jueves, 4 de diciembre de 2014

Crítica: [REC] 4: Apocalipsis (2014)


Cuarta entrega de la saga dirigida y co-escrita por Jaume Balagueró, quien regresa al mando después de su ausencia en Génesis. Se estrenó en España el pasado 31 de octubre y aquí en México durante la semana pasada; mientras que en los Estados Unidos llegará a cines hasta el 2015.

Sinopsis:

Ángela Vidal (Manuela Velasco), la única superviviente de la terrible infección, es evacuada del edificio por el ejército y como modo de contingencia es recluida en un barco hasta que encuentren una vacuna para el virus. Sin embargo, cuando parece que finalmente la situación ha sido controlada, el caos vuelve a desatarse y el peligro resulta mucho más aterrador.



Comentarios generales:

REC es una saga peculiar: la primera película está en mi top 15 de las mejores de la década pasada, pero REC 2 creo que es un bodrio descomunal; mientras que REC 3 es una cosa rara que bien se pudo haber evitado. Y es que contrario a muchísimos fans que aman la mezcla de infectados/posesiones que se generó a partir de la segunda entrega, yo nunca la pude digerir; de hecho, siempre he pensado que terminó por crearle un problema muy grande a la franquicia dado a que provocó la existencia de dos corrientes totalmente opuestas en donde era básicamente imposible brindarles un seguimiento adecuado al mismo tiempo, lo cual se notó con Génesis y ahora también aquí.

Ya que Balagueró con Apocalipsis lo que hace es en cierto modo regresar a las bases que sentaron el universo de REC, volviendo directamente a donde se quedo la segunda parte y a partir de ahí ofrecer una solución lo suficientemente convincente en el tema de los infectados. Desde los primeros minutos notas que su intención es generar nuevamente esa atmósfera claustrofóbica característica a pesar de que ahora el escenario presenta un poco más de complicaciones y dada la evolución que se sufrió en cuanto al formato tiene que encontrar la manera de lograr esa sensación de found footage por medio de secuencias que involucran mucho movimiento de la cámara; las cuales por momentos pueden llegar a resultar un tanto fastidiosas, pero que al final de cuentas cumplen con su propósito de manera acertada.

Aunque lo más interesante viene en el hecho de que el director prácticamente desecha de manera inmediata la cuestión de las posesiones, no la deja olvidada porque si hay alguna que otra mención (incluso un personaje que te la recuerda), pero resulta evidente que su propósito es alejarse de esta para así desarrollar mucho mejor la idea del virus. Situación que lo obliga a replantear ciertas cosas y con ello desperdiciar algunos minutos en dicho proceso; donde se siente que por más que lo intentan siguen sin proporcionarte respuestas sólidas sobre la amenaza, pero una vez solventado este problema la acción simplemente no para: el ritmo se vuelve frenético, con persecuciones y acciones sangrientas que le añaden muchísimo impacto visual.

Otra cosa para resaltar es que esta es por mucho la entrega más “seria” de todas, si tiene alguno que otro toque cómico, pero claramente se nota que esta era la parte donde tenía más injerencia Paco Plaza.

El final no está mal, regala una de las secuencias con más tensión de toda la franquicia y plantea con muchísima lógica el tema del parásito, pero no creo que sea lo suficientemente contundente para un cierre definitivo.

Con respecto a las actuaciones puedo decir que traer de regreso a Manuela Velasco fue un gran acierto, su personaje presenta una evolución notoria y básicamente es ella quien se encarga darle fuerza a este rubro. La producción en general es buena: el trabajo de fotografía es muy bueno y ayuda a recrear perfectamente el ambiente de las primeras entregas, el sonido es bestial, el trabajo de maquillaje realmente no presenta ninguna mejora con respecto a las anteriores pero sigue siendo sólido y los efectos en esta ocasión son mucho más espectaculares; especialmente en los minutos finales.

Opinión final: Apocalipsis gustará o disgustará dependiendo mucho de la vertiente que más les haya atraído en las tres entregas anteriores. En mi caso siempre fui más adepto al tema del virus y por ello esta cuarta entrega me gustó, aunque entenderé perfectamente a quienes no.

Ojometro:
****

martes, 2 de diciembre de 2014

Crítica: Killer Mermaid (2014)


Producción serbia dirigida por Milan Todorovic (Zone of the Dead), cuyo guión fue escrito por Marko Backovic, Barry Keating y Milan Konjevic. Se estrenó a inicios de año en su país de origen, pero no fue sino hasta el pasado mes de septiembre que salió a la venta en DVD dentro de los Estados Unidos.

Sinopsis:

Dos jóvenes norteamericanas van de viaje al Mediterráneo para visitar a un viejo amigo y disfrutar de los placeres del lugar, pero en su visita a una isla que alberga una base militar descubren un aterrador secreto: una sirena asesina que habita el lugar. Ahora algo que se trataba solo de un simple paseo terminará siendo una batalla por sobrevivir.



