jueves, 22 de octubre de 2020

Crítica: Nocturne (2020)

Película escrita y dirigida por Zu Quirke, la cual significa su primer largometraje. Se estrenó en Amazon Prime como parte de la antología Welcome to the Blumhouse el pasado 13 de octubre.

Sinopsis:

Juliet (Sydney Sweeney) es una prodigiosa pianista que hace un pacto con el diablo para tomar el lugar de su hermana Vivian (Madison Iseman) en una prestigiosa escuela de música clásica.


Comentarios generales:

Después de la decepción generalizada que provocaron los primeros estrenos de Welcome to the Blumhouse era natural que las expectativas por las siguientes películas disminuyeran de manera considerable, al grado de que su salida pasó bastante desapercibida. Y la verdad no se puede culpar a los fans debido a que es evidente que lo presentado por Blumhouse se trata más que nada de proyectos medianos con los cuales no sabían qué hacer y se sacaron de la manga una antología para poder sacarles algo de provecho, aunque de los cuatro que van creo que Nocturne es el que deja mejores sensaciones.

Y es que a pesar de que el concepto es muy similar a lo que vimos en “The Sonata” o “The Perfection”, lo cierto es que lo nos presenta Quirke logra diferenciarse lo necesario como para establecer su propio sello por medio de una historia que, una vez más, opta por el camino del thriller en lugar de centrarse en el terror convencional.

Una decisión que sin duda molestará a más de uno y hará que eliminen definitivamente la antología de su mente, pero en este caso creo que funciona gracias a que desde el primer acto se establece que existen ciertas cuestiones satánicas detrás que podrían explotar en cualquier instante y con ello se añade rápidamente un tono mucho más oscuro. Exponiendo una rivalidad entre hermanas virtuosas que en un inicio no parece grave, pero que poco a poco se empieza a tornar en algo mucho más personal.

Situación que termina plantando ciertas dudas debido a que se juega con la posibilidad de que todo se encuentre impulsado por algo mucho más siniestro o simplemente se trate de los celos naturales por parte de Juliet magnificados por sus estragos mentales. Lo cual invariablemente hace  que el ritmo de la película vaya disminuyendo para desarrollar de manera más profunda este tema; sin embargo, las situaciones concebidas para lograrlo no resultan tan interesantes y en general fallan en poder generar la tensión necesaria entre las hermanas. Obvio no como para arruinar el filme, pero si quitándole la fuerza que uno supondría iba a tener un conflicto como este.

Afortunadamente la parte final logra mejorar las cosas. Primero porque se produce un fenómeno particular con el personaje de Vivian que la coloca entre la fina línea de ser la víctima o un tipo de villana. Y, segundo, porque la locura de Juliet adquiere un nivel adecuado como para brindar un cierre intenso cuya última imagen es en verdad potente y bastante fría. 

Las actuaciones de las actrices principales son sin duda lo mejor gracias a la química que logran mostrar en pantalla. Con Sydney Sweeney haciendo un buen trabajo como la hermana celosa que poco a poco va cayendo en caminos mucho más oscuros y con una Madison Iseman que no tiene tantos minutos, pero que los sabe aprovechar para quedar posicionada en un rol medio complejo que la coloca bajo las dos caras de la moneda.  

La producción tiene buena factura: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte es muy básica, el score resalta bastante, el trabajo de sonido es limpio, los efectos son discretos y la labor de maquillaje adecuada.

Opinión final: Nocturne está ok. Las buenas actuaciones y una premisa familiar hacen que sea una película disfrutable.

Ojometro:
***

viernes, 16 de octubre de 2020

Crítica: Broil (2020)

Película dirigida por Edward Drake, quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Piper Mars. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos durante el mes de junio, mientras que su salida en formato físico se dio el pasado 13 de octubre.

Sinopsis:

Después de un violento altercado con su némesis escolar, Chance Sinclair (Avery Konrad) es enviada a vivir con su draconiano abuelo en su mansión. Un lugar donde pronto descubrirá un antiguo secreto familiar que la pondrá en medio de una guerra de facciones dentro de la propia familia. 


Comentarios generales:

El caso de Broil es uno particular debido a que ninguna otra película del 2020 ha generado más confusión sobre lo que trataba, ya que con su trailer parecía que veríamos una de vampiros pero los creadores siempre mencionaban que en realidad no era así. Generando con esto un tipo de promoción por demás extraña que no pareciera ser la más idónea en una época de mucha incertidumbre y que solo provocaba una cantidad importante de dudas cuyas respuestas tal vez no se encuentren en el producto final.

