martes, 27 de noviembre de 2018

Crítica: The Farm (2018)


Película escrita y dirigida por Hans Stjernsward, la cual significa su primera incursión dentro del género. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 16 de noviembre, mientras que su salida en DVD está anunciada para el próximo 20 de diciembre.

Sinopsis:

Mientras se encuentran de viaje, una joven pareja es secuestrada y mantenida cautiva en una granja en donde lo que se produce es nada más y nada menos que carne humana.



Comentarios generales:

Cuando ves todo el material publicitario de The Farm lo primero que se te viene a la mente es que se trata de una copia más de TCM, realmente tiene todos los elementos característicos y resulta muy complicado no llegar con ese pensamiento al visionado. Por eso mismo fue que me resultó sorpresivo el ver que esta sea una película que trata de mandar un mensaje mucho más serio sobre un tema en especifico, algo poco común dentro del género y que siempre es positivo que se dé. Incluso si su creador no parece saber cómo hacerlo.

Y es que la intención de Stjernsward es fijar una postura sobre el maltrato animal y el consumo de carne, o al menos eso es lo que pretende; sin embargo, la manera en la que presenta esta historia no es precisamente la más efectiva para eso. Construyendo un primer acto en el que no pasa nada particularmente destacado más allá de encuentros banales con pueblerinos excéntricos y cuya inefectividad para hacer que nuestros protagonistas sean ligeramente interesantes (o por lo menos agradables) raya niveles de mediocridad sorprendentes, al grado de que uno bien podría adelantar toda esta parte y no afectaría en lo absoluto la experiencia.

Realmente lo importante de la película se da hasta el segundo acto cuando entra a escena todo el tema de la granja, uno que logra cierto impacto inicial por la manera tan detallada con la que se expone lo que ocurre ahí dentro, pero que con el pasar de los minutos va perdiendo fuerza por decisiones extrañas. Y es que por alguna razón el director opta por apartar a nuestros protagonistas de pantalla y centrarse en un grupo de enmascarados que no hablan, complicando así que el mensaje que se quiere dar tenga fuerza porque resulta muy difícil profundizar al respecto; además de que tampoco existe demasiado material gráfico que complemente las acciones.

La parte final es digamos lo más clásico al presentar una persecución por toda la granja, la cual cuenta con algunas contradicciones (¿Cómo y cuándo se escapó Alec?) y que en general resulta repetitiva. Brindándole así un cierre muy blando a la película.

Las actuaciones son malas, lo cual es sorprendente considerando que solo un puñado de estas involucra diálogos y aún así no se logra darle el material suficiente a los actores para que puedan realizar algo decente. La producción es de donde tiene sus cosas más efectivas: el trabajo de fotografía está ok, la dirección de arte cumple, el score es sólido, el trabajo de sonido no tiene demasiadas complicaciones, los efectos son simples y la labor de maquillaje discreta.

Opinión final: The Farm es bastante mala. Una película que tiene un objetivo más o menos claro que simplemente nunca logra alcanzar.  

Ojometro:
**

viernes, 23 de noviembre de 2018

Crítica: Apostle (2018)


Película escrita y dirigida por Gareth Evans (V/H/S/2). Se estrenó a nivel mundial el pasado 12 de octubre directamente en Netflix, aunque todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

En 1905 Thomas Richardson (Dan Stevens) viaja a una remota isla en Gales para rescatar a su hermana de un culto religioso que la secuestró. Aunque estando ahí se dará cuenta que dicho lugar guarda aterradores secretos que van más allá de su comprensión.



Comentarios generales:

Dentro de la increíble oferta que Netflix tuvo para Halloween sin duda Apostle era una de las producciones que más intriga generaba por lo tremendamente oscura que lucía su propuesta, además de que en épocas recientes los cultos se han vuelto garantía de experiencias retadoras para el público. Aunque a mí lo que me llamaba la atención era su director, alguien de capacidad comprobada en otro género y con un estilo particular que no sabía si podía reinventarse para ofrecer algo distinto, pero afortunadamente lo logra. 

