jueves, 17 de mayo de 2018

Crítica: Tragedy Girls (2017)


Película dirigida por Tyler MacIntyre (Patchwork), quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Chris Lee Hill y Justin Olson. Se estrenó de manera limitada en cines dentro de los Estados Unidos a finales del año pasado, mientras que su salida en VOD y formato físico se dio durante el mes de febrero.

Sinopsis:

Sadie (Brianna Hildebrand) y McKayla (Alexandra Shipp) son dos adolescentes obsesionadas por la muerte que utilizan sus redes sociales para mostrar terribles asesinatos que ellas mismas cometen dentro de su pequeño pueblo para poder convertirse en leyendas.



Comentarios generales:

Una de las películas que hicieron más ruido durante la segunda mitad del año pasado fue sin duda Tragedy Girls, su exitoso paso por festivales y los buenos comentarios de boca en boca hicieron que se formara un pequeño fenómeno a su alrededor que nadie se esperaba. Lo malo es que tuvo una distribución muy pobre que evitó que se pudiera ver fuera de los Estados Unidos y por eso mismo quedó un poco en olvido hasta que fue lanzada en otros formatos, lo cual es una pena porque definitivamente se trata de un trabajo distinto a lo acostumbrado que merece mayor exposición.

Esto porque lo que nos regala MacIntyre es una idea bastante original con la que critica de manera directa el efecto que tienen actualmente las redes sociales en los adolescentes (y seres humanos en general); donde cada vez se pierde más el respeto hacia las demás personas o el sentido común para poder obtener reconocimiento fácil. Todo por medio de un par de chicas con las cuales utiliza un humor negro enorme y que en base a diálogos hilarantes, así como escenas sangrientas muy divertidas, logra que desde el inicio uno se tope con una historia loca que fluye sin problemas.

Algo que es muy importante en una película como esta porque al contar con un ritmo tan ágil difícilmente se le da tiempo al espectador para que se ponga a analizar en exceso cada situación y ante las ocurrencias de nuestras protagonistas por conseguir fama eso nunca se puede dar durante al menos 45/50 minutos. Aunque después de este punto el tono se vuelve un poco más serio, no tanto como para arruinar las cosas, pero si para que se entre en un agujero en donde no sientes que ocurre demasiado al empezar a profundizar un poco más sobre la relación entre nuestras protagonistas en base a situaciones genéricas que carecen de los elementos previos que funcionaron tan bien.

Lo bueno es que para la parte final se retoma el rumbo sin mucha dificultad y, aunque el humor no vuelve a ser el mismo, el nivel de violencia si. Haciendo que el desenlace tenga la fuerza necesaria para resultar convincente, nada cursi y para dejar abierta la puerta para una posible secuela.

Con respecto a las actuaciones, este es el show total de Hildebrand y Shipp. Ambas están estupendas en sus roles, muestran una química increíble en pantalla que hace que estas situaciones tan peculiares se sientan naturales en todo momento e incluso llegues a tener cierta empatía hacia ellas a pesar de sus actos.

La producción no es precisamente la más grande, pero es de buena factura: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte cumple, el score es excelente, el trabajo de sonido no tiene fallos y tanto los efectos (varios prácticos) como la labor de maquillaje están bien cuidados.

Opinión final: Tragedy Girls es muy divertida. Una comedia “teen” bastante atrevida que les hará pasar un rato muy agradable.

Ojometro:
****

lunes, 14 de mayo de 2018

Crítica: The Ritual (2018)


Adaptación de la novela del mismo nombre que está dirigida por David Bruckner (V/H/S, Southbound) y cuyo guión fue escrito por Joe Barton. Se estrenó directamente en Netflix dentro de los Estados Unidos durante el mes de febrero, mientras que en México lo hizo en cines el pasado 10 de mayo.

Sinopsis:

Un grupo de amigos se reúne para realizar un viaje por los bosques de Suecia para honrar la memoria de un amigo asesinado meses atrás, pero pronto se verán amenazados por una presencia que no los dejará escapar tan fácilmente.



Comentarios generales:

Cuando uno ve el trailer de The Ritual resulta muy complicado el poder emocionarse con esta debido a que luce como una película más de grupitos perdidos en el bosque, aunque sin el factor found footage. Todo luce muy genérico o demasiado familiar, pero si algo se aprende en esta vida es que las apariencias engañan y, aunque no estamos ante un trabajo que redefina dicha temática, sin duda estamos ante uno de los mejores de los últimos años.

