jueves, 17 de noviembre de 2016

Channel Zero: Primera temporada



El pasado día martes finalizó la primera temporada de la mini-serie antológica del canal Syfy, Channel Zero, la cual estuvo basada en la popular creepypasta de nombre Candle Cove. Sin duda uno de los proyectos más ambiciosos que ha desarrollado el polémico canal, pero al que lamentablemente muchos no le dieron una oportunidad y nunca pudo generar gran ruido; aunque como producto en general ha logrado buena aceptación por parte de la crítica y los fans, al grado de que fue renovada para una segunda temporada.

En cuanto a ratings la verdad es que sus números no fueron nada espectaculares. Su promedio fue de 543,000 espectadores; siendo los primeros tres episodios los únicos que rebasaron la línea de los 500,000 y presentando un constante declive con el paso de las semanas (el episodio final fue el menos visto).

Aquí me centraré en lo positivo y negativo de la temporada, ya que de lo contrario me extendería demasiado. Así que, si aún no la han visto o no la han visto completa, ES MOMENTO QUE DEJEN DE LEER PORQUE HABRÁ SPOILERS IMPORTANTES.


----

LO POSITIVO

Balance adecuado entre el pasado y presente


Una de las principales características de Candle Cove son sus constantes saltos entre el pasado y el presente (de ahí las comparaciones con It), lo cual no es algo precisamente sencillo de manejar en TV, pero aquí nunca es fue problema. La serie en este aspecto fluye a la perfección, sin demasiadas complicaciones para que el espectador se confunda con lo que está ocurriendo en pantalla y entienda perfectamente cada detalle en su respectiva línea de tiempo.


Diseño de monstruos


No son muchos, pero los que aparecen dejan una impresión bastante marcada y eso es lo importante. Su diseño es peculiar, siendo el monstruo principal el que más resalta gracias a que, al menos en mi memoria, no hay nada que se le asemeje en los últimos años.


Niños aterradores 


Un punto importantísimo para esta historia era que los niños se sintieran como una genuina amenaza y definitivamente es algo que logran con creces. No solo se trata del personaje de Eddie, sino que el resto de los infantes también reflejan una maldad convincente sin necesitar de mucho dialogo, la cual llega a su punto más alto con una de las muertes más significativas.


 Muerte de Jessica


Sin duda la mayor sorpresa de la temporada fue la muerte de Jessica. Probablemente el momento más impactante no solo por la escena en sí, sino también porque se trataba de uno de los pocos personajes auténticamente buenos dentro de la serie y su pérdida significó un giro importante en los eventos.


Títeres 


Podrá parecer un detalle menor, pero el hecho de que algunos de los títeres presenten formas por demás extrañas le añade ese aire creepy constante a la serie. Lo cual es sorprendente si consideramos que la mayoría de sus apariciones son por medio de la misma escena de su show.


----

LO NEGATIVO

Paul Schneider como Mike


En general todo lo que tiene que ver con las actuaciones me pareció acertado; sin embargo, la actuación de Paul Schneider no me convenció. Ya que al tratarse del protagonista evidentemente el peso de la serie recae en él, pero en varios momentos resultó complicado involucrase de lleno con su personaje debido a lo poco expresivo que es; provocando así que momentos emocionalmente fuertes no llegaran a tener el impacto deseado.


Cierre un poco flojo


La historia inicia muy bien y la dinámica entre pasado/presente funciona perfectamente durante cuatro episodios, pero para la recta final se cae un poco. No como para arruinar el final ni nada por el estilo, aunque claramente hay cosas que pasaron a un segundo plano a pesar de que durante varios episodios parecía que iban a tener más relevancia.

----
----
----
----

Opinión final: La verdad Channel Zero: Candle Cove resultó ser una grata sorpresa. Tal vez no esté a la altura de otras series en cuanto producción o historia, pero se trata de lo mejor que ha hecho Syfy en mucho tiempo y que le brinda credibilidad a su proyecto de producciones propias; en especial porque toma un concepto como la creepypasta para generar algo que se siente único en esta época tan productiva para el género dentro de la TV. 

lunes, 14 de noviembre de 2016

Crítica: The Monster (2016)


Película escrita y dirigida por Bryan Bertino (The Strangers, Mockingbird). Se estrenó vía DirecTV dentro de los Estados Unidos durante el mes de octubre, mientras que salió en VOD y de manera limitada en cines el pasado 11 de noviembre. Su llegada a otros mercados probablemente se de hasta 2017.

Sinopsis:

Kathy (Zoe Kazan) y su pequeña hija Lizzy (Ella Ballentine) se verán obligadas a confrontar a un aterrador monstruo cuando sufren un accidente en una carretera solitaria.



