martes, 10 de diciembre de 2019

Crítica: The Curse of Halloween Jack (2019)


Película escrita y dirigida por Andrew Jones (The Exorcism of Anna Ecklund). Se estrenó en DVD y VOD tanto en el Reino Unido como en los Estados Unidos durante el mes de octubre.

Sinopsis:

Un problemático culto trata de realizar un ritual que involucra sacrificios humanos para revivir al fallecido asesino conocido como Halloween Jack, pero la policía llega a la escena para detenerlos con fatales consecuencias. Al inicio parece que todo quedará en una trágica anécdota, aunque pronto el pueblo se verá azotado una vez más por el infame asesino.



Comentarios generales:

Uno puede asumir que la baraja de opciones dentro de la escena independiente del Reino Unido no es precisamente muy profunda cuando Andrew Jones logra estrenar seis películas durante un mismo año. Y no es nada en contra suya, claramente algo debe de hacer bien para tener tal cantidad de trabajo; sin embargo, realizar tantas películas en periodos tan cortos de tiempo no es algo fácil e irremediablemente la calidad tiene que sufrir, situacion que podemos ver con trabajos muy mediocres como es el caso de The Curse of Halloween Jack.

Un slasher cuya leyenda detrás de Halloween Jack daba para mucho más en cuestión de desarrollo, especialmente en lo referente al culto, pero que Jones increíblemente decide limitar a tan solo los primeros cinco minutos del filme. Provocando así que el único elemento que podría fungir como diferenciador se pierda y con ello nos veamos ante una historia básica cuyo mayor punto de interés es el look del asesino.

Ya que más allá de eso es difícil encontrar demasiadas cosas positivas de las cuales escribir, más que nada porque durante todo el metraje se siente una película vacía, sin alma; donde lo que ocurre en pantalla nunca logra generar alguna sensación de peligro a pesar de que ese es el principal propósito. Además todo se lleva a cabo de manera acelerada, sin ningún tipo de construcción que ayude a darle un poco más de relevancia a unas muertes que se gastan demasiado rápido y no logran tener el impacto deseado ante lo mal filmadas que están, obligando con esto a integrar de manera forzada una sorpresa que tampoco aporta demasiado.

Lo cual es un problema debido a que es esta sorpresa lo que moldea la parte final y al salir de la nada resulta complicado tomar en serio todo lo que ocurre. Dejando como resultado un desenlace completamente anticlimático que, para colmo, queda muy abierto ante la posibilidad de una secuela.

Las actuaciones son planas y difícilmente se puede destacar a alguien, incluso algunas se ven muy amateur. La producción se nota que es de muy bajo presupuesto: el trabajo de fotografía presenta algunos problemas, la dirección de arte es desangelada, el score es agradable (sin duda lo mejor de la película), el trabajo de sonido tiene altibajos, los efectos son simples y la labor de maquillaje es muy básica para tratarse de un slasher.

Opinión final: The Curse of Halloween Jack es bastante mala. Un slasher desechable para aumentar el curriculum de su director.

Ojometro:
*

viernes, 6 de diciembre de 2019

Crítica: Jacob’s Ladder (2019)


Remake de la película de 1990 dirigido por David M. Rosenthal, cuyo guión fue escrito por Jeff Buhler y Sarah Thorpe. Se estrenó en TV dentro de los Estados Unidos durante el mes de julio, mientras que su salida en VOD y formato físico se dio el pasado 24 de septiembre.

Sinopsis:

Después de que su hermano regresa a casa proveniente de la guerra, Jacob Singer (Michael Ealy) lucha por mantener su cordura al sufrir constantes alucinaciones y flashbacks que lo harán desconfiar de absolutamente todo lo que se encuentra a su alrededor sintiendo que alguien lo persigue.



Comentarios generales:

Hace unos días atrás escribí sobre el remake de una película de culto de los 70s y ahora toca el turno de una película de culto de los 90s. Aunque a diferencia de la anterior, aquí estamos hablando de un proyecto que tenía absolutamente todas las de fracasar desde el inicio debido que esta nueva versión de Jacob’s Ladder se filmó en 2016 y después de algunas pruebas en 2017 se quedó olvidada en la congeladora sin que pareciera tener algún futuro, hasta que alguien se apiadó de la gente que invirtió su dinero y decidió estrenarla en televisión.

