domingo, 9 de octubre de 2016

Crítica: Phantasm: Ravager (2016)


Quinta entrega de la franquicia, dirigida por el debutante (dentro del género) David Hartman y cuyo guión co-escribió junto a Don Coscarelli. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 2 de octubre, mientras que su salida en formato físico está planeada para noviembre/diciembre.

Sinopsis:

Después de varias décadas de estar enfrentando a The Tall Man y a su ejército de criaturas, Reggie (Reggie Banister) vivirá una última épica batalla multidimensional donde el futuro del planeta tierra se encuentra en juego.



Comentarios generales:

Hay franquicias cuyo estatus de legendarias se lo han ganado a base de múltiples secuelas para mantenerse en la mente del colectivo popular, pero existen unas cuantas que lo han conseguido en base a una legión de fieles fanáticos que no han dejado que caigan en el olvido y sin duda alguna Phantasm es la más importante de estas. 

En serio, si no fuera por los famosos Phans esta franquicia ya hubiera desaparecido hace mucho tiempo y Ravager es una película hecha exclusivamente para ellos en modo de agradecimiento, pero con pocas cosas que le puedan agradar a aquellos que en su vida han visto alguna de las entregas previas o no están familiarizados con la mitología que las conforman.

Esto porque Hartman y Coscarelli se apegan muchísimo a los elementos que han vuelto entrañable a Phantasm para muchos, ósea… una producción austera y, sobre todo, una historia enredada que no tiene mucho sentido. Lo cual en el primer acto no es tan notorio debido a que se liga con los hechos de la cuarta entrega para darle una última exhibición como badass a Reggie que funciona de manera perfecta gracias a que logra combinar acción y humor muy característicos utilizando a las esferas asesinas, todo con el principal propósito de hacerte sentir nuevamente familiarizado con este universo y establecer la sensación de peligro constante con la que nuestro protagonista ha tenido que vivir por tantos años. 

Lamentablemente a partir de los 30 minutos es cuando las cosas pierden rumbo, ya que las acciones empiezan a saltar entre la travesía apocalíptica de Reggie y la estancia de este en un asilo; un giro que no es exactamente algo complicado de entender y que probablemente se tuvo que hacer por las limitantes físicas con las que ya gozaba Angus Scrimm, pero que nunca termina por sentirse orgánico dentro de todo esto. No porque la poca coherencia me moleste, sino porque en cuestión de minutos se pretende que todo lo que se ha vivido sea parte de algo que hasta este punto no se había tratado y que limita muchísimo la presencia de The Tall Man; quien recibe un par de escenas para enmarcar, pero cuya historia queda inconclusa.

El final sin duda será muy polémico. El aspecto positivo es que brinda un cierre definitivo a Reggie, Mike, Jody y The Tall Man, pero por otra parte, es difícil ignorar que se dejan muchísimas preguntas sin respuesta para que sea el espectador quien saque sus propias conclusiones. Algo que probablemente no era lo que muchos esperaban, sobre todo con este escenario de realidades alternas que vuelve complicado definir cuál es la que en verdad importa.

Las actuaciones son lo mismo que uno lleva presenciando por todos estos años, pero ver las últimas escenas de Angus Scrimm es algo que a cualquier fan le va a sacar una lágrima. En cuanto a la producción creo que todo el mundo estará contento de ver que las cosas siguen igual: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte es simple, el score es épico como siempre, el trabajo de sonido es bueno y los efectos son una combinación de prácticos/CGI con ese sello de serie b  tan característico.

Opinión final: Ravager puede que no sea la conclusión perfecta, pero definitivamente dejará contentos a todos aquellos Phans que esperaron tantos años para verla.

Ojometro:
***

jueves, 6 de octubre de 2016

Crítica: Blair Witch (2016)


Secuela directa del clásico de 1999 dirigida por Adam Wingard (You're Next) y cuyo guión fue escrito por Simon Barrett. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos el pasado 16 de septiembre, mientras que en México hizo lo propio apenas este fin de semana. Recaudando hasta la fecha 35 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Después de descubrir un vídeo por internet en donde cree haber visto a su hermana Heather, James (James Allen McCune) y un grupo de amigos se dirigen al bosque donde ella desapareció hace más de 20 años y en el cual supuestamente habita la bruja de Blair.



Comentarios generales:

Independientemente de la opinión que uno pueda tener sobre The Blair Witch Project, es innegable que se trata de una de películas más influyentes dentro del género en los últimos 25 años y lo que provocó en 1999 fue un fenómeno cultural fascinante que no se ha vuelto a ver dentro del cine de terror. Básicamente fue el Pokémon Go de aquella época, estaba en todos lados y veías a toda clase de personas (fans o no) debatir sobre si era real, así que cuando se anunció esta sorpresiva secuela difícilmente podías ignorarla y en verdad deseaba que Blair Witch fuera algo especial, pero al final de cuentas resultó ser una gran decepción.

