martes, 29 de noviembre de 2022

Crítica: Spirit Halloween: The Movie (2022)

Película dirigida por David Poag y escrita por Billie Bates. Se estrenó de manera limitada en cines dentro de los Estados Unidos el pasado 30 de septiembre, mientras que once días después llegó a varios mercados por medio de HBO Max.

Sinopsis:

Cuando una tienda Spirit Halloween abre en un desértico centro comercial, tres amigos, quienes piensan que ya están grandes para el dulce o truco, deciden pasar la noche ahí. Aunque pronto su noche de rebeldía se convertirá en una carrera por sobrevivir.


Comentarios generales:

Sin duda alguna la noticia sobre que iba a haber una película inspirada en la tienda Spirit Halloween fue una de las más sorpresivas de 2022 porque absolutamente nadie se hubiera imaginado algo así y dicha sorpresa se incrementó cuando anunciaron que Christopher Lloyd iba a estar involucrado. Simplemente era de esas cosas que solo el género de terror es capaz de concebir y la verdad es que como táctica promocional funciona perfectamente, aunque como película es otro cantar.

Ya que lo presentado por Poag se siente como algo de hace un par de décadas atrás en prácticamente todos los sentidos al contarnos una historia en la que la tienda sirve más bien como complemento para el típico tema sobre el fin de la infancia y cómo esto conlleva dejar atrás todo lo que involucra el Halloween en esa etapa de la vida. Lo cual le brinda un tono demasiado ligero a las acciones y provoca que no se le dé la relevancia necesaria a la cuestión sobrenatural que generará los problemas venideros, causando con esto que el primer acto resulte bastante aburrido porque en realidad no hay mucho que destaque.

Algo que no es que cambie de manera sustancial una vez pasados los primeros 30 minutos del metraje, pero para este punto se trasladan las acciones al interior de la tienda y con ello se logra darle un poco más de vida a lo que ocurre; no solo por los elementos visuales halloweenescos que la locación trae consigo, sino también porque la dinámica en general adquiere mayor fluidez. Una que lamentablemente se vuelve demasiado repetitiva en muy poco tiempo y, además, por momentos se ve cortada por una subtrama que involucra a la mamá del protagonista que realmente no aporta nada más allá de poner frente a la cámara al otro rostro conocido del filme (Rachael Leigh Cook).

Ante esto lo que nos queda es una parte final que se desarrolla de la manera más genérica posible, aunque al menos se trata de brindar un poquito más de “espectacularidad” y “riesgo” para los personajes sin complicarse demasiado las cosas dado a que cada situación presentada es muy básica. Siguiendo a rajatabla el concepto juvenil para dejar un cierre con mucho positivismo típico de esta clase de proyectos. 

Las actuaciones son muy olvidables, aunque ver a Christopher Lloyd (Alex Windsor) en lo que sea siempre es entretenido. En cuanto a producción es casi como ver una película para TV de los 2000s: el trabajo de fotografía es regular, la dirección de arte no está mal, el score tiene destellos, el trabajo de sonido es sólido, los efectos son sencillos y la labor de maquillaje discreta.

Opinión final: Spirit Halloween: The Movie es mediocre. Película con fines promocionales que no deja muchas cosas para el recuerdo.

Ojometro:
**

viernes, 25 de noviembre de 2022

Crítica: The Cursed: Dead Man’s Prey (2021)

Producción surcoreana dirigida por Yong-wan Kim y escrita por Sang-ho Yeon. Se estrenó en cines dentro de Corea del Sur a mediados del 2021, mientras que en México hizo lo propio el pasado 17 de noviembre.

Sinopsis:

Un misterioso caso de asesinatos en serie a manos de cadáveres que vuelven a la vida ha azotado a Corea del Sur, aunque las investigaciones han revelado que dichos cuerpos no actúan por voluntad propia, sino que están siendo manipulados por alguien más.


Comentarios generales:

Honestamente no sabía que The Cursed: Dead Man’s Prey estaba basada en una mini serie coreana de 2020 (The Cursed), así que realmente mi mentalidad al ir a verla no era muy diferente en comparación a otras películas de zombies de aquel país. Sin embargo, ya durante el visionado quedó claro que probablemente hubiera sido buena idea empaparme primero con la serie debido a que estamos ante algo que es más que nada una continuación y la experiencia como tal por momentos se sentía un tanto incompleta.

