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martes, 10 de diciembre de 2024

Crítica: Stream (2024)

Película dirigida por Michael Leavy, quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a Steven Della Salla, Robert Privitera y Jason Leavy. Se estrenó de manera limitada en cines dentro de los Estados Unidos a finales de agosto, mientras que su salida en VOD se dio el pasado 15 de octubre.

Sinopsis:

El fin de semana de descanso de la familia Keenan se convierte en unas vacaciones para morir, ya que cuatro despiadados asesinos llevan a cabo un sádico juego en su hotel. En donde compiten para ver quién mata de la manera más creativa a todos los huéspedes.


Comentarios generales:

Cuando una película tiene dentro de su elenco nombres como el de Tim Curry, Jeffrey Combs, Danielle Harris, Bill Moseley, Tim Reid, Dee Wallace, Felissa Rose y el recién fallecido Tony Todd difícilmente va a pasar desapercibida, incluso si se trata de un proyecto relativamente pequeño. Es básicamente lo más cercano que los fans del cine de terror podrían tener de un crossover tipo Marvel con su MCU, pero lamentablemente Stream no sabe sacarle provecho a esto.

Lo cual es una pena porque lo presentado por Leavy tenía los ingredientes para ser algo entretenido a pesar de que su concepto como tal se encuentra un tanto desgastado, poniéndonos frente a una historia a la que le termina afectando el tener tantos guionistas involucrados dado a que sufre en todo momento para encontrar su identidad y eso conlleva a que el uso de los rostros conocidos sea solo un recurso exprés para desviar la atención. Sobre todo durante unos primeros 35/40 minutos en los que pasan pocas cosas interesantes al centrarse más que nada en un drama familiar que no deja bien posicionados a ninguno de sus miembros como personajes por los cuales sientas gran empatía, aunque por lo menos existen intentos por tratar de sacudir un poco el tedio con algunas muertes que dan una idea del grado de violencia que se debe de esperar.

Siendo precisamente una muerte sorpresiva la que sirve como punto de partida para brindar una mayor dinámica y empezar a ver situaciones intensas que ayuden a que establecer la peligrosidad de cada asesino, quienes a pesar de estar bajo una máscara y no decir ni una sola palabra muestran personalidades bien definidas que le dan su toque único a cada asesinato. Lo malo es que la manera en la que se construye todo alrededor del juego tiene poca intensidad y resulta en extremo predecible, ocasionando con esto que escenas pensadas para añadir impacto no tengan el nivel de efectividad deseado y poco a poco lo que se ve en pantalla termina volviéndose repetitivo.

Algo que sin duda buscan cambiar durante la parte final, donde le dan más exposición al personaje de Mr. Lockwood y eso hace que las cosas adquieran cierto grado de locura para hacer de estos minutos entretenidos. Dejándonos un desenlace que tiene buena intensidad, pero jamás se logra vender la idea sobre la aparente magnitud del juego y por lo consiguiente te quedas con una sensación de vació importante.

De las actuaciones realmente quien más resalta es Jeffrey Combs (Mr. Lockwood), cuyo personaje es el único que tiene un propósito claro en la historia más allá de un cameo glorificado y le sabe sacar el mayor jugo posible. Mientras que en producción es cumplidora: el trabajo de fotografía está ok, la dirección de arte es desangelada, el score no aporta mucho, el trabajo de sonido es sólido, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje resulta correcta.

* Cuenta con dos escenas durante los créditos

Opinión final: Stream es decepcionante. Película con muchos nombres llamativos, pero pobre ejecución.

Ojometro:
**

martes, 26 de septiembre de 2023

Crítica: Natty Knocks (2023)

Película dirigida por Dwight H. Little (Halloween 4: The Return of Michael Myers) y escrita por Benjamin Olson. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos durante el mes de julio, mientras que a México llegó a las salas de cines el pasado 21 de septiembre.

Sinopsis:

En la víspera de Halloween, Britt Henderson (Charlotte Fountain-Jardim) y los niños a los que tiene que cuidar deben de tratar de sobrevivir la amenaza de un peligroso asesino que azota al pequeño pueblo donde viven.


Comentarios generales:

Si algo tiene México es que suele ser un mercado rentable para el cine de terror y no es raro que, películas que en otros países se estrenan solo en VOD, acá si lleguen a las salas de cine. Situación que se podría pensar que es genial, pero en realidad la mayoría de las veces solo se trata de una medida desesperada por parte de los estudios para sacar algo de dinero como sea y con ello llenan la cartelera de proyectos mediocres como Natty Knocks.

