sábado, 11 de junio de 2016

Crítica: The Conjuring 2 (2016)


Secuela directa de la película de 2013 dirigida por James Wan, quien ahora también comparte créditos como co-escritor del guión junto a Carey Hayes, Chad Hayes y David Johnson. Se estrenó en cines dentro de México apenas este pasado 9 de junio, mientras que en los Estados Unidos hizo lo propio solo un día después.

Sinopsis:

En 1977 los investigadores Lorraine (Vera Farmiga) y Ed Warren (Patrick Wilson) viajan al norte de Londres para ayudar a una madre soltera con cuatro hijos cuya casa aparentemente está plagada de espíritus maliciosos que pretenden hacerles daño.



Comentarios generales:

No suelo ser fan de las secuelas de películas de alto calibre debido a que no importa lo que hagan, casi siempre terminarán sintiéndose inferiores. Sin embargo, en esta ocasión se trataba de una que contaba con la participación de todos los involucrados en la primera entrega y su director era garantía, convirtiéndola así en una rara excepción que me llamaba bastante la atención y que al final no me decepcionó en lo absoluto. Ya que The Conjuring 2, si bien no es una obra maestra absoluta, terminó siendo una de las mejores secuelas dentro del género que he visto en mucho tiempo.

Y es que fiel a su estilo, Wan nuevamente nos trae una película pensada para que el espectador este en alerta todo el tiempo desde la primera escena por medio del uso de los métodos más elementales del género, pero ahora también recurriendo a otra estrategia que le ha dado buenos resultados en otros de sus trabajos como lo es el crear un demonio aterrador y llamativo, cuya presencia sea increíblemente fuerte en las dos horas de metraje.

Aunque esto no significa que solo se centre en querer hacerte brincar, ya que durante todo el primer acto lo que vemos es básicamente una historia dividida en dos partes: una con los Warren y otra con los Hodgson; donde el propósito general es brindarte un panorama amplio no solo sobre cómo estos personajes se ven afectados por los fenómenos que los rodean, sino también sobre la ridiculización a la que se ven expuestos.

Esto genera una sensación de soledad muy fuerte para cuando ambas historias convergen, marcando un tono más oscuro que se acentúa con la espléndida atmósfera y las aterradoras manifestaciones de la pequeña Janet. Todo bajo un ritmo muy agradable, pero que se puede tornar un tanto pesado en el segundo acto gracias a que aquí es la parte donde se nota el conflicto de ideas natural por tener tantos responsables del guión al entrar en una dinámica en la que se percibe poco progreso y vemos algo de relleno mientras se decide que rumbo toma la historia. Lo cual no es algo realmente terrible, sobre todo porque es aquí donde brindan algunas de las escenas más potentes de toda la película.

La parte final presenta un giro muy bien pensado, el cual en mi caso no vi venir. Ciertamente tiene un aire a Insidious muy marcado, pero la manera en la que lo explican y lo resuelven hace que no se sienta nada forzado; además de que los minutos finales cuentan con un nivel de intensidad muy elevado que evitan que uno se ponga a pensar demasiado al respecto.

Las actuaciones son muy sólidas, tanto Farmiga como Wilson siguen cumpliendo a la perfección con sus roles y muestran una química brutal en pantalla; sin embargo, quien a mi juicio se lleva todas las palmas es la joven Madison Wolfe (Janet). No solo su interpretación es muy física, sino que además durante toda la película logra reflejar un temor muy fuerte que hace que el espectador sienta realmente mucha empatía y se involucre emocionalmente con ella.

La producción de muy buena factura: el trabajo de fotografía es estupendo y es parte fundamental para la atmósfera resulte tan efectiva, la dirección de arte es impecable, el score es genial, el trabajo de sonido en cine resulta espectacular, los efectos son una buena combinación prácticos/CGI y la cuestión de maquillaje está bien hecha.

Opinión final: The Conjuring 2 es una muy buena película. No está a la altura de su predecesora, pero vale mucho la pena.

Ojometro:
*****

miércoles, 8 de junio de 2016

Crítica: Girl in Woods (2016)


Película escrita y dirigida por Jeremy Benson (Live Animals). Se estrenó el pasado 3 de junio en VOD y también se empezó a transmitir por el canal Chiller dentro de los Estados Unidos, aunque todavía no hay información disponible sobre cuándo saldrá en formato físico o si llegará a otros mercados.

Sinopsis:

Después de un trágico accidente, Grace (Juliet Reeves London) se queda sola dentro de un enorme bosque y sus intentos por salir se complican gracias a su problemático pasado, provocando que tenga que combatir sus propios demonios para tratar de sobrevivir.



