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viernes, 27 de noviembre de 2020

Crítica: The Call (2020)

Película dirigida por Timothy Woodward Jr. (The Final Wish) y escrita por Patrick Stibbs. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 30 de octubre, mientras que su salida en formato físico está confirmada para el próximo 15 de diciembre.

Sinopsis:

En el otoño de 1987, un grupo de amigos de un pequeño pueblo deben tratar de sobrevivir la noche en la casa de una siniestra pareja. ¿El reto? Lograr mantenerse durante un minuto en el teléfono después de realizar una misteriosa llamada.


Comentarios generales:

Si no contara con la participación de Lin Shaye y Tobin Bell muy probablemente The Call hubiera pasado desapercibida, pero su simple presencia cambió por completo la situación. Ya que ver juntos a dos de los actores más representativos del género en los últimos veinte años no es cosa de todos los días, es algo especial y por ende resulta comprensible que las expectativas al alrededor de la película se incrementaran de manera considerable, aunque difícilmente creo que las vaya cumplir.

Y es que es evidente que lo presentado por Woodward Jr. estaba concebido para ser un proyecto discreto cuyo principal sustento era el tratar de evocar un poco el cine de los 80s, no solo en cuanto a la temporalidad de su historia, sino en la estética general. 

Siguiendo un esquema clásico que cuando ya está avanzado funciona de manera adecuada, pero que tiene que pasar por una construcción inicial bastante rocosa al centrarse en las experiencias de un grupo de adolescentes que se sienten aceleradas y en exceso básicas. Donde se te ofrece cierto contexto para entender lo que pudiera llegar a venir, mas en ningún punto se logra generar el suficiente interés por lo que les espera a estos personajes.

Siendo hasta que hacen acto de presencia los veteranos cuando las cosas empiezan a caminar, en gran medida porque el tono de la película se vuelve más oscuro y, por ende, la sensación de riesgo se incrementa. Poniéndonos así frente a una situación que en su concepto es bastante simple y ligero; sin embargo, cuando empieza a jugar con las culpas o los temores de los adolescentes adquiere mayor fuerza al explotar un poco más la parte visual, ya sea exponiendo elementos que representan un riesgo o elaborando una atmósfera que evoca completamente esa esencia ochentera que tanto se buscó desde los primeros minutos.

Avanzando así bajo un ritmo agradable hasta llegar a una parte final con la que hay ciertas sensaciones agridulces debido a que existen determinados acontecimientos que se hubieran beneficiado de un poco más de desarrollo considerando la relevancia que tienen. Aunque, por otra parte, la intensidad que brinda Shaye es suficiente para hacer del cierre uno efectivo.  

En las actuaciones lo ofrecido por Tobin Bell no varía demasiado a lo que le hemos visto en otros trabajos, mientras que Lin Shaye hace una buena labor con un tipo de personaje que últimamente parece que es con el que se siente más cómoda. Sobre la producción no tengo queja: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte está bien cuidada, el score es agradable, tiene un buen trabajo de sonido, los efectos son sólidos y la labor de maquillaje cumple su propósito.

Opinión final: The Call está ok. Típica película para pasar el rato que seguro terminará rellenando la programación de algunos canales de TV.

Ojometro:
***

viernes, 10 de julio de 2020

Crítica: Dreamkatcher (2020)


Película dirigida por Kerry Harris y escrita por Dan V. Shea. Se estrenó en VOD y DVD dentro de los Estados Unidos el pasado 28 de abril.

Sinopsis:

Tratando de ponerle fin a sus pesadillas, un niño se roba un atrapasueños de la casa de su misteriosa vecina. Aunque al hacer esto empezará a tener aterradoras visiones que lo incitan a asesinar a su madrastra.



Comentarios generales:

No sé cuáles eran los planes de Lionsgate para Dreamkatcher antes de que iniciara la pandemia, pero muy probablemente se trataba de una película con posibilidades de salir en cines gracias a que su factura es de una calidad por encima de las producciones destinadas al VOD. Sin embargo, es claro que ante la situación tan atípica no quedó de otra más que estrenarla por otros medios y probablemente eso haya sido lo mejor, tanto para el estudio como para los fanáticos.

Esto porque lo que nos trae Harris es una historia aburrida que difícilmente podría generar algún tipo de interés a gran escala gracias a que no cuenta con nada demasiado original o por lo menos llamativo para destacar.

De hecho, con solo ver los primeros diez minutos uno se puede dar una idea bastante clara de lo que le espera debido a que pareciera mucho más importante resaltar los bellos paisajes en lugar de desarrollar de mejor manera una problemática familiar que se sustenta principalmente en las rabietas de un niño. Unas que además se desgastan muy rápido y no ayudan en lo absoluto para construir un primer acto en el que por lo menos puedas sentir empatía por su situación.

Llevando así a la película a una espiral de sucesos poco interesantes que, en teoría, están diseñados para hacer que la relación de Josh con su madrastra sea amena y ayude a entender mejor las posturas de ambos, pero que en realidad solo terminan siendo una pérdida de tiempo ante el ritmo pasivo bajo el que se desarrollan. Lo cual empeora una vez que el tema sobrenatural empieza a adquirir fuerza y con ello se integran elementos para presentar algunos sustos simples que en ningún punto logran provocar una sensación de peligro considerable ante el evidente riesgo que representa la interacción constante entre ambos personajes.

