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viernes, 11 de abril de 2025

Crítica: Dark Nuns (2025)

Producción surcoreana dirigida por Hyeok-jae Kwon, cuyo guión fue co-escrito por Hyo-jin Oh y Kim Woo-Jin. Se estrenó en cines dentro de Corea del Sur durante el mes de enero, mientras que su salida en VOD dentro de los Estados Unidos se dio el pasado 4 de marzo.

Sinopsis:

Cuando un joven es poseído por un espíritu maligno, la Hermana Yunia (Song Hye-kyo) trata de salvarlo por medio de un exorcismo. Aunque en su camino se encontrará varios obstáculos, incluida la iglesia misma.


Comentarios generales:

El cine surcoreano es probablemente uno de los más “calientes” en la actualidad debido a que producen una gran cantidad de películas que de alguno u otro modo están recibiendo un nivel de atención considerable y afortunadamente el género de terror es uno de los que más se ha visto beneficiado. Aunque con esto también han llegado choques culturales por las formas en las que cada país aborda ciertos subgéneros y es probable que por eso Dark Nuns no sea del agrado de todos.

Y es que si bien lo traído por Hyeok-jae Kwon es un spin-off/secuela de una película de 2015 (The Priests), lo cierto es que su historia se sostiene por su cuenta al solo recurrir a unas sutiles referencias o cameos para que tome un rumbo menos convencional en donde el exorcismo no parece ser lo más importante. Brindándole así un sello particular que puede no ser el más atractivo dado a que esto también lleva a que durante el primer acto el tema político de la iglesia sea lo predominante y con ello existan pocos momentos en los que se busque generar sustos que complementen lo que, en teoría, es un caso extraordinario con el que hay muchas cosas en riesgo.

Todo bajo un ritmo pausado, pero que poco a poco va volviéndose más ágil conforme el nivel de peligrosidad de la posesión aumenta y se van integrando elementos peculiares como lo es el tarot o la presencia de chamanes que no solo ayudan a elevar la tensión en las acciones, sino a cambiar la dinámica general. Además de que se añade un poco más de sustancia por medio de la historia personal de la Hermana Yunia, aunque tristemente no se profundiza demasiado en este tema como para lograr que el personaje tenga mayor complejidad y no solo se quede como algo un tanto superficial.

Dejándonos así con una parte final que ahora si se centra por completo en el exorcismo y que definitivamente es lo mejor de la película a pesar de que no presenta nada fuera de lo normal, salvo por un detalle con el uso del agua bendita. Aportando un desenlace potente que tal vez en cuestión visual no es tan espectacular, pero que si sabe vender la idea de que se trata de un suceso trascendental de alto impacto con consecuencias irreversibles que brindan un cierre de claroscuros. 

Sobre las actuaciones diría que la labor de todo el elenco es sólida; sin embargo, claramente la atención siempre está puesta en Song Hye-kyo y su interpretación es una con la que se podrían dar algunos cuestionamientos. Sobre todo porque siempre mantiene la misma expresión fría, incluso en los momentos más intensos durante el exorcismo y eso de cierta manera hace que nunca termines por comprar del todo su personaje.

En cuanto a producción encontramos una buena factura: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte sobria, el score es bastante bueno, el trabajo de sonido es limpio, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje es simple.

Opinión final: Dark Nuns está aceptable. Película que puede resultar pesada, pero que tiene cosas interesantes.

Ojometro:
***

martes, 25 de marzo de 2025

Crítica: Revelations (2025)

Producción surcoreana dirigida por Yeon Sang-ho (Train to Busan), quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a Kyu-Seok Choi. Se estrenó directamente en Netflix a nivel mundial el pasado 21 de marzo.

Sinopsis:

Un pastor y una detective, impulsados por sus creencias, investigan la desaparición de una joven. Teniendo un perturbador crimen del pasado y revelaciones divinas como las principales pistas para encontrarla.


Comentarios generales:

No se necesita ser muy perspicaz para comprender que la única razón por la cual Revelations llamaba la atención era porque tras la cámara estaba la persona que hace unos años nos trajo una de las mejores películas de zombies de todos los tiempos, ya que de lo contrario hubiera pasado como una de las tantas producciones surcoreanas que suelen estrenarse en Netflix cada año. Convirtiéndola así en una película con un grado de interés importante, a pesar de que realmente no se inclina demasiado hacía el terror.  

