martes, 11 de marzo de 2025

Crítica: Presence (2025)

Película dirigida por Steven Soderbergh, cuyo guión fue co-escrito por David Koepp. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos a finales de enero, mientras en México hizo lo propio el pasado 6 de marzo; recaudando hasta la fecha $9.2 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Tras una serie de sucesos extraños, una familia se convence de que no están solos dentro de su nueva casa en los suburbios.


Comentarios generales:

Que Steven Soderbergh dirija una película ligada al género de terror es por sí mismo todo un acontecimiento, pero si a eso le agregas que lo hace con una propuesta que se siente fresca dentro de un subgénero tan gastado entonces tenemos algo que inevitablemente va a atraer muchas miradas. Lo cual convertía a Presence en un trabajo que generó más expectativas de las que probablemente se tenían contempladas y eso se nota en el resultado final.

Ya que lo presentado por Soderbergh no está pensado para generar sobresaltos aleatorios al espectador cada cinco minutos o provocarle una sensación de terror extrema, más bien su prioridad es desarrollar un drama familiar ante los “ojos” de un espíritu que por sí mismo es toda una incógnita debido a que no muestra el comportamiento habitual que uno esperaría. Haciendo que el primer acto no sea el más atractivo dado a que se sustenta en la monotonía de la vida familiar y en el ir plantando varias de las preguntas fundamentales que sostendrán el drama más adelante.

Ante eso las cosas avanzan de manera bastante lenta por las pocas emociones que se presentan en pantalla, aunque conforme vamos entrando al segundo acto se trata que el espíritu vaya adquiriendo un mayor involucramiento en las acciones y gracias a ello se se pueden ver algunos de los pocos momentos con cierto nivel de intensidad que a la postre llevan a que se quiera profundizar de alguna manera sobre este; sin embargo, la forma en la que lo hacen es tan vaga al grado de que queda parado como algo irrelevante. Siendo esa una problemática recurrente dado a que cada situación de importancia es tratada de manera muy superficial y por lo mismo va creando cierta sensación de vacío dentro de una historia a la que pareciera que jamás quieren añadirle más extravagancia ante el riesgo de convertirla en una propuesta convencional sobre fantasmas.

Volviendo con esto el visionado retador, más no particularmente aburrido; en especial durante una parte final que no cambia mucho la fórmula pero logra manejar un grado de tensión agradable. Dejándonos con esto un desenlace hasta cierto punto sorpresivo y, sobre todo, un tanto depresivo.

Las actuaciones no son espectaculares, pero cumplen con el propósito de demostrar la monotonía de una familia que tiene sus problemas y está al borde desmoronarse por diferentes motivos. Siendo Lucy Liu (Rebekah) la que tal vez resalta más por darle vida al personaje con la personalidad más dominante de todas.

Mientras que en producción tenemos una factura bien cuidada, pero discreta: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte simple, el score no destaca demasiado, el trabajo de sonido es bastante bueno, los efectos en general son básicos y la labor de maquillaje ínfima.

Opinión final: Presence está ok. Película con una propuesta fresca a la que le falta desarrollar mejor sus ideas.

Ojometro:
***

viernes, 7 de marzo de 2025

Crítica: Mouse of Horrors (2025)

Película dirigida por Brendan Petrizzo (Monster Hunters), cuyo guión fue co-escrito por Harry Boxley y Marc Gottlieb. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 25 de enero, aunque no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

En una ciudad costera el caos se desata cuando las monstruosas creaciones del Dr. Rupert asechan por la noche, cosechando partes de cuerpos para un propósito siniestro y provocando que nadie se encuentre a salvo.


Comentarios generales:

Todos sabemos lo que está ocurriendo con las obras que han entrado al dominio público y eso seguirá siendo un tema de conversación durante mucho tiempo; sin embargo, el caso de Mickey Mouse es uno que llama particularmente la atención dado a que se trata de la mascota de Disney. Un monstruo empresarial que tiene seguidores y detractores por igual, así que el poder ver al ratón bajo estas circunstancias es sin duda una extravagancia que seguramente no le gustará a la gente de pantalón largo de dicha empresa, aunque la verdad Mouse of Horrors es tal vez una de las peores formas para explotar a tan icónico personaje.