En general nunca existe nada emocionante que añada fuerza y, aunque ciertamente se esfuerzan por tratar de conseguirlo, esto nunca se da. Sobre todo en una parte final en donde lo más impactante ocurre fuera de cámara y el conflicto definitivo carece de tensión, dejándonos así con un cierre que lo único que te genera es una sensación de vacío total.

Las actuaciones están bien, por ahí Finlay Wojtak-Hissong (Josh) resulta por momentos bastante fastidioso pero en general todo el elenco hace un trabajo correcto considerando lo pobre del guión; incluida Lin Shaye (Ruth) con su ya patentado personaje de anciana loca. La producción es lo mejor de la película: el trabajo de fotografía es bastante bueno, la dirección de arte está bien cuidada, el score cumple, el trabajo de sonido no tiene fallos, los efectos son simples y la labor de maquillaje sencilla.

Opinión final: Dreamkatcher es demasiado aburrida. Película del montón que se les olvidará en un par de horas. 

Ojometro:
**

martes, 17 de marzo de 2020

Crítica: Get Gone (2020)


Película escrita y dirigida por Michael Thomas Daniel, la cual significa su primer largometraje. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos a finales de enero, mientras que su salida en formato físico se dio el 11 de febrero.

Sinopsis:

Los Hoax Busters se dedican a desmentir los videos falsos que hay en internet y como parte de un plan para unirse más como equipo deciden hacer un viaje recreacional a los bosques en Oregon. Para su mala suerte en ese lugar se encuentran en disputa una compañía perforadora y una peligrosa familia que ha vivido ilegalmente ahí durante treinta años, cuyas intenciones no son precisamente el irse de manera voluntaria.  



Comentarios generales:

En los casi ocho años que tiene el blog no hay ninguna actriz u actor de la que haya escrito más sobre sus películas que Lin Shaye, lo cual es algo sorprendente si consideramos que tiene 76 años de edad y su establecimiento dentro del género como alguien relevante se dio apenas en 2011. Se ha ganado su estatus actual a pulso; sin embargo, con ello también vienen proyectos en los que su presencia simplemente significa un buen recurso publicitario para que estos reciban mayor atención a las que normalmente tendrían y sin duda Get Gone es uno de esos.

Ya que lo traído por Michael Thomas Daniel difícilmente podría haber visto la luz sin la presencia de la veterana actriz debido a que se trata de un slasher en el que ni siquiera existe una idea lo suficientemente sólida con la que se pueda sustentar gran parte de la historia, dejando todo en simples apuestas para ver que puede funcionar de manera más o menos coherente.

Algo que resulta muy notorio desde un primer acto que sigue la dinámica que todos conocemos con un grupo de individuos que parece serán el centro de atención, pero que de golpe pierden su importancia ante el conflicto efímero por el territorio y la revelación de que, en efecto, la familia no solo es peligrosa, sino que además algunos de sus miembros tienen una condición particular. Aspecto que debería de generar cierto interés, aunque en realidad lo único que genera son risas debido a que el trabajo de maquillaje no ayuda en lo absoluto por su pobreza y a partir de aquí es cuando las cosas empiezan a decaer.

Todo ocurre de manera acelerada, sin tiempo para construir situaciones interesantes y mucho menos muertes llamativas, las cuales en una decisión imperdonable para una película de este tipo casi siempre son fuera de cámara. Además poco a poco se empiezan a introducir cuestiones sobrenaturales que no tienen sentido y evidentemente no existe la intensión de explicarlas de manera profunda debido a que, cuando son reveladas, prácticamente se está entrando a la parte final.

Una que tampoco cuenta con muchas cosas para destacar, ya que el conflicto definitivo carece de intensidad y está plagado de comportamientos absurdos que en ningún punto logran hacer que te preocupes por las victimas. Y por si eso no fuera suficiente, el cierre no lleva a nada por tratar de homenajear a “The Texas Chainsaw Massacre”.

Las actuaciones tocan un plano caricaturesco, realmente solo es la propia Lin Shaye quien más resalta y aún así resulta muy exagerada (incluso repetitiva con respecto a lo que le hemos visto últimamente). La producción es de bajo presupuesto y se nota: el trabajo de fotografía es decente, la dirección de arte no tiene nada que destacar, el score es pobre, el trabajo de sonido deja mucho que desear, los efectos son eficientes y la labor de maquillaje resulta hasta cómica.

Opinión final: Get Gone es mediocre. Un slasher desangelado que definitivamente podría haber dado para algo más entretenido.

Ojometro:
**

viernes, 21 de febrero de 2020

Crítica: The Grudge (2020)


Reboot/Secuela del remake de 2004 que está escrita y dirigida por Nicolas Pesce (The Eyes of My Mother). Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos a inicios de enero, mientras que en México hizo lo propio el pasado 14 de febrero. Recaudando hasta la fecha $46.7 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Una casa en los Estados Unidos es maldecida por un vengativo fantasma que condena a todos aquellos que entran en esta a una muerte violenta.



Comentarios generales:

Independientemente de si te gusta o no, lo cierto es que Ju-On es una franquicia sumamente importante porque fue de las primeras que expusieron el cine de terror japonés a una audiencia global a inicios de los 2000s: primero con la película original y posteriormente con el remake de 2004. Sin embargo, lo cierto es que su concepto como tal se gastó muy rápido y después de la tercera entrega quedó en el olvido en occidente (caso contrario de Japón), así que cuando anunciaron este reboot que poco a poco se fue transformando en secuela no me sorprendió en lo absoluto porque era obvio que tarde o temprano querrían revivirla. Aunque dudo que esta nueva The Grudge cambie demasiado su situación.

