jueves, 15 de marzo de 2018

Crítica: Children of the Corn: Runaway (2018)


Décima entrega de la franquicia, la cual está dirigida por John Gulager (Feast, Piranha 3DD) y cuyo guión fue escrito por Joel Soisson. Se estrenó directamente en VOD y DVD este pasado 13 de marzo dentro de los Estados Unidos.

Sinopsis:

Ruth (Marci Miller) escapa del culto en Gatlin, Nebraska mientras se encuentra embarazada. Trece años después ella sigue moviéndose de un lugar a otro para tratar de proteger a su hijo de lo que alguna vez experimentó, aunque cuando se establecen en un pequeño pueblo de Oklahoma su pasado parece haberla alcanzado una vez más. 



Comentarios generales:

Siempre me ha parecido bastante curioso como un relato corto de Stephen King ha sido capaz de generar una de las franquicias más prolíficas del cine de terror, ya que ese material daba a lo mucho para dos entregas y eso siendo benévolos. Hasta cierto punto es una proeza que sería mayormente reconocida de no ser porque quien está detrás de todo esto es Dimension Films, si… ese estudio cuyas únicas motivaciones solo son el tratar de mantener los derechos de franquicias a como dé lugar sin importar la calidad del producto. Situación que tristemente se vuelve a repetir con Runaway.

Y es que en esta ocasión se puede notar a todas luces que la prisa fue demasiada por sacarla, provocando así que lo que nos trae Gulager se sienta como algo ajeno a lo que conocemos. Obvio aquí tenemos elementos característicos como graneros, pequeños restaurantes o carreteras solitarias para brindar cierto nivel de familiaridad, pero el hecho de que el peso de la historia se sustente en Ruth y no en el culto hace que desde muy temprano la película caiga en un territorio poco interesante; no tanto porque la idea de explorar la vida de alguien que logró escapar sea mala, sino porque realmente nunca parecen saber cómo desarrollarla más allá de algunas alucinaciones o flashbacks.

Pasan los minutos y no se ven avances, todo se queda estancado en una rutina repetitiva que no ayuda en nada para que los personajes evolucionen en su nuevo entorno o mínimo para generar una sensación de riesgo latente. Ya que, con excepción de la aparición de una niñita, los momentos destinados para proporcionar terror son mínimos y por lo regular terminan siendo intrascendentes ante el poco seguimiento que se les da, Teniendo como consecuencia que estos queden parados más como eventos aislados que proporcionen un impacto deficiente y no para ayudar a aclarar lo que le ocurre a nuestra protagonista.

La parte final es decente, sobre todo porque es más o menos donde por fin logras sentir que estás viendo una Children of the Corn. Los traumas de Ruth siguen siendo el punto central para añadir un toque de misterio que no es tan complicado de descifrar, pero al contar con momentos más violentos el filme puede cerrar con cierta fuerza. Aunque no sin dejar varias cosas sin respuesta (sobre todo con respecto al hijo).

En el tema de las actuaciones Marci Miller no lo hace mal, cuenta con el personaje con mayor nivel de complejidad y al menos logra que uno se preocupe por ella durante varios lapsos de la película. En cuanto a la producción, definitivamente se nota que contó con un presupuesto muy corto: el trabajo de fotografía no es el mejor, la dirección de arte es pobre, el score no está mal, el trabajo de sonido cumple, los efectos son arcaicos y la labor de maquillaje no tiene mucho que destacar.

Opinión final: Children of the Corn: Runaway es una pérdida de tiempo. Otra secuela mediocre hecha al vapor para poder mantener los derechos por varios años más.

Ojometro:
**

lunes, 12 de marzo de 2018

Crítica: Winchester (2018)


Película dirigida por The Spierig Brothers (Daybreakers, Jigsaw), quienes además comparten créditos junto a Tom Vaughan como co-escritores del guión. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos el pasado 2 febrero, mientras que en México hizo lo propio durante el fin de semana.

Sinopsis:

En las afueras de San Francisco la multimillonaria Sarah Winchester (Helen Mirren) ha construido una enorme mansión que se encuentra en remodelación constante las 24 horas del día durante los siete días de la semana. Para el mundo exterior es una clara señal de una mujer con problemas mentales, pero para ella es la única manera de poder reparar el daño que las armas fabricadas por su compañía han ocasionado.



Comentarios generales:

Creo que a todo mundo le sorprendió que una actriz del calibre de Helen Mirren se involucrara en una película de terror, ya que no suele ser común que nombres de ese tamaño volteen a ver un género que dentro de la propia industria es considerado de segunda categoría. Esto provocó que rápidamente Winchester se convirtiera en uno de los trabajos más esperados del año, no solo por su presencia, sino porque había los elementos para poder tener algo grande que hiciera bastante ruido; aunque desgraciadamente eso no ocurrió.