Y es que lo que nos trae Drake es una historia que en gran medida depende de dicha incertidumbre para poder desarrollarse de la mejor manera posible, a pesar de que desde muy temprano se te expone que nuestra protagonista puede o no ser un vampiro. Fungiendo como el foco de atención para determinadas cuestiones mientras que de manera simultánea el conflicto familiar también se va desenvolviendo sin proporcionar demasiada claridad sobre el asunto, aunque la verdad esto ayuda a que en todo momento exista una tensión muy marcada para que así cada situación resulte al menos interesante ante la expectativa por saber cómo van a encajar todas las piezas.

El problema llega cuando entrando al segundo acto las cosas empiezan a brincar de un lado para otro sin demasiada claridad al acelerar ciertas cuestiones que se hubieran beneficiado de un poco más de tiempo, pero que claramente se sacrificaron con el fin de darle más exposición a la reunión familiar. La cual ciertamente resulta decepcionante debido a que te la venden como algo que será muy sangriento; sin embargo, a pesar de que si se presenta un suceso inquietante y hay algo de violencia, esta se torna en un simple drama familiar poco emocionante que ni siquiera te puede dar una respuesta contundente con respecto a la identidad de esta familia disfuncional (en teoría hay una escena que lo hace, pero es demasiado ambigua).

Dejando así una parte final que no diría que es aburrida porque contiene algunos de los momentos más intensos que sirven para redondear la situación de uno de los personajes. Aunque, por otra parte, se sigue queriendo condensar demasiado ciertos aspectos fundamentales que no solo hacen que la protagonista te termine por importar poco o nada, sino que además revuelven todo al grado de que la conclusión puede llegar a resultar bastante frustrante.

Las actuaciones son una combinación de algunas sólidas con otras bastante caricaturescas, siendo probablemente la más floja de todas la de Avery Konrad. La producción no está mal: el trabajo de fotografía es bueno la mayor parte del tiempo, la dirección de arte está bien cuidada, el score es medio genérico, el trabajo de sonido es bueno, los efectos son muy simples y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: Broil está aceptable. Película con un concepto interesante que probablemente hubiera funcionado mejor con alguien más experimentado tras la cámara.

Ojometro:
*** 

martes, 13 de octubre de 2020

Crítica: The Pale Door (2020)

Película dirigida por Aaron B. Koontz (Camera Obscura), quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Cameron Burns y Keith Lansdale. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos durante el mes de agosto, mientras que su salida en formato físico se dio el pasado 6 de octubre.

Sinopsis:

Después de que el robo de un tren no saliera como estaba planeado, un notorio grupo de bandidos tendrá que sobrevivir la noche en un pueblo fantasma habitado por un aquelarre de brujas.


Comentarios generales:

A pesar de que son dos géneros que llevan coexistiendo desde finales del siglo XIX, el terror y el western por lo regular no se suelen mezclar demasiado. Evidentemente existen trabajos que lo han hecho porque el cine de terror ha demostrado tener la capacidad para adaptarse a prácticamente todo, pero aún así pareciera que para muchas personas no son muy compatibles y con The Pale Door difícilmente dicha percepción va a cambiar.

Esto porque lo que nos trae Koontz es un trabajo con un sello independiente muy marcado que trata de explotar lo más que se pueda el aspecto western por medio de una historia que, al menos durante los primeros 40/45 minutos, pasaría como una de cualquier película de vaqueros del montón. Ya que realmente durante este periodo no ocurre nada llamativo y todo se enfoca en la relación de los hermanos, así como en exponer las extravagantes personalidades de los bandidos por medio de escenas que uno sabe perfectamente cómo se van a desarrollar ante lo genéricas que resultan en absolutamente todos sus detalles.

Haciendo así que la experiencia se torne bastante aburrida y más porque hasta este punto las brujas brillan por su ausencia, aunque cuando hacen acto de presencia se llevan a cabo los que son sin duda los minutos más entretenidos del filme.

En gran medida porque las presentan de una manera poco convencional para que resulten más amenazantes y gracias a ello se pueda ofrecer un enfrentamiento con violencia y sangre que ayude a que tanto el ritmo como la intensidad mejoren de manera momentánea. Y digo momentánea porque por alguna razón Koontz y compañía tienen una terrible obsesión por utilizar largas conversaciones para impulsar el aspecto dramático cuando, en teoría, lo que tendría que imperar es la urgencia por salir con vida del pueblo.