Esto porque lo que nos trae Pesce es más de lo mismo, pero sin los icónicos fantasmas que todos conocemos para justificar la idea del reboot. Una decisión sin duda polémica que elimina el principal elemento de identidad de la franquicia y con la que no tendría demasiados problemas si no fuera porque en la práctica todo lo que intentan sale mal al ofrecer una historia que se desarrolla bajo la misma estructura no lineal que todos conocemos y con la cual desde muy temprano resulta evidente que existe un conflicto entre la visión del director y lo que realmente quería el estudio.

Ya que mientras el primero pretende construir una problemática que vaya destruyendo de manera progresiva a la protagonista, el estudio simplemente quiere darle continuidad a lo que vimos en el filme de 2004 utilizando múltiples historias que se desarrollan en distintos lapsos de tiempo, imposibilitando así que se pueda añadir mucha sustancia a una temática que se encuentra de por sí muy desgastada. Dejando como resultado un visionado aburrido gracias a una cantidad importante de escenas donde realmente no ocurre nada o, si ocurre algo, siempre se trata de algún susto fácil o alguna situación de shock que se pierde de manera rápida.

Por si esto no fuera suficiente, el trabajo de edición tampoco facilita las cosas. No solo por los momentos en los que las transiciones de un año a otro resultan confusas, sino que además casi siempre termina destruyendo cualquier tipo de fluidez cuando parece que por fin se empieza a encontrar una dinámica adecuada con las cual se pueda construir algo interesante.  

Es hasta la parte final cuando las cosas empiezan a mejorar de manera discreta, principalmente porque las conclusiones de las historias llevan a situaciones de impacto que le dan fuerza de manera automática. Aunque lamentablemente la conclusión central termina por sentirse sumamente blanda y en ningún punto logra generar las sensaciones de peligro que debería.

En cuanto a las actuaciones la verdad es que a Andrea Riseborough le queda grande el papel protagónico, mientras que Demián Bichir y Lin Shaye son por mucho los que terminan por dejar mejores sensaciones a pesar de que sus roles resultan bastante limitados en pantalla. La producción es de buena factura: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte discreta, cuenta con un buen score, el trabajo de sonido es impecable, los efectos son simples y la labor de maquillaje resulta muy efectiva.

Opinión final: The Grudge es bastante mala. Película en exceso aburrida que probablemente sea el último clavo en el ataúd para la franquicia en occidente.

Ojometro:
**

viernes, 29 de marzo de 2019

Crítica: The Final Wish (2019)


Película dirigida por Timothy Woodward Jr. (Finders Keepers: The Root of All Evil), cuyo guión fue co-escrito por Jeffrey Reddick, William Halfon y Jonathan Doyle. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos a finales de enero, mientras que su salida en formato físico se dio este pasado 28 de marzo.

Sinopsis:

Después de la muerte de su padre, Aaron (Michael Welch) regresa a casa para ayudar a su devastada madre y confrontar su pasado. Estando ahí revisa las pertenencias de su padre para obtener algo de dinero, lo cual lo lleva a cruzarse con un misterioso y viejo objeto que es más de lo que aparenta.



Comentarios generales:

Una película que cuenta con la participación de Lin Shaye, Tony Todd y el creador de “Final “Destination (Jeffrey Reddick) sin duda alguna llamará la atención de los fans veteranos del género debido a que su presencia, en teoría, debería de garantizar algo calidad. Sin embargo, no siempre ese es el caso y tristemente con The Final Wish solo resultaron ser una cortina de humo para hacer que una producción del montón pudiera obtener un poco más de exposición.

Y es que lo que Woodward Jr. nos trae es una historia predecible que tiene a una propuesta muy similar como “Wish Upon” demasiado cerca y con la que no puede diferenciarse de manera importante. Situación que empeora con un primer acto que cuenta con una estructura similar y en el que la muerte del padre no tiene un impacto significativo, limitándose principalmente en poner al personaje de Aaron en situaciones random en las que tiene que lidiar con ciertos aspectos de su pasado mientras se da a entender que “algo” le está dando buena suerte.

Realmente todo lo que ocurre es aburrido, pesado y sin ningún tipo de gracia. Solo ciertas participaciones puntuales de Lin Shaye logran darle algo de vida a esta dinámica sosa hasta que finalmente se empiezan a revelar los detalles sobre el genio.

Lo cual lleva a lo que es lo más original de todo esto debido a que, contrario a lo habitual, aquí nuestro protagonista no está consciente de los deseos que pide y gracias a eso el nivel de peligrosidad se eleva de golpe para así establecer a la amenaza como algo de cuidado sin darle demasiadas vueltas al asunto. Además de que sirve para darle sentido a la introducción y, de paso, construir una atmósfera decente que refleje un panorama más oscuro.

La parte final se podría decir que es donde se ven los únicos momentos con cierta carga emocional y con un poco más de intensidad. Obviamente esto no es suficiente como para rescatar la película, pero por lo menos se puede tener un desenlace con un ritmo más ágil y con Aaron asumiendo la responsabilidad de sus actos.

En cuanto a las actuaciones solo Lin Shaye brilla y más que nada porque en un punto la dejan hacer lo que le plazca, provocando así una interpretación muy over the top que funciona en este mar de eventos genéricos. La producción es decente: el trabajo de fotografía tiene altibajos, la dirección de arte está ok, el score cumple, el trabajo de sonido es limpio, los efectos son bastante simples y la labor de maquillaje está pasable.