Comentarios generales:

Para ser sincero, al momento que supe de esta película lo primero que se me vino a la mente fueron las producciones de Syfy debido a que al leer la sinopsis y ver el tráiler resulta inevitable pensar en eso; especialmente porque no te imaginas ningún otro lado donde pudieran utilizar a una sirena como criatura asesina. Sin embargo, para mi sorpresa Killer Mermaid siempre trata de hacer su mejor esfuerzo para ser algo más que una simple película de monstruos, aunque fracase en su intento.

La verdad es que la primera media hora no tiene mucho que destacar salvo por la revelación de que existe un peligro en el agua sin que se muestre su forma; de ahí en fuera todo se limita a ver a los protagonistas vacacionando por el paradisíaco lugar, emborrachándose, sacando a relucir problemas amorosos del pasado y a hacer un despliegue del trabajo de fotografía muy efectivo para enaltecer el bello paisaje. Realmente Todorovic se toma su tiempo para crear interés en uno, volviendo las cosas un tanto aburridas y sin muchas situaciones que destaquen en el proceso de ir generando misterio; su meta es más que nada tratar de que los personajes sean lo suficientemente agradables para que una vez que inicie la matanza sientas tristeza por ellos, pero eso realmente nunca se da.

Es una vez que entran a la isla cuando las cosas se ponen interesantes y se logra generar una dinámica que, si bien es repetitiva, resulta mucho más ágil. Por momentos se vuelve un slasher hecho y derecho, con una persecución que regala alguno que otro momento gráfico para ir preparando el camino de la revelación de la sirena, la cual no está mal, pero termina sintiéndose muy floja gracias a que nunca muestran gran cosa en cuanto a su carácter violento; dejando las muertes fuera de cámara o simplemente haciéndolas carentes de emoción (solo ahoga a sus víctimas).

El final es a mi juicio lo mejor. Tal vez no sea lo suficientemente violento pero termina por unir todas las piezas de manera coherente y deja abierta la posibilidad de una secuela que resultaría mucho más hilarante aun en su idea.

Las actuaciones no son nada para destacar, entre el ingles poco fluido y las reacciones forzadas por parte de todo el elenco es complicado encontrar algo positivo. En cuanto a la producción se nota de poco presupuesto, aunque tiene algunas cosas buenas: la fotografía como mencione antes ayuda mucho, no solo con el paisaje en exteriores, sino también dentro de la base militar al momento de generar una atmósfera mucho más siniestra; además los efectos son aceptables con respecto a la sirena, aunque evidentemente se hace mucho uso del CGI.

Opinión final: Killer Mermaid (o Nymph) resulta curiosa por su premisa, pero más allá de eso realmente no tiene mucho que ofrecer.

Ojometro:
**

domingo, 30 de noviembre de 2014

Crítica: Starry Eyes (2014)


Película escrita y dirigida por la dupla Kevin Kolsch / Dennis Widmyer, quienes después de algunos años de ausencia regresan al género. Se estrenó el pasado 14 de noviembre dentro de los Estados Unidos vía iTunes y diversas plataformas digitales.

Sinopsis:

Sarah Walker (Alexandra Essoe) está determinada a ser la próxima gran estrella de Hollywood, pero en ese proceso se ve atrapada en un trabajo sin futuro, amistades tóxicas y cientos de castings sin éxito. Esto hasta que un día asiste a una audición por parte de un viejo estudio donde consigue el papel principal, aunque se dará cuenta que con dicha oportunidad también vendrán extrañas ramificaciones que la cambiarán tanto física como mentalmente.



Comentarios generales:

La búsqueda de fama en Hollywood a cualquier costo es un tema muy utilizado dentro del cine, no solo en el género de terror, sino en muchos otros que lo ven como una plataforma ideal para expresar su visión sobre algo que lleva años presente en el mundo laboral en general. Por ello Starry Eyes es un trabajo con el cual seguramente muchos se identificarán de algún modo e incluso por breves momentos les hará cuestionarse sobre si esto es una película de terror.

Y es que Kolsch y Widmyer hacen un retrato muy convincente sobre una actriz que en su deseo por querer brillar tiene que vivir situaciones poco sanas, rodeada de individuos que en su mayoría no le aportan nada a pesar de que ellos mismos buscan, en teoría, lo mismo que ella: grandeza. Desde un inicio sabemos que Sarah no es alguien común, lo cual provoca que el espectador sienta bastante afecto por ella a pesar de su comportamiento por demás extraño y sus decisiones que a todas luces parecen precipitadas dadas las rarezas suscitadas en las audiciones; presentando así un conflicto personal que la ve tratando de hacer lo que piensa que es correcto, pero termina por caer en una trampa mucho más siniestra.

