martes, 28 de enero de 2020

Crítica: The Cleansing Hour (2020)


Película dirigida por Damien LeVeck (Dark, Deadly & Dreadful), quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Aaron Horwitz. Se estrenó en cines y VOD dentro de China a inicios de mes, mientras que su salida en Estados Unidos todavía no tiene fecha definida.

Sinopsis:

Drew (Kyle Gallner) y Max (Ryan Guzman) producen un exitoso show por internet en el que muestran exorcismos en vivo, aunque ninguno de estos es real. Sin embargo, durante uno de sus shows la actriz principal es verdaderamente poseída por un peligroso demonio que los mantendrá secuestrados ante los ojos de una audiencia global.



Comentarios generales:

Ya he dicho anteriormente que las películas inspiradas en cortometrajes no suelen funcionar la mayoría de las veces debido a que sus ideas están pensadas para desarrollarse en un tiempo limitado y no como un largometraje que representa otro tipo de exigencias, así que por eso no tenía demasiadas expectativas con The Cleansing Hour. Sobre todo porque en su momento pude ver el corto y, si bien el concepto me gustó, este no parecía que pudiera dar para más. Aunque claramente estaba equivocado.

Esto porque los que nos trae LeVeck en verdad funciona y se siente como algo refrescante para tratarse de una historia de exorcismos, alejándose por completo del found footage para explotar el uso del internet de una manera más elaborada que le permita construir un espectáculo que no carezca de sustancia. Mostrándonos así lo suficiente para conocer a los personajes y entender de buena manera lo que hay detrás de este show, lo cual deja el camino puesto para que la aparición del demonio tenga un impacto inmediato debido a que su presencia no solo proporciona el shock requerido, sino que además logra cambiar por completo la dinámica del exorcismo tradicional.

Y es que aquí quien lleva el mando es el demonio, las cosas se hacen bajo sus reglas y eso provoca que cada situación resulte bastante tensa gracias a que, además de solucionar el tema de la posesión, también se tienen problemáticas secundarias ligadas con la producción del show. Generando así una mezcla interesante que solo por unos breves momentos se siente algo forzada, pero que en general funciona de buena manera para brindarle un ritmo ágil a las acciones e ir conociendo un poco más sobre el pasado de uno de los protagonistas.

La parte final me agradó, es intensa y la manera en la que se utiliza la tecnología para poder realizar un exorcismo improvisado durante este enfrentamiento es algo divertido de ver. Sin embargo, es una sorpresa que se guardan de manera muy efectiva la que termina por darle otra dimensión a los sucesos ocurridos.

Las actuaciones están bastante bien, Gallner y Guzman hacen una buena mancuerna en pantalla para lograr varios de los momentos más emotivos, pero es Alix Angelis (Lane) la que se roba la atención como la poseída. La producción es de buena factura: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte está bien cuidada, el score es bueno, el trabajo de sonido limpio y la labor de maquillaje cumple. Solo algunos efectos que recaen en el CGI no lucen precisamente bien.

Opinión final: The Cleansing Hour me gustó. Película divertida que le da un toque fresco a un subgénero tan desgastado como lo es el de exorcismos.  

Ojometro:
****

viernes, 24 de enero de 2020

Crítica: Bliss (2019)


Película escrita y dirigida por Joe Begos (Almost Human, The Mind’s Eye). Se estrenó de manera limitada en cines dentro de los Estados Unidos el pasado mes de septiembre, mientras que su salida en formato físico se dio el 12 de noviembre.

Sinopsis:

Una pintora brillante enfrentando el peor bloqueo creativo de su vida hace todo lo que se encuentre a su alcance para terminar lo que considera que será su obra maestra. Entrando así a un escape alucinatorio lleno de drogas, sexo y asesinatos en las oscuras entrañas de Los Ángeles.



Comentarios generales:

Siempre trato de cubrir las películas más relevantes del año en el blog y digamos que un 95% de estas terminan con su crítica, pero siempre existe un puñado que por diversas razones no pude ver y este fue precisamente el caso con Bliss. Un trabajo que hizo bastante ruido en 2019 como para entrar en las listas de las mejores del año para muchas personas, así que no podía dejarla en el olvido por bastante tiempo; aunque a mí en particular no me ha maravillado.

