificar de manera clara el propósito de Gerald, cuyas intenciones evidentemente son oscuras, pero nunca hay el suficiente desarrollo como para involucrarte de lleno en lo que pretende.

En la parte final es donde todo explota y eso se debe a que nos muestran algunos elementos conocidos que funcionan bastante bien. Aquí la sangre hace presencia de manera discreta y la violencia utilizada añade un impacto necesario; aunque lo que lo vuelve interesante es que por fin se deja de lado la perfección del antagonista para ponerlo en situaciones que lo obligan a actuar de manera un tanto diferente.

Sobre las actuaciones no hay mucho que decir; Moncrief y McCabe logran una química aceptable, mientras que Neville Archambault (Gerald) aporta una presencia muy imponente sin prácticamente diálogos. La producción muestra factura sólida: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte es básica, cuenta con un score adecuado, el trabajo de sonido es bastante bueno y la cuestión de efectos/maquillaje realmente es mínima.

Opinión final: 13 Cameras es aburrida. Una película que ofrece muy poco como para que la recuerden a la semana de haberla visto.

Ojometro:
**

jueves, 14 de julio de 2016

Crítica: The Dooms Chapel Horror (2016)


Película que significa el primer largometraje dentro del género para el director John William Holt, cuyo guión fue escrito por Jason Turner. Se estrenó directamente en DVD y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 14 de junio.

Sinopsis:

Kyle Cole (Austin Madding) regresa junto a su equipo de filmación a su pueblo natal en Kentucky después de una década con la idea realizar un documental sobre un devastador recuerdo de su infancia. Sin embargo, cuando los lugareños se enteran de su regreso empiezan a ocurrir extraños eventos conectados a lo ocurrido años atrás y a un miembro de la comunidad llamado Jordan (Bill Oberst Jr.).



Comentarios generales:

Realmente solo hay un puñado de personajes ligados en la actualidad al género de terror que me hacen ver sus películas sin pensar demasiado sobre si serán buenas o no, siendo Oberst Jr. uno de ellos. Gracias a esto The Dooms Chapel Horror era un trabajo al que le seguí la pista muy de cerca y, a pesar de tratarse de una producción independiente, le tenía mucha fe por su temática; aunque tristemente el resultado final fue uno no tan satisfactorio.

Algo que resulta lamentable porque Holt en verdad hace un gran esfuerzo por poder regalarnos una película que se sienta diferente a pesar de tener una premisa un tanto común, utilizando diversos estilos de filmación que tienen un propósito específico y eso se nota en el primer acto. Uno que está construido evidentemente para brindarte un contexto muy trágico sobre la infancia de Kyle, pero que se siente increíblemente fluido gracias a la combinación de formatos que van desde entrevistas de manera tradicional hasta found footage para captar los momentos más emocionales del protagonista y, además, el uso de una cámara tipo GoPro para las situaciones tensas.

Todo esto hace que la historia te atrape sin importar su simpleza, sobre todo porque en base a este tipo de cosas el director logra generar una sensación de misterio muy fuerte no solo sobre el pasado del protagonista, sino también sobre el pueblo en sí. Uno que sabes que oculta muchas cosas, pero no sabes exactamente qué.

El problema llega cuando a la mitad del segundo acto, ya con la presencia de los antagonistas, las cosas se estancan de manera importante y se le empieza a dar vueltas al pasado de Kyle de una manera muy absurda; donde ya sabes perfectamente lo que pasó (o al menos tienes una idea sólida) y aún así no se atreven a tratar el tema de manera clara hasta que es demasiado tarde. Lo cual hace que la parte final se sienta muy acelerada e incluso un tanto absurda.

Ya que en poco tiempo le quieren dar la relevancia que no pudieron en la primera hora al culto de Jordan, pero este termina quedando en segundo plano con la revelación de algo mucho mayor que hace de los últimos 10 minutos lo más sangriento de toda la película. Aunque también lo vuelve confuso por algunas decisiones con los estilos de filmación que no tienen mucho sentido.