Una decisión un tanto extraña considerando la cantidad de servicios de streaming que existen en la actualidad y que se encuentran en constante búsqueda por contenido, pero que tiene mucho sentido después de ver el producto final.

Ya que este remake que nos trae Rosenthal es la ejemplificación perfecta de algo innecesario al presentarnos una historia que se distancia bastante de la original para poder tener su propio sello distintivo, sacrificando muchas cosas y dejando solo un elemento básico intacto. Decisión que tiene sentido más no se ve complementada con un buen desarrollo porque desde el inicio realmente lo que vemos son una serie de situaciones genéricas en las que Jacob se ve envuelto y que rápidamente cansan al ser muy similares, cargando demasiado de su posible efectividad en un juego de realidad o ficción que proporciona un ligero toque de suspenso e incluso algo de shock, pero que solo sirve de distractor por un breve periodo de tiempo.

Sobre todo porque entrando al segundo acto las cosas empiezan a centrarse más en las teorías conspiratorias que inmediatamente provocan que el ritmo vaya desacelerándose progresivamente mientras se le da más juego a la paranoia del personaje principal. Llevando así a momentos que te brindan información con respecto a la relación con su hermano, aunque también a otros que no les encuentras demasiado sentido y que hacen que el tema de la droga se vuelva confuso ante la falta de claridad con respecto a la supuesta amenaza que hay detrás.  

Dejando así todo el peso para una parte final que sin duda será la que definirá si terminan odiando la película o no. Esto porque el giro que presenta es demasiado abrupto y no se siente como algo que encaje de manera natural incluso teniendo cierto sustento detrás, haciendo que el cierre no tenga el impacto emocional que debería gracias a que la situación de Jacob en verdad no te podría importar menos para este punto.

Las actuaciones no están mal, con un Michael Ealy y un Jesse Williams (Isaac) que muestran buena química a pesar de no tener tantos diálogos que ayuden a desarrollar de mejor manera su relación. La producción es genérica: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte no tiene nada espectacular, el score no resalta, el trabajo de sonido es sólido y tanto los efectos como la labor de maquillaje son muy básicos.

Opinión final: Jacob’s Ladder me aburrió. Otro remake innecesario del que difícilmente se acordarán en un par de meses.

Ojometro:
**

martes, 3 de diciembre de 2019

Crítica: Mary (2019)


Primer largometraje del director Michael Goi, cuyo guión fue escrito por Anthony Jaswinski. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos durante el mes de octubre, mientras que en México hizo lo propio en cines durante el fin de semana pasado.

Sinopsis:

Una familia en búsqueda por iniciar su propio negocio de alquiler de embarcaciones compra un barco en muy mal estado que guarda terribles secretos de sus viajes por los mares.



Comentarios generales:

Cuando ves el nombre de un actor del calibre de Gary Oldman ligado a una película de terror evidentemente tu nivel de interés se va a elevar de forma inmediata, aunque también es inevitable el ponerte a pensar cuál será la razón para que haya aceptado estar involucrado en esta porque hay que admitir que es algo inusual. La primera es que en verdad se trate de un gran proyecto que haya llamado su atención, la segunda es que le esté haciendo un favor a alguien y la tercera es que viera la posibilidad de cobrar un buen cheque sin tener que hacer un gran esfuerzo. Y lamentablemente parece que lo que pasó aquí fue esto último.

Ya que lo que nos trae Goi es un trabajo que no exige demasiado a los actores no solo por el hecho de que se desarrolla en un espacio contenido, sino que además se trata de una historia con la que se puede notar claramente que no le invirtieron demasiado tiempo al momento de escribirla.

Esto porque decir que es genérica sería quedarme corto ante la terrible ausencia de contenido que tenemos aquí, sobre todo durante un primer acto en el que te dan detalles sobre la situación de esta familia pero no se hace el más mínimo esfuerzo por añadir contexto respecto al barco, lo cual ocasiona que por un lapso importante de tiempo todo lo que ocurre en pantalla sea en extremo aburrido gracias a que, salvo por algunos vagos intentos por generar suspenso, nada cuenta con demasiado peso en el desarrollo.

Situación que se magnifica llegando a la segunda mitad de la película debido a que, ante la carencia de cualquier tipo de historia de fondo, no existen razones sólidas para justificar lo que hacen los personajes y por lo consiguiente sus extraños comportamientos quedan parados como meras anécdotas que pasan simplemente porque si. Provocando así que el ritmo se vuelva cansino y se tenga que recaer en la explotación del mismo recurso (secuencias de sueños) una y otra vez hasta que raye en lo ridículo.

