viernes, 3 de julio de 2020

Crítica: Brahms: The Boy II (2020)


Secuela de la película de 2016, la cual es nuevamente dirigida por William Brent Bell (Devil Inside) y escrita por Stacey Menear. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos a finales del mes de enero, recaudando $20.3 millones de dólares en taquilla a nivel mundial. Mientras que su salida en VOD y formato físico se dio el pasado 19 de mayo.

Sinopsis:

Sin conocer la terrible historia de la mansión Heelshire, una joven familia se muda a la casa de huéspedes dentro de la propiedad, donde su pequeño hijo encontrará un nuevo amigo: un viejo muñeco al que él llama Brahms.


Comentarios generales:

Gran parte del éxito de “The Boy” en 2016 se debió a una publicidad un tanto engañosa y a la presencia de Lauren Cohan, quien en ese momento se encontraba en su pico de popularidad. Más allá de eso realmente se trataba de una película muy normal cuyo concepto no daba para más y por ello me resultó sorpresivo que se anunciara una secuela; simplemente parecía algo innecesario y después de ver Brahms: The Boy II ese pensamiento se incrementó mucho más.

Ya que lo que nos traen Brent Bell y Menear es un intento forzadísimo por tratar de generar una franquicia a como dé lugar, destrozando lo que construyeron en la primera entrega por medio de una historia que realmente se olvida de todo lo establecido previamente.

Optando mejor por el camino seguro en el que un niño es la figura central para la exposición del propio muñeco y utilizando un pretexto bastante simple para trasladar a la familia cerca de la mansión. Logrando con esto que los primeros 30/35 minutos sean en exceso aburridos gracias a que todo se desarrolla de manera muy lenta y se regresa a la dinámica cansina sobre si el muñeco tiene o no tiene vida mientras se agregan de vez en cuando algunos sustos fáciles poco efectivos, ya sea por medio de situaciones que lo involucran directamente o algunos traumas diseñados para el personaje de Liza que te hacen cuestionar su estabilidad mental.

Un aspecto que piensas tendrá más relevancia conforme avanzan las cosas, pero realmente se va perdiendo con el pasar de los minutos para darle más relevancia al tema del hijo y su peculiar relación con el muñeco. Lo cual a mi juicio es lo más interesante de la película debido a que si existe una justificación lógica para su extraño comportamiento y casi mutación en Brahms, aunque este tema también poco a poco empieza a perder fuerza conforme se van sacando ideas improvisadas con el objetivo de reinventar todo lo que conocimos de la primera entrega y mejor se opta nuevamente por explotar hasta el cansancio los sustos fáciles para tratar de añadir algo de impacto sin mucho éxito.

Dejando así una parte final en la que ya no te importa mucho lo que ocurra y que en general se siente acelerada. Con situaciones convenientes para expandir información importante en cuestión de segundos (escena del padre en el hospital) y con un nivel de intensidad que no ayuda en lo absoluto a que el tema supernatural resulte convincente.

Las actuaciones no tienen nada para destacar, claramente la presencia de Katie Holmes (Liza) fue un intento por replicar lo de Cohen pero la película es tan genérica que realmente nadie termina luciendo. Es en la producción donde tiene sus mejores atributos: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte cumple, el score no resalta, el trabajo de sonido es correcto y tanto los efectos como el maquillaje son discretos.

Opinión final: The Boy II es decepcionante. Secuela innecesaria que muy probablemente acabe con las aspiraciones de generar una franquicia.

Ojometro:
**

martes, 30 de junio de 2020

Crítica: The Other Lamb (2020)


Película dirigida por Malgorzata Szumowska y escrita por C.S. McMullen. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 3 de abril, mientras que su salida en formato físico está confirmada para el próximo 28 de julio.

Sinopsis:

Selah (Raffey Cassidy) es una chica que ha pasado toda su vida formando parte de un culto liderado por el enigmático Shepherd (Michiel Huisman). Ahí todas son sus esposas o sus hijas que lo siguen ciegamente, pero pronto ella empezará a cuestionar sus métodos.



Comentarios generales:

El cine sobre sectas o cultos sufrió una sacudida importante el año pasado gracias a “Midsommar” y claramente desde entonces las cosas cambiaron para este tipo de trabajos. De pronto un subgénero que ya tenía una manera bastante bien definida sobre como presentar sus propuestas sin demasiadas quejas se encontró con algo que, si bien no ponía nada nuevo sobre la mesa, si logró tener un impacto significativo y por lo consiguiente muchos lo consideran el nuevo estándar para esta clase de películas.