Una labor nada sencilla si consideramos que esta clase de historias han abundado y porque los primeros minutos no son precisamente lo más originales que podamos encontrar, pero Bruckner tiene la capacidad necesaria para que esto rápidamente se quede en el olvido por medio de cosas simples como el entorno. Y es que este no es un bosque ordinario, sino que se trata de uno que visualmente provee una vista única de manera natural que ayuda a generar una atmósfera tétrica sin demasiado esfuerzo desde muy temprano para que poco a poco el espectador vaya sintiendo la misma angustia que los personajes.

Los cuales son otro de los aspectos simples por los que la película funciona tan bien al no ser el típico grupo de amigos estúpidos sin muchas cosas por ofrecer. Más bien se trata de un conjunto de personalidades diferentes que, a pesar de su amistad, siempre reflejan una tensión constante que ante el incremento de incertidumbre va causando estragos en muchos aspectos y eso hace que la locura que se viene se sienta mucho más efectiva.

Ya que una vez entrado al segundo acto las cosas se vuelven muy intensas dentro de una mezcla de paranoia, sonidos extraños y persecuciones en la oscuridad que hacen que el espectador no pueda relajarse en exceso; además de que se empiezan a introducir elementos de ocultismo que proporcionan un tono todavía más oscuro a las acciones. Unas que van adquiriendo un ritmo fluido con el pasar de los minutos y que, a diferencia de otros filmes, nunca se estancan en simples persecuciones en círculos que no llevan a nada.

La parte final es interesante, aunque no terminó de convencerme. Aquí es donde todo el tema del ocultismo tiene más peso y la integración de nuevas caras refresca las cosas; sin embargo, al ser revelada la amenaza se pierde el factor sorpresa y con ello cierta intriga por lo que pudiera llegar pasar. Aún así, el desenlace tiene fuerza y resulta efectivo.

Las actuaciones son buenas en general, cada actor cumple con su rol, pero sin duda Rafe Spall (Luke) y Sam Troughton (Dom) son quienes más destacan en la dinámica general. La producción es de nota alta: el trabajo de fotografía es estupendo, la dirección de arte simple, el score es muy bueno, el trabajo de sonido impecable, los efectos son sólidos (salvo por alguno que otro detalle con el CGI) y la labor de maquillaje cumple para lo que se necesita.

Opinión final: The Ritual me gustó. Es una adaptación bastante sólida que seguramente estará en la discusión de las mejores películas de 2018.  

Ojometro:
****

jueves, 10 de mayo de 2018

Crítica: The Strangers: Prey at Night (2018)


Secuela dirigida por Johannes Roberts (The Other Side of the Door), cuyo guión fue co-escrito por Bryan Bertino y Ben Ketai. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos durante el mes de marzo e hizo lo propio en México el pasado 4 de mayo. Recaudando hasta la fecha $26.7 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Una familia va a pasar el fin de semana en un alejado parque para casas rodantes que se encuentra misteriosamente desierto. Al inicio nada parece fuera de lo normal, pero cubiertos bajo la oscuridad tres extraños enmascarados les harán una visita que los llevará al límite en su búsqueda por sobrevivir.



Comentarios generales:

Siempre he pensado que The Strangers es una de las películas de terror más infravaloradas de la década pasada debido a que pocos parecen entender lo importante que fue para el renacer del subgénero de invasión de hogar, el cual pasó de estar en la total irrelevancia a ser uno de los más explotados en los últimos diez años. Por eso cuando se empezó a especular sobre una nueva entrega me alegré porque era una buena oportunidad para hacerle justica, pero al final lo único que terminó siendo Prey at Night fue una decepción.

¿A que se debió esto? Bueno… básicamente al hecho de que Roberts, Bertino y Katai en esta ocasión nos regalan más que nada un slasher y no tanto una película de invasión, un cambio que en el papel no debería de afectar demasiado considerando que existen los elementos para realizar dicha transición, pero que en la práctica ciertamente no funciona por varias razones. La primera de estas siendo el comienzo tan lento con el que cuenta al centrarse en una familia de la cual ningún miembro te resulta interesante y mucho menos la situación por la cual realizan el viaje, volviendo así todo el primer acto uno de auténtico bostezo; en donde lo más “extremo” es ver a una adolescente rebelde fumando.

Afortunadamente a la media hora el ritmo incrementa con la aparición de los asesinos para brindar así algunos momentos emocionales cuando llegan las primeras muertes y una dinámica un poco más ágil; sin embargo, esto no dura mucho. Ya que en el afán de querer hacer esto más grande el cambio de escenario de una casa a un parque elimina cosas que hacían especial a la entrega anterior como el asecho, aquí realmente todo se trata de correr del punto A al un punto B sin lograr generar gran tensión y, ante la carencia de victimas, las cosas no son precisamente emocionantes.

Para empeorar las cosas, el hecho de que los tres asesinos no tengan una historia detrás que permita comprender quienes son o cuales sus motivaciones para matar hace que este sea un slasher bastante hueco. Especialmente por lo que ocurre con ellos en los minutos finales.

