viernes, 27 de abril de 2018

Crítica: Bad Apples (2018)


Película escrita y dirigida por Bryan Coyne (Infernal). Se estrenó en VOD durante el mes de febrero y su salida en formato físico se dio el pasado 2 de abril.

Sinopsis:

Es la noche de Halloween y una mujer embarazada es asesinada en su casa, aunque sus gemelas logran sobrevivir. Ahora, quince años después, esas dos adolescentes deciden aterrorizar al pueblo donde viven; en especial a sus nuevos residentes.



Comentarios generales:

Si hay un subgénero con el cual suelo ser más permisivo de lo normal es con el slasher, ya que la naturaleza misma de estos filmes lo exige en muchas ocasiones gracias a que su fórmula no ha sufrido una gran evolución desde 1997. Al final de cuentas uno sabe qué es lo que va a ver; sin embargo, incluso con esta actitud permisiva siempre existirán trabajos con los cuales simplemente es imposible encontrar algo positivo y Bad Apples es uno de estos.

Algo que la verdad no me sorprendió demasiado considerando que el trabajo anterior de Coyne también fue bastante malo por razones similares que tienen que ver mucho con el hecho de no saber cómo contar la historia. Lo cual resulta bastante evidente desde temprano al no presentar absolutamente nada que justifique el comportamiento de las gemelas y mejor dar paso a una serie de escenas enfocadas en la nueva pareja del vecindario que generan gran desgaste gracias a sus absurdos diálogos y solo sirven para consumir tiempo mientras ocurre algo relevante.

Y cuando me refiero a relevante más que nada es a muertes que siguen un mismo patrón, las cuales pretenden homenajear en cierta medida a Halloween pero nunca logran siquiera presentar un nivel de impacto decente porque se sienten como algo completamente aislado del conflicto central y tampoco es que tengan mucho que destacar en el aspecto visual. Todo avanza sin ningún tipo de conexión, solo son situaciones que pasan y ya; de hecho, la propia dinámica dentro de la casa principal se limita a cosas básicas que hacen de este conflicto uno muy anti climático e incluso por momentos demasiado ridículo.

La parte final tampoco tiene mucho sentido. Sin duda presenta el momento más llamativo en cuanto a muertes se refiere, pero ni siquiera con esto se logra generar potencia para el desenlace y este empeora cuando se incluye una coda que pretende limpiar el desastre tratando de aclarar sin éxito alguno lo que no supieron explicar durante 75 minutos.

Las actuaciones son malas, no terribles, pero si malas; aunque mucho tiene que ver el hecho de que los actores no cuentan con prácticamente nada para ofrecer algo mirable. La producción también deja mucho que desear: el trabajo de fotografía es pobre, la dirección de arte arcaica, el score es probablemente lo mejor a pesar de ser repetitivo, el trabajo de sonido es espantoso y los efectos son básicos.

Opinión final: Bad Apples es una aberración. Uno de los peores slashers que he visto y eso no es poca cosa.

Ojometro:
*

martes, 24 de abril de 2018

Crítica: The Executioners (2018)


Película escrita y dirigida por Giorgio Serafini, quien hace su debut dentro del género. Se estrenó en DVD y formato digital el pasado 27 de marzo dentro de los Estados Unidos.

Sinopsis:

Cuatro amigas van a pasar un fin de semana en una casa en el lago, pero pronto terminan siendo rehenes de tres intrusos enmascarados. Aterradas y víctimas de las perversiones de estos, ellas pelearán por sus vidas; incluso si eso significa el tener que cruzar la línea hacia la oscuridad.



Comentarios generales:

Uno siempre está abierto a ver cualquier tipo de películas mientras se tenga una razón más o menos sólida para hacerlo. En el caso de The Executioners esa razón era, según palabras del director y la gente detrás de la raquítica promoción, el mostrar a personajes femeninos de una manera distinta a los estereotipos conocidos; sin duda algo interesante considerando los tiempos en los que vivimos, pero al final nunca pude encontrar nada de eso.

