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viernes, 27 de noviembre de 2020

Crítica: The Call (2020)

Película dirigida por Timothy Woodward Jr. (The Final Wish) y escrita por Patrick Stibbs. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 30 de octubre, mientras que su salida en formato físico está confirmada para el próximo 15 de diciembre.

Sinopsis:

En el otoño de 1987, un grupo de amigos de un pequeño pueblo deben tratar de sobrevivir la noche en la casa de una siniestra pareja. ¿El reto? Lograr mantenerse durante un minuto en el teléfono después de realizar una misteriosa llamada.


Comentarios generales:

Si no contara con la participación de Lin Shaye y Tobin Bell muy probablemente The Call hubiera pasado desapercibida, pero su simple presencia cambió por completo la situación. Ya que ver juntos a dos de los actores más representativos del género en los últimos veinte años no es cosa de todos los días, es algo especial y por ende resulta comprensible que las expectativas al alrededor de la película se incrementaran de manera considerable, aunque difícilmente creo que las vaya cumplir.

Y es que es evidente que lo presentado por Woodward Jr. estaba concebido para ser un proyecto discreto cuyo principal sustento era el tratar de evocar un poco el cine de los 80s, no solo en cuanto a la temporalidad de su historia, sino en la estética general. 

Siguiendo un esquema clásico que cuando ya está avanzado funciona de manera adecuada, pero que tiene que pasar por una construcción inicial bastante rocosa al centrarse en las experiencias de un grupo de adolescentes que se sienten aceleradas y en exceso básicas. Donde se te ofrece cierto contexto para entender lo que pudiera llegar a venir, mas en ningún punto se logra generar el suficiente interés por lo que les espera a estos personajes.

Siendo hasta que hacen acto de presencia los veteranos cuando las cosas empiezan a caminar, en gran medida porque el tono de la película se vuelve más oscuro y, por ende, la sensación de riesgo se incrementa. Poniéndonos así frente a una situación que en su concepto es bastante simple y ligero; sin embargo, cuando empieza a jugar con las culpas o los temores de los adolescentes adquiere mayor fuerza al explotar un poco más la parte visual, ya sea exponiendo elementos que representan un riesgo o elaborando una atmósfera que evoca completamente esa esencia ochentera que tanto se buscó desde los primeros minutos.

Avanzando así bajo un ritmo agradable hasta llegar a una parte final con la que hay ciertas sensaciones agridulces debido a que existen determinados acontecimientos que se hubieran beneficiado de un poco más de desarrollo considerando la relevancia que tienen. Aunque, por otra parte, la intensidad que brinda Shaye es suficiente para hacer del cierre uno efectivo.  

En las actuaciones lo ofrecido por Tobin Bell no varía demasiado a lo que le hemos visto en otros trabajos, mientras que Lin Shaye hace una buena labor con un tipo de personaje que últimamente parece que es con el que se siente más cómoda. Sobre la producción no tengo queja: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte está bien cuidada, el score es agradable, tiene un buen trabajo de sonido, los efectos son sólidos y la labor de maquillaje cumple su propósito.

Opinión final: The Call está ok. Típica película para pasar el rato que seguro terminará rellenando la programación de algunos canales de TV.

Ojometro:
***

viernes, 29 de marzo de 2019

Crítica: The Final Wish (2019)


Película dirigida por Timothy Woodward Jr. (Finders Keepers: The Root of All Evil), cuyo guión fue co-escrito por Jeffrey Reddick, William Halfon y Jonathan Doyle. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos a finales de enero, mientras que su salida en formato físico se dio este pasado 28 de marzo.

Sinopsis:

Después de la muerte de su padre, Aaron (Michael Welch) regresa a casa para ayudar a su devastada madre y confrontar su pasado. Estando ahí revisa las pertenencias de su padre para obtener algo de dinero, lo cual lo lleva a cruzarse con un misterioso y viejo objeto que es más de lo que aparenta.



Comentarios generales:

Una película que cuenta con la participación de Lin Shaye, Tony Todd y el creador de “Final “Destination (Jeffrey Reddick) sin duda alguna llamará la atención de los fans veteranos del género debido a que su presencia, en teoría, debería de garantizar algo calidad. Sin embargo, no siempre ese es el caso y tristemente con The Final Wish solo resultaron ser una cortina de humo para hacer que una producción del montón pudiera obtener un poco más de exposición.

Y es que lo que Woodward Jr. nos trae es una historia predecible que tiene a una propuesta muy similar como “Wish Upon” demasiado cerca y con la que no puede diferenciarse de manera importante. Situación que empeora con un primer acto que cuenta con una estructura similar y en el que la muerte del padre no tiene un impacto significativo, limitándose principalmente en poner al personaje de Aaron en situaciones random en las que tiene que lidiar con ciertos aspectos de su pasado mientras se da a entender que “algo” le está dando buena suerte.

