miércoles, 20 de septiembre de 2017

Crítica: The Vault (2017)


Película dirigida por Dan Bush (The Signal), quien además es co-escritor del guión junto a Conal Byrne. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 1 de septiembre, aunque todavía no hay información sobre su salida en formato físico.

Sinopsis:

Para salvar la vida de su hermano, Vee (Taryn Manning) y Leah (Francesca Eastwood) han planeado realizar un robo a un banco. Este no parece tener fallas, pero cuando el dinero no es lo que esperaban deciden bajar a la bóveda subterránea del lugar; aunque lo que no saben es que ahí encontrarán más que simple dinero.



Comentarios generales:

Sinceramente fue algo complicado el decidir si veía The Vault debido a que su promoción e incluso el trailer no dejaban muy en claro si se trataba de una película de terror o solo un thriller sobre robos; además, el hecho de que apareciera James Franco complicaba más las cosas debido a que últimamente este actor solo suele ser utilizado como imán promocional para trabajos en los que aparece unos cuantos minutos. Realmente todo estaba en su contra, pero al final le di una oportunidad y para mi sorpresa si tenía elementos de terror, así como la presencia de Franco por más de 5 minutos. Aunque eso no significa que haya valido la pena.

Esto porque lo que vemos es un intento de mezcla de géneros por parte de Bush que en ningún momento logran complementarse de buena manera, ya que básicamente todo el primer acto es un thriller en toda la regla, donde el propósito es establecer los motivos del robo y ciertos conflictos entre los ladrones que, tal vez si o tal vez no, tengan una influencia en las acciones más adelante. Siendo sin duda la parte más efectiva debido a que cumple todos sus objetivos y de paso logra generar niveles de tensión adecuados que, al menos por unos cuantos minutos, hacen que uno genuinamente quiera ver cómo se resolverá esta situación debido a que existen motivos de sobra para que todo salga mal considerando las personalidades explosivas involucradas.

El problema llega cuando se integra todo el aspecto del terror, que en este caso se trata de espíritus y que simplemente no se siente como una parte orgánica de la historia, sino más bien como algo que se añadió en algún punto para tratar de darle más minutos a una trama en extremo básica. Ya que en realidad lo que vemos a partir del minuto 40 son una serie de escenas bastante repetitivas que definitivamente hacen que el tono de esta se vuelva más oscura pero no significan absolutamente nada y, más allá de presentar imágenes con cierto nivel de impacto, se sienten huecas ante la falta de contexto.

Ante esto la parte final carece por completo de fuerza porque la mayoría de lo mostrado no tiene mucho sentido y los conflictos a los que en un inicio se les había puesto énfasis terminan quedando en el olvido. Lo cual pretenden arreglar por medio de un giro, sin embargo, este no resulta tan sorpresivo como para al menos dejarte con un buen sabor de boca.

De las actuaciones hay poco que destacar; no es que tengan algo malo, pero tampoco es que sean dignas de resaltar. La producción al menos es de buena factura: el trabajo de fotografía está bien, la dirección de arte no tiene mucho, el score es simple, el trabajo de sonido está ok y lo referente a efectos/maquillaje cumple.

Opinión final: The Vault es bastante aburrida. Una combinación de géneros inefectiva que solo les causará bostezos.

Ojometro:
**

viernes, 15 de septiembre de 2017

Crítica: It (2017)


Nueva adaptación de la novela de Stephen King, la cual está dirigida por Andy Muschietti (Mama) y cuyo guión fue co-escrito por Chase Palmer, Cary Fukunaga y Gary Dauberman. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos el pasado de 8 de septiembre, mientras que aquí en México hizo lo propio el día 14. Recaudando hasta la fecha $247 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

En el pueblo de Derry un grupo de niños decide enfrentar a un demonio que los aterroriza tomando la forma de un diabólico payaso. 



Comentarios generales:

“It” es mi libro favorito, así que cuando se empezó a especular sobre una nueva adaptación diversos sentimientos aparecieron. Al final de cuentas la miniserie de lo 90s siempre me ha parecido lo suficientemente correcta como para llenar este espacio y las diversas complicaciones que sufrió esta película durante la pre-producción hacían pensar que dicha miniserie seguiría siendo lo mejor que íbamos tener; sin embargo, una vez que salió el primer trailer mis miedos disminuyeron debido a que lo mostrado lucia prometedor y creo que en términos generales se cumplieron con las expectativas que el público mainstream tenía; aunque para aquellos con conocimiento del libro puede que no sea tan convincente.

