martes, 1 de agosto de 2017

Crítica: Sam Was Here (2017)


Primer largometraje del director Christophe Deroo, quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Clement Tuffreau. Se estrenó directamente en DVD dentro de Francia (bajo el nombre de “Nemesis”) durante el pasado mes de abril, mientras que su llegada a los Estados Unidos está anunciada para algún punto de 2017.

Sinopsis:

En 1998 Sam (Rusty Joiner) viaja por algunas de las pocas zonas habitadas del desierto de Mojave en búsqueda de clientes, aunque para su sorpresa no hay ni una sola persona en dichos lugares. Con la sensación de que todo el mundo lo anda evitando decide marcharse de ahí, pero ese solo será el comienzo de una experiencia que lo quebrará tanto a nivel físico como mental.



Comentarios generales:

Tener una visión y plasmarla tal como quieres es algo que siempre se tiene que admirar dentro de una industria en la que existen diversas presiones por generar dinero a como dé lugar, mucho más dentro de un género en el que pareciera que ya todo está escrito. Es por eso que el que Sam Was Here haya podido salir a la luz me resulta sorprendente, ya que detrás de su premisa y trailer en apariencia “convencionales” se esconde una de las películas más ambiguas que haya visto en los últimos años.

Algo que en un inicio no parece serlo en lo absoluto debido a que Deroo construye un primer acto hasta cierto punto simple, donde el principal objetivo es generar una atmósfera solitaria que de inmediato ponga en alerta a nuestro protagonista y en base a esto ir desenvolviendo poco a poco un misterio no precisamente original, más si interesante. Sustentándose principalmente en un show de radio y en una serie de acciones realizadas por el personaje de Sam que no parecen tener nada fuera de lo normal, pero que se empiezan a convertir en un aspecto clave durante una travesía en la que absolutamente todo le sale mal dentro de un escenario que no le proporciona muchas opciones para poder lidiar con sus problemas.

Es entrando al segundo acto cuando las cosas se vuelven prácticamente indescifrables, donde el ritmo cambia de golpe y se le da pie a situaciones destinadas a generar impacto visual, aunque sin saber exactamente los motivos por los cuales se dan. Realmente lo único que tienes es este show de radio que te va dando ciertas ideas pero que está lejos de ser suficiente para entender por qué de la noche a la mañana Sam se ha vuelto un tipo odiado al que quieren matar, dejando a partir de este punto todo al aire, sin las mínima intención de establecer las bases de algo que igual puede ser una historia sobre un asesino serial, de aliens o un simple capítulo de The Twilight Zone.

La parte final si contiene un mayor nivel de violencia al integrar a más personajes para propósitos específicos que añaden cierta fuerza y algunos elementos visuales interesantes, pero todos pensados de manera meticulosa para que sea el espectador quien interprete la resolución como le plazca. Una situación con la cual no suelo tener problemas; sin embargo, en esta ocasión si considero que termina siendo contraproducente considerando que a lo largo de la película son muy pocos los elementos que se te brindan como para poder sacar una conclusión sólida y no dejarte con esa sensación de que nada de esto tuvo sentido.

De las actuaciones realmente todo recae en Joiner, quien hace una gran labor para mantenerte interesado en el filme a pesar de que durante gran parte de este no sabes qué es lo que está pasando. La producción es donde tiene varios de sus puntos más fuertes: cuenta con un muy buen trabajo de fotografía, la dirección de arte es simple, el score es genial, el trabajo de sonido sólido, los efectos no son la gran cosa y la labor de maquillaje es muy limitada.

Opinión final: Sam Was Here me pareció interesante, pero es una película bastante complicada de calificar. Recomendable más que nada para aquellos que buscan cosas poco convencionales.

Ojometro:
***

jueves, 27 de julio de 2017

Crítica: Capps Crossing (2017)


Película escrita y dirigida por Mike Stahl, la cual significa su primer largometraje. Se estrenó directamente en VOD dentro de los Estados Unidos a inicios del mes de junio, pero no se sabe si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

10 años atrás David (Brian Cory) dejó a su novia sola en el bosque y ella nunca regresó. Sintiéndose culpable por esto ha desarrollado un dolor y odio durante varios años, los cuales explotan cuando un grupo de jóvenes deciden pasar un fin de semana en dicho bosque que él visita de manera prácticamente religiosa.



