viernes, 8 de marzo de 2019

Crítica: Killers Within (2019)


Película escrita y dirigida por la dupla conformada por Paul Bushe y Brian O'Neill. Se estrenó directamente en VOD dentro de los Estados Unidos durante el mes de enero, aunque todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Cuando su hijo es secuestrado por un grupo criminal, la oficial Amanda Doyle (Sue Walsh) junto a su ex esposo y otros tres improbables aliados planean un robo a una adinerada familia para pagar el rescate. En el papel es un plan sin riesgos, pero pronto descubrirán que dicha familia no es normal.   



Comentarios generales:

Puede que no tenga la notoriedad que algunos otros países, pero Irlanda ha estado produciendo de manera constante películas de terror durante los últimos años. No serán producciones de alto perfil o que marquen tendencia, mucho menos obras maestras en la mayoría de los casos; sin embargo, estas han servido para que se vayan construyendo poco a poco trabajos con temáticas variadas que no los encasille en un solo estilo y Killers Within es uno de los ejemplos más claros de esto.

Ya que lo que nos traen Bushe y O'Neill es una historia que conforme van transcurriendo los minutos muta a una cosa totalmente distinta, aunque durante el primer acto es en realidad solo una de invasión de hogar que no presenta nada fuera de lo común. Poniéndonos frente a una situación pensada para sentir cierta empatía por este grupo de improvisados delincuentes a los que su plan les funciona a la perfección, pero siempre bajo una sensación de que algo no está bien gracias a pequeñas situaciones y al comportamiento de la familia adinerada que te van generando las dudas necesarias para querer saber qué es lo que traman o qué son.

Y es que realmente todo indica que esto se trata sobre vampiros, las señales están ahí y las acciones iniciales diseñadas para ir desenvolviendo el misterio solidifican eso; sin embargo, una vez que se revela su identidad resulta que no lo son. Una dosis de sorpresa interesante que lamentablemente no se ve redondeada con una exposición adecuada de los reptilianos debido a que en todo momento se nota que los directores tratan de ocultar como lucen, llevando así a un segundo acto aburrido en el que existe poca claridad y donde todo se limita a una serie de persecuciones con muchos disparos que fallan de manera importante en su tarea de generar impacto.

La parte final es la más dinámica gracias a que es la se centra en la acción y en este aspecto se hace un buen trabajo. No es nada espectacular y sin duda un poco más de sangre hubiera venido bien, pero explican de manera clara las motivaciones de los reptilianos (con una ligera crítica social a la división de clases) y en general las peleas son lo suficientemente entretenidas como para brindar un desenlace agradable.

Las actuaciones cumplen para lo que son y por lo menos ninguna se llega a sentir caricaturesca tomando en cuenta la temática; además realmente nadie termina resaltando por encima del resto. La producción no es la más ostentosa: el trabajo de fotografía tiene altibajos, la dirección de arte es simple, cuenta con un buen score, el trabajo de sonido es sólido, los efectos son relativamente sencillos y la labor de maquillaje es bastante pobre (no por nada invierten tanto tiempo en tratar de ocultar a las criaturas).

Opinión final: Killers Within está aceptable. Película sin grandes pretensiones para pasar el rato.

Ojometro:
***

martes, 5 de marzo de 2019

Crítica: Happy Death Day 2U (2019)


Secuela dirigida nuevamente por Christopher Landon (Paranormal Activity: The Marked Ones), quien además ahora también es el responsable del guión. Se estrenó en cines el pasado 13 de febrero dentro de los Estados Unidos, mientras que en México lo hizo durante este fin de semana. Recaudando hasta la fecha  $44.2 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Tree Gelbman (Jessica Rothe) piensa que por fin ha terminado con su problema de morir una y otra vez, pero pronto se dará cuenta que su situación es mucho más compleja de lo que parece.
 


Comentarios generales:

La primera Happy Death Day fue un éxito rotundo en taquilla y en críticas hace un par de años atrás, así que cuando se reveló que se haría una secuela no fue una sorpresa para nadie. Sin embargo, considerando su fórmula las dudas con respecto a una nueva entrega siempre estuvieron ahí debido a que realmente parecía que esta solo daba material para un filme y no una potencial franquicia, algo que Happy Death Day 2U de cierta manera confirma pero al menos logra disfrazar de la manera más absurda y entretenida que puede.