Ya que lo traído por Petrizzo es un desastre que no tiene sentido y pareciera que conforme fue pasando el tiempo los cambios en el guión se volvieron una constante debido a que, lo que en teoría debía de ser un simple slasher, termina siendo un intento de crossover con “Winnie-the-Pooh: Blood and Honey” y al mismo tiempo una historia sobre un doctor loco con aires de “Frankestein” en la que la percepción del tiempo parece no ser algo relevante para el director, ni mucho menos el cuidado a los detalles.

Tratando de que sea el peculiar comportamiento de nuestro “Mickey Mouse” el principal factor de interés y por ello se expone la mayor cantidad de asesinatos posibles en pantalla sin importar si estos tienen algún tipo de relevancia para el desarrollo. Simplemente se trata de presentar muerte tras muerte con resultados bastante pobres al no generar nada de impacto por medio de estos, además de que conforme van pasando los minutos el nivel de incoherencia llega a tal punto que básicamente uno como espectador se da por vencido en tratar de encontrar algo que pueda resultar al menos interesante más allá de los manierismos del asesino y gracias a eso la experiencia se vuelve muy aburrida.

Ante esto realmente la parte final es bastante irrelevante porque una vez más todo brinca de un lado a otro y se le da prioridad a una pelea poco emocionante entre asesinos que desafían cualquier sentido del espacio y del tiempo. Aunque por lo menos dicho conflicto le brinda un ligero incremento al ritmo para que el cierre llegue más rápido y con ello dé por finalizado el sufrimiento.

Las actuaciones son terribles y eso se magnifica todavía más ante el mar de incoherencias que tiene la historia. Y en cuanto a producción, igualmente tenemos una pobreza muy evidente: el trabajo de fotografía es malo, el score no aporta nada, el trabajo de sonido es atroz, los efectos son de baja calidad y el trabajo de maquillaje es lo único decente.

* Cuenta con una escena post-créditos

Opinión final: Mouse of Horrors es muy mala. Otro intento fallido por querer explotar el dominio público.

Ojometro:
*

martes, 4 de marzo de 2025

Crítica: Blood Pay (2025)

Producción italiana dirigida por Brace Beltempo, cuyo guión fue escrito por Uberto Morosi. Se estrenó en VOD dentro de Italia y los Estados Unidos a mediados de enero, aunque no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

En una futura ciudad gobernada por la IA, la confortable vida de John (Gianluca Busani) solo es una fachada para sus estragos internos. Así que cuando una misteriosa publicidad le promete una experiencia única por medio de la inteligencia artificial su vida empezará a cambiar ante algo que difumina la línea entre el humano y la maquina.


Comentarios generales:

Dada la naturaleza polémica de la IA dentro de muchas industrias y especialmente la del entretenimiento, la verdad no es raro que con el paso del tiempo esta se vaya convirtiendo en un villano predominante dentro de muchas películas. Es algo natural ante el riesgo que puede representar para el bienestar laboral de millones de personas en el futuro, pero Blood Pay es tal vez una de las formas más absurdas de presentarla.

Ya que lo traído por Beltempo es una historia que realmente no tiene demasiada sustancia y eso se puede notar de inmediato con unos créditos iniciales larguísimos, así como con unos primeros 25 minutos en los que literal todo se limita a ver a distintas mujeres tratando de conquistar a John mientras este se cuestiona su existencia de la manera más aburrida posible. Dejando que sea hasta la aparición de la IA cuando la dinámica cambie un poco ante las rarezas que esta trae consigo, aunque más allá de esa extravagancia inicial tampoco es que existan demasiadas cosas que vuelvan interesantes los estragos internos de nuestro protagonista.

Llevándonos así a una relación que supuestamente se sustenta en las perversiones y deseos más oscuros de los humanos, pero la realidad es que eso se explota de manera muy superficial para dar paso a una problemática que involucra el ofrecimiento de sangre que no solo es absurda, sino que además no tiene ningún tipo de lógica. Siendo este el impulsor de lo que se supone son los momentos más intensos de la película; sin embargo, las escenas pensadas para añadir impacto resultan irrelevantes en el desarrollo y lo predecible de cada acción hace que el ritmo se vuelva incluso más lento de lo que ya era.

Ante esto llegamos a la parte final con más dudas que certezas y tampoco es como que exista mucha preocupación por aclararlas al centrarse más que nada en el quiebre mental de John para exponer su verdadera naturaleza. Preparando bajo dichas circunstancias un desenlace en el que la IA hace algo que no sorprende a nadie y solo provoca que lo visto deje una sensación de indiferencia muy marcada.

