martes, 21 de octubre de 2014

Critica: The Town That Dreaded Sundown (2014)


Remake del clásico de culto de 1976 cuyo guión está escrito por Roberto Aguirre-Sacasa y que significa el debut en cine para el director Alfonso Gomez-Rejon. Se estrenó de manera limitada en cines, así como en VOD, dentro de los Estados Unidos el pasado 16 de octubre; aun no se sabe si llegará a otros mercados o sobre cuándo será su lanzamiento en formato físico.

Sinopsis:

65 años después de que un asesino serial enmascarado aterrorizara al pequeño pueblo de Texarkana, los entonces llamados “Moonlight Murders” parecen iniciar de nuevo. Nadie sabe si es el original o un duplicador que utiliza la famosa película creada en los 70s como inspiración, pero una joven estudiante de preparatoria parece ser la llave para poder atraparlo.



Comentarios generales:

De la oleada de remakes definitivamente este ha sido uno de los más misteriosos debido a que su realización se mantuvo bajo un secretismo total, realmente no se supo nada de este durante mucho tiempo y es por ello que causo tanta curiosidad en mí. La verdad el que no supiera de manera exacta como manejarían esta versión la convertía en una interesante a seguir; independientemente de que parecía que no sabían muy bien cómo hacerlo.

Y es que a pesar de ser vendida como un remake, The Town That Dreaded Sundown es en realidad una cuasi secuela al reconocer la existencia de la original y utilizarla como el punto central de su historia; provocando así una dinámica muy extraña en donde se pretende brindar una visión fresca del clásico de Charles B. Pierce, pero a la vez ser una extensión a lo ocurrido en el pueblo de Texarkana que dicho clásico popularizó. Situación que en el papel no luce nada mal, sin embargo, el problema con todo esto radica en el hecho de que Gomez-Rejon se ve limitado ante la necesidad de seguir con esa línea que no le permite mucho margen de maniobra para cambiar siquiera un poco las cosas, generando así una serie de investigaciones y suposiciones que se sienten forzadas, sin mucha solidez; lo cual provoca que por grandes lapsos la película se vuelva bastante aburrida.

Básicamente todo se convierte en una repetición constante de situaciones que siguen este patrón: el asesino ataca, le da un mensaje a Jami, esta le avisa a la policía, un poco de amor juvenil (con alguno que otro guiño homosexual que no puede faltar en cualquier cosa en la que esté involucrado Ryan Murphy), el asesino vuelve a atacar. Nada cambia, pero lo más decepcionante es que nunca logran generar un mínimo de suspenso o construir una atmósfera atrapante para convertir las apariciones de The Phantom Killer en algo especial; de hecho, la mayoría de los asesinatos se limitan a ser una copia de los originales, evidenciando poca imaginación al momento de tratar de brindarle un sello propio a esta versión que, si bien presenta más violencia, nunca logra utilizarla completamente a su favor.

El final es bastante pobre. En parte es predecible, pero sobre todo carente de fuerza para lo que supuestamente es un suceso relevante después de tantos años de misterio.

En las actuaciones creo Addison Timlin (Jami) no lo hace mal, sigue un rol muy básico que termina sintiéndose como el más natural dentro de un montón de actuaciones exageradas o que rayan en lo caricaturesco. La producción es bastante sólida en general, aunque con algunos detalles que fastidian un poco, como por ejemplo el hecho de que la historia se lleve a cabo en la época actual, pero este ambientada como si se tratara de los 70s.

Opinión final: Esta nueva versión de The Town That Dreaded Sundown me pareció bastante pobre. No es pésima, pero mejor vean la original.

Ojometro:
**

domingo, 19 de octubre de 2014

Crítica: Don’t Blink (2014)


Película escrita y dirigida por Travis Oates, la cual significa su primer largometraje. Se estrenó de manera limitada en cines dentro de los Estados Unidos el pasado 18 de septiembre, mientras que su salida en formato físico y digital se dio este 14 de octubre.

Sinopsis:

Diez personas arriban a un apartado hotel ubicado en las montañas que para su sorpresa está completamente desierto. Imposibilitados para regresar por la falta de combustible, el grupo decide quedarse para investigar los misterios que rodean ese lugar y los motivos por los que no hay nadie ahí.



Comentarios generales:

Un grupo de jóvenes, un hotel aislado, muchos kilómetros de bosque… Ciertamente las probabilidades de éxito no estaban muy a favor de Don’t Blink si consideramos que todos estos elementos han sido utilizados hasta el hartazgo por un alto porcentaje de trabajos independientes en los últimos años. De hecho, en un inicio di por sentado que esto se trataba de un slasher, pero resultó ser algo completamente diferente y con resultados bastante sorpresivos.

