martes, 19 de enero de 2016

Crítica: Porto dos Mortos (2015)


Producción brasileña que significa el primer largometraje para el director Davi de Oliveira Pinheiro, quien además es el escritor del guión. Estuvo presentándose en diversos festivales desde el 2010, pero no fue sino hasta el 2015 que tuvo un estreno (bajo el nombre de Beyond the Grave) en plataformas digitales dentro de los Estados Unidos.

Sinopsis:

En un devastado mundo post-apocalíptico donde las reglas de la realidad son transformadas por la magia y la locura, un vengativo oficial de policía se encuentra en la búsqueda de un poseído asesino serial que desatará una batalla entre el dudoso bien contra el mal.



Comentarios generales:

La verdad no tengo mucho conocimiento sobre como sea el panorama del cine de terror brasileño en la actualidad, pero siempre es interesante checar propuestas diferentes. Por ello cuando se dio la oportunidad de poder ver Porto dos Mortos no dude ni un segundo, especialmente porque en años recientes el género está mostrando un avance interesante en Latinoamérica y, aunque este trabajo no es el mejor exponente, definitivamente te muestra que se está yendo por el camino adecuado.

En este caso lo que nos trae Oliveira Pinheiro es una película con una historia ciertamente ambiciosa dentro de un mundo post-apocalíptico, el cual se encuentra plagado de zombies y otra clase de fuerzas mucho más complejas de entender. Panorama con el cual la película fluye de manera agradable durante el primer acto gracias a las locaciones utilizadas que le añaden un gran atractivo visual y al nacimiento de una “alianza” entre tres individuos con un objetivo similar que en pocos minutos logran desarrollar la química necesaria para que te genere interés su venganza, así como unas pequeñas dosis de humor que rompen con la seriedad absoluta manejada.

El problema llega cuando uno se da cuenta que lo que ocurre en pantalla no te lleva a ningún lado y la cantidad de preguntas que se ponen sobre la mesa empiezan a quedarse sin respuesta. Tenemos varios personajes de los cuales no se sabe prácticamente nada (¿Cómo se conocieron los jóvenes que se unen al viaje del policía?, ¿A quien están buscando?, ¿Quién es el padre del hijo de la chica embarazada?, ¿Acaso es alguno de los dos hombres con los que convive?) y un conflicto central del que tampoco te explican demasiado (¿Por qué el asesino tiene poderes?); generando así un vacío tremendo y mucha confusión.

A esto hay que añadirle que los zombies solo están de puro adorno y salvo por unos cincos minutos no tienen ningún tipo de peso en la historia. Igualmente, el ritmo implementado no ayuda demasiado debido a que a partir de la media hora todo se siente pesado; incluso aquellas escenas que, en teoría, deberían de contener un poco más de dinamismo.

La parte final es sin duda lo mejor de la película. La construcción del enfrentamiento definitivo entre el policía y el asesino está bastante bien cuidada, lo cual provoca que cuando esta se encuentra en desarrollo la verdad se sienta como en una escala distinta a lo previamente visto; además de que aquí es donde se adopta un ritmo ligeramente más ágil.

Las actuaciones son aceptables, la verdad ningún actor desentona y cumplen sus roles a la perfección; sin embargo, la falta de sustancia mencionada termina por convertir sus personajes en unos poco interesantes. La producción es de buen nivel a pesar de que claramente tuvo un presupuesto muy discreto: el trabajo de fotografía me pareció estupendo, el score es bastante bueno, el trabajo de sonido tiene alguno que otro descuido (hay ciertos diálogos que casi no se escuchan), los efectos prácticos cumplen y la cuestión del maquillaje es sólida cuando se muestran cosas con mayor grado de detalle.

Opinión final: Porto dos Mortos está aceptable. Resulta frustrante en varios aspectos, pero después de 90 minutos te quedas con la sensación de que viste algo interesante.

Ojometro:
***

domingo, 17 de enero de 2016

Crítica: Summer Camp (2016)


Película dirigida por Alberto Marini, quien además es co-escritor del guión junto a Danielle Schleif. Se estrenó en cines apenas el pasado fin de semana dentro de México y su estreno en España se dará en febrero, aunque no se sabe cuándo va a llegar a otros mercados.

Sinopsis:

Cuatro jóvenes estadounidenses se ofrecen para ser monitores en un campamento de verano en Europa y así vivir una experiencia inolvidable. Sin embargo, una noche antes de que lleguen los niños, un extraño virus que provoca furia extrema azota la hacienda donde se encuentran; convirtiendo en una auténtica pesadilla su estancia y obligándolos a hacer cosas que normalmente no harían para mantenerse con vida.



Comentarios generales:

Cuando lees o escuchas que este trabajo es una colaboración entre los creadores de REC y The Conjuring es prácticamente imposible no emocionarte considerando lo que esos dos trabajos han significado para el género en los últimos diez años. Sin duda es una carta presentación muy impresionante, pero a la vez se trata de un peso bastante fuerte que cargar y para nuestra fortuna Summer Camp logra solventar dicha carga por medio de una dosis de originalidad que ha hecho un tanto complicado el escribir esta crítica al estar tratando de evitar spoilers.