Y no lo hace tanto innovando, ya que esta es una historia sobre cultos muy similar a otras tantas con cierto toque fantástico, más bien Evans demuestra que puede llegar a ser muy versátil al salirse por completo de su elemento para ofrecer algo que lo mismo se puede calificar como terror o película de época. Siempre bajo un ritmo pausado, sin prisas; dejando que durante al menos unos 45 minutos sea el propio hermetismo dentro de la comunidad lo que genere el misterio mientras el personaje de Thomas trata de encontrar a su hermana pasando por algunas situaciones que añaden cierta tensión.

Un enfoque que para muchos puede resultar aburrido y que no cambia sino hasta que llega la segunda hora cuando el tema de la infiltración secreta deja de tener peso y abre la puerta a que se exponga de mayor manera lo que hay detrás de la comunidad. Ayudando así que poco a poco esto vaya obteniendo tintes mucho más oscuros por medio de un genial trabajo de fotografía que logra generar una atmósfera idónea que se complemente con acciones cuyo impacto va aumentando de manera progresiva con el pasar de los minutos; aunque nunca sin llegar a niveles extremos.

La parte final se ve un poco perjudicada por el hecho de que la película dura más de lo que debería. Para este punto la historia ya se ha vuelto un tanto revoltosa y no sabes qué camino va a tomar; sin embargo, una vez que empieza a explotar el elemento fantástico con el que cuenta, así como a utilizar un nivel de violencia más elevado, se logra que el cierre sea lo suficientemente potente.  

En el tema de las actuaciones la película cumple bastante bien, Stevens sigue la línea que ya se la ha visto en otros trabajos que ha hecho, pero es arropado por un excelente reparto secundario que incluye a Michael Sheen (Malcom), Lucy Lucy Boynton (Andrea) y Mark Lewis-Jones (Quinn). La producción también es de primer nivel: el trabajo de fotografía es estupendo, la dirección de arte está muy bien cuidada, el score es bastante bueno, el trabajo de sonido limpio, los efectos cumplen y la labor de maquillaje está bien lograda.

Opinión final: Apostle está ok. Una película sobre cultos que gustará en mayor o menor medida dependiendo de lo que cada quien busque en esta clase de historias.

Ojometro:
***

martes, 20 de noviembre de 2018

Crítica: Johnny Gruesome (2018)


Película escrita y dirigida por Gregory Lamberson (Killer Rack, Dry Bones), la cual es una adaptación de su propia novela. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 16 de octubre, pero todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

El rebelde Johnny Grissom (Anthony De La Torre) es asesinado mientras manejaba bajo los efectos del alcohol.  Su muerte resuena por todo el pueblo, pero mientras sus amigos pretenden seguir con sus vidas, el propio Johnny regresará de la muerte para acabar con aquellos que lo traicionaron.



Comentarios generales:

Si están familiarizados con el trabajo de Lamberson seguramente Johnny Gruesome era una película que les generó cierta emoción debido a que se trata de su novela más popular y porque ya existía una demanda importante para que se hiciera su adaptación. En mi caso realmente la emoción era poca, no tanto porque no me gusten las novelas, sino porque las adaptaciones de estas rayan un nivel de mediocridad muy marcada y la verdad nunca he esperado demasiado de estas. Tendencia que no va a cambiar en lo absoluto después de este visionado. 

Y es que Lamberson por lo general trata de darle un toque de serie b muy marcado a sus trabajos, pero incluso para eso hay que tener cierto talento y, aunque se esfuerza, nunca le sale del todo bien. Además para empeorar las cosas aquí acelera demasiado las acciones y nos ofrece un inicio que apenas te da tiempo para conocer al personaje de Johnny o desarrollar su relación con sus amigos, lo cual es algo de suma importancia para la historia y que aun así solo es mostrado de manera muy superficial hasta que se da su muerte.