Un slasher cuya única razón para verla es la presencia de iconos del género como Robert Englund (Mr. Meredeth), Danielle Harris (Diane) y Bill Moseley (Abner Honeywell), ya que realmente lo traído por Little no se sostiene por ningún lado y se siente como una película de hace 30 o 40 años. Lo cual en gran parte se debe a que la historia pretende manejar fundamentos típicos del slasher y combinarlos con un elemento sobrenatural que en ningún punto logran integrarlo de manera adecuada, siendo factor fundamental para esto el hecho de que el asesino queda relegado a un segundo plano durante la primera mitad del filme para brindarle más atención a un elenco infantil desesperante con problemas familiares que no te podrían importar menos.

Provocando con esto que no se pueda profundizar demasiado sobre Abner Honeywell y por lo consiguiente existan muy pocas muertes durante un periodo considerable de tiempo. Situación que tratan de disimular un poco por medio de una investigación que en todo momento se siente demasiado apresurada al estar construida con puros sucesos circunstanciales que no ayudan en lo absoluto a generar el impacto necesario para que nuestro asesino se pueda manifestar como esa amenaza tan terrible que se supone que es.

Un problema que evidentemente hace que el camino rumbo a la parte final carezca de emociones y se apueste todo a que sean precisamente los minutos finales los que aporten todas las necesarias para salvar las cosas. Algo que no logran hacer, aunque por lo menos el desenlace si tiene un poco más de intensidad y trata de darle cierto sentido al aspecto sobrenatural (sin mucho éxito).

Con respecto a las actuaciones, sin duda quien deja una mayor impresión es Bill Moseley y Charlotte Fountain-Jardim no hace un mal trabajo para ser debutante. Sin embargo, todo lo que respecta al casting infantil/adolescente es insufrible y eso hace que la experiencia resulte aún más difícil de digerir.

Y en cuanto a producción tampoco tiene mucho para presumir: el trabajo de fotografía está ok, la dirección de arte no destaca, el score es genérico, el trabajo de sonido cumple, los efectos son muy simples y la labor de maquillaje poco arriesgada.

Opinión final: Natty Knocks es mala. Un slasher pobre del que difícilmente se acordarán una semana después de haberlo visto.

Ojometro:
**

viernes, 18 de octubre de 2019

Crítica: 3 from Hell (2019)


Secuela escrita y dirigida por Rob Zombie (The Devil’s Rejects). Se estrenó de manera limitada en cines dentro de los Estados Unidos a mediados de septiembre, mientras que su salida en VOD y formato físico se dio el pasado 15 de octubre.

Sinopsis:

Después de estar en prisión durante 10 años, Otis (Bill Moseley) y Baby (Sheri Moon Zombie) logran escapar con la ayuda de su medio hermano Winslow (Richard Brake) y vuelven a desatar su locura como en los viejos tiempos. Aunque sus violentas acciones les generarán enemigos que los perseguirán hasta México. 



Comentarios generales:

Un gran número de fans (entre los que me incluyo) consideran “The Devil’s Rejects” como una de las mejores películas del género de terror de la década de los 2000s y del siglo actual, así que cuando se empezó a especular sobre una nueva entrega con dichos personajes no se sabía que esperar debido a que el final de esa película había cerrado el ciclo de manera perfecta. Simplemente parecía que no había necesidad de hacerla y creo que el resultado lo confirma.

Ya que lo que nos ofrece Rob Zombie en todo momento se siente como un choque de ideas que en algún punto consideró para ser el sustento de esta secuela, pero ninguna la pudo desarrollar en su totalidad y mejor optó por hacer una mezcla con todas estas que deja como resultado una historia por demás inconsistente e incluso aburrida.

Con un primer acto que por momentos parece que se va a sustentar en el fanatismo por los asesinos seriales para así elevar el estatus de Otis, Capitán Spaulding y Baby, aunque este enfoque es rápidamente desechado para dar paso a otra idea que ofrece los momentos más interesantes del filme al centrarse en su etapa dentro de la cárcel, sus condenas y escapes. Sin duda algo que no parece muy novedoso pero que si se siente como un avance natural para los personajes al brindar no solo las únicas escenas de Sid Haig como Spaulding, sino también para ir conociendo un poco más sobre cómo estos diez años los afectaron.

Logrando con esto que la violencia que los caracteriza llegue de manera rápida y se logren generar algunas escenas con un toque de rareza particular que le dan fluidez a las cosas. Sin embargo, conforme van pasando los minutos una vez más se puede ir notando el cambio de rumbo y para el segundo acto básicamente lo que vemos es un reinvención de Rejects que no aporta demasiado más allá de conocer un poco a Winslow y revelar que Baby es, por mucho, quien más dañada está después de su periodo en la cárcel. Un aspecto que parece que será importante pero del que no se profundiza demasiado y se desecha para darle paso a una venganza sumamente improvisada.

