viernes, 7 de noviembre de 2025

Crítica: No me sigas (2025)

Producción mexicana dirigida por Ximena García Lecuona, quien comparte créditos como co-escritora del guión junto a Eduardo Lecuona. Se estrenó en cines dentro de México el pasado 30 de octubre, recaudando hasta la fecha $652,414 dólares en taquilla.

Sinopsis:

En su búsqueda por ser famosa en las redes sociales, Carla (Karla Coronado) finge encuentros con fantasmas en un departamento abandonado. Aunque cuando ella invoca de manera accidental a un verdadero espíritu maligno, la posesión desdibuja la línea entre lo auténtico y lo fingido para sus seguidores.


Comentarios generales:

Gracias a su enorme expansión durante los últimos años, Blumhouse básicamente se ha posicionado como el principal referente en cuanto a la producción de cine de terror y eso obliga al estudio a tener que estar buscando nuevas propuestas por todos lados para satisfacer una demanda por películas de terror cada vez mayor. Así que no es de extrañar que ahora también incursionen en producciones habladas en español dado a que el mercado hispanoparlante tiene mucho potencial, aunque creo que con “No me sigas” se quedaron algo cortos.

Y no es porque lo traído por Ximena García Lecuona me parezca malo, de hecho es una película competente, pero la falta de originalidad le termina pesando debido a que se trata de una historia en la que en todo momento se pueden percibir las dificultades en su búsqueda por no caer en los típicos clichés de siempre y eso provoca que jamás se pueda sentir el desarrollo bajo el contexto mexicano como uno totalmente orgánico. Sobre todo durante una primera media hora que tiene pocas cosas para destacar y que en general flaquea bastante en su manera de plantear las obsesiones de Carla tanto con lo paranormal como por su búsqueda de fama en las redes sociales.

Llevándonos así por un camino en donde se tienen que sobreexplotar recursos simples para tratar de generar jumps scares que tienen diferentes grados de efectividad y cuyo principal propósito es más que nada evitar que el ritmo se vuelva demasiado cansino conforme se desenvuelven los misterios detrás del departamento. Lo cual pareciera que no ayuda en nada, sin embargo, lo cierto es que una vez que entramos a la segunda mitad de la película estos mismos recursos de a poco van haciendo que el nivel de tensión se eleve y con ello se puedan ir estableciendo interrogantes sólidas sobre la estabilidad mental y emocional de nuestra protagonista bajo una atmósfera cada vez más oscura que termina potenciando a la amenaza.

Todo esto para preparar una parte final que en cierto modo es la que hace que tanta parsimonia previa haya valido la pena gracias a que es aquí donde se pueden notar una mayor toma de riesgos con respecto al rumbo de la historia al presentar algo muy distinto a lo esperado. Y aunque no todo es tan convincente, lo cierto es que vuelve el cierre uno mucho más potente y con mayor impacto.

En cuanto a las actuaciones tenemos un elenco limitado en donde realmente todo gira alrededor de Karla Coronado y ella hace un buen trabajo para mantenerte atento la mayor parte del tiempo. Mientras que en producción hay cosas interesantes: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte simple, el score es buen complemento, el trabajo de sonido es muy bueno, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje es discreta.

Opinión final: “No me sigas” está ok. Película estándar sobre redes sociales y espíritus para perder el tiempo.  

Ojometro:
***

martes, 4 de noviembre de 2025

Crítica: The Jester 2 (2025)

Secuela escrita y dirigida por Colin Krawchuk (The Jester). Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 17 octubre, mientras que su salida en formato físico está confirmada para el próximo 11 de noviembre.

Sinopsis:

Cuando los caminos de Max (Kaitlyn Trentham) se cruzan con los del siniestro The Jester durante la noche de Halloween, ella tendrá que ser más astuta que un asesino sobrenatural cuya magia es demasiado real y sus trucos siempre terminan en un baño de sangre.


Comentarios generales:

Hace un par de años atrás las intenciones de la primera película fueron demasiado evidentes y eso en cierto modo fue lo que la condenó al fracaso, así que cuando se dio a conocer que habría una secuela de The Jester no fueron pocos quienes se sorprendieron ante tal noticia. Sobre todo porque era claro que el personaje principal difícilmente iba a poder lograr el impacto que se tenía pensado dado a lo poco original que resultaba, aunque con The Jester 2 creo que por lo menos se logra hacerlo ligeramente más interesante.