Y es que sin duda Oates en su debut se encarga de traernos un filme al que se le puede describir como muchas cosas, menos como uno común; donde su mayor propósito es llevar la palabra “misterio” a niveles que están mas allá de lo que estamos acostumbrados dentro del género de terror, alejándose de las estructuras convencionales para que cada vez que pase algo uno quiera ver más por el simple hecho de que no te dan ninguna pista sobre lo que está sucediendo o qué (o quien) esta detrás.

Aunque para lograrlo se implementa un ritmo bastante lento durante los primeros dos actos que no le ayuda mucho, volviéndola un poco pesada y por grandes momentos un tanto desesperante ante la ausencia de tensión, sustos, sangre o situaciones que le brinden algo de lógica a lo que estas observando. Más que nada aquí vemos el desarrollo de los personajes y su manera de responder ante una situación atípica que el director nunca pretende esconder.

Es hasta el tercer acto cuando las cosas empiezan a tomar verdadera fuerza y todo el desarrollo previo da frutos; no solo porque hace algunos cuestionamientos interesantes sobre la existencia del ser humano, sino porque la violencia incrementa (no de forma excesiva) y el suspenso alcanza unos niveles muy altos. De pronto ya no es cuestión de saber qué es lo que pasará, sino saber cuándo alcanzará su aterrador destino a estos personajes, lo cual resulta mucho más agobiante de lo que parece.

El final es como una hoja en blanco, donde el espectador es invitado a utilizar su imaginación para tratar de descifrar el misterio. Algo que resulta como un arma de doble filo porque muchos pueden terminar sintiéndose estafados ante la ausencia de respuestas concretas.

Las actuaciones no están nada mal, muchos de los actores apenas reciben algunos minutos en pantalla (incluida Mena Suvari), pero los que terminan siendo los más relevantes logran cosas interesantes; en especial Zack Ward. La producción es pequeña y realmente no creo nada resalte de manera especial: el trabajo de fotografía está ok, la dirección de arte del hotel está bien cuidada, el trabajo de sonido es sólido y todo lo que tiene que ver con efectos/maquillaje es realmente mínimo.

Opinión final: Don’t Blink es una película que agradará o no dependiendo los gustos (y paciencia) de cada quien. No es la gran maravilla, pero brinda un rato agradable.

Ojometro:
***

jueves, 16 de octubre de 2014

Crítica: Wrong Turn 6: Last Resort (2014)


Sexta entrega de la franquicia que ahora cae en las manos del director Valeri Milev (Code Red) y de Frank H. Woodward como el encargado del guión. Se estrenó en algunas plataformas digitales este pasado 13 de octubre, pero su salida oficial dentro de los Estados Unidos en formato físico está programada para el 21 de este mismo mes.

Sinopsis:

Danny (Anthony Ilott) hereda de forma misteriosa un gran hotel olvidado en las colinas de West Virginia y junto con sus amigos viaja a dicho lugar. Ahí los reciben una extraña pareja que poco a poco le harán conocer su larga historia familiar; algo que pronto lo pondrá en la difícil situación de escoger entre sus amigos o su sangre.



Comentarios generales:

*Contiene algunos spoilers

Si alguien nos hubiera dicho hace once años que Wrong Turn seguiría viva en pleno 2014 seguramente lo hubiéramos tomado por loco, pero ahora con nuevo director, guionista e incluso casa productora es claro que la franquicia tiene todavía algunos años de vida por delante. Sobre todo porque esta sexta entrega sirve no solo como secuela de la 4 y 5, sino también como un reboot; donde nos complicarán la vida en cuanto a la línea de tiempo se refiere e incluso brindarán un giro completamente diferente a lo que conocíamos de los origines de los peculiares caníbales.

Y es que es claro que para Last Resort tanto Milev como Woodward se enfocaron muchísimo más en la historia en comparación con las cinco entregas anteriores, lo cual en cierto modo se entiende considerando el hecho de que esta servirá como expansión de dicho universo en beneficio de futuras secuelas; aunque al hacer esto también terminan por modificar varias cosas habituales en estas películas y, de paso, quitarle protagonismo a los tres caníbales. Ahora no todo consiste en verlos matar a cualquier ser viviente que se cruce en su camino, sino que además existe preocupación por brindarle un poco más de profundidad a determinados personajes para justificar los aspectos perturbadores de la propia historia, a pesar de que esto pueda ocasionar que los primeros 40/45 minutos resulten poco memorables o hasta aburridos.

Por ejemplo: Jackson y Sally vienen a tomar el lugar de Maynard como las cabezas protectoras (uno de los puntos en donde la línea de tiempo empieza a no tener mucho sentido), siendo ellos el puente principal para las situaciones de incesto que se ven y los lazos familiares de Danny. Igualmente, es la entrega en donde se puede notar una mayor carga sexual; no sin salirse demasiado de los estándares habituales que se ven en el cine de terror, pero si como una parte relativamente importante de lo que ocurre en pantalla.