Opinión final: The Final Wish es mediocre. Película aburrida que les causará más bostezos que otra cosa.

Ojometro:
**

martes, 6 de febrero de 2018

Crítica: The Midnight Man (2018)


Película dirigida por Travis Zariwny (Intruder, Cabin Fever), cuyo guión fue escrito por Rob Kennedy. Se estrenó directamente en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 19 de enero, pero todavía no hay información sobre si llegará a otros mercados o sobre si tendrá lanzamiento en formato físico.

Sinopsis:

Una chica adolescente y sus amigos encuentran un juego en el ático de la casa de su inestable abuela, el cual consiste en seguir una serie de extrañas reglas. Al inicio no parece tener ningún sentido, pero con el paso de los minutos se darán cuenta que han despertado a un ente maligno popularmente conocido como The Midnight Man. 



Comentarios generales:

Cuando cuentas con dos nombres del calibre de Robert Englund y Lin Shaye es un hecho que tendrás a todo el mundo mirando cuidadosamente tu producto sin importar si se trata de una producción grande o pequeña, ya que su trayectoria dentro del género los respalda como para pensar que podemos ver algo digno estando ellos en pantalla. Sin embargo, cuando hablamos de películas basadas en creepypastas todo eso no importa debido a que, si algo nos ha enseñado la historia reciente, es que estas adaptaciones suelen ser bastante malas y en el caso de The Midnight Man no podemos decir haya sido la excepción.

Un resultado que en gran medida se debe a las propias reglas que le dan vida al juego en el que se sustenta la creepypasta, ya que después de un prólogo que te vende una historia bastante sangrienta el director no sabe cómo mantener ese tono precisamente porque tiene que darle importancia a estas. Lo cual es un problema debido a que dichas reglas son demasiadas y eso provoca que el primer acto se sienta excesivamente largo al tener que destinar gran parte de este a establecerlas de manera lenta mientras te exponen al personaje senil de Anna (Shaye) con un comportamiento que raya en lo caricaturesco y a un par de adolescentes que llevan a cabo acciones genéricas para entender lo que hay detrás del juego.

Esto hace que el ritmo sea cansino desde temprano y que la aparición de The Midnight Man carezca de impacto, ya que aunque si existen esfuerzos por querer presentarlo como una amenaza importante por medio de escenas visualmente llamativas, a este nunca puedes tomarlo en serio gracias a que todo lo que hace son persecuciones por la casa sin gran chiste; además de que su voz es más cómica que otra cosa.

Igualmente, justo cuando hace acto de presencia se empiezan a integrar elementos de manera conveniente para darle algo más de sustancia a la historia, tales como el incluir un nuevo personaje de la nada que principalmente sirve como carne de cañón, un momento romántico o flashbacks cuyo principal objetivo es tratar de darle algo de sentido al comportamiento de la abuela. Esto último siendo más relevante de lo que parece porque cambia en cierta medida el propósito de dichas reglas.

Situación que abre la puerta a ciertas libertades para que The Midnight Man termine imponiendo sus propias condiciones con el afán de volver impredecible lo que va a ocurrir en el desenlace, a pesar de que realmente es muy sencillo saber qué es lo que hará para lograr su cometido por un guiño que te dan desde temprano.

Las actuaciones no son nada para presumir: Lin Shaye alcanza niveles caricaturescos del tipo que uno vería en Scooby Doo, Robert Englund solo aparece a lo mucho 5 minutos y los adolescentes no te inspiran absolutamente nada. La producción es donde queda mejor parada: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte es bastante buena, el score es buen complemento, el trabajo de sonido no tiene fallos, la mayoría de los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: The Midnight Man es decepcionante. Una película que tenía elementos para funcionar y que termina fallando de manera estrepitosa.

Ojometro:
**

viernes, 5 de enero de 2018

Crítica: Insidious: The Last Key (2018)


Cuarta entrega de la franquicia, ahora dirigida por Adam Robitel (The Taking of Deborah Logan) y cuyo guion fue nuevamente escrito por Leigh Whannell. Se estrenó en cines aquí en México el pasado 4 de enero e hizo lo propio dentro de los Estados Unidos y otros países el día 5.

Sinopsis:

La doctora Elise Rainier (Lin Shaye) y su equipo enfrentan al espíritu más temible con el que se hayan topado. Uno que llevará las cosas a un nivel mucho más personal por el lugar que habita: la casa en donde ella creció.



Comentarios generales:

A más de uno nos sorprendió el anuncio de que habría una cuarta entrega, no tanto porque fuera algo imposible, sino porque realmente parecía que no era necesario que Insidious tuviera una nueva película considerando lo que ya habían mostrado y que con Chapter 3 parecía que sería el final de la franquicia. Sin embargo, con The Last Key su creador nos demuestra que todavía quedaba espacio para contar algo importante dentro de este universo, a pesar de que eso signifique el tener que sacrificar ciertas cosas características para que funcione.

Esto principalmente se debe a que el centro de la historia es Elise, lo cual hace que la dinámica acostumbrada varié de cierta manera debido a Robitel y Whannell ahora tienen que lidiar con el hecho de que el personaje afectado es uno al que difícilmente se le puede colocar como una víctima indefensa y por lo consiguiente el uso de sustos, así como la construcción lenta de momentos de suspenso, se ve mucho más limitado. Provocando así un primer acto que se sustenta en mezclar eventos del pasado con el presente para que, por medio de la Elise niña, se pueda ir desarrollando un interesante caso que no solo va revelando la vida de nuestra protagonista, sino que también establece al demonio como uno mucho más complejo por medio de los sucesos de mayor tensión.

