viernes, 23 de agosto de 2019

Crítica: Rock, Paper, Scissors (2019)


Película dirigida por Tom Holland (Fright Night, Child's Play), cuyo guión fue escrito por Kerry Fleming y Victor Miller. Se estrenó en VOD y formato físico dentro de los Estados Unidos el pasado 23 de julio.

Sinopsis:

Años después de haber sido capturado, el asesino serial Peter Harris (Luke Macfarlane) es liberado del hospital psiquiátrico por estar aparentemente curado. Sin embargo, una vez que regresa a su antiguo hogar se ve invadido por los recuerdos de su perturbadora infancia y las visitas de los fantasmas de sus víctimas que no lo dejarán ser un hombre nuevo. 



Comentarios generales:

El que Michael Madsen forme parte de una película de terror casi siempre es motivo suficiente para que la ignore debido a que desde hace un tiempo esto suele ser señal inequívoca de que será muy mala y su presencia está ligada más que nada a tener un nombre que pudiera atraer más público. Aunque en el caso de Rock, Paper, Scissors genuinamente creía que podíamos ver algo interesante, el trailer la vendía de buena manera y la premisa tenía potencial para por lo menos ofrecer un slasher entretenido, pero al final resultó ser una gran estafa.

Una que además confirma que Holland dejó de ser alguien de confianza desde hace mucho tiempo atrás al traernos un auténtico somnífero que tiene una falta de identidad muy marcada. Ofreciendo una historia que prometía sangre y muertes pero que durante gran parte de su metraje solo se centra en mostrar la recuperación de un asesino que no es para nada interesante en su desarrollo y deja de lado todos los elementos que uno supondría iba a ver para cambiarlos por una venganza que realmente nunca se siente que vaya a algún lado y falla en su propósito de ser el medio conductor para revelar más detalles sobre la compleja vida de Peter.

Y es que pareciera que no había demasiadas ideas sobre cómo exponer dicho tema, dejando todo en una serie de conversaciones con alguno que otro flashback en las que el ritmo de la película decae de manera terrible. Sobre todo porque en las contadas ocasiones en las que se decide explorar un poco más los instintos asesinos de Peter no se toman ninguna clase de riesgos y gracias a eso la película carece de intensidad o de cualquier tipo de impacto que ayude a construir momentos en los que el peligro sea algo palpable.

La parte final es probablemente lo más decente. Por lo menos se le trata de añadir cierta sorpresa y cambiar un poco la dinámica habitual, además de que es donde vemos más violencia; aunque el absurdo desenlace termina dejándote con la sensación de que todo lo que ocurrió previamente no tuvo razón de ser.

En cuanto a las actuaciones Luke Macfarlane medio se salva, pero el resto del elenco está terrible. La producción tampoco tiene muchas cosas para destacar: el trabajo de fotografía está aceptable, la dirección de arte es genérica, el score no tiene peso alguno, el trabajo de sonido cumple y tanto los efectos como la labor de maquillaje son simples.

Opinión final: Rock, Paper, Scissors es bastante mala. Evítenla.

Ojometro:
**

martes, 20 de agosto de 2019

Crítica: Scary Stories to Tell in the Dark (2019)


Película basada en los libros escritos por Alvin Schwartz, la cual está dirigida por André Ovredal (The Troll Hunter) y cuyo guión fue escrito por Dan y Kevin Hageman. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos el 9 de agosto, mientras que en México hizo lo propio durante el fin de semana pasado. Recaudando hasta la fecha $54.3 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

En Halloween de 1968 un grupo de amigos entran a una mansión abandonada donde encuentran un libro de historias de terror escrito por la misteriosa Sarah Bellows. Al inicio parece una simple anécdota adolescente, pero pronto se darán cuenta que dichas historias son reales… y ellos son los protagonistas.



Comentarios generales:

Actualmente Guillermo del Toro es uno de los personajes más importantes dentro de Hollywood y para nuestra suerte es un amante del terror como pocos, abriendo así las puertas para proyectos que hasta hace no mucho parecía imposible que se pudieran realizar. Sin embargo, si algo ha demostrado el director mexicano es que en ocasiones suele involucrarse en muchos proyectos a la vez y luego no le da tiempo para supervisarlos, provocando con esto que los resultados no siempre sean los esperados; aunque en el caso de Scary Stories to Tell in the Dark afortunadamente eso no se da.