Lo cuales son los mejores de toda la película, principalmente por la escena de la alberca que es brillante, pero también porque son por mucho los más intensos al tener enfrentamiento final bien balanceado y un nivel de violencia adecuado. Además de que presenta cierre aparentemente definitivo; aunque este no se siente tan bien logrado considerando lo que mencione anteriormente sobre los asesinos.

Las actuaciones son mediocres en general, aunque Bailee Madison (Kinsey) es probablemente el peor caso debido a que ella es la protagonista y en ningún momento logras sentir gran empatía hacia ella ante lo exagerada que resulta en todo lo que hace. La producción es donde tiene sus mayores virtudes: el trabajo de fotografía es bastante bueno, la dirección de arte es sólida, el score es agradable, el trabajo de sonido es impecable, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: The Strangers: Prey at Night es decepcionante. Una secuela innecesaria que probablemente solo le guste a los fans más recalcitrantes de la primera entrega.

Ojometro:
**

lunes, 7 de mayo de 2018

Crítica: Les Affamés (2018)


Película escrita y dirigida por Robin Aubert, quien tiene su primer acercamiento dentro del género. Se estrenó a inicios de marzo por medio de Netflix en los Estados Unido y ciertos territorios de Europa, mientras que su salida en formato físico se dio el pasado 25 de abril dentro de España.

Sinopsis:

En una pequeña y remota villa en el norte de Quebec las cosas han cambiado, las personas ya no son las mismas desde que algo los infectó y estos empezaron a atacar a sus seres queridos. Ahora solo un puñado de sobrevivientes sigue en pie, escondiéndose en el bosque y buscando a otros como ellos.



Comentarios generales:

En la actualidad existen dos tendencias muy marcadas cuando se trata de películas de zombies: buscar un entretenimiento sin grandes pretensiones por medio del gore o tratar de añadir cierto toque más humano por medio de dramas enfocados en los personajes. Ambas han demostrado ser efectivas y han ayudado por igual a popularizar el subgénero durante esta década; sin embargo, la segunda se ha convertido últimamente en la predominante para desagrado de muchos y por lo cual Les Affamés inevitablemente se encontrará en la típica situación en la que la amas o la odias.

Yo me encuentro en un punto intermedio y en gran medida porque Aubert trata de añadir cosas frescas por medio de los zombies en una historia que desde el primer acto establece rápidamente la situación miserable de los personajes y el hecho de que ellos mismos saben que no tienen un fututo demasiado alentador. Todo es hasta cierto punto plano y sigue un camino esperado bajo un ritmo bastante lento, aunque eso no significa que no ocurra nada relevante porque las escenas que involucran a los zombies están muy bien logradas y desde temprano el nivel de violencia es elevado. Además de que la forma en la que ciertos personajes sobrellevan la situación añade cierto toque de humor negro que brinda los únicos lapsos de leve alivio dentro de esta atmósfera desoladora.

Entrando a la segunda mitad es cuando las cosas se ponen extrañas y mucho de eso tiene que ver con los zombies, ya que es en esta parte cuando el director empieza a exponerlos como algo más que simples maquinas de matar al establecer que se pueden comunicar mediante el sonido y, por increíble que parezca, con ciertas expresiones artísticas. Un tipo de evolución interesante sin duda, pero que solo se queda como una peculiaridad más debido a que nunca profundizan en lo absoluto sobre esta y mejor se opta por seguir con lo habitual; aunque en este proceso se logran construir algunos momentos memorables con un grado de tensión importante por medio del sonido (escena con trampas para ratón) o grandes cantidades de sangre.

La parte final me dejó con sensaciones encontradas. Por un lado no cambia en lo absoluto el tono deprimente que se maneja por más de una hora y eso es agradable, pero por el otro dejan todo abierto a la interpretación al no contestar nada con respecto al comportamiento de los zombies, dejándote con más dudas que certezas y con cierto sentimiento de que muchas cosas no tuvieron sentido.

En cuanto a las actuaciones no tengo queja, todas son sólidas y nadie resalta por encima del resto; en general cada quien cumple su propósito de manera efectiva. La producción es de buena factura a pesar de que claramente no hubo mucho presupuesto: el trabajo de fotografía cumple la mayoría del tiempo, la dirección de arte no resalta, el score es bastante bueno, el trabajo de sonido es impecable, los efectos son sólidos y la labor de maquillaje es muy discreta para tratarse de un filme de zombies.

* Cuenta con una escena post-créditos

Opinión final: Les Affamés es aceptable. No es para todo el mundo, pero cuenta con cosas interesantes que la vuelven merecedora de al menos una oportunidad.

Ojometro:
***