Esto porque lo que nos regala Muschietti es una adaptación con conflictos muy marcados sobre la manera en la que se quieren presentar las cosas, iniciando con una escena que te hace suponer que veras un trabajo oscuro y sangriento, pero que con el pasar de los minutos se queda como una simple anécdota porque en realidad la película maneja un tono mucho más ligero que te provocará más risas que miedo. Lo cual tiene que ver más que nada con el hecho de que nuestros protagonistas son niños y bueno… se comportan como tal, siendo este uno de los aspectos que más me agradaron debido a que el club de perdedores se vuelve entrañable con el pasar de los minutos y dicha inocencia contrasta de gran manera con los temores cotidianos explotados por Pennywise.

Temores que llevan a varias de las escenas diseñadas para tratar de generar terror y que visualmente son todo un deleite de ver, pero lamentablemente lo bueno que se logra con la mayoría de los niños en estas escenas no se complementa con un desarrollo mucho mayor de los acontecimientos que los rodean debido a que el pueblo de Derry se siente sin vida. Todo avanza de manera acelerada, sin entrar en muchos detalles (de la época, los asesinatos o la vida de ciertos personajes) y en gran medida se debe a que existe una urgencia evidente por tratar de hacer de Pennywise algo muy grande, de llevarlo a niveles icónicos con la nueva audiencia y ello conlleva una sobreexposición que por ciertos lapsos hacen sentir sus apariciones algo forzadas.

Ahora, aun con este inconveniente, la película en general diría que funciona. Nunca se siente aburrida y el ritmo utilizado nunca permite que el espectador se relaje lo suficiente para que así algunos de los sustos fáciles utilizados resulten efectivos. Igualmente, la atmósfera generada y la propia dinámica entre los niños logran crear momentos lo suficientemente sólidos para explotar por completo el concepto de que personas ordinarias son capaces de lograr cosas extraordinarias ante situaciones que van más allá de su comprensión.

La parte final es lo que si considero su mayor problema, ya que es aquí donde se dan muchos de los cambios más marcados y no creo que sean para bien. Simplemente este enfrentamiento nunca termina por explotar, resulta muy convencional y vuelve desechable un personaje vital (Henry Bowers); aunque al menos si contiene un nivel de violencia decente.

En el tema de las actuaciones debo de decir que los miembros del club de los perdedores están estupendos; especialmente Finn Wolfhard (Richie), Sophia Lillis (Beverly) y Jack Dylan Grazer (Eddie). Mientras que Bill Skarsgard como Pennywise no me desagradó, en verdad resulta aterrador con su mera presencia, pero si se ve algo afectado por la sobreexposición de la que hable previamente.

La producción es de primer nivel: el trabajo de fotografía es espectacular, la dirección de arte es detallada, el score muy bueno, el trabajo de sonido impecable y la labor de maquillaje en cuanto a la caracterización de Skarsgard es de nota alta. El único punto bajo viene con los efectos, los cuales en su mayoría están bien hechos, pero al recaer tanto en el uso del CGI existen ciertas escenas en donde si dejan mucho que desear.

Opinión final: It me entretuvo, es buena película, pero esperaba mucho más. Su excelente reparto y estilo visual no son suficientes para llevar esta adaptación a otro nivel.

Ojometro:
****

miércoles, 13 de septiembre de 2017

Crítica: Temple (2017)


Co-producción japonesa/estadounidense que significa el debut tras la cámara de Michael Barrett y cuyo guión fue escrito por Simon Barrett. Se estrenó el pasado 1 de septiembre directamente en VOD dentro de los Estados Unidos, pero no existe información sobre si llegará a otros mercados o sobre su salida en formato físico.

Sinopsis:

Tres turistas estadounidenses se adentran en los bosques de Japón para encontrar un antiguo templo. Lo que no saben es que dicho lugar es vigilado por espíritus que harán todo para convertir su viaje en una auténtica pesadilla.  



Comentarios generales:

Uno sabe que con el género de terror siempre se está a merced de películas de todo tipo, pero con  altas probabilidades de encontrarse con cosas realmente espantosas que en algún punto harán que te cuestiones por qué te gusta sufrir de esa manera. Suele ocurrir por lo menos unas cuatro o cinco veces por año, es algo inevitable, y precisamente con Temple se dio esa situación; no solo porque no tiene nada que destacar, sino porque además es uno de los trabajos con menos sentido que he visto últimamente. 

Y no es porque se trate de una historia compleja que resulte complicada de exponer en pantalla, al contrario, creo que los Barrett no podrían haber elegido algo tan simple para hacer su debut, pero a todas luces se nota que no sabían exactamente lo que querían contar. Esto debido a que, si bien existen elementos que construyen de manera muy superficial una historia sobre fantasmas, gran parte de la película se centra más en un supuesto triangulo amoroso entre los turistas que no te lleva a ningún lado y que solo sirve para poder gastar tiempo mostrando situaciones por demás absurdas que están diseñadas con el único propósito de poder explotar lo más que se pueda el aspecto visual que de manera natural brinda Japón.