Ciertamente la premisa con la que parten Wingard y Barrett se siente como un proceso natural, pero la problemática es que ya no estamos en 1999 y el found footage ya no es algo novedoso como en aquel entonces. Ante esto uno esperaría un poco más de innovación de su parte y no solo simples actualizaciones de las herramientas de filmación, las cuales prácticamente son el punto de atención durante un primer acto sorpresivamente vacío considerando que solo se hacen referencias mínimas al tema de la leyenda o a lo ocurrido durante estos últimos 20 años; limitándose a interacciones genéricas entre personajes que no se diferencian demasiado a las de otros ochenta trabajos vistos en años recientes.

En general la película es aburrida, avanza muy lento y presenta situaciones bastante estúpidas, pero sobre todo se siente hueca. Por ahí se pretende jugar un poco con el hecho de que lo ocurrido sea una farsa al recurrir a los populares símbolos de ramas; sin embargo, este aspecto pasa rápidamente a segundo término para darle paso a una serie de sucesos inexplicables que no solo son incómodos de ver por el formato, sino que además no añaden demasiada sustancia como para poder desarrollar de mejor manera la mitología alrededor Blair; provocando que por momentos no sepas si estás viendo una historia sobre una bruja o sobre pie grande.

La parte final es un caos. Lo positivo que tiene es que las acciones se trasladan a un escenario familiar, pero más allá de eso hay poco que rescatar debido a que todo se limita a gritos y a movimientos bruscos de la cámara con los cuales no puedes percibir claramente lo que sucede; donde las explicaciones son mínimas y una vez más se pretende que sea el propio espectador quien saque sus propias conclusiones con respecto a lo que es la bruja.  

De las actuaciones puedo decir que no están tan mal, hacen lo que pueden con personajes muy limitados y cuyos diálogos se constituyen en un 50% de repetir nombres mientras corren. La producción tiene algunas cosas interesantes: el trabajo de sonido es muy bueno, en general la ambientación es sólida y el uso de diferentes tipos de cámaras generan una dinámica un tanto distinta, aunque se termina desperdiciando el elemento más interesante (un dron).

Opinión final: Blair Witch es una mala película. Un burdo intento por querer revivir una franquicia que dio todo de si hace 16 años atrás.

Ojometro:
**

martes, 4 de octubre de 2016

Crítica: 31 (2016)


Película escrita y dirigida por Rob Zombie (The Devil’s Rejects). Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 16 de septiembre y llegará de manera limitada en cines a varios países durante este mes de octubre. Todavía no hay información sobre su salida en formato físico.

Sinopsis:

En la noche previa a Halloween, cinco personas son secuestradas y encerradas en un complejo conocido como “Murder World”. Un lugar donde serán obligados a participar en un sádico juego llamado 31, el cual consiste en sobrevivir durante 12 horas los constantes ataques de un grupo de maniáticos vestidos de payasos.



Comentarios generales:

Hablar sobre una película de Rob Zombie es como caminar por un terreno minado, ya que no importa lo que digas, casi siempre terminarás siendo alcanzado por los explosivos comentarios de sus más fervientes seguidores o de sus más recalcitrantes detractores. Es alguien que divide a los fans del género como pocos y definitivamente con 31 esa tendencia no va a cambiar en lo absoluto, esto a pesar de que se trata de un trabajo mucho menos experimental que The Lords of Salem y con el cual regresa a las bases que le dieron buenos resultados en sus inicios.

Ya que el director recurre nuevamente a ese aire de grindhouse setentero que maneja muy bien y a la creación de villanos con los cuales uno pueda obtener un rápido interés, siendo lo segundo algo fundamental para que el primer acto no sea completamente intrascendente. Esto porque la película inicia con un potente monólogo realizado por Doom-Head que establece algo en verdad oscuro, pero después de eso las cosas caen en un territorio poco interesante donde, salvo por una pequeña interacción, todo se siente vacío y con el avanzar del metraje queda en evidencia que bien se lo podrían haber evitado ante la nula relevancia que tienen estos primeros 25/30 minutos para el resto de la película.

Realmente lo interesante llega durante el segundo acto cuando da inicio el juego mortal, no tanto porque sea algo muy original (es una combinación de The Running Man con Battle Royale), sino porque son los propios asesinos quienes le brindan un toque único a las acciones sangrientas. Unas que para lo acostumbrado con Zombie son muchísimo más ligeras de lo que se podrían imaginar y cuyo ritmo es bastante caótico para mantener una intensidad muy elevada que no permita al espectador el ponerse a cuestionar ciertos sucesos que no presentan demasiada sustancia, pero que resultan entretenidos de ver ante la violencia presentada. Además de que la curiosidad que genera el saber cómo serán los siguientes payasos en aparecer ayuda muchísimo a que todo transcurra de manera ágil.

