martes, 19 de mayo de 2020

Crítica: La marca del demonio (2020)


Película mexicana dirigida por Diego Cohen y escrita por Ruben Escalante Mendez. Se estrenó en cines dentro de México durante el mes de enero, mientras que actualmente ya se encuentra disponible en Netflix.

Sinopsis:

Para lograr expulsar un demonio, a veces hay que serlo. Y tanto el padre Tomás (Eduardo Noriega) como su socio Karl (Eivaut Rischen) se verán en una lucha por encontrar el bien enfrentando al mal contra… ¿el mal?



Comentarios generales:

El cine de terror mexicano sigue en su largo proceso para encontrar nuevamente el sitio relevante que alguna vez tuvo, abriéndose cada vez más a ideas que hasta hace no mucho era casi imposible que se aceptaran debido a que para varias personas significaban un tipo de sumisión ante el cine comercial estadounidense. Eso ha brindado cierta variedad que con el paso del tiempo puede dar frutos y expandir los horizontes de las producciones mexicanas; sin embargo, dudo muchísimo que La marca del demonio sea de gran ayuda en ese aspecto.

Ya que lo que nos presenta Cohen es malo, muy malo. Sin duda de lo peor que he visto en lo que respecta a películas mexicanas y de la que no hay mucho que se pueda escribir.

Simplemente se trata de una historia con una idea interesante que es terriblemente mal ejecutada y que falla en todos los apartados importantes, dejando así un producto que a pesar de su corta duración (82 minutos) se siente como si durara tres horas debido a que no existen demasiadas cosas que hagan dinámico el desarrollo y gracias a eso el ritmo se vuelve tremendamente pesado sin que cambie en lo absoluto durante todo el metraje. Dando lo mismo si se te presenta una posesión, un flashback o algún momento de impacto.

Todo para llegar a uno de los enfrentamientos finales más desangelados y mal producidos que recuerde.

Las actuaciones también son bastante lamentables, por ahí Rischen y Noriega tienen algunos breves momentos correctos, pero en general todos los involucrados se sienten forzados y sin saber cómo manejarse dentro de una película de este tipo. En lo referente a la producción es donde tiene sus pocos buenos atributos: el trabajo de fotografía es decente, la dirección de arte es muy básica, el score cumple, el trabajo de sonido es bastante malo, la labor de maquillaje está ok y los efectos no son taaan malos, pero dejan mucho que desear.

Opinión final: La marca del demonio es terrible. Sin duda una de las peores películas del 2020.

Ojometro:
*

viernes, 15 de mayo de 2020

Crítica: Porno (2020)


Película dirigida por Keola Racela, cuyo guión fue escrito por Matt Black y Laurence Vannicelli. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 8 de mayo, aunque todavía no hay información sobre cuándo saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Cinco empleados de un cine localizado en un pequeño pueblo cristiano descubren un misterioso filme oculto en el sótano que les genera mucha curiosidad, pero no saben que al verlo liberarán a una seductora súcubo que les brindará educación sexual… escrita en sangre.



Comentarios generales:

Cuando una película lleva por nombre Porno creo que es muy fácil asumir sobre qué va a tratar o por lo menos tener una idea sobre el punto central que moverá los hilos, lo cual inmediatamente genera un morbo bastante grande y, por ende, mayor interés. Algo que sin duda resulta positivo para las pretensiones de quienes están detrás del proyecto, pero que también añade ciertas expectativas sobre lo que la audiencia pretende ver y no estoy tan seguro si se llegan a cumplir aquí.

Esto porque lo que nos trae Racela es algo mucho más ligero de lo que se podría suponer al tratarse de una historia que, si bien utiliza el sexo de manera relevante, se centra más que nada en la crisis de identidad de un grupo de adolescentes cuyas interacciones no son precisamente las más divertidas de ver. En especial durante un primer acto que avanza entre diálogos vacios y actitudes exageradas que tratan de establecer ciertos estereotipos mientras se va revelando todo el tema del súcubo por medio de eventos peculiares que al menos logran ir estableciendo un tono un poco más elevado para lo que está por venir.

Y es que una vez que se desata el caos no solo empezamos a ver un incremento en los elementos que explotan el tema del sexo, sino que además claramente la atmósfera cambia y con ello se logran generar situaciones más interesantes en lo referente al terror. Logrando así que el ritmo resulte un poco más dinámico y, sobre todo, se empiecen a presentar escenas de impacto que difícilmente van a pasar desapercibidas por lo explicitas que resultan y que ayudan a tapar un poco el hecho de que muchas de las acciones de los protagonistas realmente tienen poco sentido considerando que la mayoría de estos cuentan con una desventaja muy evidente ante la amenaza.

Todo para llegar a una parte final en la que se añade cierto juego con las dimensiones para brindarle algo de frescura a las cosas. Logrando con esto que el cierre cuente con algo de intensidad y se vuelva a explotar el elemento sexual; aunque también te deja con cierta sensación de que el avance con los personajes fue realmente nulo.

Las actuaciones no son nada del otro mundo, solamente cumplen para lo básico requerido sin demasiados contratiempos. La producción tiene altibajos: el trabajo de fotografía por momentos deja mucho que desear, la dirección de arte es simple, el score es algo genérico, el trabajo de sonido es bueno, los efectos prácticos están bien hechos y la labor de maquillaje es correcta.