Inicialmente todo luce sumamente familiar al presentar unos 15 minutos dedicados a la introducción de personajes que siguen los típicos estereotipos conocidos, cayendo ligeramente en un humor un tanto inocente que realmente no afecta en lo más mínimo gracias a que Marini no tarda demasiado para pisar el acelerador. Ya que una vez que se da el primer caso de infección (como a los 20 minutos) la película toma un ritmo brutal que no dejará que el espectador pueda despegar los ojos de la pantalla ante las situaciones presentadas. La mayoría diseñadas no solo para añadir impacto inmediato por medio de una amenaza mucho más inteligente que el promedio, sino también con ciertos toques cómicos muy bien pensados que permiten relajarte un poco y disfrutar mucho más la experiencia.

Sin embargo, lo mejor llega en el segundo acto con un giro que le brinda frescura a todo esto; uno que no recuerdo haber visto en alguna otra película a pesar de su relativa sencillez y el cual sin duda cambia por completo la dinámica de la historia al sustentarla en el tema de la confianza más que en el tratar de descubrir los origines del virus o cómo curarlo. Igualmente, este detalle le da mucho más sentido a la decisión de tener solo un puñado de personajes debido a que ahora estos juegan un rol completamente distinto al que esperabas en un inicio.

Cada decisión que toman tiene efectos para el desarrollo y el director obtiene un poco más de libertad al momento de construir sustos que, en la mayoría de los casos, muestran que cuenta con un perfecto sentido del timing.

La parte final es caótica y cuenta con un nivel de intensidad elevado, así como con las dosis de sangre necesarias para satisfacer a los fans. Las sorpresas se siguen dando y justo cuando piensas que ya todo está definido se presenta un momento de impacto brutal que define perfectamente la idea de “hacer cualquier cosa para sobrevivir”; además cuenta con un desenlace que, si bien siempre es una posibilidad, nunca te esperas que se vaya a dar.

Las actuaciones son sorprendentemente sólidas: Diego Boneta, Jocelin Donahue y Maiara Walsh se ven a obligados a realizar dos tipos distintos de roles que no solo les exigen en el aspecto emocional, sino también en el físico; cumpliendo de buena manera con ambos. La producción es de destacar: tiene un trabajo de fotografía muy bueno (sobre todo las partes nocturnas en el bosque), la dirección de arte es sencilla, el score cumple, el trabajo de sonido es brutal y la cuestión de efectos/maquillaje está bien cuidada para dejar siempre en claro que se trata de una película sobre infectados y no de zombies.

Opinión final: Summer Camp es muy entretenida. Difícilmente la catalogaría como un clásico, pero cuenta con una idea fresca y mucha acción que definitivamente harán que más de uno la disfrute. 

Ojometro:
****

jueves, 14 de enero de 2016

Crítica: The Gift (2015)


Primer largometraje dirigido por Joel Edgerton, quien además es el escritor del guión y uno de los protagonistas. Tuvo su estreno en cines dentro de los Estados Unidos durante agosto del año pasado; recaudando en taquilla a nivel mundial $58.9 millones de dólares. Actualmente se puede encontrar tanto formato físico como digital.

Sinopsis:

La vida de un joven matrimonio se cae a pedazos cuando un conocido del pasado de él empieza a acosarlos y a dejarles misteriosos regalos en su puerta, siendo esto solo el inicio de una serie de eventos que sacarán a la luz un terrible secreto después de 20 años.



Comentarios generales:

Por cuestiones de tiempo o por el hecho de que en ocasiones se juntan demasiadas en un lapso de días muy corto, algunas películas se me suelen escapar a pesar de las recomendaciones que recibo. Este fue el caso con The Gift, un trabajo que tuve en el radar durante el año pasado pero que simplemente no pude checar en su momento y de lo cual me arrepiento, ya que se trata de uno bastante sólido.

Lo que nos regala Edgerton es un thriller en toda la regla que en un inicio luce como uno muy genérico al mostrar ciertas similitudes con otros filmes por medio de la típica historia de un extraño que se obsesiona con ciertos individuos, pero en este caso nunca sabes realmente los motivos exactos. Esto se da gracias a que durante el primer acto ocurren tantas cosas raras que simplemente no te permiten hacer conjeturas sobre lo que en verdad pretende el personaje de Gordon; tal vez tengas una vaga idea, pero lo cierto es que el director se encarga de darte detalles variados para construir dudas razonables no solo sobre sus posibles oscuras intenciones, sino también para hacerle pensar al espectador que a lo mejor es un malentendido y no se trata de alguien peligroso.