Situación que inmediatamente hace que el ritmo sea más pausado de lo acostumbrado debido a que la elaboración requiere un poco más de tiempo para ir juntando los puntos que liguen cada suceso de la infancia de Elise con lo que sucede en la casa. Brindándole así cierto toque detectivesco mucho mayor que funciona, pero que nunca termina por solidificarse gracias a un giro que cambia la dinámica al involucrar de manera más profunda a nuevos personajes que se sienten metidos con calzador para seguir explotando un tema familiar que, en general, hacen ver a lo ocurrido previamente como algo con poca relevancia (a pesar de que si tiene una explicación lógica) y que lo verdaderamente importante apenas está por venir.

La parte final logra su cometido al colocar cada pieza en su lugar para que no queden tantas dudas con respecto a la revoltosa línea de tiempo de la franquicia, aunque no tiene tanta fuerza como los anteriores. Evidentemente es un poco más emocional, pero en general la sensación de peligro nunca alcanza niveles tan elevados.

En las actuaciones este es el show de Lin Shaye, quien como en las entregas anteriores está estupenda y solo reafirma a su personaje como uno verdaderamente entrañable dentro del género. La producción no cambia demasiado con lo anteriormente visto, aunque hay ciertos aspectos que ahora no destacan tanto: el trabajo de fotografía mantiene su sello, la dirección de arte no presenta grandes cambios, el score en esta ocasión no resalta demasiado, el trabajo de sonido es impecable, los efectos siguen estando bien hechos y la labor de maquillaje cumple. 

Opinión final: The Last Key me gustó. Un cierre digno para una de las franquicias más estables del género de terror en la década actual.  

Ojometro:
****

martes, 15 de agosto de 2017

Crítica: The Black Room (2017)


Película escrita y dirigida por Rolfe Kanefsky (Nightmare Man). Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado mes de mayo y posteriormente salió en DVD durante el mes de junio; aunque a Latinoamérica llegó vía Netflix apenas hace algunos días.

Sinopsis:

Paul (Lukas Hassel) y Jennifer (Natasha Henstridge) se han mudado a una nueva casa y su vida parece ir por el mejor camino. Sin embargo, ellos no saben que justo en su sótano se encuentra un misterioso cuarto que encierra a un demonio cuyos deseos carnales afectarán a ambos como parte de sus oscuros planes.



Comentarios generales:

Después de leer la sinopsis y descubrir que el director de esta película tenía bastante experiencia haciendo películas softporn inmediatamente trate de bajar lo más posible mis expectativas debido a que había altas probabilidades de encontrar algo desastroso. Simplemente no existía nada que me hiciera esperar algo que valiera la pena y, aunque al final The Black Room no es el desastre épico que suponía que sería, tampoco se trata de un trabajo que vaya a pasar a los anales de historia; ni siquiera por su superficial uso del sexo.

Esto porque lo que nos regala Kanefsky en ningún momento parece tener muy definido cual es el verdadero camino que quiere seguir, manifestando desde el primer acto un evidente guiño por la comedia pero al mismo tiempo tratando de mantener un enfoque un poco más oscuro que vaya acorde al tema demoníaco que rodea la casa. Una combinación que al menos de inicio funciona porque gracias a esta se logran generar algunas escenas divertidas que establecen de manera clara que el sexo jugará un papel fundamental en el comportamiento de los personajes y en base a eso se irá desenvolviendo una historia que tiene algo más en lo que respecta al demonio y no solo se centrará en abrir puertas o provocar ruidos para lograr sustos fáciles.

El problema es que este tipo de dinámica no es capaz de sostener toda la película y en determinado punto la comedia es la que toma la estafeta, provocando con esto que poco a poco las cosas se vayan tornando bastante aburridas debido a que las acciones por un periodo prolongado de tiempo no parecen llevar a ningún lado a pesar de que por medio del personaje de Paul tratan de hacer parecer que sí. Recurriendo a elementos mucho más gráficos que añaden sustancia superficial mientras se compra tiempo y que ciertamente no están mal hechos pero, como todo en esta película, no hacen demasiado para profundizar sobre los propósitos de un demonio que hasta este momento se encuentra lejos de ser esa amenaza enorme que se vendió al comienzo y solo queda parado como un pervertido.

La parte final no está mal, más allá de que pretenden explicar todo en unos cuantos minutos. Aquí es donde básicamente el presupuesto se gastó y entre una muestra importante de efectos prácticos logran, por fin, brindarte un panorama más claro con respecto a los planes del demonio y los motivos por los cuales el tema del sexo es tan importante.

Las actuaciones son exageradas (Augie Duke, Lin Shaye) o muy planas (Henstridge), aunque Hassell ciertamente logra una labor sólida cuando le toca cargar con el peso de las acciones. La producción cumple: el trabajo de fotografía está ok, la dirección de arte es básica salvo por el final, el score es genérico, el trabajo de sonido es bueno y tanto los efectos como la labor de maquillaje son bastante cumplidores; aunque pueden parecer algo arcaicos.

Opinión final: The Black Room es una película bastante pobre. Tiene algunas puntadas pero en general es un producto que en un par de días van a olvidar.

