miércoles, 10 de junio de 2015

Crítica: World War Dead: Rise of the Fallen (2015)


Película escrita y dirigida por la dupla Freddie Hutton-Mills / Bart Ruspoli (Cryptic). Salió directamente en DVD y Blu-ray el pasado 4 de mayo dentro del Reino Unido, aunque no hay información sobre si tendrá distribución en otros mercados.

Sinopsis:

Para celebrar el centenario de la Primera Guerra Mundial, un equipo de documentalistas de TV viaja al rió Somme para acabar con algunos de los mitos ligados a la famosa batalla que tuvo lugar ahí. Sin embargo, conforme avancen en su investigación, estos descubrirán algo que va mucho más allá de pruebas históricas sobre aquellos que perecieron: un ejército de zombies.



Comentarios generales:

No hay subgéneros más explotados en la actualidad que el found footage y los zombies, así que cuando me enteré sobre esta particular mezcla mis expectativas no eran muy altas; en especial porque esta se centraba sobre un ejército alemán. Aún así había una ligera esperanza por poder encontrarme una sorpresa tomando en cuenta que la primera guerra mundial no suele ser utilizada de manera frecuente, pero World War Dead: Rise of the Fallen termina siendo solo un experimento fallido.

Realmente lo que Hutton-Mills y Ruspoli nos regalan es un trabajo en donde la única novedad es precisamente el tema de la guerra, ya que todo lo demás es un found footage estándar que inicia con un primer acto bastante olvidable, cuyo principal propósito es no solo establecer las personalidades de los personajes lo mejor que se pueda, sino además generar algunos conflictos entre ellos que hagan interesante esta parte. El problema es que estos conflictos se gastan muy rápido y algunos son demasiado estúpidos como para tomarlos en serio; de hecho, lo que provocan es que uno se fastidie, quitándole así interés a la historia gracias a que el tema de la batalla pasa a un segundo término.

Lo mejor llega justo al inicio del segundo acto cuando finalmente los directores logran crear una atmósfera interesante dentro del bosque y ponen sobre la mesa una leyenda que involucra a los soldados alemanes; es aquí donde el aire de misterio es muy palpable, donde finalmente te genera curiosidad lo que vaya a ocurrir de ahora en adelante, pero… el resultado no es el esperado. Esto porque la aparición de los zombies se ve afectada por un pésimo manejo de la cámara, la cual es un auténtico dolor de cabeza por lo inestable que resulta incluso para los típicos estándares del formato, realmente no puedes presenciar nada de manera clara por lo que resta del metraje. Además el trabajo de iluminación es deficiente, dificultando mucho más el poder visualizar los pocos momentos de violencia y sangre con los que cuenta.

El final es muy flojo. Tal vez sea porque no se pudo ver nada de forma estable durante todo el segundo acto pero realmente nunca sientes ese sentido de urgencia por parte de los personajes por salir de ahí; falta más emoción y, sobre todo, un encuentro más impactante con los muertos vivientes que justifique su presencia.

Las actuaciones no están tan mal, algunas te pueden llegar a hartar como es el caso de Ray Panthaki (Marcus), pero Philip Barantini (Liam) y Wendy Glenn (Emma) logran desarrollar de manera decente a sus personajes como para que te importe lo que les ocurra a ellos. La producción está por encima del promedio cuando se trata de un found footage: el trabajo de fotografía es bastante bueno en exteriores, pero en interiores deja mucho que desear; todo lo referente al sonido es sólido y el score es tal vez lo mejor de la película. Aunque los efectos/maquillaje son muy pobres para un trabajo de zombies.

Opinión final: World War Dead: Rise of the Fallen tiene sus contados momentos, pero en general solo es recomendable para todos aquellos amantes de los zombies.

Ojometro:
**

domingo, 7 de junio de 2015

Crítica: The Human Centipede III (2015)


Tercera entrega de la franquicia que está nuevamente escrita y dirigida por Tom Six, la cual además aparentemente será la última. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 22 de mayo.

Sinopsis:

Bill Boss (Dieter Laser) es el encargado de dirigir una prisión que cuenta con muchos problemas: estadísticamente es la que cuenta con más disturbios, costos médicos y cambios de personal del país. Con su puesto en riesgo, su fiel asistente Dwight (Laurence R Harvey) le propone una idea para mejorar la situación, basada en las polémicas películas de The Human Centipede.



Comentarios generales:

Con esta franquicia siempre he tenido claro que el factor shock es mucho más importante que todo lo demás; no importa si la amas o la odias, para su creador basta con que se hable de esta para tener éxito. Es por ello que no esperaba gran cosa con la tercera entrega, era claro que el principal objetivo sería aumentar lo más que se pudiera la controversia y aunque en ese aspecto The Human Centipede III hace su trabajo, al final simplemente es otra exhibición grotesca con falta de contenido.