Y es que lo traído por Yeon Sang-ho es más que nada un thriller policiaco que cuenta con algunos elementos sobrenaturales en el que el propósito principal es contarnos una historia con un par de protagonistas que no son ni totalmente buenos, ni totalmente malos y cuyas convicciones o creencias son el motor principal para hacer lo que ellos consideran que es lo correcto. Lo cual puede que no se escuche tan atractivo, pero en realidad desde el primer acto se logra ir construyendo un buen misterio que de manera sostenida va explotando las debilidades de ambos para lograr que las acciones del principal sospechoso sean, al menos de inicio, un tanto ambiguas.

Dando cabida a los pocos elementos sobrenaturales que se pueden ver durante el desarrollo y con ello empezar a ver a la propia naturaleza del pastor, quien con el pasar de los minutos va manifestando un comportamiento problemático que genera dudas con respecto a sus verdaderas motivaciones al tratar de justificarlas por medio de revelaciones divinas. Logrando con esto que durante el segundo acto se pueda contar con un ritmo ágil mientras se van entrelazando los caminos de los personajes para que la investigación llegue a una revelación que definitivamente es un tanto predecible, más logra mantener enganchado al espectador rumbo a la parte final.

Una que sin duda cuenta con la potencia necesaria y plantea de manera competente los dilemas de la detective con respecto a su forma de lidiar con el asesino. Teniendo como resultado un desenlace tenso con el que no se arriesga demasiado, pero que es lo suficientemente efectivo como para dejar sensaciones positivas.

De las actuaciones hay que decir que todas están bien y tienen el típico sello surcoreano de exagerar determinados aspectos, aunque no existe una en particular que logre dejar un gran impacto. Mientras que en producción es de factura limpia: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte cumple, el score es buen complemento, el trabajo de sonido no presenta fallos, los efectos son sencillos y la labor de maquillaje discreta.

Opinión final: Revelations me gustó. Un thriller entretenido que muestra la versatilidad de su director.

Ojometro:
****

martes, 30 de abril de 2024

Crítica: Exhuma (2024)

Producción surcoreana escrita y dirigida por Jae-hyun Jang (Svaha: The Sixth Finger). Se estrenó en cines dentro de Corea del Sur a mediados de febrero, mientras su salida en VOD se dio en varios mercados durante el mes de abril.

Sinopsis:

Un grupo de chamanes son contratados por una adinerada familia coreana-americana para identificar la extraña enfermedad de su hijo recién nacido. Y cuando descubren que podría estar ligada a una maldición de uno de sus ancestros deciden exhumar el cuerpo de este sin imaginar las terribles consecuencias.


Comentarios generales:

La explosión de las producciones surcoreanas en el mundo del entretenimiento a nivel mundial es una de las tendencias más fuertes de la actualidad y desde hace un tiempo su presencia en el género de terror ha sido notoria. Sin embargo, la mayoría solo suele identificar las películas de zombies gracias al sello tan distintivo que poseen y se deja un poco de lado al resto a pesar de que demuestran que también pueden tocar otros temas de manera efectiva, tal como es el caso de Exhuma.

Y es que Jae-hyun Jang nos presenta algo que se podría considerar más exótico debido a los rituales que vemos por parte de los chamanes, pero en realidad se puede catalogar más que nada como una historia de posesiones cuya estructura trata de no seguir ciertos patrones determinados con la finalidad de proporcionar un poco de frescura. Algo que durante el primer acto ciertamente funciona debido a que el tema de la enfermedad y la exhumación del cuerpo hace que exista un interés genuino por saber cómo se desarrollará esto, además de que establecen rápidamente un tono oscuro que encaja a la perfección con la situación un tanto tétrica y gracias a ello se magnifica la sensación de que la amenaza no es tan simple como la pintan.

Una que al ser revelada cambia un poco las cosas para la segunda mitad debido a que se opta por un camino llamativo en el que el shock tiene un rol relevante y se trata de ir elaborando una problemática en la que entrelazan aspectos históricos que añaden profundidad. Lo malo es que durante este lapso lo que vemos también puede resultar un poco pesado debido a que la manera en la que se va desarrollando dicha problemática no es la más emocionante incluso con el incremento de escenas de impacto, provocando con esto que exista cierto estancamiento que afortunadamente no dura demasiado y por lo mismo el ritmo puede regresar a ser más ágil.

Lo cual juega en beneficio de la parte final debido a que esta maneja un nivel de intensidad que necesitaba de mayor dinamismo y al tener eso el desenlace termina funcionando de buena manera debido a que se logra presentar a la amenaza como una imponente hasta sus últimos momentos. Dejando el sentimiento de que lo ocurrido en verdad fue importante para la vida de los personajes.