La parte final me dejó con un sabor un tanto agridulce. Por una parte, es tremendo ver a Domm-Head de regreso, él es sin duda el personaje con más fuerza y le brinda otro nivel de tensión a las acciones; sin embargo, por otra parte, la película no responde muchas preguntas que hubieran ayudado a redondear la historia (¿Quiénes son esas personas ricas?) y eso hace que el desenlace se sienta muy vacío.

Las actuaciones de los estelares no están mal, pero quienes se llevan los reflectores son los propios payasos; en especial Pancho Moler como Sick-Head y el enorme Richard Brake como Doom-Head. Ellos terminan siendo el alma de la película debido a que son los que reciben más exposición y, a pesar de que no tienen tanto desarrollo, si terminan convenciéndote no solo de que se trata de tipos enfermos, sino que además bien podrían expandir su historia en otras películas. 

La producción está bien cuidada: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte es muy buena, el score bien pensado como siempre, el trabajo de sonido es efectivo, los efectos son llamativos a pesar de su simplicidad y el trabajo de maquillaje resulta un buen complemento.

Opinión final: 31 me entretuvo. Aunque para este punto creo solo queda decir que si son fans de Zombie la deben de checar y si no lo son, bueno… mejor evítenla.

Ojometro:
***

sábado, 1 de octubre de 2016

Crítica: The Mind's Eye (2016)


Película escrita y dirigida por Joe Begos (Almost Human). Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado mes de agosto, mientras que su salida en formato físico está programada para el próximo 4 de octubre.

Sinopsis:

Zack Connors (Graham Skipper) y Rachel Meadows (Lauren Ashley Carter) nacieron con increíbles habilidades de telequinesis. Así que cuando su talento se hace público ambos son llevados con el doctor Michael Slovak (John Speredakos), quien supuestamente pretende ayudarlos a controlar sus poderes, pero en realidad lo que quiere es saber cómo obtenerlos.



Comentarios generales:

A pesar de que Strangers Things volvió a poner en boca de todos los homenajes al cine de décadas pasadas, lo cierto es que este es un fenómeno que se ha dado dentro del género de terror desde hace algunos años a la fecha y ya no es algo tan novedoso. Por ende, cada vez es más complicado para los cineastas poder sorprender con esta clase de trabajos, pero afortunadamente hay quienes siguen encontrando las maneras para hacerlo y The Mind's Eye es un claro ejemplo sobre cómo explotar la nostalgia (en este caso, de inicios de los 90s) sin demasiadas complicaciones.

Esto porque lo que nos regala Begos es probablemente una de las historias más absurdas que nos podemos encontrar, pero que desde el primer minuto deja en claro que no se toma muy en serio y cuyas únicas intenciones son las de entretener al espectador por medio de elementos llamativos que logren complementar una trama muy básica. Un aspecto que durante el primer acto puede que no sea tan palpable considerando que es en esta parte donde se pone un poco más de énfasis al desarrollo de los personajes y a los verdaderos motivos que hay detrás de la investigación, lo cual puede hacerlo un poco pesado, pero en cuestión de minutos deja eso de lado para iniciar un auténtico espectáculo visual que resulta muchísimo más violento de lo que uno se podría imaginar.

Y es que al llegar al segundo acto esto se convierte en una serie de peleas que están dominadas por expresiones sumamente graciosas por el uso de la telequinesis y, sobre todo, de muchísimos efectos prácticos.

En serio, si son fanáticos de cómo se hacían las películas de antes van a amar todo lo que ocurre a partir de aquí, lo cual básicamente es un enfrentamiento que se extiende por varios minutos, pero que gracias al trabajo de edición fluye de manera perfecta y cuyo buen uso del score, así como de los propios momentos de impacto, proporcionan un nivel de intensidad bastante elevado.

La parte final sigue con la misma línea, aunque a un nivel mucho mayor con la violencia. Los disparos aumentan, las explosiones de partes del cuerpo humano aumentan, las expresiones graciosas aumentan y eso añade un impacto visual impresionante que le dan a la pelea definitiva un toque de autenticidad importante, ya que en realidad su estructura no es muy distinta a las anteriores.

De las actuaciones se puede decir que todas cumplen su objetivo de ser completamente exageradas considerando los personajes a los que se les da vida, siendo Speredakos el que más da de que hablar como este doctor completamente obsesionado. La producción tiene un sello particular, pero resalta en ciertas cosas en específico: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte no tiene nada especial, el score es muy bueno, el trabajo de sonido es limpio, el maquillaje sólido y los efectos especiales son sin duda el principal atractivo. Ya que se tratan en un 95% de prácticos sumamente llamativos.

Opinión final: The Mind's Eye terminará gustando en mayor o menor medida dependiendo de qué tanta seriedad o desarrollo busquen. A mí me entretuvo y la recomiendo para pasar un buen rato.

Ojometro:
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