La parte final es la única que se salva y en gran medida se debe a que es donde por fin se le da juego a lo que hay detrás del barco. Aspecto que no resaltará por su originalidad pero por lo menos brinda el material suficiente para construir un cierre con intensidad que hace uso del fantasma y trata de añadir cierto nivel de sorpresa a algo bastante predecible.

De las actuaciones hay que decir que de no ser por el propio Oldman y Emily Mortimer (Sarah) las cosas habrían sido peores, ya que ambos logran por lo menos manifestar una buena química en pantalla con un material muy limitado para trabajar. La producción tampoco tiene nada para destacar: el trabajo de fotografía está ok, la dirección de arte no resalta, el score es un tanto genérico, el trabajo de sonido cumple, los efectos son muy simples y la labor de maquillaje ínfima.

Opinión final: Mary es bastante mala y aburrida. Película del montón que les hará perder minutos valiosos de su tiempo.

Ojometro:
**

viernes, 29 de noviembre de 2019

Crítica: Rabid (2019)


Remake del clásico de culto de 1977 dirigido por The Soska Sisters (American Mary), quienes comparten créditos como co-escritoras del guión junto a John Serge. Se estrenó directamente en DVD y Blu-ray  dentro del Reino Unido el pasado 7 de octubre, mientras que en Estados Unidos hará lo propio a inicios de 2020.

Sinopsis:

Rose (Laura Vandervoort) trabaja para una firma de modas con la esperanza de convertirse en diseñadora, pero todos sus sueños se vienen abajo cuando un accidente le desfigura el rostro. Para su fortuna existe un tratamiento experimental con células madre que le ayuda a recuperarse y a volverse más bella que nunca, aunque con peligrosos efectos secundarios.



Comentarios generales:

Cada que se especula sobre un remake de algún clásico existen muchas dudas, es una reacción natural, pero en este caso las cosas eran muchas más complejas considerando que se trataba de una película de alguien tan venerado como David Cronenberg. Un director del cual no soy tan fan como algunas otras personas y cuyos trabajos que más me gustan son de los 80s, así que una nueva versión de Rabid no me generaba tanto malestar; de hecho, sentía más curiosidad que otra cosa por esta nueva versión y definitivamente puedo decir que no me he quedado decepcionado.

Esto porque las hermanas Soska realmente solo utilizan ciertas ideas de Cronenberg para contarnos una historia muy diferente que sigue su propio camino tomando riesgos que a veces funcionan y a veces no. Utilizando la desfiguración de Rose no solo como el medio para generar impacto visual de manera temprana o cierto morbo, sino también para ir desarrollando una transformación que va más allá de lo superficial y con ello lograr que la mayoría de las problemáticas no se centren en la epidemia que ella misma genera.

Lo cual sin duda le brinda mayor sustancia al personaje principal, pero por otro lado hace que el resto de los sucesos en varios casos queden parados como algo meramente anecdótico debido al poco interés que existe por expandir ese aspecto de la historia. Ya que aunque si vemos algunas escenas de contagios que proporcionan cierto incremento en el nivel de intensidad, estas por diseño solo aportan un shock efímero y se pierden ante lo separadas que se encuentran una de la otra; generando así un ritmo muy cortado que no permite que la película tenga la fluidez necesaria rumbo a la parte final.  

Una parte final que en general me agradó. No es nada espectacular pero por lo menos logran que ambos aspectos (el estado de Rose y la epidemia) converjan de cierta manera para brindar momentos con sangre y violencia entretenidos; sin embargo, el desenlace si puede resultar un tanto ridículo.

En el tema de las actuaciones Laura Vandervoort no lo hace mal, su personaje no es tan plano y eso ayuda a que no quede parada como una simple cara bonita, mientras que de los secundarios quienes más sobresalen son Mackenzie Gray (Gunter) con un personaje bastante extravagante y Hanneke Talbot (Chelsea). La producción es de buena factura: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte no presenta gran cosa, el score es bastante bueno, el trabajo de sonido es limpio, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje es excelente.

Opinión final: Rabid está ok. Dudo que a los fans más recalcitrantes de Cronenberg les agrade, pero para el resto puede ser un visionado interesante.

Ojometro:
***