jueves, 22 de marzo de 2018

Crítica: Devil's Tree: Rooted Evil (2018)


Película dirigida por Chris Alonso y Joshua Louis, quienes además escribieron el guión. Se estrenó en VOD y formato digital  dentro de los Estados Unidos el pasado 27 de febrero, aunque todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Sam (Maddy Curley) es una aspirante a periodista que encuentra un árbol con una historia bastante oscura. Esto la lleva a investigar a profundidad los sucesos, pero con el paso de los días sus propios demonios del pasado empezarán a consumirla nuevamente mientras descubre que es lo que rodea al propio árbol.



Comentarios generales:

La verdad es que cuando vi cual era el elemento central de esta película mis expectativas descendieron de manera considerable, ya que al final de cuentas estamos hablando de un maldito ÁRBOL. Por si esto no fuera poco, para añadir más dudas estaba el hecho de que era un trabajo independiente inspirado en eventos reales, ósea… la fórmula perfecta para el desastre; sin embargo, para mi sorpresa Devil's Tree: Rooted Evil resultó ser mejor de lo que esperaba.

Y mucho de esto tiene que ver con el hecho de que los directores solo utilizan los supuestos eventos reales para brindarle cierto impulso a una historia que en realidad es muy simple, la cual se sustenta más que nada en elementos paranormales y de vez en cuando utiliza el impacto para resaltar la situación de determinados personajes secundarios. Teniendo así como consecuencia un primer acto en el que no ocurre demasiado en pantalla, más allá de la investigación obligada que te brinda algo de contexto; además de una escena bastante gráfica que involucra un suicidio.

Es hasta llegada la media hora cuando las cosas adquieren un tono mucho más oscuro y con ello lo que rodea al árbol empieza a tomar forma al involucrar temas con tintes un tanto satánicos que ayudan a generar escenas bastante sangrientas, así como el incremento en el ritmo implementado. También es a partir de aquí cuando se le da más importancia al pasado de Sam o al menos eso tratan de hacer, ya que en este aspecto no se logra algo sólido gracias a que lo mostrado es mínimo, sin nada que verdaderamente te haga sentir una empatía importante hacia el personaje y que se queda parado como un tema incluido de manera aleatoria para explotar (o no) más adelante.

La parte final ciertamente carece de la intensidad que uno suponía iba a tener considerando un giro un tanto forzado que presentan. No es mala; de hecho, termina resultando efectiva para lo que es, pero si deja algunas interrogantes que solo hacen que el desenlace se sienta hueco.

Las actuaciones no son precisamente lo mejor, por ahí Maddy Curley hace una labor decente pero el resto si se nota muy amateur. La producción es bastante limpia para un trabajo de este tamaño: tiene un buen trabajo de fotografía, la dirección de arte no tiene mucho que destacar, el score es correcto, tiene un buen trabajo de sonido, los efectos cumplen y la labor de maquillaje tiene cosas muy buenas.
   
Opinión final: Devil's Tree: Rooted Evil está pasable. Película más que nada para ver cuando no tengan otras mejores opciones disponibles. 

Ojometro:
***

lunes, 19 de marzo de 2018

Crítica: Living Among Us (2018)


Película escrita y dirigida por Brian A. Metcalf (The Lost Tree). Se estrenó de manera limitada en cines, VOD y DVD dentro de los Estados Unidos el pasado 2 de febrero, aunque no hay información sobre si llegará a otros mercados.

Sinopsis:

Los vampiros han optado por salir a la luz pública y un grupo de documentalistas han sido invitados a la casa de uno de ellos para que el mundo sepa que no son los monstruos que creen.  Aunque pronto dichos invitados se darán cuenta que no todo es tan simple como parece.



Comentarios generales:

Después de “What We Do in the Shadows” parecía inevitable que el cine de vampiros encontrara cierto nuevo aire por medio del found footage debido a que este proporcionaba un medio bastante practico para tratar nuevos enfoques con respecto al lore que todos conocemos. Sin embargo, eso no sucedió y parece que es una tendencia que no se va a explotar como pensaba, pero al menos si abrió la puerta para que de vez en cuando salgan trabajos pequeños con cosas interesantes como es el caso de Living Among Us.

Un proyecto de Brian A. Metcalf que no pretende descubrir el hilo negro y que claramente cuenta con influencias de la comedia de 2015, aunque en este caso bajo un enfoque en el que los vampiros guardan una postura mucho más oscura y misteriosa. La cual da pie a que durante el primer acto se tenga que brindar algo de contexto por medio de unos segmentos de noticias de pobre calidad para establecer la duda no solo sobre si en verdad el tema de los vampiros es real, sino también si estos serán capaces de vivir en armonía junto a los humanos.