Six recurre una vez más a no seguir de manera directa los sucesos de la segunda entrega y utilizarla más como mera inspiración para justificar lo que ocurre aquí, llevando a niveles ridículos como nunca antes se había visto al metacine. Una situación que evidencia la falta de ideas para poder expandir algo que se gasto muy rápido y obliga desde temprano a tratar de establecer un enfoque digamos mucho más “cómico” que permita exponer una serie de eventos ofensivos o racistas de una manera graciosa ante los ojos del espectador, pero que termina siendo ineficiente; no solo porque nada de esto te genera gracia, sino porque deja de lado casi completamente el punto central de la historia.

De pronto, más que centrarse en el ciempiés humano, lo que se nos muestran son torturas que no llevan a ningún lugar y que son poco creativas; de las cuales solo una logra crear un momento incomodo mientras te ves envuelto en una ola de aburrimiento bastante importante. Nunca existe el compromiso por tratar de construir algo digno, las cosas pasan porque sí y la inclusión del personaje del gobernador es una justificación muy débil para darle paso a lo que la mayoría quiere ver. Sin embargo, lo peor llega cuando el propio Tom Six hace acto de presencia para glorificarse a sí mismo, ahí simplemente perdí todo tipo de interés en la película.

El final curiosamente es lo menos impactante y en esto tiene mucho que ver el hecho de que durante toda la promoción nos mostraron el resultado de la cirugía. En las anteriores el momento de la revelación del ciempiés significaba algo, pero aquí no tiene importancia porque ya todo el shock ha sido gastado; además de que no se centran demasiado en este, quedando como un simple evento pasajero que resulta opacado por las acciones del personaje principal.

En las actuaciones diría que Laser al menos trata de sacar esto adelante, lo ponen a hacer cualquier cantidad de cosas deplorables como un desquiciado sin aprecio por la vida humana y le crees, aunque se siente en extremo exagerado. La producción es decente: logran crear una atmósfera incomoda aceptable, la ambientación está ok y el trabajo de efectos/maquillaje es lo suficientemente gráfico como para mantener la atención del espectador ante la falta de sustancia.

Opinión final: The Human Centipede III sigue la línea de las anteriores, ósea… es pésima.

Ojometro:

jueves, 4 de junio de 2015

Crítica: Area 51 (2015)


Película dirigida por Oren Peli (Paranormal Activity), donde además comparte créditos junto a Christopher Denham como escritor del guión. Se estrenó el pasado 15 de mayo de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos, aunque no existe información sobre si llegará a otros mercados o sobre cuándo saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Tres jóvenes planean infiltrarse en el Área 51, la famosa base secreta del gobierno estadounidense donde se rumora que tienen artefactos alienígenas. Su plan es exponer lo que sucede ahí adentro y conforme vayan avanzando se encontrarán con secretos inimaginables, aunque su recorrido no será tan sencillo como esperaban.



Comentarios generales:

Siempre he dicho que no por nada hay películas que se la pasan años en la congeladora, existen varias razones por las cuales las casas productoras no se animan a sacarlas a la luz y en el caso de Area 51 era evidente que su turbulenta producción jugó un factor importante. Entre cambios en el guión y la re-filmación de escenas la cosa no pintaba nada bien, esas casi siempre son señales inequívocas de que el producto final puede ser muy malo; lo cual en esta ocasión se cumplió.

Y es que sinceramente Peli nos trae un trabajo en donde no solo se nota que está muy atado a los conceptos básicos que tanto le funcionaron con PA, sino que además se siente viejo, totalmente ad hoc a 2009 pero ya obsoleto en una época donde dicho formato ha sido sobre explotado hasta el cansancio y cuya efectividad depende muchísimo en la dinámica que se pudiera llegar a implementar para darle solo unos ligeros toques de frescura. Una situación que aquí no se da, ya que no exagero al decir que por lo menos 50 minutos son completamente inservibles; tal vez muy efectivos con historias que necesitan de cierta cotidianidad para funcionar, pero que aquí lo único que te provocan es estar viendo constantemente el reloj en señal de aburrimiento.

Realmente no se profundiza mucho con respecto a los motivos por los cuales los jóvenes quieren tan ansiosamente entrar al lugar, solo te lo manejan de forma superficial y pretenden añadirle cierto aire de misterio por medio de eventos poco claros que solo están ahí porque si, pero que no significan nada importante para el desarrollo. Toda la parte del suspenso se limita a escenas de estos escondiéndose o evadiendo a la seguridad ya dentro de la instalación, las cuales si bien son hilarantes por lo contradictorias que resultan (quieren pasar inadvertidos, pero hacen un ruido impresionante bajando escaleras, cerrando puertas o simplemente hablando), también son muy desesperantes porque cuando parece que por fin aumentarán la intensidad siempre terminan en algo hueco que no ayuda en lo absoluto para lograr ese cometido.

