viernes, 6 de septiembre de 2019

Crítica: Darlin’ (2019)


Película escrita, dirigida y co-protagonizada por Pollyanna McIntosh, la cual significa su debut tras la cámara. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 12 de julio, aunque todavía no hay información sobre cuándo saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Después de ser encontrada en un hospital, la salvaje adolescente conocida como Darlin (Lauryn Canny) es llevada a una casa hogar manejada por un obispo y sus obedientes monjas para rehabilitarla y demostrar el milagroso trabajo de la iglesia. Aunque lo que no saben es que la joven no está sola, ya que la mujer salvaje que la crio hará todo lo posible para recuperarla.



Comentarios generales:

Si hace diez años alguien me hubiera preguntado si creía que “Offspring” era el inicio de una trilogía me hubiera reído bastante, vamos… incluso si alguien me hubiera preguntado en 2011 si “The Woman” iba a tener una secuela mi reacción hubiera sido la misma. Sin embargo, este negocio da muchas vueltas y en el género de terror todo es posible, así que mientras exista alguien interesado en realizar determinada película de alguna u otra forma esta verá la luz y ciertamente el que Darlin’ lo haya hecho es algo que por lo menos merece ser atendido.

Esto porque claramente se trata de un proyecto muy personal por parte de Pollyanna McIntosh, quien opta por traernos una secuela que se siente más como una espiritual y no tanto como una directa gracias a que la conexión con su predecesora es realmente frágil. Ofreciendo así una historia que durante los primeros 40 minutos resulta bastante caótica y con poca identidad al nunca encontrar un balance adecuado para presentar la re-adaptación de Darlin a la sociedad civilizada y las acciones violentas de la madre, generando con esto un ritmo extraño que nunca deja que las acciones fluyan de manera correcta.

Es hasta el segundo acto cuando las cosas se estabilizan y en gran medida se debe a que la crítica hacia la iglesia se vuelve el centro de atención, aunque al hacer esto prácticamente la película se vuelve un drama en donde poco a poco todo lo referente al terror va desapareciendo. Obviamente existe alguno que otro elemento que aporta sangre e impacto, pero en realidad se sigue un camino recto, incluso diría predecible; con el cual se diseña todo para explotar el morbo por saber en su totalidad las intenciones del obispo y por ver si en algún punto Darlin regresa a sus raíces salvajes.

Llevando así a una parte final en la que se revela algo que termina por quitarle cierto interés al tema del obispo. Aunque por otra parte se logra construir un cierre con cierta fuerza en la que la violencia vuelve a estar presente y brinda una conclusión lógica para los dos personajes centrales. 

En cuanto a las actuaciones McIntosh no ofrece algo muy distinto a lo que vimos previamente y su rol es limitado, mientras que el resto del elenco lo hace bien; en especial Lauryn Canny como su “hija” salvaje. La producción es de buena factura: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte simple, el score es bastante bueno, el trabajo de sonido cumple, los efectos son sencillos y la labor de maquillaje acertada.

* Cuenta con una escena post-créditos

Opinión final: Darlin’ está aceptable. Película recomendable más que nada para fans de las dos anteriores.

Ojometro:
***

martes, 3 de septiembre de 2019

Crítica: Gwen (2019)


Película escrita y dirigida por William McGregor, la cual significa su primer largometraje. Se estrenó en cines dentro del Reino Unido durante el mes de julio, mientras que en los Estados Unidos hizo lo propio en VOD el pasado 16 de agosto. Todavía no se sabe si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Luchando contra la misteriosa enfermedad de su madre, la ausencia de su padre y con una compañía minera que trata de quitarles su tierra, la joven Gwen (Eleanor Worthington-Cox) pronto empezará a notar como una peculiar oscuridad rodea su casa y su comunidad se pone en contra de su familia.



Comentarios generales:

Con el éxito que significó “The Witch” las películas de época dentro del género de terror tomaron un nuevo aire, así que no es tan raro que salgan propuestas que quieran ser la nueva referente dentro de esta clase de cine. Lo malo es que lograr este objetivo no es algo tan simple, sobre todo porque se trata de películas que apuestan por una fórmula que básicamente actúa como repelente para un porcentaje importante de la audiencia, convirtiéndolas así en unas de nicho y Gwen creo que es un claro ejemplo de esto.

Ya que lo que ofrece McGregor apuesta completamente por explotar la atmósfera e ir construyendo bajo un ritmo lento una historia deprimente con la que desde el primer minuto el espectador comprenda que la situación de Gwen es la peor posible y así establecer el tono predominante desde muy temprano. Centrándose más que nada en una dinámica familiar en la que las fricciones son constantes y en donde se da a conocer la problemática de la compañía minera, la cual durante el primer acto no representa gran peligro pero su simple presencia hace que uno empiece a dudar de ciertas situaciones en las que podría o no estar detrás.