En gran parte porque lo traído por Krawchuk ahora si se preocupa por construirle una historia al asesino que siempre lo mantenga presente en pantalla y no solo sea un mero recurso para mantener la atención del espectador cuando todo lo demás no sea lo suficientemente atractivo, incluso si eso significa no tener mucha claridad en ciertos aspectos. Llevándonos así por una primera media hora en la que es evidente que hay muchas cosas que se desarrollan de manera un tanto acelerada y eso provoca la sensación de que no se está yendo hacía a ningún lado; en especial cuando The Jester empieza con el acoso hacia Max y se nos muestran una serie de situaciones que vuelven tedioso el visionado ante lo repetitivas que resultan.

Algo que en cierta medida corrigen una vez entrado el segundo acto dado a que se nos explican las motivaciones detrás de las muertes y se establecen ciertas reglas con respecto a la dinámica que veremos de ahora en adelante. Lo cual no es que cambie de manera tan radical la experiencia pero esto por lo menos le da cierta lógica a lo que ocurre y hace que la desesperación de Max por tratar de escapar sea más interesante ante la evidente desventaja en la que se encuentra, ayudando así a que la tensión sea palpable y de a poco el ritmo se vaya estabilizando mientras se presentan algunas escenas con una buena dosis de violencia.

Todo para llegar a una parte final en la que uno más o menos puede predecir lo que ocurrirá durante un desenlace en el que, a pesar de su falta de fuerza, se logra cerrar de manera decente lo que se había planteado.

En cuanto a las actuaciones volvemos a tener a un Michael Sheffield que mantiene su carisma silencioso como The Jester y por algunos lapsos logra brindarle un aire un poco más amenazante que lo visto en la primera entrega. Mientras que Kaitlyn Trentham como su contraparte no es precisamente la más convincente, pero logra sacar adelante las escenas más relevantes.

Y en producción nuevamente podemos notar que hubo un presupuesto limitado: el trabajo de fotografía no es el más pulido, la dirección de arte es simple, el score tiene algunos buenos detalles, el trabajo de sonido cumple, los efectos no están mal y la labor de maquillaje es decente.  

Opinión final: The Jester 2 está pasable. Una ligera mejora con respecto a su predecesora para ver cualquier día que no tengan nada más que hacer.

Ojometro:
*** 

viernes, 31 de octubre de 2025

Crítica: R.L. Stine's Pumpkinhead (2025)

Película escrita y dirigida por Jem Garrard, la cual es una adaptación de la historia corta “Pumpkinhead”. Se estrenó directamente en Tubi dentro de los Estados Unidos el pasado 15 de octubre, aunque no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Cuando su hermano mayor desaparece y todos parecen haberse olvidado de su existencia, Sam (Bean Reid) tendrá que resolver un desconcertante misterio que envuelve al pueblo antes de que sea demasiado tarde.


Comentarios generales:

No cabe duda que el interés por las historias de R.L. Stine se encuentra en su punto más alto y mucho se debe a que, a diferencia de otros autores, sus obras en general se pueden considerar para todo tipo de público y esa suele ser una razón poderosa para que cualquier estudio se atreva a adaptarlas. Por eso es que no fue novedad que alguien se interesara en la colección de Nightmare Hour y mucho menos que hicieran una adaptación de Pumpkinhead, la cual es sin duda una opción más que adecuada para ver en estas fechas con la familia.

Y es que lo traído por Garrard es una historia simple con la que realmente no se necesita demasiada elaboración al momento de establecer el problema central y saber cual será rumbo que se tomará para resolverlo, lo cual hace que el primer acto realmente se trate más que nada de exponer el comportamiento rebelde de Sam y cómo básicamente él es el culpable de lo que le termina ocurriendo a su hermano. Llevándonos así por caminos comunes no tan atractivos que te hacen recordar a algunos episodios de series de los 90s gracias a su humor bobo o su tono ligero, incluso cuando se tratan de exponer situaciones que deberían de proporcionar un poco más de drama.

Siendo realmente hasta que se llega al segundo acto cuando las cosas empiezan a ponerse interesantes debido a que poco a poco se nota un mejor manejo del humor dentro de esta problemática en la que existe algo mucho más perturbador de por medio y con la se van presentando determinados sucesos que le brindan un ritmo más dinámico al filme; en especial cuando se trata de lidiar con el Espantapájaros. Quien es básicamente la única vía que existe para agregar intensidad dado a que aquí no hay sangre, ni tampoco violencia extrema, pero gracias a su peculiar forma de moverse y a la manera en la que lo usan se logra que por lo menos se sienta que los niños se encuentran en verdadero peligro ante su presencia.