Comentarios generales:

Las películas de terror que se centran en la supervivencia han presentado un notable estancamiento en los últimos diez años, sobre todo con la explosión del found footage. Generalmente tratan de lo mismo y el margen para experimentar no es precisamente el más grande; sin embargo, Girl in Woods es una excepción a la regla, un trabajo que no tiene miedo por tratar de ofrecer algo distinto… aunque al final el resultado no sea precisamente el mejor.

Y es que Benson no se toma demasiado tiempo para mostrar que nuestra protagonista tiene graves problemas e inmediatamente se propone a explotarlos por medio de un momento de impacto que sirve como detonante perfecto para que no solo inicie su lucha por sobrevivir, sino también su progresivo deterioro mental. Este último siendo un aspecto fundamental dentro de la historia, pero que durante el primer acto ciertamente no funciona del todo bien debido a que nos bombardean con extraños flashbacks/sueños de la infancia de Grace que, si bien brindan un toque oscuro, no cuentan con un propósito claro y chocan constantemente con unas acciones dentro del bosque que durante este punto se limitan a muchos gritos y a la toma de decisiones absurdas; convirtiéndolo así en uno bastante lento. 

Son pasados los 35/40 minutos cuando la película empieza a tomar un rumbo distinto, ya que es a partir de aquí cuando el espectador no solo tiene que lidiar constantemente con los flashbacks que poco a poco van desmenuzando el nivel de locura de Grace, sino que además es donde se nos empiezan a mostrar una serie de diferentes escenarios que te ponen a pensar si lo que ocurre es parte de la realidad o de la fantasía. Igualmente, es donde las personalidades múltiples se hacen presentes y eso añade mucho dinamismo a las cosas, además de que la historia empieza a tomar un rumbo mucho más tenebroso del esperado. Uno que se va dando de manera natural y cuyo progreso no se siente forzado en ningún momento, pero con el cual resulta complicado involucrarse de lleno gracias a diálogos estúpidos que convierten a Grace en un personaje un tanto caricaturesco e incluso fastidioso.  
La parte final no me convenció. Es sin duda la más sangrienta, pero presenta otro cambio radical que en esta ocasión si se siente metido con calzador para añadir ese toque de terror ausente y brindar algún tipo de desenlace que justifique el uso excesivo de los flashbacks.  

En la cuestión de las actuaciones todo recae en Juliet Reeves y si bien no lo hace mal, tampoco creo que muestre la suficiente fuerza para un personaje con múltiples personalidades. La producción es bastante buena: el trabajo de fotografía es estupendo, el score cumple, tiene un muy buen trabajo de sonido, los efectos son mínimos y la cuestión del maquillaje es bastante discreta salvo por un personaje en particular.

Opinión final: Girl in Woods está ok. Es una película extraña que generará opiniones divididas y por ello vale la pena checarla, sobre todo si la encuentran en TV.

Ojometro:
***

domingo, 5 de junio de 2016

Crítica: Don't Look in the Basement 2 (2016)


Secuela de la película de 1973 dirigida por Tony Brownrigg (Red Victoria), quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Megan Emerick. Salió directamente en VOD, DVD y Blu-ray (así como en una edición de colección en VHS) dentro de los Estados Unidos el pasado 25 de mayo.

Sinopsis:

En 1972 los pacientes y doctores del Sanatorio Stephens fueron brutalmente asesinados. Ahora, después de más de 40 años, el único sobreviviente regresará para encontrar que los fantasmas del pasado no han podido descansar en paz desde aquel entonces.



Comentarios generales:

Siempre me ha parecido extraño cuando se anuncia de manera repentina una secuela de alguna película de los 70s u 80s con poco cartel debido a que los riesgos son enormes si consideramos que muy probablemente muchos de los fans no vieron la original o, peor aún, ni siquiera sabían que existía. Por ello Don't Look in the Basement 2 era una apuesta arriesgada en muchos sentidos, pero gracias a que el hijo del creador original estuvo involucrado en el proyecto el resultado fue mejor del esperado.  

Y no es porque Brownrigg nos regale una película revolucionaria ni mucho menos, más bien lo que hace es mantener el legado de su padre al no inventarse nada y seguir la fórmula previamente establecida, donde lo importante durante la primera media hora es resaltar el aspecto mental mientras poco a poco se van revelando las conexiones con lo que ocurrió en el pasado. Algo que sin duda no es tan interesante, ya que, si bien la presencia de Sam añade misterio, lo cierto es que no es tan difícil descifrar por qué empiezan a ocurrir cosas extrañas dentro del sanatorio y eso vuelve un tanto repetitivas las acciones.