Comentarios generales:

En ocasiones es complicado escribir sobre ciertas películas debido a que una vez que concluyen te invade una sensación de vacío muy fuerte que no permite que fluyan las ideas. Es algo curioso, pero por lo general tiene que ver con aquellas que realmente me llevan al límite en cuanto a paciencia se refiere y sin duda alguna Capps Crossing entró en ese selecto grupo gracias a que es un trabajo que tiene muy poco para analizar.

Y es que la verdad, salvo por los primeros 5 u 8 minutos, lo que nos trae Stahl es tan entretenido como ver secar pintura al ofrecernos una historia que desde un inicio te revela la identidad del asesino para acabar de golpe con todo el misterio que se pudiera llegar a tener y así centrarse por completo en una larga exhibición de jóvenes acampando que acapara un 90% del metraje. Convirtiendo así un verdadero suplicio lleno de conflictos juveniles absurdos algo que en teoría tendría que ser sangriento considerando que el personaje de David es alguien con problemas graves.

Problemas que uno supondría que serían mejor explotados pero que se quedan en una serie de flashbacks que pretenden añadir contexto de manera deficiente y que nunca logran clarificar el por qué este chico mata a todo aquel que ponga un pie en el bosque. Simplemente la explicación es muy ridícula como para poder sustentar todas sus acciones con eso.

Los últimos 20 minutos son la única parte en la que el creador se atreve a cambiar un poco la dinámica al poner POR FIN a su mentalmente inestable asesino a realizar la matanza que se te lleva vendiendo por más de sesenta minutos. La cual tristemente dura muy poco y no tiene nada memorable a pesar de que si presenta un nivel de intensidad interesante; además de un giro que no aporta mucho.

Las actuaciones son probablemente lo más rescatable, Cory no lo hace mal como el asesino y el resto de los actores cumplen con lo que les piden hacer. La producción es típica de película independiente: trabajo de fotografía apenas aceptable, score genérico, trabajo de sonido con ciertas fallas, efectos simples y la labor de maquillaje con solo algunos detalles que resaltan.

Opinión final: Capps Crossing es una muy mala película. Evítenla.

Ojometro:
*

lunes, 24 de julio de 2017

Crítica: Lake Alice (2017)


Primer largometraje del director Ben Milliken, cuyo guión fue escrito por Stevie Jane Miller. Salió directamente en DVD dentro de los Estados Unidos el pasado 18 de julio, aunque no hay información sobre si llegará a otros mercados.

Sinopsis:

Los Thomas van a su cabaña en el bosque dentro de su antiguo pueblo para poder pasar la navidad junto a su hija y su novio, pero su primera festividad juntos puede que también sea la última.



Comentarios generales:

Cuando me llegó el arte y el trailer de Lake Alice (Lake Tomahawk en Europa) hace algunos meses ciertamente capto mi interés, ya que lucía como un slasher prometedor. No tanto porque esperara que fuera a cambiar dicho subgénero ni mucho menos, simplemente se veía entretenido, sangriento, algo para pasar el rato sin grandes pretensiones; sin embargo, esas fueron falsas suposiciones de mi parte debido a que esta película casi no es nada de eso.  

La verdad es que incluso pareciera como si Milliken y Miller no hubieran tenido la intención de hacer un slasher debido a que, salvo por la breve escena inicial, un altísimo porcentaje del tiempo de metraje es un aburridísimo intento por querer establecer conflictos y sospechas que no llevan a ningún lado. En serio, durante todo el primer acto se nos muestra que esta familia por alguna razón no es muy querida por la autoridad, pero en ningún momento se nos brinda algún tipo de historia para añadir un poco de contexto a esto, dejando claro que aquí todo lo que ocurre se da simplemente porque si y que tal vez tenga algún tipo de relevancia (o tal vez no) en la resolución más adelante.

Provocando así un enorme problema no solo de ritmo, sino también generación de contenido, ya que una vez que queda establecido ese resentimiento y se nos muestran otras situaciones para generar ciertas dudas la película topa con pared. Esto porque, más allá de una decente elaboración en cuanto a la atmósfera se refiere, realmente no ocurre nada relevante y con ello las cosas se vuelven sumamente pesadas de ver ante el nulo compromiso por añadir elementos que por lo menos te hagan sentir que estás ante un slasher. Básicamente se trata de un ejercicio que cada vez que esperas que explote no lo hace, lo cual ocurre en repetidas ocasiones y cuando por fin lo hace… simplemente ya no te importa lo que vaya a ocurrir.  