Ojometro:
**

martes, 4 de julio de 2017

Crítica: Abattoir (2016)


Película dirigida por Darren Lynn Bousman (Saw II, The Devil’s Carnival) y escrita por Christopher Monfette. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos durante diciembre del año pasado, mientras que su salida en formato físico se dio en febrero de 2017.

Sinopsis:

La reportera Julia Talben (Jessica Lowndes) hará equipo con un oficial de policía para resolver el misterio que rodea a una serie de asesinatos a lo largo de los años, incluido el de su propia hermana. 



Comentarios generales:

Sinceramente Abattoir salió de mi radar durante el año pasado gracias a la época en la que se dio su estreno, pero era una propuesta que me llamaba la atención con lo poco que había visto. Más que nada porque su director es alguien con un estilo muy particular que no teme experimentar con algunas de las ideas más absurdas o locas que se puedan encontrar dentro del género, siendo esto precisamente el sello característico de este trabajo.

Lo digo porque Bousman y Monfette nos regalan algo que tiene muy poco sentido pero de algún modo logran que sea entretenido de ver, sobre todo por la manera en la que hacen que esta historia mute de una mitad a otra, al grado de que en un punto parezcan de películas totalmente distintas. Ya que la primera es un thriller en toda la regla, uno que además arranca de manera sumamente intensa para lograr que nuestra protagonista se vuelva un personaje emocionalmente vulnerable por medio de la tragedia y que gracias eso se inicie una investigación que avanza de manera mucho más rápida de lo que te hubieras imaginado; insertando así elementos extraños dentro de este peculiar caso que por determinados momentos son un tanto complicados de comprender ya que, como mencione anteriormente, no tienen mucho sentido.

Es ya llegada la segunda mitad cuando las cosas se calman, el ritmo se desacelera y el thriller pasa a ser algo mucho más fantasioso cuyo sustento ahora serán el aspecto visual (un sello característico de Bousman) y la revelación de una secta que mueve todos los hilos. Entrando así a la parte en la que ciertamente se logra generar la mejor atmósfera y el grado de suspenso se eleva de manera importante, aunque igualmente es a partir de aquí cuando poco a poco se empieza a volver tedioso lo que te muestran; no tanto por la falta de intensidad, sino porque es más que evidente que se elabora de más una idea que en un punto toca pared y simplemente no saben cómo redondearla de la manera menos perjudicial considerando su extravagancia.

La parte final ciertamente es caótica. Visualmente es un deleite, los escenarios son hipnotízantes y ya para estas alturas la posible coherencia con lo que ocurre importa poco, lo cual da vía libre para explotar el tema de la violencia y así poder construir un cierre potente que afortunadamente no toma el camino fácil.

En el tema de las actuaciones Lowndes no lo hace mal, esto a pesar de que le cuesta mucho trabajo poder expresar emociones un poco más marcadas; aunque cuando la ponen junto a actores como Lin Shaye (Allie) o Dayton Callie (Jebediah) resulta totalmente opacada. En cuanto a producción es destacada: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte estupenda, cuenta con un buen score, el trabajo de sonido es sólido, los efectos cumplen su objetivo y la labor de maquillaje resulta discreta.

Opinión final: Abattoir está ok. Se trata de una idea medio absurda que no explota por completo, pero puede ser una buena opción para ver un fin de semana.

Ojometro:
***

sábado, 31 de octubre de 2015

Crítica: Tales of Halloween (2015)


Antología que cuenta con la participación de once directores del género de terror, especialmente de la escena independiente. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD el pasado 16 de octubre dentro de los Estados Unidos, mientras que su salida en formato físico se ha dado en algunos países de Europa.

Sinopsis:

Diez historias que se entrelazan dentro de un pueblo en los Estados Unidos por un tema en común: la noche de Halloween.



Comentarios generales:

Desde que a inicios de esta década se pusieran nuevamente de moda las antologías hemos visto de todo tipo, pero sin duda alguna las que suelen llamar más la atención son aquellas que se centran en la noche de Halloween. Tal vez porque es la fecha en donde “todo está permitido” y por ende se pueden presentar historias con más libertades, abriendo así un marco mucho más amplio de posibilidades que logren satisfacer al mayor número de público posible como ocurre en esta ocasión.

Tales of Halloween es una antología bien balanceada que logra mantener un ritmo muy agradable gracias a que cada uno de sus segmentos dura menos de diez minutos, dándoles así la misma importancia a todos los directores y a la vez evitando que aquellos de menor calidad puedan afectar la dinámica general de las cosas. Esto bajo un hilo de unión muy sutil que se da por medio de una transmisión de radio cuya única labor es confirmarte que las historias se desarrollan dentro del mismo pueblo, aunque realmente no tiene ningún tipo de relevancia o efecto en como tienen que ser estas.

Igualmente, la producción es de resaltar debido a que es fundamental para que la película te atrape visualmente hablando desde los increíbles créditos iniciales; principalmente en base a un trabajo de fotografía muy bien cuidado que juega con diversos colores para que estos hagan un contraste muy marcado con la oscuridad de la noche. La dirección de arte como suele ser con estos proyectos es muy llamativa, cuenta con un score sólido y la mayoría de los segmentos gozan de un trabajo de efectos/maquillaje bien cuidado (salvo por alguno que otro detalle con animaciones en CGI).

Pasando a las historias:


“Sweet Tooth” (Dave Parker)

Definitivamente la manera ideal para iniciar una antología sobre Halloween, ya que a pesar de que el concepto no es nada nuevo, si logra crear una leyenda peculiar con un buen toque de terror y sangre. Además logra establecer perfectamente el tono general de la película.