Es durante la segunda mitad cuando las cosas adquieren un mejor tinte; primero porque se logra generar una atmósfera setentera llamativa y, segundo, porque finalmente el aspecto paranormal toma forma. Todo bajo un ritmo agradable que, combinado con algunas dosis de comedia bien pensadas, termina proporcionando una dinámica variada en donde se dan cambios de intensidad constantes por medio de alguna muerte impactante o de alguna posesión bizarra. Aunque al hacer esto se sacrifica demasiado al personaje de Sam, quien pasa de ser el centro de atención a un simple espectador más sin el mayor peso en el desarrollo.  

La parte final es sólida. El nivel de intensidad aumenta de manera clara, al igual que la violencia, pero lo verdaderamente destacado es el grado de locura que se logra reflejar con la mayoría de los personajes dado a que ese es el punto central de la historia y ayuda a que el desenlace sea uno esperanzador, lo cual ya no es muy común en estas épocas.

Las actuaciones están ok, ninguna resulta en extremo exagerada considerando que el aspecto mental juega un papel fundamental dentro de la película y los toques cómicos están bien dosificados. La producción es decente: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte es muy genérica, el score está ok, los efectos prácticos están bien hechos y el trabajo de maquillaje realmente no presenta nada que sobresalga.

Opinión final: Don't Look in the Basement 2 está aceptable. No es ninguna maravilla, pero ofrece algunos buenos momentos que la vuelven un buen complemento para su predecesora.

Ojometro:
***

miércoles, 1 de junio de 2016

Crítica: The Devil's Woods (2016)


Producción irlandesa escrita y dirigida por Anthony White (Shortcuts to Hell: Volume 1). Se estrenó el pasado 10 de mayo tanto en DVD como en VOD dentro de los Estados Unidos y Canadá, pero no hay información sobre su llegada a otros mercados.

Sinopsis:

Un grupo de amigos trata de reparar sus tensas relaciones pasando un fin de semana acampando en un festival de música. Durante su trayecto deciden detenerse un rato en un pequeño pueblo en medio de la Irlanda rural; sin embargo, ese aparente pueblo idílico se encuentra lleno de oscuros secretos con los que pronto tendrán que lidiar.



Comentarios generales:

Es claro que no todo el mundo tiene los recursos necesarios para realizar trabajos de alto perfil, aunque en la mayoría de las ocasiones eso no es un problema para los fans. Lamentablemente esa limitante también suele ser la justificación perfecta para ofrecer a precios mayores películas que en realidad deberían de ser cortometrajes debido a su falta de contenido y The Devil's Woods, a pesar de los intentos por querer ocultarlo, es un ejemplo perfecto de esto.

Ya que lo que nos presenta White es una de las historias más huecas que recuerde haber visto en los últimos años, donde después de mostrarnos una violenta introducción prácticamente todo se vuelve relleno. En serio, el primer acto consiste en ver a cuatro jóvenes hablando sin parar mientras que por alguna razón un par de ellos tienen perturbadoras visiones y cuyo mayor momento de tensión lo proporciona una escena en un bar en la que un desconocido revela sus intenciones de que una de las chicas le practique sexo oral. Así de profunda es la trama y peor aún, aquí prácticamente se te revela (no de manera directa) quien es el responsable por los asesinatos que están por venir.

Para el segundo acto las cosas tampoco mejoran mucho que digamos. Las acciones se trasladan al bosque y el director hace pequeños intentos por añadir algo de misterio por medio de un desconocido que asecha a lo lejos, pero todo sigue siendo intrascendente. El ritmo es cansino, los protagonistas siguen envueltos en situaciones que no aportan nada y realmente la poca información brindada sobre los secretos del lugar se manejan como simples rumores o leyendas, dejando abierto a cualquier interpretación situaciones que en realidad no son tan complejas y que dejan al espectador esperando algo brutal que nunca llegará.

Lo “mejor” son los últimos 15 minutos, en gran parte porque es donde finalmente ocurre algo de emoción. Se trata básicamente de una larga persecución que logra generar un poco de tensión y cierto impacto, aunque realmente nunca terminan por explicar nada con respecto a los sacrificios o demás aspectos oscuros que supuestamente rodean el poblado.

Las actuaciones son bastante malas, muy acartonadas y perfectamente olvidables; aunque para ser justo debo de decir que los actores tampoco contaban con muchísimo material para poder trabajar. La producción es en extremo limitada: el trabajo de fotografía deja mucho que desear, la dirección de arte es ínfima, el score es decente, el trabajo de sonido no es tan limpio, los efectos que presenta son muy básicos y la cuestión del maquillaje se limita solo a unos cuantos segundos.

Opinión final: The Devil's Woods vale poco la pena. Sin duda alguna hubiera funcionado mucho mejor como cortometraje.

Ojometro:
**