viernes, 23 de noviembre de 2018

Crítica: Apostle (2018)


Película escrita y dirigida por Gareth Evans (V/H/S/2). Se estrenó a nivel mundial el pasado 12 de octubre directamente en Netflix, aunque todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

En 1905 Thomas Richardson (Dan Stevens) viaja a una remota isla en Gales para rescatar a su hermana de un culto religioso que la secuestró. Aunque estando ahí se dará cuenta que dicho lugar guarda aterradores secretos que van más allá de su comprensión.



Comentarios generales:

Dentro de la increíble oferta que Netflix tuvo para Halloween sin duda Apostle era una de las producciones que más intriga generaba por lo tremendamente oscura que lucía su propuesta, además de que en épocas recientes los cultos se han vuelto garantía de experiencias retadoras para el público. Aunque a mí lo que me llamaba la atención era su director, alguien de capacidad comprobada en otro género y con un estilo particular que no sabía si podía reinventarse para ofrecer algo distinto, pero afortunadamente lo logra. 

Y no lo hace tanto innovando, ya que esta es una historia sobre cultos muy similar a otras tantas con cierto toque fantástico, más bien Evans demuestra que puede llegar a ser muy versátil al salirse por completo de su elemento para ofrecer algo que lo mismo se puede calificar como terror o película de época. Siempre bajo un ritmo pausado, sin prisas; dejando que durante al menos unos 45 minutos sea el propio hermetismo dentro de la comunidad lo que genere el misterio mientras el personaje de Thomas trata de encontrar a su hermana pasando por algunas situaciones que añaden cierta tensión.

Un enfoque que para muchos puede resultar aburrido y que no cambia sino hasta que llega la segunda hora cuando el tema de la infiltración secreta deja de tener peso y abre la puerta a que se exponga de mayor manera lo que hay detrás de la comunidad. Ayudando así que poco a poco esto vaya obteniendo tintes mucho más oscuros por medio de un genial trabajo de fotografía que logra generar una atmósfera idónea que se complemente con acciones cuyo impacto va aumentando de manera progresiva con el pasar de los minutos; aunque nunca sin llegar a niveles extremos.

La parte final se ve un poco perjudicada por el hecho de que la película dura más de lo que debería. Para este punto la historia ya se ha vuelto un tanto revoltosa y no sabes qué camino va a tomar; sin embargo, una vez que empieza a explotar el elemento fantástico con el que cuenta, así como a utilizar un nivel de violencia más elevado, se logra que el cierre sea lo suficientemente potente.  

En el tema de las actuaciones la película cumple bastante bien, Stevens sigue la línea que ya se la ha visto en otros trabajos que ha hecho, pero es arropado por un excelente reparto secundario que incluye a Michael Sheen (Malcom), Lucy Lucy Boynton (Andrea) y Mark Lewis-Jones (Quinn). La producción también es de primer nivel: el trabajo de fotografía es estupendo, la dirección de arte está muy bien cuidada, el score es bastante bueno, el trabajo de sonido limpio, los efectos cumplen y la labor de maquillaje está bien lograda.

Opinión final: Apostle está ok. Una película sobre cultos que gustará en mayor o menor medida dependiendo de lo que cada quien busque en esta clase de historias.

Ojometro:
***