Las actuaciones están bien, es más una labor en conjunto y eso evita que alguien destaque por encima del resto. Mientras que en producción tenemos una buena factura: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte no presenta nada complejo, el score es agradable, el trabajo de sonido es efectivo, los efectos son de buena calidad y la labor de maquillaje cumple.  

Opinión final: Exhuma me gustó. Película competente con buenos momentos para dejar de lado a los zombies coreanos por un rato.

Ojometro:
****

viernes, 10 de marzo de 2023

Crítica: Unlocked (2023)

Película surcoreana dirigida por Tae-joon Kim y escrita por Akira Shiga, la cual es una adaptación de la novela del mismo nombre. Se estrenó directamente en Netflix a nivel mundial el pasado 17 de febrero.

Sinopsis:

La vida de Lee Na Mi (Woo-hee Chun) se pone de cabeza cuando un asesino serial encuentra tirado su teléfono celular y lo utiliza para checar todos sus movimientos. 


Comentarios generales:

Una de las cosas interesantes del cine de terror es que no a todas las personas les da miedo lo mismo y lo que para uno puede ser la película más aterradora que ha visto en su vida para otro simplemente puede ser un día más en la oficina. Por ello es que el género es tan variado y también medio complejo debido a que existen trabajos que se catalogan como de terror a pesar de que para muchos pueden no serlo y en el caso de Unlocked sin duda nos encontramos ante esa disyuntiva.

Ya que lo traído Tae-joon Kim maneja un concepto que puede ser perturbador considerando que el teléfono celular es parte fundamental de la vida de muchas personas y el hecho de que alguien pueda seguir tus movimientos por medio de este ciertamente es algo palpable y de ahí se agarran los creadores para generar vulnerabilidad tanto en la protagonista como en el espectador. Sobre todo porque realmente nos encontramos ante un thriller que no presenta nada particularmente extremo durante los primeros 50 minutos de metraje y mucho de su atractivo radica en los metódicos pasos del asesino en búsqueda de su perturbador objetivo para ir generando así el suspenso necesario.

Lo cual resulta efectivo debido a que en ningún momento sientes que lo que estas viendo sea aburrido o que el ritmo sea pesado; de hecho, una vez que la vida de Na Mi empieza a caerse a pedazos las cosas solo mejoran porque se ofrecen momentos que en verdad logran reflejar un caos sólido y por lo consiguiente ponen en una situación de peligro importante a la protagonista. Aunque para nuestra mala suerte también se desarrolla una subtrama con la policía que poco a poco empieza a obtener más relevancia y alarga esto de manera innecesaria, haciendo que dicha sensación de peligrosidad se esfume debido a que el accionar de los investigadores es demasiado absurdo e inconsistente.

Así todo lo que se estaba construyendo de manera adecuada se tambalea en repetidas ocasiones al eliminar mucha de la tensión rumbo a una parte final en la que se nota cierto conflicto sobre cómo cerrar la historia. Y es que no solo se extiende más de lo que debería, sino que el enfrentamiento decisivo tampoco resulta tan intenso como se esperaría precisamente porque el involucramiento de los policías le quita mucha fuerza.

Con respecto a las actuaciones hay que decir que Woo-hee Chun no lo hace mal, tiene sus buenos momentos, aunque en realidad es Si-wan Yim (Oh Jun Yeong) quien más destaca como el asesino meticuloso. Mientras que en producción tiene una factura cuidada: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte simple, el score cumple, el trabajo de sonido es bueno, los efectos son sencillos y la labor de maquillaje es muy discreta.

Opinión final: Unlocked está aceptable. Thriller competente que dura más de lo que debería, pero que se puede ver durante cualquier fin de semana.

Ojometro:
*** 

viernes, 25 de noviembre de 2022

Crítica: The Cursed: Dead Man’s Prey (2021)

Producción surcoreana dirigida por Yong-wan Kim y escrita por Sang-ho Yeon. Se estrenó en cines dentro de Corea del Sur a mediados del 2021, mientras que en México hizo lo propio el pasado 17 de noviembre.

Sinopsis:

Un misterioso caso de asesinatos en serie a manos de cadáveres que vuelven a la vida ha azotado a Corea del Sur, aunque las investigaciones han revelado que dichos cuerpos no actúan por voluntad propia, sino que están siendo manipulados por alguien más.