Y es que aquí estamos ante una película en donde nada es claro y prácticamente todo se deja a la interpretación una vez que el estado físico de la madre empeora, utilizándola como el medio para ir integrando elementos que puedan generar momentos de relativo impacto o sospecha. Sobre todo porque te dan breves indicios de que, tal vez, ella podría ser más de lo que aparenta y en base a esto gira prácticamente un segundo acto con tintes mucho más trágicos en los que se expone el conflicto pero tampoco se hace demasiado como para elevar la intensidad de las cosas y todo sigue avanzando a un ritmo que no ayuda al desarrollo general.

La parte final no la la encontré mala, pero si poco satisfactoria. Para este punto uno espera que tanto sufrimiento por lo menos lleve a una situación que logre cambiar un poco la dinámica y deje atrás por algunos instantes la pasividad en las acciones; sin embargo, aunque tratan de hacerlo, el resultado termina siendo pobre y la conclusión te deja con una sensación de indiferencia muy fuerte cuando, en teoría, tendría que ser todo lo contrario.

Las actuaciones son correctas, realmente nadie destaca porque tampoco se trata de una película que exija demasiado a su elenco. La producción cumple: el trabajo de fotografía es bastante bueno, la dirección de arte correcta, el score es sólido, el trabajo de sonido no tiene fallos, los efectos son mínimos y la labor de maquillaje solo atiende aspectos básicos.

Opinión final: Gwen está ok. Si tienen un nivel de paciencia alto seguro la disfrutarán, pero si no, lo mejor es que la eviten.

Ojometro:
***

viernes, 30 de agosto de 2019

Crítica: Play or Die (2019)


Producción belga que significa el debut tras la cámara del director Jacques Kluger, quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Amiel Bartana. Se estrenó en cines dentro de varios países de Europa durante el mes de mayo, mientras que su salida en DVD y VOD se dio el pasado 20 de agosto dentro de los Estados Unidos.

Sinopsis:

Lucas (Charley Palmer Rothwell) y Chloe (Roxane Mesquida) son dos apasionados gamers que deciden participar en un exclusivo juego de escape llamado Paranoia. Esto los lleva a un hospital abandonado en medio del bosque junto con otros participantes, aunque pronto se darán cuenta que solo uno de ellos podrá salir con vida de ese lugar.  



Comentarios generales:

Tengo conocimiento de que Play or Die está basada en una novela de nombre “Puzzle” escrita por Franck Thilliez, pero la verdad nunca la he leído así que mi interés no iba por ese lado. En realidad fue el hecho de que la idea base sean los famosos cuartos de escape lo que llamó mi intención debido a que es una fórmula que se ha popularizado en los últimos años y por lo regular suelen ser trabajos entretenidos gracias a que su estructura las beneficia en ese sentido, pero lamentablemente este no fue el caso.

Lo cual es una pena porque lo que nos trae Kluger durante determinado periodo de tiempo parece que seguirá este camino al presentar unos primeros 25 minutos donde la película fluye sin contratiempos por medio de dos personajes de los cuales no sabemos casi nada, pero que gracias a su tensa relación y la manera en la que resuelven los acertijos iniciales logran que te interese su futuro. Sin embargo, este gusto dura poco gracias a que una vez que se entra de lleno a la dinámica de los cuartos de escape las cosas empiezan a decaer sin freno, principalmente porque no parece existir mucho conocimiento sobre cómo funcionan estos.

Ya que lo que ocurre se desarrolla de manera excesivamente rápida y en ningún momento se logra generar la sensación de peligro adecuada que requieren esta clase de situaciones, además de que muchos de los acertijos resultan demasiado complejos y eso vuelve algo complicado el seguirle los pasos al personaje que por lo regular termina resolviéndolos (Lucas). Haciendo que uno se pierda a medio camino y por lo consiguiente la tensión que supuestamente deberían proporcionar nunca logre estar presente gracias a que la mayoría del tiempo te la pasas tratando de entender lo que hace.

Para empeorar las cosas el desarrollo del resto de los personajes tampoco es el mejor, ya que el tiempo en pantalla que se les brinda es mínimo y esto provoca que poco a poco la historia vaya mutando más a un cuasi slasher. Donde de pronto los cuartos dejan de tener peso y la dinámica básicamente se centra de correr de un punto a otro mientras se trata de generar dudas con respecto a la identidad de los participantes que van muriendo a manos de un asesino y guardar la sorpresa sobre quién está detrás de todo esto.