Todo bajo un ritmo pausado que sirve para no quemar las sorpresas de manera tan rápida, ya que llegado el segundo acto la historia da un interesante giro que involucra otro tema delicado y en base a este se construyen una serie de misterios cuya meta principal es ir sacando a la luz el pasado de los personajes. Algo que seguramente fastidiará a más de uno debido a que la película no eleva su nivel de tensión de manera notable al optar más por explotar el lado psicológico y no atascar los sucesos con sustos fáciles para así proporcionarle un sufrimiento prolongado a una pareja que ve cómo se desmorona su matrimonio no solo por culpa de un desconocido, sino también de algunas decisiones tomadas a lo largo de su vida.

El final me gustó. Une todas las piezas de manera perfecta para jugar nuevamente con la mente del espectador y ciertamente resulta perverso desde cualquiera de las dos interpretaciones que se le pueden dar; dejando así una sensación de revancha muy fuerte.

Las actuaciones de los tres protagonistas son bastante buenas: Edgerton logra darle vida a un stalker que siempre logra mantener un balance entre lo amigable y lo creepy muy interesante, mientras que Robyn y Bateman logran interpretar a la perfección a una pareja en la que es difícil de confiar. La producción no es llamativa, pero es de buena factura: el trabajo de fotografía es bastante sólido, el score es un complemento discreto, el trabajo de sonido está bien cuidado y todo lo que tiene que ver con la cuestión de efectos/maquillaje es prácticamente inexistente.

Opinión final: The Gift es una buena película. Carece de ciertos elementos que no la harán muy atractiva para algunos, pero en verdad vale la pena.

Ojometro:
****

martes, 12 de enero de 2016

Crítica: The Howling: Reborn (2011)


Nueva entrega de la franquicia que está dirigida por Joe Nimziki, quien además fue co-escritor del guión junto a James Robert Johnston. Salió directamente en VOD durante el 2011 y en el 2012 hizo su debut en formato físico.

Sinopsis:

Will (Landon Liboiron) es el típico adolescente que se encuentra en su último año de preparatoria y justo antes de graduarse finalmente decide declarársele a su hermosa compañera Eliana (Lindsey Shaw). Aunque, por otra parte, también descubre que sus ancestros eran hombres lobo y poco a poco empezará a descubrir sus increíbles poderes; poniéndolo en una situación en donde tendrá que elegir entre su sangre o a la chica que ama.



Comentarios generales:

En su momento no me pudo importar menos esta nueva entrega, la cual se manejaba como un remake pero que en realidad solo está ligada por el nombre. Salió justo en el pleno apogeo de Twilight y con solo ver el tráiler uno podía darse cuenta sobre lo que pretendían explotar, siendo esto el principal motivo por el cual no le di oportunidad hasta ahora que me la encontré de mera casualidad por TV. Algo que sin duda fue la mejor elección.

Esto porque lo que nos regala Nimziki es una historia de amor que pretende ser muy sexual, pero que se termina estancando en el típico romance adolescente que se ha visto millones de veces, nada más que ahora involucrando hombres lobo. Sustentándose en el blando personaje de Will y su evolución no solo en la cuestión del lado animal, sino también en su aspecto humano que lo lleva a realizar acciones que normalmente no haría para construir así un primer acto que presenta poco o nada llamativo; al grado que, salvo por un par de tomas con perspectiva de primera persona, uno no pensaría que está viendo una película de terror.

Es hasta pasados los 40 minutos cuando las cosas empiezan a tener un tono mucho más oscuro con la aparición del villano principal, algo que se da de manera muy agitada y sin explicarte gran cosa sobre este (salvo por detalles básicos) pero que sin duda beneficia al ritmo utilizado en el resto de la película. Ya que a partir de ese punto todo se vuelve una larga cacería dentro de la escuela que genera las dosis mínimas de tensión necesarias para poder soportar la dinámica melosa entre los dos personajes principales; una que definitivamente terminará hartándolos no solo por su ridiculez, sino porque además gracias a esto los sucesos nunca logran tener un desarrollo fluido y lo que supuestamente tendría que ser la construcción de un conflicto violento solo se queda en una pelea entre perritos.

La parte final no está tan mal. Cuenta con acción, algo de sangre y peleas muy dinámicas que están filmadas de manera inteligente para no notar el pobre trabajo de caracterización; sin embargo, dejan totalmente en blanco varios aspectos respecto al villano y sus verdaderas motivaciones que te dejan con la sensación de que termina de manera muy abrupta.

Las actuaciones no son muy buenas, salvo por la de Lindsey Shaw, quien logra darle vida a una chica bastante atractiva que se roba todos los reflectores cada que aparece en pantalla gracias a su relajada personalidad. La producción no es la gran cosa, pero cumple: el trabajo de fotografía es decente, el score es bastante bueno, cuenta con un buen sonido y efectos que pasan el control de calidad; aunque, por otra parte, el trabajo de maquillaje deja mucho que desear debido a que los hombres lobo lucen terribles.

Opinión final: The Howling: Reborn es de lo peor de la franquicia y después de verla entenderán por qué esta se encuentra en la congeladora.

Ojometro:
*