Aún con todo esto, durante gran parte del filme se puede presenciar lo habitual en Wrong Turn: una secuencia inicial ingeniosa, violencia extrema, gore y canibalismo; la mayoría de las cosas a las que estamos acostumbrados siguen estando presentes. Aunque ciertamente las muertes se dan de manera muy separada, lo cual le quita algo de dinámica al momento de la cacería por parte de los hermanos que te deja con una sensación de vacío porque al tener un escenario tan imponente como lo es un hotel piensas que pudieron haberle sacado mejor provecho.  

El final me gustó. Tenían el camino libre para irse por el lado feliz pero optan por uno mucho más acorde al tono general de la película.

De las actuaciones no esperen mucho, lo más destacable es ver a Sadie Katz (Sally) como una loca voyerista con una expresión bastante creepy. La producción no está nada mal: tiene buen trabajo de fotografía, un buen sonido y la dirección de arte está muy bien cuidada; sin embargo, son los efectos y el trabajo de maquillaje los que, como suele ser costumbre, resaltan por la cantidad de muertes presentadas (algunas más elaboradas que otras, claro está).

Opinión final: Last Resort me resulto difícil de calificar, pero al final de cuentas creo que es lo mejor que se ha hecho desde la primera. Es perfecta para aquellos que no han visto ninguna de las anteriores.

Ojometro:
***

martes, 14 de octubre de 2014

Crítica: Werewolf Rising (2014)


Película escrita y dirigida por BC Furtney (Do Not Disturb). Su salida se dio directamente en DVD, primero el 8 de septiembre dentro del Reino Unido y este mismo 14 de octubre dentro de los Estados Unidos; aunque no hay información sobre si llegará a otros mercados.

Sinopsis:

Emma (Melissa Carnell) regresa al pequeño pueblo en las montañas de Arkansas donde creció para poder alejarse de sus problemas de alcoholismo que han afectado su vida. Ahí conoce Johnny Lee (Matt Copko), con quien entabla amistad, pero una noche este es atacado por algo que merodea la zona y que al parecer tiene gran interés en ella.



Comentarios generales:

Usualmente el género de vampiros es el que se lleva los reflectores cuando se habla de aquellos que se han visto perjudicados con el paso de los años, algo que no es de extrañar considerando su éxito a nivel mainstream, pero como lo he manifestado en ocasiones anteriores para mí el verdadero subgénero que se encuentra en terapia intensiva es el de los hombres lobo. Evidentemente hay de vez en cuando buenos trabajos; sin embargo, la mayoría de las veces suelen ser bastante lamentables y Werewolf Rising se une a esa larga lista.

La verdad es que lo que nos trae BC Furtney es un desastre de grandes proporciones que nunca debió de ver la luz, sobre todo porque durante los poco más de 70 minutos que dura me fue imposible identificar algún tipo de historia no digamos coherente, sino con el mínimo grado de profundidad para justificar la presencia de los personajes. Todo se siente desconectado, sin una dirección clara de lo que se quiere contar mas allá de que Emma es una ex alcohólica en recuperación y que una criatura ronda en el bosque por algún motivo; de ahí en fuera el director se limita a rellenar con conversaciones huecas o situaciones que no llevan a ningún lado hasta que el hombre lobo realiza su ansiada aparición.

Tiene un ritmo lento que no ayuda demasiado, pero el verdadero problema radica en que no construyen nada de misterio mientras la criatura asecha como para crear impacto cuando este sea revelado en pantalla. Lo peor es que ni siquiera su presencia cambia de manera importante las cosas: primero porque la transformación es ridícula (si es que a eso se le puede llamar transformación) y segundo porque las persecuciones en si no logran incrementar la dinámica de la película; simplemente no son emocionantes debido a que las criaturas se mantienen fuera de cámara la mayor parte del tiempo e incluso el principal conflicto de todos, que es donde se ve más sangre, termina desarrollándose sin estas.

El final no tiene sentido. De pronto te encuentras viendo a una mujer parada frente a una fogata que por alguna razón se desnuda para que las criaturas se la coman y así lograr... bueno… nadie sabe... aunque lo que sigue es mucho más desconcertante.

En actuaciones no tiene mucho: Canell y Copko hacen un buen esfuerzo pero nunca logras sentir algún tipo de química entre ellos y sus escenas se sienten huecas; solo la breve aparición de Bill Oberst Jr. le brinda un poco de fuerza a las cosas. La producción es bastante pobre en términos generales: tienen un trabajo de sonido lamentable, el score me parece que ya lo he escuchado en otras películas (por lo menos ciertas piezas) y los efectos se limitan a algunas salpicaduras de sangre. Pero lo más lamentable de todo son las caracterizaciones de los hombres lobo gracias a que se nota cero esfuerzo para que luzcan creíbles; de hecho, parece que compraron los disfraces más baratos disponibles en el Walmart una hora antes de iniciar la filmación.

* Cuenta con una escena post créditos.

Opinión final: Werewolf Rising es de las peores películas de hombres lobo que he visto, evítenla. De lo peor del año.

Ojometro:
*