Y es que creo que mucha de la efectividad de lo que nos regala Begos recae en la edad que tenga el espectador, ya que al ser esta una historia llena de excesos con un mensaje claro de “jódanse todos” puede que haga mayor eco con espectadores más jóvenes. En especial durante los primeros 30/40 minutos en los que esto es básicamente lo que sustenta a la película por medio de una protagonista y secundarios con comportamientos un tanto ridículos que los vuelven odiosos y por ende cuesta mucho trabajo poder involucrarte de lleno con ellos. Todo mientras te ves bombardeado por luces fluorescentes, una edición frenética y un score poderoso.

Así es como pasa una primera mitad en la que no ocurre nada particularmente destacado, pero una vez que empieza a entrar en juego el tema de los vampiros y se profundiza un poco más sobre la búsqueda de creatividad a toda costa las cosas mejoran. Sobre todo porque el lado salvaje de Dezzy comienza a brotar, haciendo que su odiosa personalidad inicial ahora no lo sea del todo debido a que ya existe una justificante sólida detrás y por medio de esto se construyen varios de los momentos más intensos con los que se logra establecer un nivel de impacto elevado que se complementa perfectamente con los elementos visuales cuasi argentescos.

Llegando así a un parte final que continua con dicha tendencia, pero que se ve un tanto perjudicada por la obsesión que tiene el director con los close-ups a nuestra protagonista. Los cuales son molestos por lo estridentes que resultan durante una parte que se supone ya debería de contar con mejores recursos para generar intensidad; aunque por lo menos tenemos un cierre lleno de muertes con las que se aprovecha, una vez más, el elemento visual tan peculiar del filme.

En cuanto a las actuaciones realmente todo recae en Dora Madison (Dezzy), quien en términos generales hace un buen trabajo a pesar de que su personaje se queda atrapado en la misma dinámica durante un periodo de tiempo considerable. La producción es de buena nota, salvo por alguno que otro detalle: el trabajo de fotografía por momentos resulta frustrante, la dirección de arte es sólida, el score es muy bueno, el trabajo de sonido limpio, los efectos prácticos cumplen y la labor de maquillaje no presenta gran complejidad.  

Opinión final: Bliss está ok. Película con buenas ideas que gustará en menor o mayor medida dependiendo de su edad.

Ojometro:
***

martes, 21 de enero de 2020

Crítica: Alone (2020)


Película que significa el debut dentro del género para el director Vladislav Khesin, cuyo guión fue co-escrito por Samuel Bandeir, Gabriel Legua y Olabode Olakanmi. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 17 de enero, aunque todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Emma (Elizabeth Arends) es una escritora ciega que busca paz y soledad en una cabaña en el bosque para poder recuperarse de una tragedia y finalizar su libro. Sin embargo, mientras la cabaña se convierte en un infierno, ella pronto se dará cuenta que su demonios internos no son el peor de sus problemas.



Comentarios generales:

Cuando leí la sinopsis de Alone lo primero que se me vino a la mente fue “Hush”, ya que era prácticamente la misma y gracias a eso mi interés se incrementó un poco considerando que la película de 2016 me gustó bastante. Sin embargo, el que hubiera tres escritores era una señal de alerta debido a que con una premisa tan básica es raro que tantas personas metan mano, simplemente no hay razón para ello y mis temores se terminaron validando ante el desastre que es el producto final.

Uno en el que tanto Khesin como los guionistas comparten el mismo nivel de culpabilidad dado a que ambas partes se esfuerzan lo máximo por convertir algo simple en un caos sin pies ni cabeza en el que pareciera que se pegaron dos historias completamente distintas para poder lograr un largometraje.

Esto porque lo que se te presenta durante los primeros 25 minutos gira en torno a un personaje (Emma) cuya vulnerabilidad parece que será el aspecto central y con ello se logran construir algunas situaciones con las que se va estableciendo determinada dinámica que va generando un tono y, sobre todo, sensaciones de alta peligrosidad ante la evidente desventaja que existe para nuestra protagonista. Lo cual no parece tener nada malo y de hecho no lo tiene; sin embargo, de manera abrupta y sin ningún tipo de justificación la historia da un giro total para centrarse en un grupo de jóvenes a los que desde el primer momento que ves en pantalla los detestas porque no solo no tienen absolutamente nada que ver con lo establecido previamente, sino que además destrozan la sensación de peligro generada.