Comentarios generales:

Honestamente no sabía que The Cursed: Dead Man’s Prey estaba basada en una mini serie coreana de 2020 (The Cursed), así que realmente mi mentalidad al ir a verla no era muy diferente en comparación a otras películas de zombies de aquel país. Sin embargo, ya durante el visionado quedó claro que probablemente hubiera sido buena idea empaparme primero con la serie debido a que estamos ante algo que es más que nada una continuación y la experiencia como tal por momentos se sentía un tanto incompleta.

Aunque con esto no quiero decir que lo que presenta Yong-wan Kim no se pueda disfrutar porque la premisa en si es original y desde el primer instante el misterio en el que se sustenta la historia te atrapa debido a que realmente no se oculta nada con respecto al elemento sobrenatural que lo rodea. Lo cual influye a que el primer acto sea ágil y por lo consiguiente todo avance de manera agradable mientras se van estableciendo determinados puntos base con respecto a los cadáveres asesinos, así como ir generando una atmósfera tensa que magnifique el peligro que estos representan sin que todavía se lleve a cabo nada particularmente brutal o llamativo.

Algo que llega justo entrando al segundo acto y lo hace de manera espectacular con una secuencia de persecución que cualquier blockbuster hollywoodense envidiaría, impregnando de dinamismo e intensidad las acciones para que se establezca de golpe el nivel de la amenaza y así acelerar los sucesos en torno a la investigación. Aspecto que es positivo porque a partir de aquí solo se va dando revelación tras revelación, pero también hay un punto en el que las cosas empiezan a tambalearse porque resulta evidente que no existe una manera tan convincente de unir todos los puntos sin llegar a caer un poco en lo ridículo; especialmente cuando hace acto de presencia un personaje que fue muy relevante en la serie y de la nada empieza a tener mucho peso en lo que ocurre.

Llevando así las cosas por un camino mucho más fantasioso que choca con lo visto previamente, aunque para nuestra suerte el elemento dramático y, sobre todo, la crítica que se le hace al a la industria farmacéutica (y por extensión a cierta parte de la sociedad surcoreana) salva las cosas. Brindándole así un cierre un poquito más emocional de lo esperado que además te deja con la curiosidad por saber un poco más de esta potencial franquicia.

Sobre las actuaciones por ahí existen un par que resultan un tanto exageradas, pero en general el elenco cumple con su propósito y nadie desentona. En cuanto a producción tenemos algo cuidado: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte simple, el score resulta buen complemento, el trabajo de sonido es limpio, los efectos son bastante buenos y la labor de maquillaje cumple.

* Cuenta con una escena a la mitad de los créditos

Opinión final: The Cursed Dead Man’s Prey está entretenida. Película con un concepto original para pasar el rato.

Ojometro:
***

viernes, 11 de febrero de 2022

Estamos muertos: Primera temporada


El pasado 28 de enero Netflix estrenó la serie coreana “Estamos muertos” (Jigeum Uri Hakgyoneun en coreano), un proyecto basado en un popular webtoon anunciado en 2020 y que sufrió retrasos gracias a la pandemia. El cual realmente se podría decir que no era uno de los de mayor perfil para este 2022 y que parecía solo una serie más de zombies de la plataforma para llenar su catálogo; sin embargo, ha resultado ser una de las grandes sorpresas de los últimos años.

En el tema de los ratings sabemos que Netflix no revela esos números, pero ya se confirmó que la serie alcanzó más de 200 millones de horas de reproducción durante sus primeras dos semanas para convertirse en una de las más exitosas de toda la historia del servicio de streaming. Aunque todavía no hay confirmación sobre si habrá una segunda temporada.  

Aquí me centraré en lo positivo y negativo de la temporada, ya que de lo contrario me extendería demasiado. Así que, si aún no la han visto o no la han visto completa, ES MOMENTO QUE DEJEN DE LEER PORQUE HABRÁ SPOILERS IMPORTANTES.

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LO POSITIVO


Dinámica del grupo de estudiantes


En este tipo de historias es común ver grupos de sobrevivientes, pero lo que no es normal es que sean conformados exclusivamente por adolescentes y eso le brinda un sello especial a la dinámica de este grupo en específico. Ya que aquí tenemos individuos que reaccionan con la incredulidad que caracteriza a las personas de esa edad, tienen prejuicios absurdos, miedo a manifestar sus sentimientos e incluso se dan tiempo de bromear bajo una situación de vida o muerte.

Al final terminas sintiendo mucha empatía y afecto por prácticamente todos los personajes, lo cual nunca es algo sencillo de conseguir.