Logrando con esto únicamente que la parte final sea de todo menos emocionante al explotarlas en exceso (hay tres en este punto) y con ello eliminando cualquier tipo de sensación de riesgo para dejarte así ante una conclusión muy simple que hasta resulta anticlimática.

Las actuaciones no están mal; de hecho, diría que gran parte de los momentos más efectivos se deben al esfuerzo que ponen los actores para tratar de sacar adelante situaciones que no les ofrecían demasiado margen de maniobra. En cuanto a la producción hay varias cosas positivas a pesar del evidente bajo presupuesto: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte adecuada, el score es bastante bueno, el trabajo de sonido no presenta fallos, los efectos son efectivos y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: The Pale Door está aburrida. Una película con ideas interesantes que se ve perjudicada por una pobre ejecución.

Ojometro:
**

viernes, 9 de octubre de 2020

Crítica: The Lie (2020)

Remake de la película alemana del 2015 “Wir Monster”, el cual fue escrito y dirigido por Veena Sud. Se estrenó en Amazon Prime como parte de la antología Welcome to the Blumhouse el pasado 6 de octubre.

Sinopsis:

Un padre y su hija van rumbo a un campamento de baile cuando ven en la carretera a la mejor amiga de ella. Ante esto le ofrecen llevarla, pero un simple favor con buenas intenciones pronto tendrá terribles consecuencias. 


Comentarios generales:

No es que Amazon Prime no tuviera una oferta de terror adecuada para competir por la audiencia durante el mes de octubre, simplemente su propuesta para Halloween nunca ha sido tan robusta como la que vemos en Netflix, Hulu o Shudder. Por eso es que cuando se anunció la antología Welcome to the Blumhouse hubo mucha emoción de parte de los fans debido a que parecía que por fin la plataforma entraría de lleno a la pelea durante el periodo donde se consume mayor contenido del género.

Era una alianza perfecta y ante eso las expectativas de muchos se dispararon por los cielos, aunque después de ver The Lie me he quedado con más dudas que certezas sobre el enfoque que han elegido para competir.

Esto porque lo que nos presenta Veena Sud es un thriller psicológico en el que el principal objetivo es exponer las consecuencias de las mentiras y no tanto generar sustos en el espectador. Contándonos una historia que desde muy temprano nos pone ante un caso sumamente complejo en el que el personaje de Kayla se vuelve el centro de atención y por medio de su peculiar comportamiento se establecen los cimientos de un misterio que de entrada parece bastante simple, pero conforme se va desarrollando se convierte en algo mucho más caótico debido a la manera en la que sus padres enfrentan la situación.

Esto bajo una dinámica que la verdad nunca se siente pesada gracias al ritmo implementado y porque el saber cómo reaccionarán los padres ante las problemáticas hace que de cierto modo la tensión esté presente en todo momento debido a los riesgos evidentes que conllevan sus decisiones. Las cuales lamentablemente también con el paso de los minutos son en gran medida lo que hace que las acciones te empiecen a fastidiar gracias a que no solo se presenta cierto estancamiento en cuanto a la progresión de la relación con la hija, sino que además los errores que estos cometen hacen que a partir de determinado punto todo se vuelva en extremo predecible y por lo consiguiente mucho del suspenso se desvanezca.

Predictibilidad que se traslada hacia la parte final y por lo mismo el momento más importante de todo el filme no contiene la fuerza suficiente como para causar una mayor impresión. Dejándote así ante un desenlace que te puede parecer interesante o realmente muy bobo para todo lo que ha ocurrido.

Las actuaciones son lo mejor de la película y las que hacen que el visionado sea mucho más placentero. Joey King (Kayla) está perfecta bajo su rol de adolescente emocionalmente frágil a la que nunca puedes descifrar del todo, mientras que Peter Sarsgaard (Jay) y Mireille Enos (Rebecca) hacen una gran labor como los padres desesperados que manifiestan el sentido de culpa que nunca tiene su hija.  

La producción es de buena factura: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte es simple, cuenta con un score adecuado, el trabajo de sonido es limpio y tanto los efectos como la labor de maquillaje resultan muy discretos.

Opinión final: The Lie está ok. Un thriller psicológico cumplidor para ver en cualquier otra época que no sea Halloween.

Ojometro:
***