Las actuaciones no son nada del otro mundo, realmente lo más destacado es la siempre imponente presencia de Bill Oberst Jr. y el gran complemento que significa Joshua Mark Robinson (Samuel) como su discípulo/compinche. La producción es lo que se puede esperar de un proyecto independiente: el trabajo de fotografía es decente, la dirección de arte no presenta grandes complicaciones, el trabajo de sonido es muy limpio considerando los formatos, los efectos son bastante pobres y el trabajo de maquillaje resulta muy básico.

Opinión final: The Dooms Chapel Horror es un trabajo independiente más. No es un desperdicio, pero la verdad hay trabajos similares que logran mejores resultados.

Ojometro:
***

martes, 12 de julio de 2016

Crítica: Carnage Park (2016)


Película escrita y dirigida por Mickey Keating (Darling, POD). Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 1 de julio, aunque aún no hay información disponible sobre su llegada a otros mercados o su salida en formato físico.

Sinopsis:

Es 1978 y un robo a un banco que salió terriblemente mal deja a Vivian (Ashley Bell) como la rehén de un par de criminales que huyen de la escena. Sin embargo, las cosas van de mal en peor cuando en su camino rumbo a México entran al terreno desértico de un dañado ex francotirador, quien los involucrará en un mortal juego del gato y el ratón.



Comentarios generales:

Debo de confesar que soy muy fan de toda película que se desarrolle en terrenos áridos e involucre algún tipo de inadaptado o inadaptados cuyo mayor propósito es aterrorizar a todo ser vivo que entre a sus territorios. Por ello Carnage Park era uno de los trabajos que más esperaba en el año, ya que desde el tráiler se podían notar sus influencias (The Texas Chainsaw Massacre, The Hills Have Eyes, Wolf Creek) y parecía que se uniría a esa lista de referencias obligadas en un futuro, pero al final se quedó a medio camino gracias a su falta contenido.

Y es que la película inicia verdaderamente bien con un escape que va mezclando el presente con los sucesos ocurridos en un no tan distante pasado para darte una idea general muy rápida de lo que desencadeno este desastre para Vivian. Todo por medio de una presentación muy bien cuidada que refleja al cine serie b de los 70s, pero que nunca pretende ser el punto central de tu atención y que solo sirve para complementar un primer acto lleno de tensión; donde el director con muy pocos elementos logra generar una sensación de peligro latente a base de diálogos que, en cuestión de minutos, cambian a una brutalidad gráfica para generar impacto inmediato mientras se entra a una dinámica completamente distinta rumbo al segundo acto.

Uno en el que el juego del gato y el ratón se desarrolla (al menos en su primera etapa) de manera muy fluida y con un ritmo casi perfecto mientras la protagonista se va a adaptando a las circunstancias dentro de este escenario totalmente adverso que le brinda muy pocas herramientas para poder sobrevivir. Sin embargo, esto con el paso de los minutos se va perdiendo cuando la historia se torna repetitiva y las decisiones de Vivian empiezan a resultar un tanto incoherentes; especialmente después de un aparente giro que básicamente acaba con la premisa y ocasiona que las acciones regresen a un punto muerto al que tratan de darle interés por medio de un cameo, pero que no es suficiente para arreglar el daño.

La parte final es bastante decepcionante. Aquí se entra en un punto en el que es muy evidente que el director ya no sabía cómo rellenar los minutos que faltaban y básicamente se limita a regalarnos una persecución en la oscuridad que involucra muchos gritos fastidiosos, donde además nunca queda claro qué ocurre con el estado mental de nuestra protagonista y los motivos detrás de las acciones del francotirador; teniendo como resultado una la resolución totalmente hueca. 

Las actuaciones están ok: Bell hace un trabajo aceptable mientras no la ponen a gritar por cualquier cosa y Pat Healy como el francotirador se encuentra bastante limitado en diálogos, pero en cuanto a presencia cumple con su papel. La producción está bien: el trabajo de fotografía es bueno hasta antes del último acto, la dirección de arte es lo común para estas historias, el score no tiene mucho peso, tiene un buen trabajo de sonido, los efectos son sólidos y el trabajo de maquillaje realmente solo se pone a prueba por unos minutos donde cumple con creces durante la escena más gráfica de todas.