Y es que pasamos de algo muy serio a algo lleno de diálogos absurdos y comportamientos ridículos que representan un nuevo inicio en pleno segundo acto sin saber exactamente bien por qué. Simplemente ocurren cosas porque si hasta que el caos se desata y con ello se revela otro giro que en teoría debería de generar un gran impacto, pero en realidad solo revuelve las acciones y deja más dudas que certezas.

Dudas que ciertamente no tardan en responderse llegando a la parte final, aunque la manera en que justifican todo esto resulta demasiado forzado y poco creíble debido a que en ningún punto te dan algún tipo de sustento que justifique lo que ocurre, provocando así que el cierre sea anticlimático.

Las actuaciones son bastante malas, Arends realmente no tiene mucho con que trabajar y el elenco juvenil es un auténtico dolor de cabeza desde prácticamente el primer minuto en el que hacen acto de presencia. Es en la producción donde tiene sus mejores atributos: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte es muy básica, el score es genérico, el trabajo sonido no tiene fallos y tanto los efectos como la labor de maquillaje son bastante simples. 

Opinión final: Alone es muy mala. Un desastre de principio a fin que deben de evitar.

Ojometro:
*

viernes, 17 de enero de 2020

Crítica: Underwater (2020)


Película dirigida por William Eubank, cuyo guión fue co-escrito por Brian Duffield y Adam Cozad. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos y México el pasado 10 de enero, recaudando hasta la fecha $15.7 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Un equipo de investigadores acuáticos trabaja para tratar de mantenerse con vida después de que un terremoto devastara su laboratorio submarino. Sin embargo, pronto se darán cuenta que hay más razones para temer además del oscuro fondo del océano.



Comentarios generales:

Si hay un nombre que actúa como repelente para muchas personas en general es el de Kristen Stewart gracias a la franquicia de vampiros que brillan que todos conocemos, así que cualquier trabajo en el que se encuentre involucrada no suele ser algo muy bien recibido y por lo consiguiente se le rechaza de inmediato. Así que conociendo esto era prácticamente un hecho que Underwater pasaría desapercibida a pesar de ser de las primeras películas de 2020 y eso fue precisamente lo que ocurrió, aunque no por eso se debe de asumir que no vale la pena. 

Ya que Eubank se encarga de ofrecernos algo que está completamente diseñado para ser muy tenso y dinámico de principio a fin, donde su propósito es establecer que los personajes en ningún momento se encontrarán a salvo dentro de un escenario que representa una amenaza en su conjunto y no solo por lo que se encuentra asechando. Lo cual resulta evidente durante un primer acto en el que no tienen que pasar ni cinco minutos para que ocurra algo de gran impacto y gracias a eso se dé énfasis a los miedos humanos por medio de sucesos que explotan la claustrofobia, el temor a la oscuridad o al morir ahogado.

Miedos que sostienen lo suficiente las acciones hasta que poco a poco se empieza a integrar la amenaza mayor entrando al segundo acto y con ello ir obteniendo un tono un más oscuro. Principalmente porque las escenas bajo el agua toman mayor relevancia y gracias a eso se pueden construir situaciones de peligro digamos más "extremas" para obtener niveles de tensión elevados, así como muertes que proporcionen impacto e incrementen la sensación de vulnerabilidad de los personajes ante lo que sea que los está matando.

Todo para llegar a una parte final agradable e intensa que no arriesga demasiado, pero que incrementa la escala de espectacularidad por medio del despliegue de efectos visuales para añadir un elemento sorpresa que hace de la amenaza algo más imponente (incluso asemejando a algo que bien pudo salir del universo de Lovecraft o Cloverfield) y que ayuda a que el desastre inicial resulte más convincente.

Las actuaciones están bien, no son nada espectacular pero Stewart y compañía hacen lo suficiente como para que puedas sentir empatía hacía ellos y te interese ver si van a poder escapar con vida. La producción es de gran factura: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte está muy bien cuidada, el score es sólido, tiene un trabajo de sonido espectacular y los efectos son de primer nivel.

Opinión final: Underwater está divertida. Película para pasar un buen rato.

Ojometro:
****