Dudas que se encargarán de sostener por lo menos unos 40 minutos de la película por medio del escepticismo del grupo de filmación y que en general provocan que el desarrollo de la historia sea algo lento, más no aburrido. Ya que realmente el propósito del creador nunca es generar un espectáculo sangriento, en general todo se trata de ir desenvolviendo (con algunas fallas evidentes) poco a poco las ambiciones de un grupo de vampiros que sabes que esconden algo, pero nunca estas completamente convencido de ello gracias a sus personalidades tan contrastantes que vuelven difícil el poder descifrarlos de manera rápida.

La parte final es, como en todo found footage, la más intensa. La sensación de peligro se va haciendo palpable con el paso de los minutos y cuando por fin se desata el caos el nivel de intensidad resulta muy agradable, así como la cantidad de violencia presentada en pantalla (que había sido muy limitada hasta este punto). Aunque, por otra parte, en el lado negativo tenemos que hay escenas demasiado oscuras en las que resulta complicado ver lo que ocurre y también que existen ciertas cosas que nunca se toman la molestia de aclarar.

Las actuaciones no están mal, para ser un filme pequeño cuenta con un elenco con varias caras conocidas que ayudan a tener un desempeño sólido en este rubro. La producción cumple con lo necesario: la iluminación tiene altibajos, está bien editada, el trabajo de sonido no tiene fallos, la labor de maquillaje es simple y los efectos la verdad están bastante bien logrados.

Opinión final: Living Among Us es entretenida. Una pequeña película de vampiros que les hará pasar un buen rato.

Ojometro:
***

jueves, 15 de marzo de 2018

Crítica: Children of the Corn: Runaway (2018)


Décima entrega de la franquicia, la cual está dirigida por John Gulager (Feast, Piranha 3DD) y cuyo guión fue escrito por Joel Soisson. Se estrenó directamente en VOD y DVD este pasado 13 de marzo dentro de los Estados Unidos.

Sinopsis:

Ruth (Marci Miller) escapa del culto en Gatlin, Nebraska mientras se encuentra embarazada. Trece años después ella sigue moviéndose de un lugar a otro para tratar de proteger a su hijo de lo que alguna vez experimentó, aunque cuando se establecen en un pequeño pueblo de Oklahoma su pasado parece haberla alcanzado una vez más. 



Comentarios generales:

Siempre me ha parecido bastante curioso como un relato corto de Stephen King ha sido capaz de generar una de las franquicias más prolíficas del cine de terror, ya que ese material daba a lo mucho para dos entregas y eso siendo benévolos. Hasta cierto punto es una proeza que sería mayormente reconocida de no ser porque quien está detrás de todo esto es Dimension Films, si… ese estudio cuyas únicas motivaciones solo son el tratar de mantener los derechos de franquicias a como dé lugar sin importar la calidad del producto. Situación que tristemente se vuelve a repetir con Runaway.

Y es que en esta ocasión se puede notar a todas luces que la prisa fue demasiada por sacarla, provocando así que lo que nos trae Gulager se sienta como algo ajeno a lo que conocemos. Obvio aquí tenemos elementos característicos como graneros, pequeños restaurantes o carreteras solitarias para brindar cierto nivel de familiaridad, pero el hecho de que el peso de la historia se sustente en Ruth y no en el culto hace que desde muy temprano la película caiga en un territorio poco interesante; no tanto porque la idea de explorar la vida de alguien que logró escapar sea mala, sino porque realmente nunca parecen saber cómo desarrollarla más allá de algunas alucinaciones o flashbacks.

Pasan los minutos y no se ven avances, todo se queda estancado en una rutina repetitiva que no ayuda en nada para que los personajes evolucionen en su nuevo entorno o mínimo para generar una sensación de riesgo latente. Ya que, con excepción de la aparición de una niñita, los momentos destinados para proporcionar terror son mínimos y por lo regular terminan siendo intrascendentes ante el poco seguimiento que se les da, Teniendo como consecuencia que estos queden parados más como eventos aislados que proporcionen un impacto deficiente y no para ayudar a aclarar lo que le ocurre a nuestra protagonista.

La parte final es decente, sobre todo porque es más o menos donde por fin logras sentir que estás viendo una Children of the Corn. Los traumas de Ruth siguen siendo el punto central para añadir un toque de misterio que no es tan complicado de descifrar, pero al contar con momentos más violentos el filme puede cerrar con cierta fuerza. Aunque no sin dejar varias cosas sin respuesta (sobre todo con respecto al hijo).