Una que sin duda es bien manejada hasta la parte final y resulta difícil adivinarla, aunque llegando a este punto la película es tan distinta que termina sintiéndose algo forzada. Además de que quedan muchos cabos sueltos y el desenlace te deja con la sensación de que todo lo ocurrido era innecesario para contar precisamente eso.

Las actuaciones están correctas, Rothwell y Mesquida tienen una buena química en pantalla como para mantener el interés por ellos hasta los últimos minutos y el resto del elenco solo está de adorno. La producción cuenta con algunas cosas interesantes: el trabajo de fotografía tiene cierto aire de giallo, la dirección de arte es simple, el score resulta agradable, el trabajo de sonido no es el mejor y lo referente a efectos/maquillaje es sencillo.  

Opinión final: Play or Die es decepcionante. Película con algunas buenas ideas que por querer ser demasiado compleja se termina cayendo estrepitosamente.

Ojometro:
**

martes, 27 de agosto de 2019

Crítica: The Night Sitter (2019)


Película dirigida por Abiel Bruhn y John Rocco, quienes además comparten créditos como escritores del guión. Se estrenó en VOD y DVD dentro de los Estados Unidos el pasado 6 de agosto, mientras que su salida en Blu-ray está confirmada para el próximo 3 de septiembre.

Sinopsis:

Haciéndose pasar como una inocente niñera, Amber (Elyse DuFour) planea robar la casa de un adinerado entusiasta de lo oculto que vive con su solitario hijo Kevin (Jack Champion). Sin embargo, cuando sus cómplices llegan para vaciar el lugar, Kevin libera por error a un trió de brujas que desatarán un terror inimaginable que los hará formar un vinculo improbable para sobrevivir la noche.



Comentarios generales:

Definitivamente no diría que están de regreso porque la verdad es que su figura siempre ha estado presente durante décadas, pero es evidente que en años recientes ha existido cierta tendencia dentro del cine de terror para regresarles notoriedad a las niñeras. Al final de cuentas son la puerta para ofrecer trabajos no tan complejos con los que la gente sabe qué va a ver desde el primer instante, los cuales además abren la puerta para mezclar distintos subgéneros sin que se cuestione de manera profunda si su presencia tiene sentido o no. Tal como es el caso de The Night Sitter.

Una película con la que Bruhn y Roddo no se parten la cabeza y tratan de simplificarla lo más que se pueda para ofrecer una experiencia que desde temprano atrape al espectador con su ritmo ágil en lugar de aburrirlo con una elaboración excesiva. Esto porque realmente no tienen que pasar más de 20 minutos para conocer lo básico con respecto a los personajes principales y a partir de ese punto las cosas solo aumentan en cuanto dinamismo de manera progresiva sin descanso, primero dándole prioridad a eventos que involucran a Amber o a Kevin por separado (con los que se añade la mayoría del humor) y luego eventualmente estableciendo el peligro ya en conjunto.

Llevando así a un segundo acto en el que los guiños a Dario Argento son bastante marcados, no solo por la presentación visual que se adopta por medio del trabajo de fotografía, sino también porque la amenaza es básicamente una referencia directa a uno de sus principales legados. La cual por algunos minutos enreda las acciones ante la poca claridad que brindan con respecto a su existencia y porque la matanza que se desata tarda en tomar fuerza gracias a que no parece existir una idea tan clara sobre qué hacer con tantos personajes, pero una vez que vuelve a encontrar el ritmo adecuado lo que ocurre es bastante entretenido.

La parte final la encontré un tanto extraña. Por un lado tiene lógica considerando un detalle que presentan al inicio; sin embargo, en ningún momento se siente como algo orgánico en el desarrollo, resulta forzado e incluso el humor con el que se maneja no encaja del todo bien. Aunque por lo menos el desenlace logra ofrecer una buena dosis de sangre que logrará hacer olvidar este detalle a corto plazo.

Las actuaciones no están mal, DuFour y Champion muestran buena química y los mejores momentos de la película se dan cuando ellos están juntos en pantalla; mientras que el resto del elenco cumple con roles limitados que solo tienen un propósito especifico. La producción no está mal considerando el presupuesto discreto: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte está ok, el score es sólido, el trabajo de sonido tiene alguno que otro detalle, los efectos prácticos cumplen y la labor de maquillaje es discreta. 

Opinión final: The Night Sitter está entretenida. Película sin muchas complicaciones para pasar el rato.  

Ojometro:
***