Principalmente porque lo que nos traen los hermanos Spierig es una película que resulta difícil de digerir, no tanto porque cuente con una historia compleja (que no lo es), sino porque es de esas que tardan en desarrollarse. Una situación que por lo regular no me molesta pero en este caso si termina siendo perjudicial debido a que, al contar con una premisa básica de casas poseídas, el avance del primer acto se vuelve demasiado tedioso de manera muy rápida ante la falta de novedad y porque quieren sustentar todo en la excentricidad que representa la propia mansión o su dueña. Siendo esto un aspecto que al inicio resulta interesante; sin embargo, no tiene que pasar mucho tiempo para que uno se dé cuenta que con esa excentricidad solo se pretende esconder la repetitividad de las acciones.

En general se puede decir que la primera mitad es MUY aburrida, pero afortunadamente una vez que pasa el proceso de aprendizaje con respecto a la mansión la mejora es significativa. En gran medida porque el ritmo se vuelve más ágil y ya no se siente tan pesado lo que estás viendo, aunque el verdadero cambio se da gracias a que empiezan a darle más relevancia a las motivaciones de Sarah Winchester para construir un lugar tan exótico, lo cual deja como resultado una mayor sustancia con respecto a lo que ocurre ahí dentro y justifica de gran manera tanto lo de las renovaciones como la presencia de los espíritus.

Una presencia que abre la puerta a momentos de mayor suspenso y a la generación de una atmósfera más oscura. Sin duda algo positivo, más no completamente satisfactorio debido a que siempre te quedas con la sensación de que pudieron haber hecho más con esto porque cada habitación representa una historia para explotar y al final solo se centran en un par, mientras que el resto lo dejan a la imaginación.

Los últimos 20/25 minutos me agradaron, son bastante entretenidos. El tema supernatural toma el mando por completo y se las arreglan para ofrecer un cierre potente que, además, logra explotar de mejor manera toda la estructura a diferencia de los actos previos.

En el tema de las actuaciones Mirren cumple como se esperaba, su papel no exige demasiado pero ella le saca todo el jugo posible; mientras que Jason Clarke (Dr. Eric Price) resulta un buen contrapeso para ella. La producción es de primer nivel: el trabajo de fotografía es impecable, la dirección de arte estupenda, el score es muy bueno, el trabajo de sonido está bien cuidado, los efectos son sólidos y la labor maquillaje resulta mínima.

Opinión final: Winchester me dejó decepcionado. Ciertamente no es mala, pero termina quedándose corta en muchos aspectos considerando el talento involucrado.

Ojometro:
***

viernes, 9 de marzo de 2018

Crítica: Still/Born (2018)


Primer largometraje del director Brandon Christensen, quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Colin Minihan. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 9 de febrero, mientras que su salida en DVD ya está confirmada para el próximo 20 de marzo.

Sinopsis:

Mary (Christie Burke) es una madre primeriza que pierde a uno de sus gemelos durante el parto. Afectada por la tragedia trata de seguir con su vida, pero pronto empezará a sospechar que algo siniestro anda tras su único bebé sobreviviente y hará hasta lo imposible para mantenerlo a salvo de lo que sea que lo persigue.  



Comentarios generales:

Ver cientos de películas de terror año tras año ha provocado que difícilmente algo me tome por sorpresa o me ponga nervioso, simplemente uno se acostumbra a todos los trucos o fórmulas que se suelen utilizar dentro del género. Obvio con esto no quiero decir que no siga disfrutándolas (o sufriéndolas), pero si dificulta el poder sentir mayor interés por varios trabajos con ciertas temáticas y ese parecía que sería el caso con Still/Born. Un filme que realmente no lucía como algo especial y que al final terminó poniéndome bajo un estado de preocupación constante que no me esperaba.

En gran medida porque Christensen nos trae una historia que en esencia es de tintes sobrenaturales, aunque en realidad se sustenta de manera mucho más fuerte en los problemas de una madre que ha sufrido un trauma muy duro de superar. Ocasionando así que desde prácticamente el inicio las cosas tengan un nivel de tensión considerable al poner a su pequeño bebé como el centro de todos los sucesos cuestionables que sirven para construir de manera lenta pero constante un tipo de amenaza muy bien lograda que no necesita de demasiada exposición para sentirse como un riesgo importante y que en base a sus acciones se establece el ritmo que veremos por lo que resta de la película.