Opinión final: Carnage Park está aceptable, aunque pudo ser mucho mejor. Recomendable más que nada para ver bajo renta.

Ojometro:
***

viernes, 8 de julio de 2016

Crítica: Dead Rising: Endgame (2016)


Secuela de la película de 2015 que ahora está dirigida por Pat Williams y que cuenta con el regreso de Tom Carter como escritor del guión, aunque compartiendo créditos junto a Michael Ferris. Se estrenó directamente en Crackle dentro de los Estados Unidos el pasado 20 de junio, aunque aún no ha llegado a todos los mercados en los que está disponible dicha plataforma.

Sinopsis:

Dos años después nos encontramos en la zona de cuarentena de East Mission City infestada de zombies, donde el reportero de investigación Chase Carter (Jesse Metcalfe) tendrá que detener una conspiración secreta del gobierno que, a pesar de estar diseñada para acabar con la epidemia, también terminará con la vida de millones de personas inocentes.



Comentarios generales:

La primera entrega no fue nada del otro mundo, pero resultó ser un buen negocio para Legendary y todas las partes involucradas dada la facilidad con la cual se podía vender en distintos formatos para diversos mercados (en menos de un año estuvo en TV), así que una secuela era algo lógico. Lo único que faltaba era ver si mantenían la poca fidelidad hacia el videojuego o si tomaban el camino que en su momento tomó Resident Evil de desviarse por completo para crear su propio universo, lo cual Dead Rising: Endgame termina haciendo.

Esto porque Williams y los guionistas durante el primer acto se alejan por completo de la esencia del juego que involucra atascar todo con zombies y prefieren establecer de manera más sólida la amenaza a gran escala del gobierno, dejando claro que la historia, si bien involucra zombies como un peligro constante, tiene un poco más de fondo. Algo sin duda necesario para expandir esta franquicia, pero que realmente convierte al primer acto en uno bastante aburrido dado a que ocurren muy pocas cosas trascendentes y las escenas con las criaturas son en extremo limitadas; provocando que la película se sienta de todo, menos como parte del género de terror.

Situación que cambia rebasando los 35 minutos, cuando se empieza a explotar lo verdaderamente fuerte dentro de esta producción: las persecuciones/enfrentamientos.

Aquí es donde el ritmo se vuelve frenético y el espectador entra a terrenos conocidos con secuencias muy bien logradas que involucran mucha sangre, armas peculiares, escenarios con cierta complejidad para los sobrevivientes y cantidades muy importantes de zombies que ahora lucen mucho más intimidantes debido a que no son los típicos que con un solo golpe se mueren; además de que pueden correr (lo cual en automático agrega impacto a todo lo que hagan).

La parte final es agradable. Logran producir niveles de tensión sólidos y nuevamente se proporciona una escena de acción con muchos zombies muy entretenida que le brinda bastante dinamismo a un desenlace por demás predecible, el cual está totalmente pensado para preparar el camino a una inevitable tercera entrega.

Las actuaciones no cambian mucho con respecto a lo que se vio el año pasado; Metcalfe realmente cuenta con muy pocos diálogos y se dedica a ser el héroe prácticamente invencible, mientras que los secundarios son realmente los que cargan con cuestiones más emocionales. La producción es un poco menos ostentosa, pero mejor cuidada: el trabajo de fotografía está ok, la dirección de arte es simple, cuenta con un buen trabajo de sonido, los efectos están bien hechos (sobre todo en las persecuciones) y la cuestión de maquillaje sigue siendo poco imaginativa tratándose de zombies, pero al menos hay mayor variedad.

Opinión final: Dead Rising: Endgame sigue la línea de la primera como un entretenimiento hueco sin mayores pretensiones, pero con mejores escenas de acción.

Ojometro:
***