Ya que es muy claro que tanto él como Ovredal querían realizar un trabajo que fuera lo más fiel posible al material original y ante esto el cuidado en los detalles se puede notar en todo momento dentro de una película que en esencia es una antología, pero que nunca se maneja bajo la estructura tradicional de estas. Generando así una historia mucho más adecuada para un público mainstream en la que se utilizan situaciones básicas y cierto humor para presentar a los personajes y brindar algo de contexto con respecto a la mansión, la cual al momento en que aparece en pantalla establece de inmediato el tono que predominará por lo que resta del metraje.

Un aspecto muy importante considerando que, una vez que se empiezan a desarrollar las historias del libro, la atmósfera se torna mucho más oscura y gracias a esto las apariciones de los peculiares monstruos logran tener un gran impacto a pesar de que lo que vemos no son precisamente situaciones tan innovadoras o extremas. Simplemente se trata de generar terror con fórmulas clásicas bien implementadas que, al complementarlas con un estilo visual de alto calibre, logran que la sensación de peligro para estos adolescentes siempre esté presente y con ello el ritmo sea uno dinámico la mayor parte del tiempo.

Aunque no solo se trata de ir presentando increíbles monstruos, sino que también se va desenvolviendo un misterio que le añade más sustancia al tema de Sarah Bellows y eso ayuda a darle un propósito a los personajes más allá de estar huyendo del peligro; forzándolos a tomar decisiones que en algunos casos son absurdas para recordarte su corta edad, pero que también los posicionan con un nivel de inteligencia mucho mayor al acostumbrado.

Lo cual lleva a una parte final en donde ambas cosas se entrelazan de manera orgánica para ofrecer un desenlace con un nivel de intensidad agradable en el que se logra construir un cierre un tanto predecible (mas no malo) y, de paso, dejar abierta la puerta para una posible secuela.

Las actuaciones son buenas en general, por ahí hay un caso que por momentos raya en lo caricaturesco pero todos cumplen; en especial Zoe Margaret Colletti (Stella) creo que hace una labor destacada. La producción es de gran factura: el trabajo de fotografía es excelente, la dirección de arte está bien cuidada, el score es bueno, el trabajo de sonido sólido, los efectos están impecables y la labor de maquillaje es de primer nivel con el diseño de todos los monstruos.

Opinión final: Scary Stories to Tell in the Dark me gustó. Una película de corte clásico que se posiciona como una de las mejores de 2019.

Ojometro:
*****

viernes, 16 de agosto de 2019

Crítica: Starfish (2019)


Película escrita y dirigida por Al White, la cual significa su primer largometraje. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos durante el mes de marzo, mientras que su salida en formato físico se dio el pasado 27 de mayo.

Sinopsis:

Aubrey (Virginia Gardner) es una chica que se encuentra en duelo por la muerte de su mejor amiga, la cual ocurre justo cuando el fin del mundo da inicio por la invasión de unas extrañas criaturas.



Comentarios generales:

Cuando empiezo a escuchar el término “lovecraftiano” ligado a alguna película automáticamente mis dudas se disparan, ya que H. P. Lovecraft es un monstruo aparte y su famoso horror cósmico no suele ser algo fácil de plasmar en pantalla. Simplemente la mayoría de las veces este tipo de trabajos significan grandes decepciones a pesar de que las ideas detrás sean buenas y Starfish creo que ejemplifica perfectamente este concepto.

Esto porque lo que presenta White es un trabajo muy personal en el que pretende guiarnos por un viaje sustentándose más en lo auditivo (él compuso el score) que en lo visual; sin embargo, es más fácil decirlo que hacerlo. Ya que desde el inicio se pueden notar las complicaciones que tiene para ir armando una historia de gran interés con unos primeros 30/35 minutos en donde se le da mucho énfasis al duelo de Aubrey, pero en los que en realidad lo que ocurre en pantalla es poco o nada como para que te interese más a fondo la relación con su fallecida amiga. Ni que decir del inicio del fin del mundo.

A eso hay que agregarle que los elementos ligados al terror son muy pocos y solo aparecen de manera esporádica cuando entran en juego unos mixtapes con los que el director empieza a plasmar su idea de manera más concreta, lo cual le brinda cierta frescura a las acciones, aunque no por mucho tiempo. En especial porque la manera en la que se conecta cada cosa no se siente natural, no fluye como debería y por varios lapsos el espectador se encontrará ante escenarios que lo confundirán dado a que no se profundiza demasiado en cuestiones fundamentales para entender por qué nuestra protagonista hace lo que hace (o hizo en el pasado).