La cual para el segundo acto avanza sin muchos contratiempos al mantener a tope el suspenso y la sensación de peligro en todo momento por medio de sustos fáciles bien implementados o de escenas en las que el miedo se genera en base a lo que no puedes ver. Esto último siendo un aspecto que termina volviéndose fundamental para generar dudas y así ayudar a desarrollar el deterioro mental de nuestra protagonista; uno que ciertamente resulta algo acelerado al principio pero que con el pasar de los minutos logra un equilibrio adecuado para no solo presentar ciertos conflictos entre los personajes, sino también para elevar el nivel de preocupación por el bebé ante la frágil estabilidad emocional de su madre.

La parte final me gustó bastante. Aquí el manejo entre la locura y lo sobrenatural llega a su tope para poder proporcionar un nivel de intensidad mucho mayor que ayude a generar una inquietud constante por las acciones de Mary, quien para este punto ya representa una amenaza total y te hace cuestionar de manera genuina si todo lo ocurrido fue producto de su imaginación o si en verdad existió algo inexplicable alrededor de todo esto.

De las actuaciones se puede decir que sin duda es el show de Christie Burke, ella es quien carga con todo el peso de la película y su deterioro es por momentos hasta desgarrador de ver. La producción es de buena factura: el trabajo de fotografía es correcto, la dirección de arte simple, el score es bastante bueno, el trabajo de sonido excelente y los efectos son muy sencillos.

Opinión final: Still/Born fue una agradable sorpresa. Una película sólida que con poco logra cosas muy interesantes como para ser de las mejores en lo que va del año. 

Ojometro:
****

martes, 6 de marzo de 2018

Crítica: House of Demons (2018)


Película escrita y dirigida por Patrick Meaney, la cual significa su primer largometraje. Se estrenó en VOD y DVD el pasado 6 de febrero dentro de los Estados Unidos.

Sinopsis:

Cuatro amigos distanciados se reúnen para pasar una noche dentro de una cabaña que en alguna ocasión perteneció a un culto similar a la Familia Manson. Estando ahí, los extraños rituales del pasado en dicha casa abren unas conexiones con el presente y el subconsciente, forzando a que todos tengan que confrontar sus más profundos secretos y demonios… o ser destruidos por ellos.



Comentarios generales:

Si me hubiera basado únicamente en su sinopsis difícilmente existiría un texto sobre esta película en el blog, ya que la verdad lucia como otro trabajo independiente del montón que no valía la pena checar. Sin embargo, mientras repasaba el elenco vi el nombre de Amber Benson (Tara en Buffy the Vampire Slayer) y mi curiosidad aumentó lo suficiente como para darle una oportunidad a este filme debido a que tenía tiempo que no se involucraba en algo dentro del género. Una decisión que al final de cuentas resultó positiva ya que House of Demons es más arriesgada que la mayoría de esta clase de producciones.  

Con esto no quiero decir que va a provocar una nueva tendencia o signifique una revolución, pero lo que nos trae Meaney es una historia bastante loca que mezcla diversos elementos de manera original y que nunca demuestra miedo alguno por hacerlo, por más ridículas que pudieran llegar a parecer sus ideas. Un riesgo que obvio no está exento de problemas, sobre todo durante un primer acto en el que puede llegar a ser complicado entender qué diablos es lo que está ocurriendo gracias al deficiente manejo de los tiempos que provoca que los cambios entre el pasado y el presente resulten muy bruscos; dejando la sensación de que no tienen mucho sentido o que los problemas de este amplio grupo de personajes son irrelevantes para los efectos de la trama.

Afortunadamente llegada la media hora del metraje las cosas se logran estabilizar cuando se realiza la conexión entre los amigos y el culto, una que tiene tintes de The Twilight Zone pero que poco a poco va desenvolviendo los misterios que hay detrás de manera fluida. Todavía con cierto enredo debido a la poca profundización previa, aunque ya con situaciones que te van brindando claridad y que empiezan a jugar de manera seria con todo el tema de los demonios internos para ofrecer momentos intensos o con un nivel de violencia mayor sin llegar a ser nada precisamente extremo.

La parte final es probablemente la más convencional. Salvo por la extrañísima breve aparición de un personaje muy peculiar, todo sigue un camino que para nuestra mala fortuna no toma demasiados riesgos al no explotar en lo absoluto a la amenaza presentada y optar por un desenlace feliz que desentona con el tono previo (aunque no es malo).

En cuanto a las actuaciones hay de todo, algunas aceptables y otras no tanto; siendo Dove Meir en su papel de líder del culto quien más resalta. La producción es limitada: el trabajo de fotografía no es el mejor, la dirección de arte es medio arcaica, el score está ok, el trabajo de sonido cumple, los efectos son muy básicos y la labor de maquillaje está aceptable para lo que es.

Opinión final: House of Demons es pasable. Un trabajo independiente bastante original que por lo menos merece una oportunidad.

Ojometro:
***