La parte final es sin duda la más violenta porque hay muertes y por fin los asesinos hacen acto de presencia, pero realmente me pareció aburrida. Adivinar la identidad de estos se da básicamente por cuestión de descarte, la dinámica es sumamente repetitiva y el desenlace, si bien cuenta con algo de intensidad, nunca logra generar nada que te vaya a quedar en la mente por un lapso importante de tiempo.  

Las actuaciones no son espantosas realmente, aunque el que la historia sea tan pasiva no ayuda para poder ver algo mucho más desafiante para todo el elenco. La producción está ok tratándose de un trabajo independiente: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte no es nada del otro mundo, el score tiene cosas interesantes, el trabajo de sonido deja algo que desear, los efectos son simples y la labor de maquillaje no cuenta con nada que resalte.  

Opinión final: Lake Alice es un slasher del montón. Una película bastante aburrida que solo les hará perder 75 minutos de su tiempo.

Ojometro:
**

jueves, 20 de julio de 2017

Crítica: Wish Upon (2017)


Película dirigida por John R. Leonetti (Annabelle) y escrita por Barbara Marshall. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos y México el pasado 14 de julio, recaudando un poco más de $7.0 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Una adolescente descubre que una vieja antigüedad que le dieron de cumpleaños cumple todos sus deseos. Esto lo aprovecha para mejorar su vida y obtener todo lo que siempre había querido; sin embargo, no sabe que dichos deseos tienen un alto precio que se debe de pagar.



Comentarios generales:

Hay ocasiones en las que se puede notar prácticamente de inmediato cuando los planes detrás de una película son las de crear una nueva franquicia a como dé lugar y en el caso de Wish Upon era evidente al momento de darle una repasada a su juvenil elenco y premisa. Una que ciertamente contaba con el potencial para poder realizar algo interesante debido a que brindaba la posibilidad de hacer prácticamente cualquier cosa, de rebasar los límites para ofrecer un espectáculo bastante loco, pero al final se quedó como un trabajo que quiere replicar lo que han hecho algunos otros y no resaltar por sus propios méritos.

Lo cual es una pena porque de inicio parece que estamos ante una historia oscura con la cual Leonetti pretende explotar la fragilidad de una adolescente que vivió un episodio traumático durante su infancia, pero rápidamente eso cambia y lo que vemos es algo sumamente teen, con todos los estereotipos estudiantiles de cajón que durante el primer acto vuelven un verdadero reto el poder soportarlo. Aunque no es solo eso, también está el hecho de que gran parte de lo que ocurre lo puedes anticipar de manera sencilla debido a que los primeros deseos involucran cuestiones ligadas directamente a lo que muchos adolescentes quieren durante esas etapas de su vida y la dinámica resultante de esto no es muy atractiva que digamos debido al temor por mostrar las muertes de manera mucho más gráfica; las cuales incluso por algunos momentos tienen un aire muy marcado de Final Destination.

Es llegando por ahí de los 40/45 minutos cuando las cosas se ponen un poco más interesantes, principalmente porque es aquí donde nuestro personaje principal empieza a lidiar con las consecuencias de sus actos al saber los secretos de la antigüedad, brindándole así al espectador una duda razonable sobre si en verdad se merece las tragedias que giran alrededor de ella o no. En base a esto el tono se vuelve un poco más oscuro, las muertes adquieren un ligero incremento en el nivel de impacto (aunque siguen siendo fuera de cámara) y el director logra generar algunos momentos bastante tensos para despistar sobre las potenciales víctimas. Lo malo es que esto solo funciona de manera breve y todo el tiempo tienes la sensación de que se guardan muchas cosas.

La parte final termina siendo un total desperdicio por la manera en la que van resolviendo cada situación. Es predecible, nunca se atreven a llevar hasta el límite al personaje de Clare con su obsesión por la caja y mejor optan por recurrir a una idea que básicamente tira por la borda todo lo previamente construido; no tanto para brindar un final feliz, sino para dejar la puerta abierta a futuras secuelas.

De las actuaciones sin duda es Joey King (Clare) quien carga con todo el peso de la película y aunque no lo hace mal, tampoco es suficiente como para salvarla de muchos momentos poco favorables. La producción cumple con los estándares necesarios de calidad: el trabajo de fotografía está ok, la dirección de arte es correcta, tiene un buen score, el trabajo de sonido es sólido, los efectos no son la gran cosa y la labor de maquillaje no tiene mucho que resaltar.

* Cuenta con una escena a la mitad de los créditos

Opinión final: Wish Upon es mediocre, pero sobre todo aburrida. Una película para adolescentes que pasará sin pena ni gloria.

Ojometro:
**