Una tónica que se mantiene durante gran parte del filme y que se incrementa una vez que se trasladan las acciones a la zona rural, donde el tema del templo empieza a tener más relevancia pero te genera nulo interés debido a que lo que ocurre es perfectamente descifrable. Aunque lo peor es que todo se realiza con una lentitud frustrante, extendiendo así un viaje agónico que carece por completo de suspenso o de cualquier tipo de construcción de una atmósfera que te haga sentir el peligro que supuestamente corren estos personajes.

La parte final es un desastre como pocos. Realmente pareciera como si los últimos 10/15 minutos solo fueran escenas random filmadas para usarlas en dado caso de no tener una idea clara del desenlace, ya que todas las historias de los personajes quedan inconclusas y no explican absolutamente nada; dejando así en el aire muchas preguntas para algo que de por si no tenía mucha sustancia.

Las actuaciones son genéricas, no tienen nada de especial y terminan importando poco. La producción es probablemente lo más aceptable: el trabajo de fotografía es lo mejor de la película, la dirección de arte está ok, el score no tiene nada destacado, el trabajo de sonido cumple, los efectos están bien y la labor de maquillaje es bastante sencilla.

Opinión final: Temple es espantosa. Un sinsentido absoluto que sin duda estará dentro de lo peor de 2017.

Ojometro:
*

domingo, 10 de septiembre de 2017

Crítica: Peelers (2017)


Película dirigida por Sevé Schelenz (Skew) y escrita por Lisa DeVita (quien también tiene una breve participación en pantalla). Se estrenó en VOD y formato físico dentro de los Estados Unidos y Canadá a mediados de julio

Sinopsis:

Blue Jean (Wren Walker) es la dueña de un table dance dentro de un pequeño pueblo que en su noche de clausura tendrá que defender a sus strippers y su propia vida cuando varios de sus clientes se ven afectados por una extraña sustancia que los convierte en seres violentos que lo único que desean es matar.



Comentarios generales:

Debo de aceptar que cuando vi el trailer de Peelers esta me pareció atractiva porque su premisa en si lucia muy absurda y tenia potencial para ser cine serie b entretenido. Al final de cuentas el utilizar un table dance como escenario para realizar cualquier historia es por demás exótico y eso casi de inmediato te indicaba que no debías de tomar tan en serio lo que iba a ocurrir en la película; sin embargo, en este caso ni esa advertencia pudo salvarla de que fuera bastante olvidable.

Esto porque lo que nos regalan Schelenz y DeVita es algo que todo el tiempo sufre de una falta de convicción muy marcada sobre cómo quiere mostrar a sus personajes centrales, ósea… las strippers. A quienes durante gran parte del primer acto las muestran como mujeres fuertes, capaces de valerse por ellas mismas y sin dejarse intimidar por el ambiente de esta clase ambientes, pero también las ponen realizar acciones muy ridículas e incluso algo grotescas que eliminan prácticamente de golpe toda la construcción previa y con eso generan un conflicto muy evidente con respecto a la dirección a donde quieren llevar la historia; la cual, al menos durante los primeros 20/25 minutos, solo sabes que involucra infectados por la escena inicial.

Evidentemente conforme pasan los minutos el tema de la infección toma relevancia y esto hace que la sangre empiece a fluir, logrando así los momentos más divertidos por medio de elementos visuales impactantes proporcionados por varias muertes y un ritmo que llega a ser un tanto caótico por ciertos lapsos. Una fórmula efectiva sin duda, pero que para la mala suerte de todo el mundo se desgasta de manera muy rápida y provoca un marcado estancamiento; no solo porque nunca se te brindan grandes explicaciones sobre qué es la sustancia y por qué es tan difícil matar a los infectados, sino también porque el tema de las strippers fuertes básicamente queda en el olvido para darle paso a una dinámica mucho más genérica que, para colmo, obtiene tintes muy ridículos una vez que se revela cual es la solución para acabar con la amenaza.

La parte final tampoco es muy buena. Tiene algunos momentos pintorescos pero la explicación detrás de la infección es poco convincente y por la manera en la que se desarrollan las acciones llega un punto en donde realmente te termina importando poco si la mayoría de los personajes viven o mueren.

Las actuaciones no son desastrosas, pero tampoco nada para resaltar; realmente la mayoría saca con lo mínimo sus roles. La producción está ok: el trabajo de fotografía es decente, la dirección de arte no tiene nada especial, el score es genérico, el trabajo de sonido cumple, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje es probablemente lo más destacable sin ser espectacular.

* Cuenta con una escena a la mitad de los créditos

Opinión final: Peelers es decepcionante. Película sobre infectados con algunos momentos decentes de la que se olvidarán en un par de semanas.

Ojometro:
**