Todo bajo un ritmo muy bien controlado, más pausado que ágil, pero que nunca llega a sentirse pesado y ayuda bastante a digerir la lenta transformación de la protagonista, quien pasa de ser una sexy soñadora a un cuerpo que sufre de una dolorosa descomposición constante (muy similar al que vimos en Contracted el año pasado). Probablemente su punto flaco es que no existe mucha explicación con respecto al estudio/secta que hay detrás de lo que le ocurre; si, sabemos que está sufriendo de algún tipo de nuevo renacer, pero ¿por qué? Simplemente nos brindan algunos símbolos y la presencia de individuos con un carácter peculiar, sin la certeza de saber si son algo más que simples humanos fascinados con lo oculto.

El final es potente, muy bueno en realidad. Después de prácticamente una hora de estar dosificando las cosas los directores quitan el freno de mano para que esto quede lo más brutal posible; con mucha sangre y violencia que terminan dándole un sentido muy oscuro a la transformación de Sarah.

En las actuaciones Alexandra Essoe hace un buen trabajo en general, por momentos se nota algo perdida pero cuando empieza sus etapa de decadencia la verdad ofrece grandes cosas; mientras que el resto del elenco ofrece poco o nada para destacar, salvo el look extraño de algunos miembros del estudio. La producción es bastante sólida: el estilo visual que impone el trabajo de fotografía logra una combinación entre lo deprimente y lo bizarro muy interesante, el score tiene un estilo retro increíble que encaja a la perfección con lo que sucede en pantalla y los efectos de maquillaje están geniales durante la transformación; además los amantes del gore quedarán complacidos con el clímax.

Opinión final: Starry Eyes me gustó. Puede parecer un tanto simple, pero si uno no solo se enfoca en lo obvio la disfrutará bastante.  

Ojometro:
**** 

jueves, 27 de noviembre de 2014

Crítica: The Canal (2014)


Producción irlandesa escrita y dirigida por Ivan Kavanagh (Tin Can Man). Se estrenó de manera limitada en cines, VOD y diversas plataformas digitales el pasado 10 de octubre dentro de los Estados Unidos. Aún no existe información sobre si será distribuida en formato físico o si llegará a otros países.

Sinopsis:

David (Rupert Evans) trabaja como archivador de viejas películas y un día encuentra una de 1902 que muestra un mortal asesinato ocurrido en su casa. Al mismo tiempo empieza a sospechar que su esposa lo está engañando con alguien más, la cual una noche desaparece y cree que algo súper natural vinculado con dichos asesinatos tiene que ver… aunque para las autoridades él es el principal sospechoso.



Comentarios generales:

Existen películas que suelen ser muy obvias en su progreso y aun así terminan generando grandes sensaciones por diferentes causas que al final convierten la experiencia en una mucho más placentera. The Canal sin duda es una de ellas, aunque en este caso dicha predictibilidad terminó por hacer que no la disfrutara de manera plena.

Lo que tenemos aquí es un trabajo que presenta muchos puntos verdaderamente altos en su realización gracias a que Kavanagh logra generar una atmósfera realmente impresionante que desde el primer instante transmite una sensación de soledad/locura como pocas y que ayuda a establecer rápidamente el tono general de la historia. La cual, dicho sea de paso, no es para nada compleja; de hecho, es un tanto común, pero ahora presentada desde el lado de un esposo cuya salud mental se va destruyendo poco a poco ante la horrible situación que vive, cambiando la dinámica que por lo regular está más vinculada con personajes femeninos y brindándole así cierta frescura que resulta vital para que uno adquiera interés o no en lo que está por venir.

El problema es que una vez que muere la esposa la película se vuelve en extremo repetitiva, no solo porque sabes claramente qué es lo que ocurrió, sino porque el personaje de David se ve involucrado en una serie de situaciones en las cuales, más que sentir pena por él y empezar a dudar sobre su culpabilidad, provocan cierto hartazgo ante lo tremendamente ridículas que son algunas de sus acciones para demostrar que un fantasma está detrás de todo. También cuenta con cierta investigación, un tanto irrelevante, pero que ayuda a darle más contenido y gracias al ritmo fluido implementado nunca se siente cansino; además de que la implementación de ciertos sustos fáciles y flashbacks igualmente aportan cierto grado de tensión que por momentos se pierde.

El final es predecible, lo cual para muchos puede no importar pero para mí terminó afectando bastante al no presentar realmente nada que pudiera crear algo de duda. Esto a pesar de que el tercer acto en general es por mucho el más gráfico y cuenta con algunas escenas de impacto que cumplen totalmente con su cometido para que se te queden en la cabeza por su crudeza.

En actuaciones no hay mucho que recriminar, ya que Evans en general logra sacar adelante su papel y los secundarios son un buen complemento a pesar de que todos cuentan con tiempo limitado en pantalla. La producción no decepciona: el trabajo de fotografía es el alma de la película, generando un contraste muy interesante con los tonos opacos y colores chillones de los sets, el sonido es otro punto alto y los efectos/maquillaje, si bien muy dosificados, cuando son desplegados de manera relevante resultan muy efectivos.

Opinión final: The Canal es un hit or miss dependiendo de cómo digieran su desenlace. Aún así no es un mal trabajo en lo absoluto.

Ojometro:
***