Aunque con esto no quiero decir que lo que presenta Yong-wan Kim no se pueda disfrutar porque la premisa en si es original y desde el primer instante el misterio en el que se sustenta la historia te atrapa debido a que realmente no se oculta nada con respecto al elemento sobrenatural que lo rodea. Lo cual influye a que el primer acto sea ágil y por lo consiguiente todo avance de manera agradable mientras se van estableciendo determinados puntos base con respecto a los cadáveres asesinos, así como ir generando una atmósfera tensa que magnifique el peligro que estos representan sin que todavía se lleve a cabo nada particularmente brutal o llamativo.

Algo que llega justo entrando al segundo acto y lo hace de manera espectacular con una secuencia de persecución que cualquier blockbuster hollywoodense envidiaría, impregnando de dinamismo e intensidad las acciones para que se establezca de golpe el nivel de la amenaza y así acelerar los sucesos en torno a la investigación. Aspecto que es positivo porque a partir de aquí solo se va dando revelación tras revelación, pero también hay un punto en el que las cosas empiezan a tambalearse porque resulta evidente que no existe una manera tan convincente de unir todos los puntos sin llegar a caer un poco en lo ridículo; especialmente cuando hace acto de presencia un personaje que fue muy relevante en la serie y de la nada empieza a tener mucho peso en lo que ocurre.

Llevando así las cosas por un camino mucho más fantasioso que choca con lo visto previamente, aunque para nuestra suerte el elemento dramático y, sobre todo, la crítica que se le hace al a la industria farmacéutica (y por extensión a cierta parte de la sociedad surcoreana) salva las cosas. Brindándole así un cierre un poquito más emocional de lo esperado que además te deja con la curiosidad por saber un poco más de esta potencial franquicia.

Sobre las actuaciones por ahí existen un par que resultan un tanto exageradas, pero en general el elenco cumple con su propósito y nadie desentona. En cuanto a producción tenemos algo cuidado: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte simple, el score resulta buen complemento, el trabajo de sonido es limpio, los efectos son bastante buenos y la labor de maquillaje cumple.

* Cuenta con una escena a la mitad de los créditos

Opinión final: The Cursed Dead Man’s Prey está entretenida. Película con un concepto original para pasar el rato.

Ojometro:
***

martes, 22 de noviembre de 2022

Crítica: Jeepers Creepers: Reborn (2022)

Película dirigida por Timo Vuorensola y escrita por Sean-Michael Argo. Se estrenó de manera limitada en cines dentro de los Estados Unidos durante el mes de septiembre, mientras que en México hizo lo propio el pasado 17 de noviembre; recaudando hasta la fecha $4.3 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Forzada a viajar con su novio a un festival de terror, Laine (Sydney Craven) empieza a experimentar visiones inquietantes relacionadas con la leyenda urbana de The Creeper. Lo cual la hace pensar que algo ha sido invocado y que ella misma se encuentra en el centro de todo. 


Comentarios generales:

Jeepers Creepers es una franquicia rodeada en polémica debido al asqueroso pasado de su creador y honestamente fue hasta sorpresivo que pudiera tener una trilogía que por lo menos gozaba del recuerdo de los fans. Así que cuando de la nada se anunció un reboot muchos se sorprendieron, pero en realidad era un movimiento lógico para desmarcarse por completo de Victor Salva y toda su publicidad negativa; aunque Jeepers Creepers: Reborn por si sola hace difícil querer ver algo más de la franquicia.

Y es que lo traído por Vuorensola es un esfuerzo muy pobre que se siente hecho totalmente al vapor y sin una idea clara sobre lo que quieren hacer con The Creeper, ya que desde el inicio descartan casi todo lo que conocemos para dejarlo como un simple mito y así centrar la historia en las visiones de Laine. Lo cual ciertamente le brinda un enfoque distinto a las cosas, pero ya en la práctica lo que tenemos es una serie de situaciones genéricas que solo las integran porque no tienen otra opción, sin dar mucho contexto y esperando que de alguna manera el espectador no se aburra tan rápido al presentar algunas muertes efímeras que ni siquiera logran generar un poco de impacto.

Esto mientras se van dando volantazos narrativos para tratar de encontrar la mejor vía de explotar a The Creeper, quien indudablemente es lo más llamativo de la película y cuya esencia sigue siendo la misma a pesar de que ya no cuenta con una historia tan elaborada detrás. Obligando así que las cosas tengan que ir mutando a un camino mucho más centrado en el slasher y con ello entrar a una dinámica que al menos tiene mejor ritmo, aunque en realidad sigue sin llevar a nada con respecto a las visiones de la protagonista o, especialmente, las motivaciones de quienes están detrás del encuentro mortal.