Construyendo así un camino agradable rumbo a una parte final que en teoría debería de ser bastante predecible; sin embargo, es todo lo contrario dado a que se logra darle un giro efectivo a las cosas. Siempre con un marcado tinte sobrenatural que añade fuerza a un desenlace que termina siendo mucho menos feliz de lo que uno se hubiera imaginado.

En cuanto a las actuaciones hay que decir que, sin ser nada del otro mundo, todas cumplen con su propósito y logran manejar lo mejor que pueden un humor que por momentos es muy bobo. Mientras que en producción tenemos una factura cuidada: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte es simple, el score tiene buenas cosas, el trabajo de sonido no tiene fallos, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje es limitada.

Opinión final: R.L. Stine's Pumpkinhead está entretenida. Película de corte ligero sin grandes pretensiones pare ver en maratones de Halloween. 

Ojometro:
***

martes, 28 de octubre de 2025

Crítica: Good Boy (2025)

Película dirigida por Ben Leonberg, quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a Alex Cannon. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos a inicios de octubre, mientras que en México lo hizo el día 23 del mismo mes; recaudando hasta la fecha $7.3 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Indy es un perro fiel que se muda con su dueño a una cabaña donde descubrirá que fuerzas sobrenaturales acechan en las sombras, obligándolo a ser valiente y pelear por proteger a quien más ama.


Comentarios generales:

No recuerdo una película de terror en tiempos recientes que haya logrado hacer tanto ruido en un periodo tan corto de tiempo como ocurrió con Good Boy, ya que desde sus primeras exhibiciones en festivales solo tuvieron que pasar ocho meses para que se estrenara a nivel comercial y eso no suele ser algo tan común. Todo gracias a un original concepto que llamó poderosamente la atención por distintos motivos y con el que afortunadamente se logra ofrecer una experiencia que no solo se queda como una pintoresca curiosidad.  

Y es que Leonberg sabe cómo lidiar con una historia en la que dicho concepto es también su principal limitante dado a que tratar presentar emocionalidad por medio de un perro es complejo gracias a que no se le pueden exigir cosas que a los actores normalmente se les pide y por ello mismo mejor se opta por construir algo simple en donde la atmósfera y los sonidos serán los principales medios para ir generando incertidumbre. Todo mientras vemos el vínculo de Indy con su dueño bajo un ritmo pausado que hace del primer acto uno muy contemplativo en el que no existen demasiadas cosas memorables y ante eso podría resultar algo aburrido para algunos.

Un problema que en cierto modo se contrarresta por la propia duración de la película debido a que se tienen que establecer mayores peligros de manera rápida y en este punto básicamente se trata de poner a Indy en múltiples situaciones en las que luce indefenso, lo cual ayuda a que en todo momento se pueda obtener un ritmo ágil y unos niveles de tensión elevados para que el espectador se preocupe por su bienestar. Aunque esto siempre bajo un enfoque un tanto minimalista que no es el más benéfico al momento de desarrollar una problemática profunda, pero que en este caso hace que el aspecto sobrenatural se pueda contener en determinados detalles fundamentales y con ello ir convirtiendo de manera progresiva el tono en uno mucho más oscuro.

Brindándole así a la parte final un toque depresivo en el que la sensación de desesperanza es muy marcada y por lo mismo se puede alcanzar una intensidad que parecía complicada de obtener. Logrando un desenlace potente y sorpresivamente emocional con el que se solidifica el mensaje de que el perro siempre será el mejor amigo del hombre bajo cualquier circunstancia.

En el tema de las actuaciones evidentemente las cosas son distintas porque aquí el protagonista es un perro y no se puede analizar lo mismo que con humanos, pero la verdad es que Indy está tan bien dirigido que te encariñas demasiado con este y en todo momento tu nivel de preocupación por lo que le pueda ocurrir es muy alto. Mientras que el papel de los actores humanos es limitado en general.

Y en cuanto a producción es de un presupuesto discreto, pero bien aprovechado: el trabajo de fotografía es bastante bueno, la dirección de arte cumple, el score no está mal, el trabajo se sonido es impecable, los efectos está bien hechos y la labor de maquillaje resulta poco espectacular.

Opinión final: Good Boy me gustó. Un concepto fresco que tiene sus limitantes, pero que ofrece una experiencia difícil de ignorar.

Ojometro:
****