Además el principal atractivo de la película, que es la revelación de lo que se encuentra dentro del área 51, se ve opacado por el pobre enfoque e iluminación. Nuevamente el formato juega en su contra y aunque si tiene alguno que otro momento interesante que involucra tecnología alienígena, esto no es suficiente para justificar la gran premisa presentada (de hecho, en su mayoría solo se pueden ver oficinas o largos pasillos subterráneos).

Los últimos 20 minutos son lo mejor y en gran parte porque es donde se dan a la tarea de utilizar a los aliens como amenaza. Tampoco es que sea una maravilla lo que ocurre, especialmente porque se puede apreciar muy poco en pantalla, pero gracias al ritmo frenético implementado todo el somnífero previo se te olvida por unos instantes.

De las actuaciones solo puedo decir que son totalmente irrelevantes, en realidad no hubiera importado si se trataban de amateurs o profesionales por lo genéricas que son. La producción es la típica de un found footage: pobre iluminación, sonido aceptable y efectos mínimos decentes que complementan situaciones específicas.

Opinión final: Area 51 es horrible, pero sobre todo aburrida. Un found footage al que hubiera sido mejor dejarlo en la bóveda para toda la eternidad.

Ojometro:
*

lunes, 1 de junio de 2015

Crítica: Silverhide (2015)


Película escrita y dirigida por Keith R. Robinson (The Unwelcome). Se estrenó directamente en DVD el pasado 6 de abril dentro del Reino Unido, pero aun no hay información sobre si estará disponible en otros formatos o si llegará a otros mercados.

Sinopsis:

Un grupo de de investigadores de teorías conspiratorias se adentran a una base militar secreta de alto nivel en las desoladas montañas de Gales. Su objetivo es encontrar pruebas sobre un avión experimental y altamente clasificado para reportarlo a una revista, pero pronto descubrirán que allí hay algo más que simples documentos.



Comentarios generales:

Siempre es difícil analizar trabajos donde sabes que el presupuesto fue ínfimo debido a que se puede caer en la justificación fácil para todos sus errores; en querer tapar todo bajo el pretexto de la falta del dinero y no de la falta de talento. Algo que sin duda han aprovechado en los últimos años varias películas para salvarse del fracaso comercial sin realmente merecerlo, lo cual probablemente sea a lo que le tira Silverhide sin mucho éxito.

Esto porque Robinson nos trae una historia sumamente limitada en todos los aspectos, donde pareciera que nunca tuvo una idea clara sobre lo que quería contar al mezclar varios conceptos que se mueven muy cerca de la línea entre lo interesante y lo absurdo. Lo cual ciertamente no es el problema en sí, ya que aun con todo esto se podría haber logrado algo entretenido, pero el director mejor opta por llevarse las cosas con demasiada calma e insertarnos todo un primer acto que transcurre de manera lenta, lleno de diálogos por momentos inentendibles y que se realizan en su mayoría vía walkie talkies. Sin embargo, lo peor es que en ningún momento parece tener conexión lo que ves con lo que los personajes hablan, haciéndote cuestionar en repetidas ocasiones sobre si esto en verdad te llevara a algún lado.

Es hasta que hace acto de aparición la criatura cuando se empieza a notar un camino mucho más claro gracias a que las muertes te confirman que la historia se centrará en esta y porque es a partir de este punto que se pretende generar algo de terror después de tanta palabrería si sentido aparente. Lo malo es que casi no se puede ver nada, la película en un 99% esta filmaba de noche en exteriores y gracias a la pobre iluminación las escenas de impacto terminan teniendo nulo efecto a pesar de que se hace el esfuerzo para que estas resulten lo más gráficas posibles. Todo se siente falto de tensión, sabes que hay una amenaza latente pero aún así nunca se logra transmitir angustia o miedo en ninguna situación y eso, para algo que pretende jugar con la oscuridad, es terrible.

El final es lo mejorcito de todo esto. No porque sea brutal, sino porque por fin sientes que lo que está ocurriendo tiene sentido a pesar de las ideas tan locas que se manejan; además de que se agrega un poco más de acción y la conclusión me resultó sorpresiva.

Las actuaciones son pasables hasta eso, aunque es muy difícil poder ignorar como los actores son incapaces de expresar miedo en situaciones que lo ameritan; parecen simples estatuas sin emociones. La producción es austera como uno esperaría de una película con un presupuesto tan limitado: el trabajo de fotografía es pobre gracias a la iluminación, todo lo que tiene que ver con la edición/mezcla de sonido deja mucho que desear, el score me agradó y el aspecto de los efectos tiene un plus a su favor al tratarse de prácticos, pero el diseño de la criatura no me gustó.

Opinión final: Silverhide es aburrida como pocas cosas en lo que va del año. No es un bodrio, pero difícilmente la recomendaría.

Ojometro:
**