Park Ji-hu como Nam On-jo


Por lo mencionado previamente es claro que la fortaleza de la serie radica en su conjunto de actores, pero eso no evita que algunos destaquen más que otros y a mi juicio quien más lo hace es Park Ji-hu con su personaje de On-jo.

Ella se puede considerar la protagonista y su evolución a lo largo de los episodios es la más marcada, ya que pasa de ser una estudiante mediocre a la que básicamente se encarga de mantener al grupo unido y enfocado en lograr su propósito de seguir con vida, a pesar de que es la que más termina sufriendo durante el proceso.


Muertes con gran peso emocional


En una serie que realmente le hace honor a su nombre y casi todos mueren era complicado lograr que las muertes se sintieran como algo relevante, pero afortunadamente la mayoría logra tener un impacto emocional bastante elevado. En especial las de Gyeong-su, I-sak, Joon-yeong, el papá de On-jo y la del propio Cheong-san (la más sorprendente) son momentos potentes que tienen un peso significativo en el desarrollo y no solo quedan paradas como simples recursos para agregar shock.


Infectados asintomáticos 


Definitivamente la razón por la que pudiéramos ver una segunda temporada es el tema de los infectados asintomáticos, quienes le brindan la dosis de frescura a la historia y son en cierta manera los comodines con los que se permiten mayores libertades creativas. Además ayudan a que personajes como Nam-ra o Gwi-nam resulten mucho más interesantes de lo que originalmente eran.


Escenas de acción


No exagero al decir que “Estamos muertos” cuenta con algunas de las mejores escenas de acción con zombies que se han hecho, ya sea en cine o televisión.

Cada persecución es inquietante, las peleas están muy bien hechas y en general la forma en la que está diseñado todo para explotar cada rincón de la escuela le brinda un dinamismo fundamental que hace que se tengan muy pocos tiempos muertos. 


Trabajo de sonido 


Al ser un apartado técnico puede pasar medio desapercibido, pero el trabajo de sonido en esta serie es algo muy importante y termina magnificando muchos detalles. Sobre todo a los propios infectados les añade un extra durante el momento de su transformación que las hace un suceso llamativo cada que ocurren.


Episodios imperdibles:

Episodio 1
Episodio 2
Episodio 3
Episodio 5
Episodio 7
Episodio 8
Episodio 10
Episodio 11
Episodio 12


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LO NEGATIVO


Historias secundarias no tan interesantes


Lo que ocurre dentro de la escuela es el alma de la serie y por ello lo que sucede fuera de esta tampoco es que sea fundamental para disfrutarla. Así que las historias secundarias terminan quedándose atrapadas en una situación poco favorable que hace que la mayoría de estas solo se sientan de relleno y no tanto como algo verdaderamente trascendental para el desarrollo.


Mi-jin


Esto puede ser algo muy subjetivo, pero el personaje de Mi-jin lo encontré sumamente fastidioso de principio a fin. En especial porque su aporte a la historia en general es muy reducido y el que reciba tanto tiempo en pantalla no se justifica en lo absoluto.

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Opinión final: “Estamos muertos” me ha gustado bastante y sin duda es una de las mejores series de zombies que han salido en los últimos años. Ya que no solo explota las bases establecidas por el cine coreano, sino que basándose en una entrañable dinámica de grupo e increíbles escenas de acción logra contarnos una historia con sus dosis de originalidad y un claro mensaje en el que lo más importante no es tanto la supervivencia, sino tratar de mantener lo que te define como persona a pesar de la adversidad.

martes, 10 de noviembre de 2020

Critica: Train to Busan Presents: Peninsula (2020)

Secuela dirigida nuevamente por Yeon Sang-ho (Train to Busan), quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Ryu Yong-jae. Se estrenó en cines dentro de Corea del Sur durante el mes de julio, mientras que en México hizo lo propio el pasado 5 de noviembre. Recaudando hasta la fecha $37.7 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Han pasado cuatro años desde que Corea del Sur se vio infectada por un misterioso virus y se encuentra completamente infestada de zombies. Nadie se atrevería a volver a entrar ahí, pero al ex soldado Jun-seok (Dong-Won Gang) le llega una oportunidad que lo hará regresar y encontrarse con una tierra que no está tan inhabitada como pensaba.