En cuanto a las actuaciones no hay mucho que decir, son bastante malas en general. Mientras que en producción tampoco existen grandes cosas para destacar: el trabajo de fotografía es pobre, la dirección de arte desangelada, el score es tremendamente repetitivo, el trabajo de sonido tiene fallos y todo lo relacionado a efectos/maquillaje es discreto.

* Cuenta con una escena post-créditos

Opinión final: Blood Pay es muy mala. Película que a base de rarezas trata de ocultar todos sus defectos sin nada de éxito.

Ojometro:
*

miércoles, 26 de febrero de 2025

Crítica: The Monkey (2025)

Película escrita y dirigida por Osgood Perkins (Longlegs), la cual está basada en la historia corta del mismo nombre escrita por Stephen King en 1980. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos y México los pasados 20 y 21 de febrero, recaudando hasta la fecha $21.5 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Cuando los gemelos Bill y Hal (Theo James) encuentran un viejo mono de juguete que le pertenecía a su padre, una serie de terribles muertes da inicio. Ante esto deciden deshacerse de este y seguir con sus vidas, pero 25 años después la maldición los vuelve a alcanzar.  


Comentarios generales:

Llevamos por lo menos ocho años con un flujo constante de adaptaciones a las obras de Stephen King y no parece que eso vaya a cambiar en el futuro cercano, lo cual honestamente es algo que a mí no me molesta en lo absoluto dado a que soy gran fan de lo que escribe el oriundo de Maine. Sin embargo, tampoco se puede ocultar el hecho de que los resultados de dichas adaptaciones han sido variados y por lo mismo siempre existen dudas cada vez que se anuncia una nueva debido a que no se sabe si los involucrados podrán hacerle justicia al material original, pero afortunadamente The Monkey ha sido uno de esos casos en los que se hicieron bien las cosas.

Ya que Osgood Perkins incluso cambia un poco su característico estilo para adaptarse a una historia que se sustenta totalmente en un humor negro al que por momentos puede costar trabajo encontrarle el gusto, aunque el hecho de que desde muy temprano también se logre establecer el alto nivel de violencia con el que será combinado ayuda a que no tengan que pasar muchos minutos para poder digerirlo. Sobre todo porque la primera media hora de la película en términos generales es muy ágil en su ejecución y no se complica en lo absoluto al momento de explicar la maldición detrás del juguete, brindándole así el tiempo suficiente a la relación entre los hermanos para que se pueda palpar lo fragmentada que se encuentra y los traumas con los que tienen que lidiar.

Algo que se magnifica para el segundo acto al centrarse principalmente en la patética vida parental de Hal, quien a base de su paranoia logra mantener la tensión a flote mientras se va construyendo todo el caos que existe a su alrededor por el regreso de la maldición. Llevándonos así a una serie de sucesos sangrientos que proporcionan impacto y algo de humor involuntario, pero también la constante sensación de peligro en la que él y su hijo tienen que navegar para descubrir algo que ciertamente es predecible e incluso lleva a algunos momentos que no se sienten tan orgánicos dentro de todo esto (principalmente los que involucran al personaje de Ricky).

Un aspecto que afortunadamente no afecta demasiado y que para la parte final lo solucionan de manera competente para que el conflicto decisivo sea interesante a pesar de que no es tan extremo como se esperaría. Dejándonos así un desenlace que juega mucho con el aspecto familiar y la repartición de culpas, pero sobre todo que pone en perspectiva el nivel de amenaza que representa el mono.

En el tema de las actuaciones tenemos a un Theo James que hace un buen trabajo al darle vida a la versión adulta de los gemelos combinando de manera acertada un humor muy peculiar con la paranoia generada por su constante miedo. Mientras que Christian Convery también hace un buen trabajo dándole vida a la versión infantil de estos, logrando que sus distintas personalidades sean muy marcadas para que así su relación en pantalla presente mayor complejidad.

Y en cuanto a producción, nos encontramos con una buena factura: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte está bien cuidada, el score cumple, el trabajo de sonido es estupendo, los efectos son de gran nivel y la labor de maquillaje resulta efectiva.

Opinión final: The Monkey me gustó. Película con humor negro y mucha sangre que te hace pasar un buen rato.

Ojometro:
****