Esto gracias a que Serafini nos trae una película de invasión/violación/venganza que realmente no hace nada distinto a otros trabajos con una temática similar e incluso me atrevería a decir que al menos durante los primeros 25 minutos no sabía exactamente que hacer antes de recurrir al impacto fácil. Ya que realmente lo que ocurre en este lapso es demasiado aburrido y, con excepción de un detalle ligado a unos flashbacks, nada termina teniendo un peso significativo en el desarrollo de la historia; simplemente son eventos random ideados para consumir tiempo hasta que ocurra algo relevante.

Lo cual se da llegando al segundo acto y con ello vemos el primer indicio de que estas chicas no son las típicas victimas debido a que su reacción ante la situación es bastante inteligente; sin embargo, eso solo dura un par de minutos para darle paso al tema de la violación. Un aspecto que la verdad nunca termina por sentirse como algo orgánico debido a que solo se utiliza para generar morbo (hay un striptease que ejemplifica a la perfección esto) y no tanto para desarrollar una situación que por su misma naturaleza proporcione potencia al filme en todos los sentidos; especialmente cuando se hace la transición al tema de la venganza.

La parte final presenta un giro que no me tomó demasiado por sorpresa considerando ciertas situaciones previas, pero tampoco ayuda a mejorar el producto en general. Se siente demasiado absurdo y deja como algo muy vacío las decisiones tomadas por este grupo de chicas.

De las actuaciones no tengo demasiada queja, no son nada para presumir pero tampoco es que exista algo terrible con estas. La producción es discreta: el trabajo de fotografía está ok, el score  tiene cosas interesantes, el trabajo de sonido tiene ciertos altibajos y los efectos con los que cuenta son demasiado simples.

Opinión final: The Executioners es bastante mediocre. Una película que terminará perdida en el olvido en un par de meses.

Ojometro:
**

viernes, 20 de abril de 2018

Crítica: Demon House (2018)


Documental escrito y dirigido por Zak Bagans (Ghost Adventures). Se estrenó en VOD el pasado 16 de marzo dentro de los Estados Unidos, pero todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico o si será transmitido en algún canal de TV.

Sinopsis:

El investigador paranormal Zak Bagans decide hacer un documental sobre uno de los casos sobre posesiones más autentificados en la historia de los Estados Unidos. Aunque gracias a eso la vida de sus colaboradores y la suya cambiarán para siempre.



Comentarios generales:

Cualquier cosa que haga Zak Bagans siempre será recibida con muchísimas dudas debido a que, si no eres fans de sus shows, difícilmente lo puedes tomar en serio. Al final de cuentas la efectividad de sus proyectos recae en gran medida en si eres creyente o no de todo el tema paranormal, lo cual no es mi caso y por ello no tenía grandes expectativas con Demon House; un documental que cuando terminas de verlo solo te quedas con la impresión de que fue un episodio más de Ghost Adventures con más presupuesto.

Y es que más allá de que el caso que se investiga es un poco más interesante de lo habitual debido a la información que existe sobre este, lo cierto es que en ningún momento esa ventaja se ve explotada por parte del creador. Quien presenta puras coincidencias como eventos que supuestamente fueron provocados por “fuerzas malignas” y no les da seguimiento por medio de una investigación más profunda; además de que no puede presentar a la afectada principal escudándose convenientemente bajo el discurso de que alguien más compró los derechos de su historia y ella tiene prohibido hablar del tema.

En realidad la ley del mínimo esfuerzo se ve aplicada aquí con unas recreaciones de los sucesos que dejan mucho que desear, entrevistas muy básicas y una pobre construcción de la historia que, más que intrigar al espectador, solo lo aburre. En especial porque empiezan a presentar cosas que se alejan del elemento central y poco a poco van haciendo más parecido esto a un show de TV que a un documental.  