Comentarios generales:

Uno siempre anda buscando cosas nuevas o, por lo menos, cosas que se atrevan a variar un poco las fórmulas convencionales dentro del género. Sin embargo, también se nos suele olvidar que en ocasiones ir con algo convencional puede brindarnos una experiencia agradable y sorprendernos con pequeños detalles que no esperas, lo cual fue el caso con The Monster: una de las sorpresas del año y la confirmación de que su director es realmente bueno para sacar lo mejor de conceptos ya muy vistos.

Esto porque Bertino no solo utiliza al monstruo de manera literal, sino que también se encarga de utilizar dicho concepto para representar una alegoría a las adicciones, convirtiendo así una historia simple en algo mucho más serio de lo que parece. Sobre todo durante un primer acto donde las cosas se centran de manera importante en la inestable relación que existe entre madre e hija, quienes no se soportan gracias a la turbulenta vida de Kathy; esto mientras que de manera muy sutil se va introduciendo la amenaza externa por medio de la generación de una atrapante atmósfera que te pinta un panorama sumamente desalentador para nuestras protagonistas.

Panorama que se vuelve mucho más agobiante mientras te van mostrando diversos flashbacks bastante crudos sobre la vida que han tenido y que solidifican de manera importante la desconfianza de Lizzy hacia su madre, a quien incluso en una situación de vida o muerte no puede ver como alguien de confianza y eso le agrega complejidad a esta tensa dinámica. Una que, si bien no se vuelve un baño de sangre extremo, si muestra un nivel violencia e impacto significativos conforme la criatura hace su aparición y que fluye de manera extremadamente ágil a pesar de que prácticamente todo se centra en un mismo lugar.  

La parte final es desgarradora y muy potente. No solo se cierra el círculo en el tema de que una madre hará absolutamente cualquier cosa por su hijo, sino que también se logra que el personaje de Lizzy tenga una necesaria evolución al vencer sus propios miedos para acabar de recuperar ese lazo especial con su madre e, indirectamente, terminar con su infancia.

Las actuaciones son para destacar, la verdad Kazan hace un estupendo trabajo como la madre alcohólica con la que el espectador tiene un carrusel de emociones y sentimientos durante 90 minutos; mientras que Ballentine te atrapa de manera inmediata, aunque por momentos puede llegar a ser un poco desesperante. La producción es de buena nota: el trabajo de fotografía es estupendo, cuenta con un gran score, el trabajo de sonido funciona perfecto, los efectos están bien hechos y el trabajo maquillaje resulta efectivo.

Opinión final: The Monster es una buena película. Puede que no esté al nivel de otros grandes trabajos, pero sin duda se trata de los mejores de 2016.

Ojometro:
****

viernes, 11 de noviembre de 2016

Crítica: Km 31-2 (2016)


Secuela escrita y dirigida nuevamente por Rigoberto Castañeda (Km 31, Atrapados). Se estrenó en cines dentro de México el pasado 4 de noviembre, aunque aún no hay información sobre cuándo podría llegar a otros mercados.

Sinopsis:

Siete años después de los sucesos que le costaron su carrera, el detective Martín Ugalde (Carlos Aragón) es contratado por una importante candidata política para que investigue la desaparición de su hijo. Un trabajo en el que, conforme va uniendo las piezas, se dará cuenta que tal vez este ligado con el caso que había estado dispuesto a olvidar.



Comentarios generales:

Independientemente de que no fuera una gran película, Km 31 significo un suceso importante dentro del cine mexicano gracias a que fue la responsable de revivir un género que dentro de la industria nacional estaba completamente olvidado. Así que cuando finalmente se anunció la tan esperada secuela las expectativas fueron considerables; sin embargo, después de 10 años, lo único que te deja Km 31-2 es una sensación de que llegó demasiado tarde.

Esto porque Castañeda sigue mostrando fuertes influencias del cine de terror japonés; uno que, si bien sigue presente, ya no es tan relevante como hace diez años atrás. Construyendo así una historia que durante el primer acto se centra fuertemente en los niños para plantear un misterio un tanto enredado que poco a poco se va desenvolviendo de manera ágil en medio de una atmósfera oscura, la cual juega un papel fundamental para poder solidificar esta mezcla de thriller policíaco supernatural cuyo propósito, al menos durante este lapso, parece ser el alejarse lo más posible de su predecesora.

Algo que termina siendo un gran error, ya que esto trae consigo la integración de varios personajes que rayan en lo caricaturesco, así como situaciones increíblemente forzadas (todo lo que involucra al periodista o reportajes, principalmente) que vuelven bastante difícil el poder generar momentos de suspenso efectivos debido a que cambian por completo el tono de las cosas. Además, el director nos deja con varias situaciones a medias o se tarda demasiado en presentar detalles que hubieran sido muchísimo más efectivos si no tomaran tanto tiempo en desarrollarse; siendo el ejemplo perfecto un larguísimo plano secuencia diseñado para lograr un momento de impacto significativo, pero que pierde efectividad por lo aburrido que se vuelve.