“The Night Billy Raised Hell” (Darren Lynn Bousman)

Uno de los dos segmentos que cuenta con un director de renombre y que sin duda tiene todo su sello. Se centra en el concepto de las bromas y sus consecuencias utilizando un toque mucho más caricaturesco que lo hace bastante entretenido.

“Trick” (Adam Gierasch)

Uno de mis favoritos. Se trata probablemente de la historia más oscura y siniestra de todas, la cual en un inicio parece ser una simple carnicería sin sentido por parte de los personajes menos probables, pero termina ofreciendo un giro bien pensado que produce una sensación de satisfacción muy grande.

“The Weak and the Wicked” (Paul Solet)

Una historia de venganza con toques de western que no me convenció del todo. Está bien hecha y cuenta con algunas caras conocidas, además trata el tema del bullying, pero nunca es capaz de generar algo intenso en base a eso; siendo la última toma lo que se les quedará en la memoria.

“Grim Grinning Ghost” (Axelle Carolyn)

Tal vez el más flojo de los segmentos. Se trata de otra leyenda, pero en esta ocasión la manera en la que se desarrolla no resulta tan convincente gracias a que está lleno de sustos fáciles muy anunciados que evitan cualquier generación de suspenso efectiva.

“Ding Dong” (Lucky McKee)

Otro de los mejores. Está inspirado en “Hansel and Gretel” y probablemente sea el que contiene el humor negro más marcado de todos al mostrar a una pareja con una relación compleja llena de abusos; donde uno de ellos anhela algo que todos los matrimonios quieren, aunque no por el propósito común.

“This Means War” (Andrew Kasch & John Skipp)

Muy sencillo y en general poco memorable. Sin embargo, ejemplifica a la perfección los dos bandos a la hora de disfrutar de esta festividad: aquellos que prefieren mantener las tradiciones y aquellos que solo buscan emborracharse.

“Friday the 31st” (Mike Mendez)

Mi favorito. Por el nombre seguramente muchos ya sabrán sobre qué va, es un homenaje hecho y derecho que cumple salvajemente con sus respectivas olas de sangre, pero aderezado con un giro muy bizarro que pone al asesino en una situación poco común y que brinda un enfrentamiento final brutalmente hilarante.

“The Ransom of Rusty Rex” (Ryan Schifrin)

Está inspirado en un famoso cuento de O. Henry. Si ya lo leyeron seguramente perderá algo de sorpresa, pero aun así se me hizo muy divertido gracias a que presenta diálogos y situaciones exageradas que los harán reír. Además cuenta con un cameo de alto calibre.

“Bad Seed” (Neil Marshall)

Sin duda el segmento con el mayor presupuesto. Se trata de una historia fantasiosa con ciertos guiños a Halloween 3, cuya amenaza es la menos esperada; donde se pueden ver algunas de las muertes más brutales y donde finalmente se hace referencia a lo que ha ocurrido durante toda la noche para brindar un cierre redondo (dejando, tal vez, la puerta abierta para una secuela).

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Opinión final: Tales of Halloween es una antología muy completa que, si bien no está exenta de algunos puntos flacos, si logra capturar la esencia de esta particular fecha con historias para todos los gustos.  Sin duda una película que se volverá referente obligado para ver en esta festividad durante los próximos años y que no se pueden perder.

Ojometro:
*****

martes, 30 de junio de 2015

Crítica: Insidious: Chapter 3 (2015)


Tercera entrega de la franquicia que recae totalmente en las manos de Leigh Whannell, quien además de escribir el guión ahora también se desempeña como director. Se estrenó a inicios de junio dentro de los Estados Unidos y en México durante el fin de semana pasado; recaudando hasta la fecha $86.8 millones de dólares en taquilla.

Sinopsis:

Quinn Brenner (Stefanie Scott) busca los servicios de Elise (Lin Shaye) para contactar a su fallecida madre, pero la sesión termina siendo un fracaso. Después de esto la joven empieza a notar eventos paranormales en su casa y sufre un terrible accidente, volviéndola un blanco fácil para un terrible demonio cuyas intenciones no son nada buenas.



Comentarios generales:

La verdad no supe cómo reaccionar cuando me enteré que realizarían una nueva entrega de Insidious, las dos primeras me gustaron pero la historia central fue debidamente concluida y gracias a eso mi temor de que sacaran cualquier cosa por compromiso era muy fuerte. Afortunadamente con el tiempo se dio a conocer que Chapter 3 sería una precuela, noticia que cambiaba el panorama por completo gracias a que esto abría la puerta para explorar ciertas cosas y sin duda termino siendo la mejor decisión que pudieron tomar.

Esto porque Whannell no pretende contarnos una historia sobre los orígenes de los personajes que se lleve gran parte del metraje, sino más bien expandir un poco más lo que ya sabíamos de estos por medio de pequeños detalles mientras introduce una amenaza distinta que todo el tiempo se siente en extremo peligrosa. Nuevamente es el lado humano lo que tiene más importancia y a partir de este se construye todo lo relacionado con el terror, lo cual evidentemente hace que el ritmo durante el primer acto no sea precisamente el más dinámico pero el director se las ingenia para ir generando poco a poco sustos muy efectivos por medio de trucos conocidos (así como por el uso de sonidos) que establecen una dinámica agradable; además demuestra bastante capacidad para tomar por sorpresa al espectador en situaciones que pareciera no llevan a nada.