Un estándar que con The Other Lamb probablemente no vayan a encontrar debido a que Szumowska pretende ofrecernos una experiencia más contemplativa en donde el shock es prácticamente inexistente. Presentándonos así una historia en la que no hay nada particularmente nuevo en comparación a otras que ya hemos visto, aunque si contiene un mensaje bastante perturbador con respecto al inevitable destino de las mujeres que forman este culto y con el cual se van construyendo todos los cuestionamientos por parte de nuestra protagonista bajo un ritmo lento con el que sin duda más de uno pudiera llegarse a desesperar.

Ya que realmente todo está diseñado para que el espectador se imagine lo que ocurre mientras se explotan las escenas con hermosos paisajes, sueños o algunos flashbacks. Casi nada se muestra de manera explícita, pero en realidad eso no lo encontré como algo tan problemático gracias a que se siente como parte natural de la experiencia.

El verdadero problema llega cuando ya entrados en el segundo acto las cosas se empiezan a volver demasiado monótonas y nos vemos envueltos en una larga travesía que, a pesar de ofrecer algunos visuales muy agradables, se termina sintiendo demasiado pesada y no ayuda a que se conecte del todo con la dinámica del grupo. La cual debería de hacerte sentir más interesado en la evolución de Selah, incluso incomodo por saber qué es lo que le va a ocurrir; sin embargo, en lugar de eso solo se nos presentan situaciones que te resultan indiferentes la mayoría del tiempo.

Todo lo anterior nos deja con una parte final un tanto desabrida que a duras penas logra incrementar la sensación de desagrado ante lo que se sabe que es inevitable. Aunque sin mostrar nada tan gráfico lo que ocurre en el cierre si tiene el suficiente impacto y fuerza para que resulte efectivo.

De las actuaciones son Raffey Cassey y Michiel Huisman quienes sostienen la película y no lo hacen nada mal, sobre todo considerando que tienen un número bastante reducido de diálogos y tienen que depender mucho de sus expresiones. La producción es de buena factura: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte cumple, el score es sólido, el trabajo de sonido es limpio y lo referente a efectos/maquillaje es bastante discreto.

Opinión final: The Other Lamb está ok. Película contemplativa que probablemente no sea lo que muchos esperan cuando se trata de cultos.

Ojometro:
***

viernes, 26 de junio de 2020

Crítica: You Should Have Left (2020)


Película escrita y dirigida por David Koepp (Stir of Echoes, Secret Window), la cual es una adaptación de la novela del mismo nombre. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 18 de junio, aunque todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Un banquero retirado, su joven esposa actriz y su pequeña hija van de vacaciones a una apartada y sumamente moderna casa en los campos de Gales en la que nada es lo que parece.



Comentarios generales:

Blumhouse se ha vuelto una fuerza tan dominante dentro del género de terror que incluso en medio de una pandemia ha podido capitalizar un proyecto que se vio afectado por las medidas de contención aplicadas dentro de los Estados Unidos. Ya que originalmente You Should Have Left se iba a estrenar en cines, pero ante las complicaciones se optó por estrenarla en otras plataformas que parecían un tanto extrañas para una película que aparentaba ser de un perfil mayor en los planes del estudio. Aunque al final esta decisión parece que fue la mejor que pudieron tomar.

Y es que lo que nos trae Koepp es un thriller psicológico bastante discreto cuyo atractivo depende en gran medida de las actuaciones de su reconocido elenco, ya que la historia como tal es mucho más predecible de lo que imaginas y uno bien puede descifrar durante los primeros 15 minutos detalles que serán muy importantes. Lo cual no luce como algo sumamente alentador, pero la verdad es que no es suficiente como para quitarte todo el interés en la película debido a que durante el primer acto se logra establecer una dinámica sólida de familia feliz que hace que sientas curiosidad por saber si al menos tenías razón con respecto a lo que descifraste.

Además a esto hay que agregarle que el estilo visual minimalista de la propia casa ayuda a la generación temprana de momentos desconcertantes con los que se empiezan a sembrar las dudas con respecto a lo que verdaderamente ocurre ahí. Esto porque igual puede ser una cuestión psicológica de Theo, la presencia de algún fantasma o simplemente el hecho de que la casa está embrujada.