En general el segundo acto tiene un ritmo muy lento que no ayuda y entre tanta elaborada explicación, a la que cada cinco minutos se le integra algo nuevo, las cosas no fluyen de la mejor manera y vuelve obsoletas situaciones que uno suponía que serían importantes.

La parte final es bastante caótica, en gran parte porque es muy evidente que no sabían cómo concluirla. De pronto, todo lo que dio pie a esta situación pasa a segundo término y cuando se pretende generar nuevamente un conflicto en base a esto ya se siente sumamente forzado y como una vil excusa para darle paso a un despliegue de efectos especiales que no resuelven realmente mucho.

De las actuaciones el más destacado es Carlos Aragón, sobre todo porque es el único que logra mantener su personaje en un tono acertado y no cae en el tono caricaturesco de prácticamente todo el resto del elenco. La producción es por mucho su punto más fuerte, de lo mejor que he visto en el cine mexicano últimamente: el trabajo de fotografía es bastante bueno, la dirección de arte está bien cuidada, el score es agradable, el trabajo de sonido cumple y los efectos especiales están bien hechos, salvo por un uso exagerado de CGI al final que no luce particularmente bien.

Opinión final: Km 31-2 resultó decepcionante. Una película con buenos valores de producción, pero que se siente como algo completamente viejo.   

Ojometro:
**

martes, 8 de noviembre de 2016

Crítica: Shelley (2016)


Co-producción entre Dinamarca y Suecia que significa el primer largometraje del director Ali Abbasi, quien además es co-escritor del guión junto a Maren Louise Käehne. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos durante el pasado mes de julio, mientras que su salida en formato físico está planeada para el mes de diciembre.

Sinopsis:

Una pareja danesa que vive completamente alejada de la sociedad y que no puede tener hijos hace un pacto con su joven sirvienta de nombre Elena (Cosmina Stratan) para que ella sea quien les de uno. Situación que parece beneficiar a ambas partes, pero las cosas no serán tan sencillas como lo imaginaron.



Comentarios generales:

Cuando te enteras que en una película se hablan cinco diferentes idiomas sabes que no se trata de algo común, mucho menos dentro de un género en donde se reciclan las mismas fórmulas una y otra vez. Es por ello que Shelley me llamaba poderosamente la atención, sobre todo porque el cine escandinavo de terror ha brindado buenos resultados en los últimos diez años, pero al final lo que me encontré fue un trabajo que, en su afán de querer ser tan poco convencional, termina sintiéndose un tanto vacío.

Una situación que parece ser, en parte, el objetivo de Abbasi al situar su historia en un lugar remoto que resulta ideal para impresionantes tomas en exteriores y que permite establecer rápidamente una atmósfera desoladora mientras desarrolla una relación amigable entre Elena y sus jefes. La cual durante todo el primer acto no parece tener nada extraño, pero por alguna razón el espectador siempre tiene la sensación de que dicha pareja no es lo que parece o que guarda algún tipo de secreto satánico detrás; aunque realmente nunca se muestran pruebas contundentes para sustentar dicha postura.

Gracias a eso se cuenta con un nivel de suspenso interesante, sin embargo, para el segundo acto las cosas se vuelven bastante complicadas de seguir debido a que el ritmo utilizado es en verdad muy lento. Todo lo que tiene que ver con el embarazo se siente pesado, sin demasiado contenido interesante como para tenerte agobiado por un deterioro mental y físico de Elena que, al menos en el aspecto visual, resulta llamativo. Simplemente uno sabe que ese bebé no es precisamente una bendición, pero nunca te brindan el material necesario como para justificar lo que ocurre.

La parte final me decepcionó. Considerando el ritmo manejado durante más de una hora no esperaba un cambio radical, pero la nueva problemática que se presenta nunca se siente como algo verdaderamente desgarrador considerando lo que plantea; además de que la terminan tan de golpe que uno se queda con varias preguntas en la cabeza.

Las actuaciones me parecieron bastante buenas, pero sin duda es Stratan la que se lleva la mayor nota; especialmente porque su transformación con el pasar de los meses es bastante creíble. La producción es de gran nivel: el trabajo de fotografía es realmente bueno, la dirección de arte simple, el score está ok, el trabajo de sonido se encuentra muy bien cuidado y toda la cuestión referente al maquillaje es modesta, pero hace un gran trabajo con el deterioro de Elena.

Opinión final: Shelley definitivamente no es para todo el mundo. Película difícil de digerir que agradará a quienes no busquen algo tan convencional. 

Ojometro:
***