Otro punto notorio es que los elementos de poltergeist vuelven a estar muy presentes como ocurrió con la primera película, aunque en esta ocasión cuentan con un mayor grado de impacto gracias a lo indefenso que se va convirtiendo el personaje de Quinn con el paso de lo minutos; realmente te preocupas por ella, no ves cómo diablos pueda salir intacta de esta situación y eso ayuda a que el nuevo demonio resulte muy efectivo. Igualmente, este punto es lo que termina por unir todas las piezas en lo que respecta a la relación de Elise con Specs/Tucker, la cual se integra de manera natural, sin sentirse forzada y que aporta las pequeñas dosis de humor necesarias para darle un buen balance a la trama.

El final tal vez sea el mejor y más emocional de las tres entregas. La lenta construcción termina beneficiándole en demasía gracias a que se siente con mucha fuerza; donde el enfrentamiento final con el demonio resulta muy gratificante debido a que se le imprime un ritmo más ágil para darle un toque de espectacularidad, pero siempre manteniendo el aspecto tétrico intacto.

Tiene buenas actuaciones en general: Scott sabe aprovechar su tiempo en pantalla para ganarse el afecto del espectador, mientras que Lin Shaye finalmente puede hacer del personaje de Elise uno mucho más interesante y con ciertos aires de heroína que se te quedaran grabados en la memoria. La producción no cambia mucho con respecto a las anteriores entregas: un sólido trabajo de fotografía para mantener la atmósfera ya característica, buena dirección de arte, un score estupendo y un maquillaje discreto; aunque toda la cuestión de efectos si se nota un poco más elaborada, con más uso de CGI sin caer en el exceso.

Opinión final: Insidious: Chapter 3 me gustó. Es mejor que la 2 y definitivamente un pasó en la dirección correcta dentro de la franquicia... si es que pretenden mantenerla con vida más tiempo.

Ojometro:
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domingo, 20 de octubre de 2013

Crítica: Insidious: Chapter 2 (2013)


Esperada secuela que supone el último trabajo del director James Wan dentro del género de terror (al menos por ahora). Se estrenó en los Estados Unidos el pasado 13 de septiembre y aquí en México apenas la semana pasada. Hasta la fecha lleva recaudados $116 millones de dólares a nivel mundial.

Sinopsis:

Justo después de los sucesos de la primera película, la familia Lambert decide irse unos días a casa de Lorraine (Barbara Hershey) mientras la policía investiga la misteriosa muerte de Elise (Lin Shaye). Aunque no saben que un oscuro secreto de la infancia de Josh (Patrick Wilson) los sigue manteniendo conectados con el mundo de los muertos y sus vidas seguirán corriendo peligro.



Comentarios generales:

Ciertamente veía muchas complicaciones en una secuela de Insdious, no por el hecho de que la historia no lo permitiera, sino porque la primera película es tan particular en su estilo que realmente no creía que fuera a servir la misma fórmula dos veces.

Afortunadamente tras la cámara esta Wan, quien nuevamente con poco logra hacer mucho más de lo esperado para que este capítulo siga un estilo muy similar a Halloween 2; donde el propósito no es precisamente sorprender al espectador con miles de cosas nuevas, sino tratar de darle una continuidad a los eventos para redondear de la manera más convincente ciertos aspectos que pudieron ser un tanto confusos en la primera parte (especialmente con los espíritus) y cerrar la situación de determinados personajes. Algo que a mi juicio logran de buena forma casi en su totalidad y de paso dejan todo abierto para la ya confirmada tercera parte.

De nueva cuenta se trata de adentrar al espectador por medio de pequeños detalles y sustos muy a la vieja escuela basados en sonidos e impactos súbitos, lo cual hace un poco pesado el inicio para quienes ya vieron la primera parte porque básicamente se siente como si todo empezara de nuevo. Pero aquí es donde se nota la mano del director, ya que justo cuando las cosas empiezan a pintar mal Wan demuestra un sentido del tiempo bastante espectacular y sube la intensidad de forma constante para terminar con unos 25 minutos dinámicos; en donde se pasa más a la acción y de deja de lado el terror, pero realmente no te fastidia porque era lo necesario para llegar a esa clase de conclusión.

Esto último probablemente sea el principal problema en este segundo capítulo, ya que contrario a su predecesora, aquí el factor miedo está mucho más dosificado: si existe, pero por varios lapsos no se siente lo suficientemente fuerte como  para lograr un grado de tensión que este por encima del promedio. Además, todo el proceso de investigación que se realiza es un tanto tedioso; aunque termina siendo bastante relevante y por ello termina encajando de forma acertada.

En cuanto a las actuaciones realmente son básicamente lo mismo, solamente Steve Coulter en su papel de Carl es la nueva adición predominante al elenco y toma más que nada el lugar de Elise en la dinámica. Mientras que en producción es impecable: el trabajo visual sigue siendo estupendo y bastante tétrico, realmente todo lo que tiene que ver con el otro mundo y algunos escenarios ajenos a la casa principal están de diez. El sonido, como era de esperarse, sigue formando parte fundamental; mientras que todo lo que tiene que ver con maquillaje/efectos es discreto, pero le dan el toque necesario a todo lo paranormal.

Opinión final: Insdious: Chapter 2 es bastante entretenida y una muy digna secuela. Seguramente dividirá al público como la primera, pero eso es lo de menos.  

Ojometro:
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