Ya que Landon toma lo que funcionó en la primera película y lo magnifica con un argumento digno de una historia de cómics para que en esta ocasión la comedia sea incluso más predominante y los elementos de terror solo terminen siendo un complemento. Ofreciendo así un primer acto que en esencia es una calca de lo visto previamente desde una perspectiva distinta, lo cual se siente como el paso natural para tratar de expandir la franquicia y que ayuda a definir el ritmo que se estará utilizando por el resto del metraje; aunque cuando piensas que ya todo está definido te cambian por completo el rumbo de las cosas.

Y es que llegada la media hora entra en juego el argumento de cómic mencionado previamente para que así el personaje de Tree sea quien tome nuevamente el mando de las acciones y con ello inicie la que es sin duda la parte más polémica del filme. No tanto porque lo mostrado en pantalla sea controversial en sí, sino porque realmente se siente como algo poco original y un recurso simple para realizar una secuela. Sin embargo, una vez más, no todo es lo que parece.

Ya que los cambios que se empiezan a mostrar con respecto a lo que ya conocíamos logran brindar la frescura necesaria para que el espectador pueda engancharse nuevamente con la problemática y además esto ayuda a que Tree siga mostrando una evolución interesante no solo en el aspecto cómico, sino también en la manera en la que lidia con situaciones más complejas. Aunque también hay que decir que en esta parte por grandes lapsos se llega a olvidar del asesino, dejándolo en un segundo plano para enfocarse más en decisiones personales que generan algunos de los momentos más tediosos del filme.

La parte final resulta efectiva. Aquí es donde por fin le dan un poco más de importancia al elemento slasher y este logra cerrar nuevamente una fase de manera sólida (a pesar de que descifrar la identidad del asesino no es tan complicado); además de que cuenta con momentos divertidos que le añaden bastante dinamismo al desenlace.

En cuanto a las actuaciones, una vez más, es el show de Jessica Rothe y la chica no decepciona al seguir manejando el toque cómico de buena forma pero ahora logrando una actuación mucho más redonda al involucrar momentos emocionales que le dan otra dimensión a su personaje. La producción no cambia mucho con respecto a lo que ya habíamos visto: un trabajo de fotografía sólido, dirección de arte simple, un score adecuado, un buen trabajo de sonido y unos efectos que no presentan tanta complejidad.

* Cuenta con una escena a la mitad de los créditos

Opinión final: Happy Death Day 2U está entretenida. Secuela para pasar un buen rato y nada más.

Ojometro:
***

viernes, 1 de marzo de 2019

Crítica: Doom Room (2019)


Película dirigida por Jon Keeyes (The Harrowing), quien además comparte créditos como co-escritor del guion junto a Carl Kirshner. Se estrenó directamente en VOD dentro de los Estados Unidos a mediados de enero, mientras que su salida en formato físico se dio el pasado 12 de febrero.

Sinopsis:

Una mujer se despierta atrapada en un pequeño cuarto sin recordar cómo fue que llegó ahí. Incapaz de escapar y atormentada por una serie de entidades paranormales, ella tendrá que descifrar el acertijo sobre quien es en realidad y por qué está en ese lugar.



Comentarios generales:

Esta era una de esas películas con las cuales llegaba totalmente en blanco debido a que no sabía de su existencia hasta hace unos cuantos días, pero su sinopsis era lo suficientemente atractiva como para alentarme a adquirirla. Nuevamente me deje llevar por mis impulsos y cuando eso pasa por lo general me suelo arrepentir, lo cual, en efecto, fue lo que ocurrió en este caso gracias a que Doom Room es una de las peores películas en lo que va del año.

Por eso mismo es que escribir sobre lo que nos regala Keeyes no es tan fácil porque en realidad estamos ante un trabajo que en la superficie parece ser complejo, pero en realidad solo es puro humo y cosas sin demasiado sentido que pretenden apantallar con elementos sexuales. Algo que ni siquiera se sabe explotar eficientemente ya que el tema sadomasoquismo solo es utilizado de manera ligera y muy efímera dentro de este amontonamiento de ideas que nunca sabes qué es lo que quieren contar o construir.

Y es que todo consiste en flashbacks esporádicos, así como en apariciones y desapariciones de personajes de manera aleatoria que evitan que estos puedan contar con algún tipo de desarrollo sostenido que ayuden a revelar el misterio que hay detrás. Provocando así que este grupo de individuos extravagantes solo sean eso, extravagancias pasajeras, mientras que el resto de la estructura del filme apenas y se logra sostener para hacer que por lo menos cuente con la cantidad de tiempo suficiente para calificar como largometraje.