En el tema de las actuaciones Marci Miller no lo hace mal, cuenta con el personaje con mayor nivel de complejidad y al menos logra que uno se preocupe por ella durante varios lapsos de la película. En cuanto a la producción, definitivamente se nota que contó con un presupuesto muy corto: el trabajo de fotografía no es el mejor, la dirección de arte es pobre, el score no está mal, el trabajo de sonido cumple, los efectos son arcaicos y la labor de maquillaje no tiene mucho que destacar.

Opinión final: Children of the Corn: Runaway es una pérdida de tiempo. Otra secuela mediocre hecha al vapor para poder mantener los derechos por varios años más.

Ojometro:
**

lunes, 12 de marzo de 2018

Crítica: Winchester (2018)


Película dirigida por The Spierig Brothers (Daybreakers, Jigsaw), quienes además comparten créditos junto a Tom Vaughan como co-escritores del guión. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos el pasado 2 febrero, mientras que en México hizo lo propio durante el fin de semana.

Sinopsis:

En las afueras de San Francisco la multimillonaria Sarah Winchester (Helen Mirren) ha construido una enorme mansión que se encuentra en remodelación constante las 24 horas del día durante los siete días de la semana. Para el mundo exterior es una clara señal de una mujer con problemas mentales, pero para ella es la única manera de poder reparar el daño que las armas fabricadas por su compañía han ocasionado.



Comentarios generales:

Creo que a todo mundo le sorprendió que una actriz del calibre de Helen Mirren se involucrara en una película de terror, ya que no suele ser común que nombres de ese tamaño volteen a ver un género que dentro de la propia industria es considerado de segunda categoría. Esto provocó que rápidamente Winchester se convirtiera en uno de los trabajos más esperados del año, no solo por su presencia, sino porque había los elementos para poder tener algo grande que hiciera bastante ruido; aunque desgraciadamente eso no ocurrió.

Principalmente porque lo que nos traen los hermanos Spierig es una película que resulta difícil de digerir, no tanto porque cuente con una historia compleja (que no lo es), sino porque es de esas que tardan en desarrollarse. Una situación que por lo regular no me molesta pero en este caso si termina siendo perjudicial debido a que, al contar con una premisa básica de casas poseídas, el avance del primer acto se vuelve demasiado tedioso de manera muy rápida ante la falta de novedad y porque quieren sustentar todo en la excentricidad que representa la propia mansión o su dueña. Siendo esto un aspecto que al inicio resulta interesante; sin embargo, no tiene que pasar mucho tiempo para que uno se dé cuenta que con esa excentricidad solo se pretende esconder la repetitividad de las acciones.

En general se puede decir que la primera mitad es MUY aburrida, pero afortunadamente una vez que pasa el proceso de aprendizaje con respecto a la mansión la mejora es significativa. En gran medida porque el ritmo se vuelve más ágil y ya no se siente tan pesado lo que estás viendo, aunque el verdadero cambio se da gracias a que empiezan a darle más relevancia a las motivaciones de Sarah Winchester para construir un lugar tan exótico, lo cual deja como resultado una mayor sustancia con respecto a lo que ocurre ahí dentro y justifica de gran manera tanto lo de las renovaciones como la presencia de los espíritus.

Una presencia que abre la puerta a momentos de mayor suspenso y a la generación de una atmósfera más oscura. Sin duda algo positivo, más no completamente satisfactorio debido a que siempre te quedas con la sensación de que pudieron haber hecho más con esto porque cada habitación representa una historia para explotar y al final solo se centran en un par, mientras que el resto lo dejan a la imaginación.

Los últimos 20/25 minutos me agradaron, son bastante entretenidos. El tema supernatural toma el mando por completo y se las arreglan para ofrecer un cierre potente que, además, logra explotar de mejor manera toda la estructura a diferencia de los actos previos.

En el tema de las actuaciones Mirren cumple como se esperaba, su papel no exige demasiado pero ella le saca todo el jugo posible; mientras que Jason Clarke (Dr. Eric Price) resulta un buen contrapeso para ella. La producción es de primer nivel: el trabajo de fotografía es impecable, la dirección de arte estupenda, el score es muy bueno, el trabajo de sonido está bien cuidado, los efectos son sólidos y la labor maquillaje resulta mínima.

Opinión final: Winchester me dejó decepcionado. Ciertamente no es mala, pero termina quedándose corta en muchos aspectos considerando el talento involucrado.

Ojometro:
***