Es en la parte final donde los elementos lovecraftianos más o menos se puede decir que están presentes, incluso se hace uso del metacine, pero al existir tan poco desarrollo previo lo que ocurre en pantalla sigue sin tener sentido. Llevando así a un desenlace flojo, sin fuerza; que sigue apostando más por lo auditivo y que te termina dejando con una sensación de vacío importante.

En cuanto a las actuaciones realmente todo recae Virginia Gardner, quien hace lo necesario para sobrellevar la película sin quitar la misma expresión durante más de 90 minutos. La producción es donde tiene la mayoría de sus puntos fuertes: el trabajo de fotografía es bastante bueno, la dirección de arte está correcta, el score es genial, el trabajo de sonido no tiene fallos y los efectos presentan un CGI que no considero terrible pero no es el mejor.

Opinión final: Starfish es decepcionante. Película sin mucho sentido que probablemente gustará o no dependiendo de su humor cuando la vean.

Ojometro:
**

martes, 13 de agosto de 2019

Crítica: Crawl (2019)


Película dirigida por Alexandre Aja (High Tension, The Hills Have Eyes), cuyo guión fue escrito por los hermanos Michael y Shawn Rasmussen. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos a mediados de julio, mientras que en México hizo lo propio el fin de semana pasado. Recaudando hasta la fecha $58.7 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Haley (Kaya Scodelario) va en busca de su padre en medio de un huracán categoría cinco, pero pronto se encontrará atrapada debajo de una casa inundada y peleando por su vida contra unos cocodrilos que se han adueñado del lugar.



Comentarios generales:

Desde que salió “Lake Placid” hace 20 años atrás las películas de cocodrilos quedaron condenadas a utilizar la misma fórmula una y otra vez llegando a extremos cada vez más ridículos. Por eso cuando empezaron a salir noticias sobre Crawl la verdad no me interesó demasiado, parecía una más del montón; sin embargo, con el pasar de los meses fue resultando evidente que la película pretendía ser algo más debido a las personas involucradas en el proyecto y al final el resultado ha sido uno por demás agradable, ya que se trata de una de las sorpresas de 2019.

Y es que Alexandre Aja y los hermanos Rasmussen no solo tienen como propósito el ofrecernos una película que muestre a dichos animales como las bestias de la naturaleza que son por sí mismas (evidentemente con ciertas exageraciones), sino además construir una historia que contenga la mayor cantidad de elementos básicos para satisfacer a los fans del género. Algo que sin duda logran debido a que desde muy temprano se muestra un nivel de violencia bastante elevado que añade impacto de golpe y ayuda a establecer un escenario de total desventaja para la protagonista en el que se construyen algunos momentos de verdadero terror con los que se explota la oscuridad y las limitaciones de movilidad con las que cuenta por distintos factores.

Ante esto la tensión en todo momento es muy alta porque precisamente el riesgo de ataque siempre resulta posible y eso hace que el ritmo nunca se sienta pesado, incluso en las partes más tranquilas. Simplemente las acciones fluyen de manera natural mientras poco a poco se va incrementando la escala de la amenaza, abriendo así la puerta para añadir más muertes que mantengan la violencia y la sangre presentes; además de algunas secuencias bajo el agua que justifiquen el tema que liga a los personajes en peligro.

Ya para los últimos 20 minutos es cuando las cosas se decantan más por el lado de la acción, lo cual no está nada mal considerando que era un paso natural de las acciones ante el tema del huracán. Esto le brinda mayor dinámica al cierre y algunas de las secuencias más memorables no solo por el despliegue visual, sino también por la crudeza con la que se siguen mostrando los ataques de los cocodrilos para que hasta en el último instante la sensación de peligro no desaparezca.

En las actuaciones Kaya Scodelario lo hace muy bien con un papel demandante físicamente hablando y carga sin demasiados problemas con el peso de la película. La producción es de buena factura: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte está bien cuidada, el score está ok, el trabajo de sonido es impecable, la labor de maquillaje cumple y los efectos son de primer nivel.

Opinión final: Crawl me gustó bastante. Película divertida sin demasiadas pretensiones que se establece como la mejor de cocodrilos dentro del género.

Ojometro:
****