La parte final no mejora en lo absoluto las cosas, aunque por lo menos aclara de manera superficial el tema de la identidad y el secreto de la locación. Uno que tiene una explicación que encaja con las rarezas pero que al estar tan pobremente desmenuzado no termina por resultar convincente y deja más preguntas que respuestas ante el desangelado desenlace.

Las actuaciones no son tan horribles considerando el desastre general, diría que son pasables para lo poco que tienen con que trabajar los actores. La producción tampoco es de gran factura: el trabajo de fotografía es mediocre, la dirección de arte es probablemente lo mejor de la película, el score es genérico, el trabajo de sonido no es el mejor, los efectos son simples y la labor de maquillaje decente.
 
Opinión final: Doom Room es horrible. Un sinsentido absoluto por el cual no vale la pena desperdiciar su tiempo.  

Ojometro:
*

martes, 26 de febrero de 2019

Crítica: One Cut of the Dead (2018)


Película escrita y dirigida por Shinichiro Ueda, la cual significa su debut dentro del género. Se estrenó en cines dentro de Japón a mediados de 2018, mientras que su salida en formato físico se dio el pasado 28 de enero.

Sinopsis:

Mientras se encuentran filmando una película de zombies en una instalación abandonada de la segunda guerra mundial, un director y su equipo vivirán un auténtico infierno cuando sea vean atacados por zombies de verdad.



Comentarios generales:

* Contiene spoilers importantes

Es casi algo automático que cuando una película empieza a hacer ruido en los festivales por todo el mundo mi interés se dispare debido a que el hecho de que algo genere las mismas reacciones en países con intereses, idiosincrasias y contextos tan distintos suele ser señal de algo potencialmente especial; mucho más cuando la plática gira en torno a una película de zombies japonesa. Eso ponía las expectativas para One Cut of the Dead muy altas y debo de decir que por un momento me llegó a parecer que todo era exageración pura, pero una vez terminado el visionado fue inevitable sentir que acababa de ver una de las cosas más originales de los últimos años.

Esto porque lo que nos trae Ueda es un trabajo cuyo diseño es muy interesante, con unos primeros 35 minutos que seguramente sorprenderán a más de uno debido a que se nos presenta, literalmente, una historia de zombies de bajo presupuesto que no tiene nada de malo pero que difícilmente califica como algo especial. Mostrándonos un plano secuencia con situaciones que por varios momentos te hacen cuestionar la calidad del filme (sobre todo su dirección), ya que existen tomas extrañas, decisiones incomprensibles por parte de los personajes o simplemente momentos que no tienen sentido en la búsqueda de fluidez para las acciones.

Sin duda un material de “pobre calidad” que de pronto llega a un intempestivo final y te sorprende con créditos en pantalla. Sin embargo, justo cuando terminan dichos créditos te sorprendes aún más al darte cuenta que, en realidad, One Cut of the Dead apenas está iniciando.

Y es que para el segundo acto se nos revela que lo que vimos es un show en directo para televisión, aunque en un inicio puede llegar a ser un tanto confuso considerando que esto se va dando a conocer poco a poco mientras se nos muestran los pormenores en la pre-producción bajo un ritmo acelerado. Momentos que resultan importantes porque es aquí cuando el tono cómico empieza a tener una relevancia que inmediatamente hace que los primeros 35 minutos adquieran otro significado y, sobre todo, ahora si tengan sentido las situaciones raras.

Lo cual se solidifica con una parte final fantástica donde se nos muestra la recreación de lo visto al inicio, pero desde la perspectiva de los realizadores. Ofreciendo así un cierre increíblemente dinámico y muy divertido en el que no solo vemos como estas personas tienen que luchar contra cualquier cantidad de eventualidades para lograr su cometido, sino que además representa digamos un tipo de homenaje a todos aquellos individuos detrás de cámara que le dan vida a estas historias ficticias y suelen quedar en el olvido.

Las actuaciones son exageradas, incluso caricaturescas, pero esa es la idea detrás y en ese sentido funcionan a la perfección. La producción es austera, pero nuevamente esa es la idea: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte es de tres pesos, el score es pintoresco, el trabajo de sonido está ok, los efectos son muy simples y la labor de maquillaje básica.

Opinión final: One Cut of the Dead es genial. Una película bastante divertida y original que lleva el tema del metacine a otro nivel.

Ojometro:
*****