Comentarios generales:

No exagero al decir que la primera Train to Busan no solo es una candidata a ser la mejor película de zombies en lo que va del siglo XXI, sino que además es probablemente una de las diez películas de terror más relevantes de los 2010s. Sin duda un nivel de reconocimiento que cualquier trabajo quisiera tener, pero que también se volvió casi de inmediato una carga enorme para su secuela debido a que parecía imposible poder realizar algo de ese calibre una vez más y Peninsula solo vino a confirmarlo.

Aunque el hecho de que de no haya podido alcanzar a la primera entrega no significa que lo traído por Yeon Sang-ho sea malo, en realidad es bastante entretenido y en gran medida se debe a que opta seguir un camino muy a la Romero en el que su meta no es profundizar en lo ocurrido durante el primer filme (solo menciona ciertos detalles), sino centrarse en una historia ajena a los hechos anteriores para expandir el grado de devastación ocasionado por el virus y en base a esto construir una experiencia totalmente diferente en la que evidentemente los zombies siguen siendo la mayor amenaza, pero la decadencia humana es igual de peligrosa.

Un enfoque que no es nada nuevo con este tipo de trabajos y para no caer en lo repetitivo con una trama tan simple mejor se opta por ofrecer algo mucho más cargado hacía la acción que ayude a proporcionar un ritmo frenético por naturaleza y por medio de esto disimular las flaquezas en lo que se refiere al desarrollo. Lo cual funciona bastante bien durante el primer acto; sin embargo, para el segundo no tanto. 

Ya que en este punto las cosas empiezan a tambalearse debido a que cuando se tienen que hacer pausas para establecer determinadas situaciones la película se torna un tanto aburrida precisamente porque los conflictos entre los humanos son muy vagos y por lo consiguiente lo que les pueda pasar a estos no te resulta tan interesante. Además la sensación de peligro que tendría que existir en todo momento desaparece porque los zombies son dejados en un segundo plano por algunos minutos. 

Algo que afortunadamente se soluciona durante la parte final debido a que todo el frenetismo regresa y con ello también se añade más espectacularidad. Dejando así un cierre lleno de disparos, persecuciones y zombies que resulta agradable en términos generales, a pesar de que se va por el camino más fácil para diferenciarse de lo que vimos hace cuatro años.

Las actuaciones están bien, por ahí tiene alguno que otro personaje medio caricaturesco pero en general el elenco cumple para sacar adelante una trama que no presenta demasiada complejidad. La producción es de gran factura: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte está impecable, el score es agradable, el trabajo de sonido es espectacular, los efectos están muy bien hechos y la labor de maquillaje es de primer nivel.

Opinión final: Train to Busan 2 está entretenida. Definitivamente no se encuentra a la altura de su predecesora, pero como una película de acción con zombies es divertida.

Ojometro:
***

martes, 22 de septiembre de 2020

Crítica: #Alive (2020)

Producción surcoreana dirigida por Il Cho, quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Matt Naylor. Se estrenó el pasado 8 de septiembre a nivel mundial por medio de Netflix.

Sinopsis:

El rápido esparcimiento de una desconocida infección ha dejado a toda la ciudad infestada de zombies bajo un completo caos, pero un chico se mantiene todavía con vida completamente en aislamiento. Y esta es su historia. 


Comentarios generales:

Hace cuatro años “Train to Busan” dejó una huella bastante importante dentro del género y parecía lógico que eso fuera a impulsar una ola de nuevas películas surcoreanas de zombies durante los años siguientes. Un fenómeno que al final de cuentas no ocurrió con la magnitud que muchos esperaban, pero que de todas maneras se ha manifestado en proyectos aislados tanto en cine como en TV en los que su influencia resulta evidente y probablemente #Alive sea la mayor exponente.

Y es que a pesar de que se trata de un cuasi-remake de una película estadounidense que todavía no se estrena (“Alone”), lo que nos presenta Il Choe bien podría pasar como una historia que se realiza en el mismo universo de Busan debido a que visualmente es prácticamente una calca, aunque el concepto no podría ser más opuesto. Ya que aquí lo que se explota es la soledad en un escenario limitado y a partir de eso se construyen problemáticas en las que los zombies tienen mucho peso, pero también la creatividad y torpeza de nuestro protagonista al momento de lidiar con estas por medio del uso de elementos que le representan ventajas o desventajas.

Ante esto el inicio puede que resulte un tanto tedioso por la repetividad de ciertas acciones, sin embargo, en ningún punto la película se torna aburrida debido a que siempre existe alguna situación puntual pensada para subir tanto el ritmo como la intensidad y así demostrar por qué estos zombies en particular resultan tan peligrosos. Además la integración de otro personaje hace que la segunda mitad se vuelva más interesante, no solo por el cambio que eso representa en la dinámica, sino porque a partir de este punto se empieza a exponer el clásico dilema sobre si es mejor afrontar esto por tu cuenta o en compañía de alguien más.