Gracias a esto cuando se llega a la parte final uno ya se encuentra fastidiado y nada mejora al ver que el propio Bagans es quien se vuelve el centro de atención al encerrarse por una noche en la casa y así tratar de generar algo de suspenso sin buenos resultados. Lo cual solo deja como desenlace un supuesto daño en sus ojos (sin presentar ninguna prueba que lo confirme) y la destrucción de la casa sin aclarar absolutamente nada de lo que lo que fue presentado.  

En cuanto a producción si se nota que hubo algo más de presupuesto: la edición es efectiva, la iluminación es la adecuada durante todo el documental, el score no está nada mal y el trabajo de sonido es bastante limpio.

Opinión final: Demon House es un mal documental. Un programa extendido de Ghost Adventures que probablemente solo les agrade a quienes son fans de Bagans.

Ojometro:
**

martes, 17 de abril de 2018

Crítica: Terrifier (2018)


Película escrita y dirigida por Damien Leone (All Hallow’s Eve). Se estrenó de manera limitada en cines dentro de los Estados Unidos en el mes de marzo, mientras que su salida en DVD se dio durante el pasado 9 de abril.

Sinopsis:

Un maniático payaso aterroriza a tres jóvenes y a todo aquel que se cruce en su camino durante la noche de Halloween.



Comentarios generales:

Cuando salió All Hallow’s Eve hace cinco años atrás mencione que Art the Clown tenía el potencial para convertirse en un personaje de culto y claramente su creador pensaba algo similar, ya que desde entonces hizo todo lo posible para mantener vivo el recuerdo de este perturbador personaje cada que podía. Gracias a esto era inevitable que algún día viéramos una película enfocada en él, era un paso lógico y con Terrifier se da; aunque de una manera extremadamente básica.

Ya que lo que presenta Leone es un slasher hecho y derecho con el cual no pretende contar algo elaborado ni nada similar, sino más bien brindarle la mayor exposición posible a su asesino. Lo cual hace de manera directa, sin entrar en demasiados detalles (no hay historia de origen) y presentando rápidamente el escenario base para su gorefest por medio de un par de chicas con las que se construyen unas interacciones iniciales ciertamente divertidas gracias al contraste entre los personajes; brindándole así los primeros momentos a este payaso para que con solo unas expresiones haga sentir incomodidad y posteriormente muestre la brutalidad que se manejará por el resto del metraje.  

Todo avanza según lo que uno espera durante al menos 40 minutos sin problemas, ya que la dinámica es agradable, las muertes son gráficamente impactantes (especialmente hay una que involucra una sierra de mano espectacular) y en general la atmósfera resulta bastante tétrica. Sin embargo, una vez pasado este lapso de tiempo la película se empieza a volver pesada; no tanto por la falta de violencia, sino porque llega un punto en el que la simplicidad se vuelve un problema.

Simplemente al carecer de una trama con un poco más de sustancia el director se ve obligado a ir añadiendo cosas que se sienten forzadas y realmente no aportan nada significativo más allá de muertes. Ocasionando con esto que las cosas empiecen a caer en una evidente repetitividad que ni siquiera ciertas escenas extravagantes pueden disimular y que con el paso de los minuto hace que por momentos la experiencia sea un tanto aburrida.   

La parte final no está mal. El enfrentamiento decisivo es bien manejado para que no resulte tan cargado de un solo lado y además mantiene las dosis de sangre elevadas; aunque también dejará a más de uno algo confundido con respecto a lo que realmente es Art the Clown.

En las actuaciones quien resalta es David Howard Thornton, quien ahora es el encargado de darle vida al payaso y no decepciona al mantener por medio de expresiones faciales y puro lenguaje corporal la esencia totalmente creepy de tan peculiar asesino. La producción es de buena factura para el presupuesto ínfimo con el que contó: el trabajo de fotografía está ok, la dirección de arte no tiene mucho, el score tiene un aire ochentero agradable, el trabajo de sonido cumple, la labor de maquillaje es impecable y los efectos prácticos están realmente bien hechos en la mayoría de los casos.

Opinión final: Terrifier es aceptable. Un gorefest en toda la regla que se debe de tomar como eso y no esperar nada más.

Ojometro:
***