Realmente todo lo que ocurre es aburrido, pesado y sin ningún tipo de gracia. Solo ciertas participaciones puntuales de Lin Shaye logran darle algo de vida a esta dinámica sosa hasta que finalmente se empiezan a revelar los detalles sobre el genio.

Lo cual lleva a lo que es lo más original de todo esto debido a que, contrario a lo habitual, aquí nuestro protagonista no está consciente de los deseos que pide y gracias a eso el nivel de peligrosidad se eleva de golpe para así establecer a la amenaza como algo de cuidado sin darle demasiadas vueltas al asunto. Además de que sirve para darle sentido a la introducción y, de paso, construir una atmósfera decente que refleje un panorama más oscuro.

La parte final se podría decir que es donde se ven los únicos momentos con cierta carga emocional y con un poco más de intensidad. Obviamente esto no es suficiente como para rescatar la película, pero por lo menos se puede tener un desenlace con un ritmo más ágil y con Aaron asumiendo la responsabilidad de sus actos.

En cuanto a las actuaciones solo Lin Shaye brilla y más que nada porque en un punto la dejan hacer lo que le plazca, provocando así una interpretación muy over the top que funciona en este mar de eventos genéricos. La producción es decente: el trabajo de fotografía tiene altibajos, la dirección de arte está ok, el score cumple, el trabajo de sonido es limpio, los efectos son bastante simples y la labor de maquillaje está pasable.

Opinión final: The Final Wish es mediocre. Película aburrida que les causará más bostezos que otra cosa.

Ojometro:
**

sábado, 24 de enero de 2015

Crítica: Gnome Alone (2015)


Película dirigida por Timothy Woodward Jr., cuyo guión originalmente fue autoría de Glenn Ennis pero posteriormente fue re-escrito por Lauren De Normandie; igualmente se le da crédito a John Michael Elfers como director y escritor de algunas escenas adicionales. Salió directamente en DVD dentro de los Estados Unidos este pasado 20 de enero.

Sinopsis:

Justo cuando Zoe (Kerry Knuppe) piensa que se encuentra sola en este mundo, una anciana le traspasa a su embrujado gnomo (Verne Troyer); quien está atado por magia para proteger a su amo. Lo malo es que este no es el típico gnomo de jardín y pronto Zoe lo descubrirá cuando se dé cuenta que ha estado eliminando a sus enemigos de la manera más sádica posible.



Comentarios generales:

Ciertamente no me vienen a la mente trabajos sobre gnomos, seguramente por ahí existen algunos pero la verdad no es muy común que estas criaturas sean fuente de inspiración dentro del género de terror y normalmente son más comunes en el cine fantástico. Por eso Gnome Alone resultaba llamativa, ya que básicamente no existe nada similar.

Lamentablemente lo llamativo e inusual es lo único que tiene a su favor porque esta es una mala película en todos los sentidos, algo que no debería de extrañar cuando su guión tuvo que ser re-escrito y además se tuvieron que añadir escenas extras por medio de otro director.

Tal vez lo más rescatable sean sus primeros cinco minutos, en donde alternando animaciones con escenas reales logran explicar la leyenda que hay detrás; lo cual viéndolo de manera más fría hubiera sido mejor que durara al menos media hora o que centraran toda la historia en esa etapa (no me extrañaría que la idea original fuera esa). Esto porque una vez que se nos muestran dichos acontecimientos lo que vemos es básicamente una comedia con situaciones vistas hasta el cansancio y un humor muy absurdo dirigido a un público sumamente joven que tal vez lo encuentre hilarante, pero el resto no creo.

Y es que dada su naturaleza no se pueden esperar momentos de gran tensión o la elaboración de un terror memorable, pero si una serie de sucesos que por lo menos te hagan soltar alguna que otra carcajada, cosa que no se da: todos son muy huecos, genéricos y varios se ven perjudicados por la forma de hablar de Troyer porque no le entiendes a sus chistes. Ante esto, todo lo que le quedó a los directores fue irse por el lado de lo gráfico, cumpliendo de manera al menos correcta con dicho apartado porque la mayoría de las muertes involucran mucha sangre, así como miembros cercenados para provocar que uno sienta curiosidad por conocer como le irá a la siguiente víctima.

El final es bastante acelerado, sacado completamente de la nada. La transformación de Zoe se siente forzada y nunca se da un verdadero enfrentamiento con el gnomo que le dé sentido a su conflicto; además el regreso del Leprechaun no tiene sentido.

La actuación de Verne Troyer es pasable, aunque tiene una obsesión terrible por sacar la lengua y como lo mencione antes, casi no se entiende lo que dice. La producción es muy pobre: la iluminación no ayuda mucho en ciertas escenas, el trabajo de sonido es deficiente y el soundtrack te fastidia; lo único rescatable son los efectos prácticos, así como la caracterización del gnomo. 
   
Opinión final: Gnome Alone es una comedia de terror muy simplona y estúpida. Seguramente estará dentro de las peores del año.

Ojometro:
*