miércoles, 6 de agosto de 2014

Crítica: Blood Glacier (2013)


Producción austriaca dirigida por Marvin Kren y escrita por Benjamin Hessler, quienes vuelven a hacer mancuerna después de su trabajo del 2010, Berlin Undead. Se estrenó a finales del 2013 en Austria, pero apenas salió en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 2 de mayo y su salida en formato físico está planeada para este mes.

Sinopsis:

Un grupo de científicos que se encuentra trabajando en los Alpes austriacos descubren que un glaciar está derramando un líquido que aparentemente afecta a la vida salvaje de lugar. Primero lo consideran como un asombroso descubrimiento científico, pero pronto se darán cuenta que sus efectos son mucho más peligrosos.



Comentarios generales:

Indudablemente por la temática y el lugar donde se desarrolla lo primero que se me vino a la mente fue The Thing, creo que es algo inevitable pensar eso cuando sabes de qué va a tratar y por ello me esperaba un tipo de clon mal hecho con idioma diferente, pero al final Blood Glacier resultó ser más entretenida de lo que hubiera imaginado.

Esto en gran parte se debe a que Kren y Hesslet establecen desde el primer instante que esta es una película que no se debe de tomar muy en serio y cuyo grado de profundidad en la trama tendrá un límite para darle paso a situaciones un tanto absurdas que, si bien no son para reírte, si son para establecer cierto aire de cine serie b.

Durante sus primeros 30 minutos es prácticamente una calca del clásico de Carpenter, donde se le da más importancia a mostrar el paisaje o a la propia interacción entre los científicos mientras la amenaza se mantiene en secreto; situación que le brinda un poco más de sustancia a la historia y a la postre provoca que algunas muertes no se sientan totalmente random al construir conflictos que juegan con la moralidad de ciertos personajes. Sin embargo, falla en tratar de crear suspenso.

Lo mejor llega a la mitad cuando se revela la loquísima amenaza y se da paso a la acción generada por medio de las criaturas, la cual por un lapso importante se lleva a cabo por medio de dos grupos diferentes para posteriormente unirlos con el propósito de crear una sensación de paranoia extrema bastante efectiva. Lo malo de esto es que al dividir la acción hay momentos que se sienten particularmente vacíos, quitándole así bastante ritmo: justo cuando crees que esta por arrancar algo importante con uno de los grupos la escena se corta para mostrar al otro apenas descubriendo el peligro y termina con absolutamente toda la tensión generada. Igualmente hay que añadirle el hecho de que integran ciertas cosas que simplemente no encajan como un aborto o una rubia que sale corriendo de la nada en plenos Alpes (supuestamente de difícil acceso) que por alguna razón se vuelve importante, a pesar de que nunca revelan nada sobre ella.

El final es lo que uno espera, aunque por ahí siento que falto un enfrentamiento mucho más sangriento con las criaturas.

Las actuaciones me parecieron aceptables, especialmente Gerhard Liebmann y Edita Malovcic logran una química bastante buena que carga con todo el peso de la segunda mitad. En producción definitivamente la fotografía resalta gracias a las tomas en exteriores, aunque lo que más llamará la atención sin duda serán los efectos prácticos utilizados; no solo con las criaturas, sino también con una escena de extracción. Estos son  lo que básicamente que le brinda el toque de serie b.

Opinión final: Blood Glacier está ok. Una buena opción para simplemente pasar el rato sin tener grandes expectativas.

Ojometro:
***