Un suceso con el cual podemos notar una ligera mejora porque la resurrección de Johnny inmediatamente lleva a los asesinatos y esto añade cierto impacto que, combinándolo con algo de humor, le da variedad  a una dinámica poco interesante. Lo malo es que este toque de aire fresco dura muy poco, ya que una vez que se pierde dicha novedad el ritmo decae y lo que supuestamente tiene que ser una masacre solo queda en un burdo intento de venganza en la que las muertes están muy distanciadas una de la otra y varias son fuera de cámara.  

La parte final tampoco tiene mucho que destacar. Los momentos más esperados resultan decepcionantes y todo el conflicto definitivo se ve perjudicado por la poca claridad tras los motivos de Johnny, haciendo que la conclusión resulte demasiado anticlimática.

Las actuaciones son bastante flojas, no llegan a ser acartonadas como algunos otros trabajos de este tipo pero tampoco es que están ayuden a hacer un poco más digerible lo que estás viendo. La producción es limitada con ciertos detalles positivos: el trabajo de fotografía es pobre, el score es bastante agradable, el trabajo de sonido está ok, los efectos son arcaicos y la labor de maquillaje es correcta.

Opinión final: Johnny Gruesome es decepcionante. Película que probablemente solo le interese a los fans más recalcitrantes de Lamberson.

Ojometro:
**

viernes, 16 de noviembre de 2018

Crítica: Overlord (2018)


Película dirigida por Julius Avery, cuyo guión fue co-escrito por Billy Ray y Mark L. Smith. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos y México (así como en otros mercados) el pasado 9 de noviembre, recaudando hasta la fecha $23.6 de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Un pequeño grupo de soldados estadounidenses se encuentran frente ante un terror inimaginable dentro de las líneas enemigas en la víspera del Día D.



Comentarios generales:

Una de las cosas que hicieron de Overlord una película tan interesante fue el hecho de que no se sabía absolutamente nada de esta, lo cual generó por meses un sinfín de rumores muy locos. Esto obviamente llevó a que muchos especularan sobre que era una entrega más de Cloverfield, idea que a mi no me emocionaba demasiado y es por eso que cuando por fin salió el trailer me alegre bastante al ver que se trataba de algo diferente debido a que, en definitiva, no hubiera encajado en lo absoluto con dicho universo.

Y es que antes que nada se tiene que dejar en claro que lo que nos trae Avery es una película de guerra hecha y derecha, probablemente no con tanta precisión histórica, pero de guerra al final de cuentas y por lo consiguiente se maneja como tal durante gran parte de la primera hora. Iniciando con una gran secuencia en donde se puede decir que el terror radica en lo que experimenta este grupo de soldados dentro del campo de batalla y es en base a esto con lo que se construye el primer acto. Uno que tiene sus momentos interesantes sin duda; sin embargo, conforme pasan los minutos el ritmo desciende y empiezas a cuestionar sobre si en verdad se trata de una película de terror.  

Es a partir de la segunda hora cuando las cosas se inclinan más hacia los estándares del género al revelar los experimentos e ir incrementando poco a poco el nivel de violencia, así como empezar a mostrar elementos que proporcionan un mayor impacto visual. Aunque lo más importante es que el ritmo vuelve a ser dinámico y ya nunca disminuye, situación que ayuda mucho considerando que lo bélico sigue siendo parte fundamental en el desarrollo.

La parte final es bastante entretenida. Aquí todo el tema “zombie” recibe mayor exposición y no defrauda, ya que se encuentra muy bien complementado con escenas de acción bien hechas que vuelven frenéticos los últimos minutos e incluso ayudan a que el desenlace se sienta como uno de mucho mayor escala por lo que supuestamente representó para el futuro de la humanidad.

Las actuaciones están bien, la mayoría de los personajes siguen estereotipos ya vistos en películas de guerra pero Jovan Adepo (Boyce) como el protagonista y Pilou Asbaek (Wafner) como el villano dejan una grata impresión. La producción es de primer nivel: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte bien cuidada, el score cumple, el trabajo de sonido es espectacular, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje es impecable.  

Opinión final: Overlord está divertida. Una película para pasar el rato y disfrutar de buenas escenas de acción.

Ojometro:
***