Situación que nos deja ante una parte final que cuenta con un nivel de violencia y sangre mayor; sin embargo, todo el tiempo se siente hueca. Además el conflicto es demasiado genérico y falto de emoción como para esconder el hecho de que el desenlace no resulta satisfactorio ante su falta de profundización en aspectos muy básicos.

Las actuaciones son bastante pobres en general, sin chispa y tratando de que sea Sydney Craven la que rescate esto sin tener mucho éxito. Mientras que en producción se puede notar el bajo presupuesto: el trabajo de fotografía deja mucho que desear, la dirección de arte no está mal, el score está ok, el trabajo de sonido no tiene fallos marcados, los efectos son inconsistentes y la labor de maquillaje cumple. 

Opinión final: Jeepers Creepers: Reborn es muy mala. Reboot desastroso que no hace pensar un buen futuro para la franquicia.

Ojometro:
*

viernes, 18 de noviembre de 2022

Crítica: Resurrection (2022)

Película escrita y dirigida por Andrew Semans. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos el 5 agosto, aunque no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

La vida de Margaret (Rebecca Hall) se encuentra en perfecto orden: es capaz, disciplinada y exitosa. Todo está bajo control… hasta que regresa David (Tim Roth), un hombre que le termina recordando todos los errores y horrores de su pasado.


Comentarios generales:

Hace tan solo unos días atrás escribía sobre cómo hay películas con las que se puede notar que están hechas para tratar de satisfacer a la crítica especializada que suele detestar el cine de terror y no tuvo que pasar mucho tiempo para que volviera a encontrarme con otro ejemplo de esto. Sin embargo, con Resurrection las cosas son ligeramente distintas debido a que se trata de un proyecto que incluso entre ese sector puede levantar más de una ceja dada su naturaleza tan rara con la que sin duda hará que muchos la amen o la odien por igual. 

Ya que lo traído por Semans en la superficie parece un thriller psicológico estándar, pero en el fondo es algo un poco más alocado de lo que te esperas y solo es cuestión de aguantar unos 25 minutos para poder digerirla. Tiempo no muy electrizante que se utiliza para establecer de manera sólida la compleja personalidad de Margaret, quien desde muy temprano empieza a mostrar tendencias características de alguien con problemas mentales y se comporta como tal, haciendo suponer un camino predecible en donde todo lo que ocurre tarde o temprano será revelado como falso.

Situación que cambia una vez que hace acto de presencia el personaje de David, quien rápidamente genera un nivel de tensión significativo por medio de una serie de interacciones con Margaret que resultan bizarras por lo que van revelando. Lo cual no solo hace que el tono sea vuelva más oscuro, sino que también añade una sensación de duda muy grande para que el espectador nuevamente empiece a cuestionarse si lo que ocurre es verdad o no ante la constante paranoia de nuestra protagonista; aunque igualmente se empieza a experimentar cierto tedio debido a que en este punto comienzan a darle vueltas a lo mismo sin que exista un avance claro y por lo consiguiente el ritmo se vuelve algo pesado.

No lo suficiente como arruinar toda la experiencia, más si hace que no se entre de la manera más conveniente a una parte final tanto explosiva como polémica. Esto porque es aquí donde finalmente las cosas que parecían difíciles de creer se exponen sin complejos, llevando a un desenlace sangriento con mucho impacto, pero totalmente ambiguo que no termina por convencer.

En cuanto a las actuaciones, Tim Roth (David) y los demás contados secundarios lo hacen bien con sus respectivos roles, pero este es el show de Rebecca Hall. Simplemente sin ella la película se hubiera perdido en la intrascendencia gracias a que es la que aporta el 95% del aspecto emocional en la historia y la que termina sosteniendo su rareza gracias a su deterioro físico/mental que te tiene cuestionándote todo el tiempo si lo que ocurre es producto de su locura.

Sobre la producción tenemos una factura cuidada: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte simple, el score es buen complemento, el trabajo de sonido no tiene fallos, los efectos cumplen y la labor de maquillaje es discreta.

Opinión final: Resurrection está ok. Película rara que realmente solo vale la pena checarla por la gran actuación de Rebecca Hall.

Ojometro:
***