martes, 16 de octubre de 2018

Crítica: Goosebumps 2: Haunted Halloween (2018)


Película dirigida por Ari Sandel y escrita por Rob Lieber. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos y México este pasado 12 de octubre, recaudando $19.9 millones de dórales en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Sonny (Jeremy Ray Taylor) y Sam (Caleel Harris) son dos amigos que se dedican a recoger chatarra en su búsqueda por encontrar tesoros. Un día esto los lleva a una vieja casa en donde encontrarán algo de gran valor, pero a la vez traerán de vuelta a la vida al aterrador Slappy.  



Comentarios generales:

Si por algo me gustó la primera Goosebumps fue porque capturaba por completo la esencia de los libros al estar orientada a una audiencia más familiar, pero a la vez conservando los elementos necesarios para que una más adulta y que había crecido leyéndolos pudiera mantener el interés. En general se notaba que a Sony le interesaba hacerlo bien; sin embargo, cuando con esta secuela empezaron a salir noticias sobre retrasos, cambio de director e incluso que se habían escrito dos guiones distintos se percibía que algo no andaba bien y después de verla eso quedó claro.

Y es que con Haunted Halloween es evidente que el estudio ahora si buscaba un enfoque totalmente inclinado al lado familiar, por lo cual Sandel nos ofrece un trabajo que se asemeja más a uno para TV producido por el Disney Channel. Presentándonos a un conjunto de personajes envueltos en situaciones genéricas rodeadas de un humor muy inocente que solo están ahí para consumir tiempo hasta que hace acto de presencia Slappy, quien al menos de inicio también se ve inmiscuido dentro de esta dinámica proporcionando momentos diseñados para hacer reír y no tanto para desarrollar de gran manera la historia.

La cual toma forma hasta como por los treinta minutos de metraje y la verdad es que no se diferencia mucho con respecto a la de la primera entrega, presentando como base a un gran grupo de monstruos que empiezan a aterrorizar al pueblo. Aunque en esta ocasión utilizando solo a un puñado de los pertenecientes a los libros y el resto siendo creaciones random.

Una situación que ayuda a ofrecer las que son las escenas más divertidas de la película, pero que también significan una decepción al ver que realmente los monstruos solo son algo secundario y que, salvo por un par de casos, nunca se les da tiempo en pantalla para que puedan resaltar dentro de un caos que le brinda un ritmo más dinámico al segundo acto.

La parte final es predecible. Aquí se nota que la inclusión de Jack Black básicamente se dio para poder tener un rostro reconocible en la promoción debido a que su personaje no tiene ningún tipo de peso en lo que ocurre, dejando todo en un enfrentamiento entre los niños y Slappy que no presenta gran ciencia para cumplir con el objetivo de brindar un final feliz e incluso dar señales de una posible tercera entrega.

Las actuaciones son aceptables para las exigencias de esta historia, obvio por momentos rayan en lo caricaturesco pero no a niveles como para volverlas insufribles. La producción es de buena factura: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte es sólida, el score es bastante agradable, el trabajo de sonido es bueno, los efectos son efectivos y la labor de maquillaje está bien hecha.

Opinión final: Haunted Halloween es decepcionante. Un paso atrás que pone en jaque a futuras entregas, aunque en definitiva es ideal para los niños.

Ojometro:
**

viernes, 12 de octubre de 2018

Crítica: He's Out There (2018)


Película escrita por Mike Scannell y dirigida por Quinn Lasher, quien hace su debut tras la cámara. Se estrenó directamente en formato físico dentro del Reino Unido y otros países en Europa el pasado 24 de septiembre, mientras que en Estados Unidos lo hizo por medio de VOD.  

Sinopsis:

De vacaciones en una remota casa en el lago, Laura (Yvonne Strahovski) y sus dos hijas tendrán que pelear por sus vidas después de caer en una aterradora y bizarra pesadilla concebida por un psicópata.



Comentarios generales:

Vivimos en una época en donde pareciera que cada vez existe menos espacio para las cosas simples, todo tiene que tener mucha complejidad o algún tipo de mensaje para que se considere que el gasto de tiempo y dinero valió la pena. Eso en si no es algo malo, sin embargo, dicha tendencia ha provocado que trabajos que no aspiran más que a entretener sean desechables incluso antes de que se estrenen y He's Out There probablemente sea uno de los mejores ejemplos.