La parte final también la encontré entretenida, más que nada porque es aquí donde finalmente se suelta el freno de mano y se añade más acción sin dejar de lado la cuestión del espacio limitado para que la amenaza de los zombies se sienta muchísimo más peligrosa ante el poco margen de maniobra que existe. Aunque también se presenta algo que se siente forzado y por lo consiguiente el desenlace no es tan fluido como debería.

En el tema de las actuaciones Yoo Ah-In (Oh Joon-woo) está bien, la verdad es que por momentos le falta el carisma para poder sobrellevar por sí mismo las acciones y no es sino hasta la sólida aparición de Park Shin-Hye (Kim Yoo-bin) que se le nota más cómodo. Mientras que en la producción nos encontramos con un filme de gran calidad: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte se encuentra muy bien cuidada, el score es bueno, el trabajo de sonido es impecable, los efectos están muy bien hechos y la labor de maquillaje es de primer nivel.

Opinión final: #Alive me gustó. Película de zombies bastante simple, pero efectiva al momento de entretener. 

Ojometro:
****

viernes, 9 de agosto de 2019

Crítica: Gonjiam: Haunted Asylum (2018)


Película dirigida por Beom-sik Jeong (Gidam), quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Sang-min Park. Se estrenó en cines dentro de Corea del Sur durante el 2018, siendo un éxito en aquel país al recaudar $20 millones de dólares en taquilla; mientras que en otros mercados ha llegado en formato físico y VOD.

Sinopsis:

Todo el equipo de una serie de terror por internet viaja a Gonjiam, un hospital abandonado que es considerado el lugar más embrujado de Corea del Sur. Ahí pretenden transmitir en vivo y ver si los mitos son ciertos, pero pronto descubrirán que dentro de ese lugar las cosas son mucho más aterradoras de lo que se hubieran imaginado. 



Comentarios generales:

En los últimos años el cine de terror proveniente de Corea del Sur ha dado de que hablar y poco a poco su relevancia se ha hecho notar entre los fans en todas partes del mundo, así que cuando una película de aquel país empieza a hacer ruido es difícil que no se escuche sobre esta. Y en el caso de Gonjiam: Haunted Asylum vaya que hizo ruido y por ello es que aparece en el blog, ya que en un inicio la dejé pasar (en gran medida por la poca distribución que tuvo), pero ante el pedido de varios lectores me resultó imposible seguir ignorándola y al final me alegra haberlos escuchado.

Ya que lo que nos ofrece Beom-sik Jeong es un found footage que vale bastante la pena, no tanto porque sea uno que ponga muchas cosas nuevas sobre la mesa, sino por la manera tan efectiva en la que está filmado. Algo fundamental para brindarle dinamismo a una historia que de inicio no representa gran novedad pero si cuenta con un nivel de elaboración un poco más robusto a lo habitual, estableciendo los propósitos de los personajes y, sobre todo, la forma en la se presentarán las acciones por medio del uso de diversas cámaras que de manera inmediata logran que el ritmo sea uno agradable incluso en partes donde no ocurre demasiado.

Eso hace que los primeros 35 minutos no se sientan pesados y además te dan una buena idea sobre la distribución del hospital (algo relevante más adelante), aunque sin duda lo mejor llega una vez entrado el segundo acto.

Aquí es cuando la película logra sus mejores momentos debido a que el descontrol empieza a darse de a poco, sin demasiadas prisas y con el propósito de no solo ir construyendo momentos que proporcionen tensión efectiva, sino que también profundicen con respecto al tema de la obsesión por obtener reconocimiento en internet a toda costa. Logrando así una mezcla que por algunos minutos te hace dudar sobre si lo que ocurre ahí dentro es real o no.

Ante esto la parte final cuenta con mucha fuerza y dinámica; sin embargo, también resulta un tanto repetitiva. No al grado para arruinar el producto general, pero si como para no aprovechar del todo lo construido y explotar de lleno los elementos visuales que se van revelando. Optando mejor por un desenlace con muchos gritos que ya hemos visto demasiadas veces.

Las actuaciones no son nada del otro mundo o muy distintas a lo acostumbrado en esta clase de historias, pero son lo suficientemente efectivas como para lograr que los momentos de mayor peso funcionen. La producción es de gran factura para ser un found footage: el trabajo de fotografía es estupendo, el trabajo de sonido es muy limpio y los efectos, si bien no son espectaculares, son de buena calidad.