Venganza que provoca que la parte final sea demasiado absurda al girar alrededor de una masacre que falla en su intento por establecer una amenaza seria para nuestro trió de asesinos al carecer de momentos memorables. Generando así un cierre desangelado que simplemente se da porque si y no tiene demasiadas consecuencias.

Las actuaciones son lo mejor de la película con un Bill Moseley que sigue estupendo bajo este papel y con una Sheri Moon Zombie que ofrece la que es su actuación más exagerada hasta la fecha para solidificar el tema de la locura. Además de que Richard Blake resulta buen complemento para estos dos a pesar de que su personaje no recibe tanto material.

La producción es de buena factura: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte tiene buenas cosas, el score es muy bueno, el trabajo de sonido no tiene fallos, los efectos son sencillos y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: 3 from Hell fue una gran decepción. Secuela totalmente innecesaria.

Ojometro:
**

martes, 3 de noviembre de 2015

Crítica: Old 37 (2015)


Película dirigida por Christian Winters bajo el nombre de Alan Smithee, cuyo guión fue escrito por la dupla Joe Landes/Paul Travers. Se estrenó en VOD el pasado 29 de septiembre dentro de los Estados Unidos y posteriormente (6 de octubre) salió en DVD.

Sinopsis:

Haciéndose pasar como paramédicos, dos psicópatas interceptan llamadas al 911 por medio de una ambulancia en espera de poder recoger indefensas victimas adolescentes. Sin embargo, cuando una tímida chica se convierte en su próximo objetivo, esta representará todo un reto para ellos en su lucha por sobrevivir.



Comentarios generales:

Hay ocasiones en las que existen buenas ideas sobre cómo presentar una historia que por diversas cuestiones (presupuesto o diferencias creativas principalmente) terminan solo en eso y obligan a los involucrados a arreglárselas como puedan. Este sin duda fue el caso con Old 37 debido a que la manera en la que está pensada es algo atípico dentro de los slashers, lo cual hace que resalte, pero con resultados realmente pobres que evidencian por qué el propio director optó por utilizar un nombre falso en este proyecto.

Y es que Winters rápidamente nos presenta un background y el modus operandi de los asesinos para hacerte suponer que veras un slasher en toda la regla, donde no pasarán muchos minutos antes de que se desate la masacre, pero para sorpresa de uno eso termina siendo lo único relacionado a un baño de sangre durante un buen rato gracias a que las cosas se empiezan a centrar en las desgracias de uno de los grupos de jóvenes más desesperantes que me haya tocado ver. Esto con el propósito evidente de generar simpatía por el personaje de Amy, así como desprecio por el resto, algo que no estaría mal si no fuera por el hecho de que todos son presentados como unos auténticos retrasados; incluso Amy (la final girl), cuyo máximo deseo es… hacerse una cirugía plástica para aumentarse los senos.

Ante esto la película pierde por completo cualquier grado de terror y el ritmo resulta poco agradable, limitando la historia de los asesinos a algunos flashbacks sobre su vida con el propósito de que sean ellos los conectores de todos los sucesos. Una idea que le brinda un toque único considerando que le da justificación a sus acciones para que no terminen siendo simples máquinas de matar sin emociones, pero cuyos resultados nunca logran convencerte gracias a que estos son poco utilizados en pantalla y cuando finalmente les dan minutos es para construir algunas de las escenas más desangeladas sobre asesinatos que recuerde; quitándole así todo el impacto que pudiera llegar a tener.

El acto final es lo más rescatable. A pesar de que resulta un tanto absurda la conexión definitiva entre los asesinos y la protagonista, esta cierra el círculo de manera decente; además de que presenta su dosis de sangre para satisfacer a los fans del subgénero.

En las actuaciones realmente lo único que vale la pena es ver juntos en pantalla a Kane Hodder y Bill Moseley como los hermanos psicópatas porque el resto del elenco está lamentable en prácticamente todo. La producción es aceptable al menos: el trabajo de fotografía está ok, el score funciona y tanto la cuestión de efectos como de maquillaje están bien logradas; aunque no arriesgan demasiado en su búsqueda por obtener algo un poco más gráfico.  

Opinión final: Old 37 es simplemente mala. Un slasher fallido que resulta muy complicado poder recomendar.

Ojometro:
**