Esto porque lo que nos regala el debutante Lasher es realmente una película muy simple cuyas intenciones no van más allá de hacerte pasar un rato ameno y en ningún momento las oculta, ya que cuando te pone el escenario de una casa remota sabes a la perfección de qué va a tratar. Situación que aprovecha para construir una atmósfera adecuada que en todo momento refleje soledad para este grupo de personajes femeninos a los que, bajo un ritmo semi-lento, se les va colocando en una situación apremiante de la que tienen pocas posibilidades de salvarse.

Dicho ritmo ayuda a que cuando finalmente el asesino hace acto de presencia la película obtenga de golpe un nivel de intensidad agradable y que sus acciones iniciales tengan un mayor impacto considerando que algunas son bastante peculiares. Lamentablemente este impacto inicial se va perdiendo ya entrando de lleno en el segundo acto, sobre todo porque llega un punto en donde el personaje de Laura toma decisiones verdaderamente estúpidas y poco a poco se empieza a dejar de lado las rarezas para empezar una dinámica en extremo repetitiva que se limita a correr del punto A al punto B mientras el par de niñas lloran de manera desesperante.

La parte final la encontré aceptable. Es bastante predecible y las motivaciones del asesino caen en lo ridículo, pero se hace un buen trabajo para mantener la sensación de peligro en todo momento a pesar de que nunca se atreven a cruzar la línea de la violencia extrema que le hubiera añadido mayor fuerza al desenlace.

Con respecto a las actuaciones Strahovski y Ryan McDonald como el asesino cumplen, pero definitivamente las dos niñas son un auténtico dolor de cabeza en todo momento y son estas las que vuelven complicado poder sentir preocupación por su situación. La producción es de buena factura: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte no tiene nada que resalte, el score está ok, el trabajo de sonido es algo inconsistente, los efectos son mínimos y la labor de maquillaje resulta efectiva.

Opinión final: He's Out There está pasable. Se trata de una película extremadamente simple que les gustará o no dependiendo de lo que estén buscando.

Ojometro:
***

martes, 9 de octubre de 2018

Crítica: Sleep No More (2018)


Película dirigida por Phillip Guzman (Dead Awake) y escrita por Jason Murphy. Salió directamente en VOD y DVD dentro de los Estados Unidos durante el pasado 2 de octubre.

Sinopsis:

En la década de los 80s un grupo de graduados lleva a cabo un estudio sobre el comportamiento ante la privación del sueño, pero algo resulta terriblemente mal con el sujeto de prueba. Ante esto y el cierre de su departamento de investigación, el equipo sigue con su estudio; nada más que ahora ellos serán los sujetos de prueba.



Comentarios generales:

La verdad cuando supe de Sleep No More mi reacción fue de total indiferencia, esta no lucía como algo especial y además con el paso de los años he aprendido que, salvo que involucren a un tal Freddy Krueger, las películas sobre la falta de sueño no son tan interesantes. Sin embargo, el ver el nombre de Jeffrey Reddick ahí metido me generó curiosidad, al final de cuentas es el creador de una franquicia como la de Final Destination y el año pasado ya había jugado con este tema en “Dead Awake”, así que tal vez podría encontrarme con alguna sorpresa; aunque al final eso no sucedió.

Y no es tanto porque los que nos presente Guzman sea una aberración, más bien se debe a que esta es una historia sin demasiada sustancia que cae rápidamente en lo genérico mientras trata de encontrar una identidad propia dentro de lo que es básicamente una mezcla de “A Nightmare on Elm Street” y “Flatliners”. Presentando un inicio poco convincente en el que después de establecer que hay algún tipo de peligro nunca se logran crear los momentos necesarios para ir incrementando esa sensación de intriga en el espectador, a quien optan por ponerle frente a una serie discusiones, pruebas medicas o escenas con un ligero toque cómico que no llevan a nada, mientras se trata de recordar que todo esto se desarrolla en la década de los 80s por medio de canciones de aquella época.

Realmente es hasta como por los 40 minutos que se da algo relevante, que es la aparición de la amenaza. Una que no es nada del otro mundo pero que por lo menos brinda más material para trabajar situaciones que permitan construir un peligro palpable y que ayude a empezar a exponer los síntomas provocados por la falta de sueño, los cuales hasta este punto habían quedado como meros datos anecdóticos sin peso alguno.