Opinión final: Gonjiam: Haunted Asylum me gustó. Un found footage agradable que no aporta nada nuevo, pero que les hará pasar un buen rato.

Ojometro:
****

sábado, 17 de septiembre de 2016

Crítica: Train to Busan (2016)


Producción surcoreana escrita y dirigida por Yeon Sang-ho (Seoul Station). Se estrenó en cines dentro de Corea del Sur durante el 20 de julio, mientras que en los Estados Unidos hizo lo propio solo dos días después de manera limitada. Todavía no hay información sobre su llegada a otros mercados.

Sinopsis:

Mientras un virus azota a Corea del Sur, un grupo de pasajeros que viaja a bordo de un tren tendrá que hacer hasta lo imposible para poder llegar de Seúl a Busan ante el continuo ataque de hordas de violentos zombies. 



Comentarios generales:

El cine de terror surcoreano no es para nada desconocido entre los amantes del género, pero por lo regular suele quedar medio rezagado junto al japonés gracias a la cantidad de películas que estos últimos pueden producir. Sin embargo, los coreanos desde hace tiempo han asumido mayores riesgos y en esta ocasión lo hicieron a lo grande con Train to Busan: una súper producción para sus estándares que apostaba por un subgénero sobreexplotado en la actualidad y por un director con experiencia limitada solo en animación, pero cuyos resultados finales son en verdad excepcionales.

No voy a mentir, la historia en si no descubre el hilo negro y sigue un esquema básico ya muy visto en esta clase de películas, pero la manera en la que Yeon Sang-ho te la presenta es una delicia debido a que durante sus casi dos horas de duración el espectador se ve involucrado en un viaje sin ningún tipo de freno. Uno en donde no tienen que pasar ni 15 minutos para que inicie la locura y así se establezca rápidamente el ritmo con el que vamos a tener que lidiar por el resto del metraje, esto mientras vemos como se desencadena el infierno dentro de un lugar diseñado para la comodidad, pero que para esta clase de situaciones prácticamente se convierte en el peor enemigo de las personas ante el poco margen de maniobra con el que cuentan.

Es en base a esta dinámica como la primera hora pasa volando, la cual está atascada de zombies y acción a máxima velocidad; algo que daría pie para pensar que no hay mucha sustancia detrás, pero afortunadamente no es así. Ya que durante este periodo el creador también nos muestra un desarrollo interesante con los personajes y su manera con la que lidian los problemas, estableciendo así un choque de personalidades muy marcado que juega con el lado más podrido de la naturaleza humana que invariablemente provoca empatía por algunos de ellos y por otros no tanto.

Para la segunda mitad no cambia en lo absoluto la acción y la violencia, sin embargo, si se empieza a recurrir en ciertas pausas para generar secuencias donde los sobrevivientes tienen que pensar un poco más para poder salir adelante del problema. Un aspecto que luce menor, pero que en realidad es lo que genera unos niveles de tensión muy elevados que ayudan muchísimo en este lapso para que la película no decaiga y, sobre todo, se pueda solventar la ausencia de una explicación mucho más elaborada de los origines del virus (algo que pueden ver un poco más a detalle en “Seoul Station”, la película animada que salió en conjunto).

La parte final es caótica y, para tratarse de un trabajo de zombies, sorprendentemente emocional. En este punto la sensación de catástrofe a gran escala ya es muy palpable tanto por la atmósfera construida como por la cantidad de criaturas que se logran poner en pantalla, lo cual provoca que uno se vea muy agobiado por el hecho de que estos personajes se encuentran ya cerca de su objetivo y aun así tienen todas las de perder.

Las actuaciones están muy bien, Yoo Gong (Seok Woo) carga con el peso de la película sin ningún tipo de problema y realiza una muy buena mancuerna con Ma Dong-seok (Sang Hwa); aunque quien se llevará las miradas es la pequeña Soo-an Kim (Soo-an) debido al contraste que representa con la mayoría de los personajes. La producción es de muy buena nota: el trabajo de fotografía es consistente, la dirección de arte adecuada, el score resulta agradable, el trabajo de sonido es espectacular, el maquillaje cumple y los efectos son de una gran calidad considerando el importante uso de CGI.

Opinión final: Train to Busan  no solo se trata de una de las mejores películas de 2016, sino que además se trata de una de las mejores películas de zombies de la década. Muy recomendable.

Ojometro:
*****