Hasta ahí todo va bien, sin embargo, una vez que las cosas se empiezan a asentar la caída resulta evidente. Principalmente porque la construcción de los momentos diseñados para generar suspenso no es precisamente la mejor, aunque el mayor problema recae en el hecho de que, en el afán por querer elaborar en demasía situaciones no tan complejas, se empieza a caer en una repetitividad que poco a poco hace que el ritmo se vuelva cansino y con ello todo lo referente al misterio detrás de la casa vaya perdiendo fuerza.

Dejándonos así un último acto que es predecible, pero que al menos logra recomponer el rumbo por medio de un juego visual llamativo con los escenarios y, sobre todo, por darle rienda suelta a la fragilidad mental de Theo. Cuya problemática sin duda ayuda a que los minutos finales cuenten con un nivel de intensidad adecuado.

Como lo mencione anteriormente, las actuaciones son lo que sostiene a la película. Con un Kevin Bacon (Theo) que está realmente bien de principio a fin, mostrando un sutil pero constante descenso a la locura que te hace involucrarte de lleno con su personaje; mientras que Amanda Seyfried (Susanna) y en especial la pequeña Avery Tiiu Essex (Ella) realizan una buena labor de complemento.

La producción es de factura impecable: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte es sólida, el score cumple, el trabajo de sonido está bien cuidado, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje es bastante simple.

Opinión final: You Should Have Left es aceptable. Un thriller con buenas actuaciones que jamás puede redondear su propuesta.

Ojometro:
***

viernes, 19 de junio de 2020

Crítica: Don’t Let Them In (2020)


Primer largometraje del director Mike Dunkin, quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Daniel Aldron. Se estrenó en DVD y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 3 de marzo.

Sinopsis:

Después del asesinato de una joven 15 años atrás, un hombre reformado es liberado del manicomio para que viva en la antigua casa de su familia: un gran hotel abandonado. Tras esto, unos trabajadores sociales planean hacerle una visita de rutina para comprobar su estado, pero pronto se verán amenazados por unos desalmados enmascarados.



Comentarios generales:

La verdad es que cuando uno ve todo lo referente a Don’t Let Them In su primera reacción probablemente no sea la mejor debido a que tiene una pinta muy genérica, además de que su material promocional que la comparaba con “The Purge” o “You’re Next” parecía demasiado pretenciosa. Por eso es que mis expectativas no eran precisamente altas; de hecho, por un momento me pasó por la cabeza no verla, pero me alegra en cierto modo no haber tomado esa decisión.

Y no tanto porque lo que nos trae Dunkin sea algo revolucionario o eleve el nivel de un subgénero que está empezando a estancarse, sino más bien porque trata de hacer algo diferente sin importar que pueda caer en terrenos un tanto absurdos.

Aunque para llegar a eso también se debe de decir que el camino no es precisamente el más agradable debido a que la primera media hora en verdad resulta todo un reto. En parte porque no ocurren muchas cosas interesantes, pero sobre todo porque tenemos a un personaje como el de Karl que te bombardea con una serie de actitudes que retarán tu paciencia rápidamente gracias a lo infantiles que resultan y que contrastan en demasía con la atmósfera sombría y desoladora que se presenta.

Un problema que afortunadamente con el pasar los minutos se va corrigiendo o, por lo menos, volviéndose más tolerable. Ya que una vez que hacen acto de presencia los enmascarados el misterio sobre el que gira la historia poco a poco empieza a tomar tintes mucho más satánicos y las acciones encuentran un ritmo ágil que se complementa con un nivel de intensidad relativamente más elevado que ayuda a que el interés por saber qué es lo que hay detrás de todo esto no decaiga tan rápido. 

Lo cual lleva a un parte final que en términos generales cumple, a pesar de que la revelación principal no es tan complicada de descifrar considerando varias situaciones que te lo dan a entender durante todo el metraje. Presentando con ello una justificación adecuada para la presencia de los enmascarados y, además, logrando que el personaje de Karl tenga cierta evolución con respecto a sus acciones.

En las actuaciones el que más resalta es Aidan O'Neill (Karl), quien va de menos a más con su personaje; mientras que Michelle Luther (Jenna) y Scott Suter (David) hacen lo necesario para no ser opacados por su presencia tan llamativa. La producción tiene altibajos: el trabajo de fotografía no es el mejor, la dirección de arte cumple, cuenta con un buen score, el trabajo de sonido por momentos tiene fallos y lo referente a efectos/maquillaje es bastante discreto.

Opinión final: Don’t Let Them In está ok. No es nada del otro mundo, pero por lo menos trata de agregar algo distinto al subgénero.

Ojometro:
***