Los últimos 20 minutos son probablemente lo más entretenido. Primero porque es por mucho la parte con el ritmo más dinámico, pero también porque es aquí donde el nivel de locura y fatiga de los personajes logra ser lo suficientemente convincente para hacer de la amenaza algo interesante. Además de que ayuda a que el desenlace no sea tan simple.

Las actuaciones diría que están aceptables, por momentos rayan en lo caricaturesco algunas de estas, pero la mayoría de los actores son capaces de reflejar una locura creíble. La producción cumple: el trabajo de fotografía está ok, la dirección de arte es adecuada, el score no presenta nada extraordinario, el trabajo de sonido es limpio, la labor de maquillaje es decente y los efectos vía CGI lucen de pobre calidad.

Opinión final: Sleep No More es bastante aburrida. No diría que es un desastre o que está dentro de lo peor del año, simplemente es una película más.

Ojometro:
**

viernes, 5 de octubre de 2018

Crítica: Puppet Master: The Littlest Reich (2018)


Película dirigida por Sonny Laguna y Tommy Wiklund (Wither), cuyo guión fue escrito por S. Craig Zahler. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos durante el mes de agosto, mientras que su salida en formato físico se dio el pasado 25 de septiembre.

Sinopsis:

El infierno se desata cuando una extraña fuerza reanima a unas marionetas dentro de una convención que celebra el 30 aniversario de los asesinatos cometidos por Andre Toulon.



Comentarios generales:

La franquicia de Puppet Master es una con la cual es difícil estar en sintonía si no eres fan desde sus inicios debido a su premisa tan absurda y porque ciertamente cuenta con una de las cronologías más confusas dentro del género. Por eso cuando se anunció que The Littlest Reich sería un reboot me alegre, era algo que se necesitaba urgentemente y la verdad es que terminó siendo la mejor opción.

No tanto porque se aleje demasiado a lo que estábamos acostumbrados a ver con Charles Band y Full Moon, sino porque un nuevo comienzo era necesario para darle estabilidad a una historia que ya no daba para más y que ahora bajo esta nueva etapa obtiene un sello políticamente incorrecto bastante marcado. Aunque en un inicio Laguna y Wiklund no lo hacen tan evidente al centrarse más en la construcción de una relación acelerada y, sobre todo, en establecer la figura de Andre Toulon ahora como la de un villano nazi muy enfermo que le dará sentido a las acciones cometidas por sus marionetas

Y es que hay que decir que la dupla de directores no se guarda nada, dejando de lado varios tabúes para que así el segundo acto sea una masacre en la que las muertes tienen un impacto considerable no solo en la cuestión visual. Ya que estas también se encuentran ligadas a temas raciales que indudablemente podrían incomodar a más de uno, aunque cumplen a la perfección su propósito de incrementar el nivel de violencia e ir construyendo una amenaza lo suficientemente creíble considerando que se trata de marionetas asesinas.

En general la sangre no para de fluir por un buen rato y la creatividad presentada es demasiado agradable si no tienes problemas con lo anteriormente mencionado; sin embargo, una vez que se tiene que hacer una pausa la película pierde dinamismo. Además de que resulta un tanto decepcionante que, a pesar de que se menciona que existen unas 60 marionetas, solo terminan presentando a las mismas 7 u 8.

La parte final no es la mejor. Cumple con lo básico y sigue mostrando la violencia necesaria, pero la creatividad ciertamente ya no es la misma al optar por brindarle un poco más de desarrollo a la relación, así como por mostrar un desenlace que se siente un tanto fuera de lugar; aunque asegura la continuidad de la franquicia.

Las actuaciones están aceptables, en el tono habitual y sin nadie que verdaderamente destaque (aunque ver a Barbara Crampton siempre es agradable). La producción igual se mantiene con el mismo sello: el trabajo fotografía es aceptable, la dirección de arte no es la gran cosa, el score tiene un toque de giallo muy marcado, el trabajo de sonido no es el mejor, la labor de maquillaje es sólida y los efectos son en su mayoría prácticos; con algunos luciendo arcaicos pero en general cumplen.

Opinión final: Puppet Master: The Littlest Reich está ok. Es más para fans, pero si son de los que no se ofenden tan fácilmente seguramente pasarán un buen rato.

Ojometro:
***