Opinión final: Porno está ok. Película para pasar el rato y ver algo de gore, pero nada más.

Ojometro:
***

martes, 12 de mayo de 2020

Critica: The Lodge (2020)


Película dirigida por Severin Fiala y Veronika Franz (Goodnight Mommy), quienes además comparten créditos como co-escritores del guión junto a Sergio Casci. Se estrenó de manera limitada en cines dentro de los Estados Unidos durante el mes de febrero, mientras que su salida en formato físico y VOD se dio el pasado 5 mayo.

Sinopsis:

Grace (Riley Keough) se queda encerrada con sus dos próximos hijastros en una remota cabaña en donde celebrarán la navidad. Su relación no es la mejor, pero cuando por fin empiezan a romper el hielo una serie de eventos aterradores traerán de vuelta los demonios de su infancia.



Comentarios generales:

Por el simple hecho de saber que Hammer Films y los directores de “Goodnight Mommy” eran los que estaban detrás del proyecto, The Lodge se convirtió rápidamente en una de las películas que más interés me generaban en 2020. Parecía la combinación perfecta para realizar algo especial, sobre todo considerando que la dupla austriaca tiene un estilo particular que atiende a un tipo de público muy específico y la verdad es que no decepcionan.

Ya que fieles a su estilo, Fiala y Franz nos traen una historia que se desarrolla a fuego lento y que depende más del desarrollo de sus personajes en lugar de la espectacularidad momentánea que bien podrían haber explotado. Construyendo todo en base al trauma de un par de niños que reaccionan al cambio radical en sus vidas de la manera más hostil posible y a partir de ahí ir jugando con la estabilidad mental y emocional de la protagonista; quien desde el primer acto es puesta bajo situaciones incomodas que en algún punto sabes que la van a quebrar, pero que inicialmente va librando de tal forma que te hace pensar que bien podría haber una conclusión agradable para todos.

Entrando así a una dinámica que poco a poco, bajo un ritmo lento, ayude a desarrollar cada situación de tal manera que las dudas con respecto a qué tan estable es Grace se incrementen y con ello además se empiece a generar un misterio con respecto a lo que ocurre dentro de la casa que puede llevar las cosas a distintos escenarios. Siempre bajo una atmósfera opresiva impresionante que provoca una sensación de incomodidad muy fuerte y que es perfectamente bien combinada con el score para lograr escenas potentes sin que estas necesiten de elementos de shock constantes.

Todo esto para preparar el camino hacia una parte final genial, la cual lleva al extremo el tema de la locura de Grace aumentando ligeramente el nivel de violencia y básicamente manejando el mensaje de que todas las acciones tienen consecuencias. Dejando un cierre brutal que no necesita ser tan explícito para entender lo crudo que es.

Con respecto a las actuaciones, al tratarse de una película que se sustenta fuertemente en estas, debo de decir que tanto Jaeden Martell (Aidan) como Lia McHugh (Mia) hacen una gran labor como los hijastros; sin embargo, quien se lleva todos los reflectores es Riley Keough. Ella está genial de principio a fin, en todo momento sientes empatía por su personaje y su descenso a la locura es un viaje muy interesante de ver.  

La producción es de primer nivel: el trabajo de fotografía es estupendo, la dirección de arte se encuentra bien cuidada, cuenta con un gran score, el trabajo de sonido es muy bueno, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje resulta correcta.

Opinión final: The Lodge me gustó bastante. Sin duda una película que exige mucha paciencia y que no será del gusto de todos, pero cuyo pago es muy gratificante.

Ojometro:
*****

martes, 5 de mayo de 2020

Crítica: The Turning (2020)


Adaptación de la novela corta The Turn of the Screw dirigida por Floria Sigismondi, cuyo guión fue escrito por Carey W. Hayes y Chad Hayes. Se estrenó en cines durante el mes de enero, recaudando $18.4 millones de dólares en taquilla a nivel mundial; mientras que su salida en formato físico se dio el pasado 21 de abril.

Sinopsis:

Una joven renuncia a su trabajo como maestra para ser la tutora de una adinerada huérfana que presenció la muerte de sus padres. Una labor que parece sencilla, pero que empeora cuando el rebelde hermano de esta regresa tras ser expulsado del internado y con ello empezarán a ocurrir cosas difíciles de explicar.



Comentarios generales:

A pesar de tratarse de uno de los estrenos más relevantes para el género de terror a inicios de año, la verdad es que The Turning no me llamaba la atención. En gran medida porque su producción fue un verdadero caos que no solo provocó un cambio de titulo, director y protagonistas, sino que además vio como la persona que más impulsaba el proyecto (Steven Spielberg) hizo todo lo posible para que su nombre ya no estuviera ligado a este.

Básicamente se podía oler un enorme fracaso y tras las terribles opiniones por parte de quienes la fueron a ver, así como a la pobre recaudación en taquilla, este se consumó. Y la verdad es que no se puede decir que haya sido algo injusto.

Ya que lo que nos trae Sigismondi es un desastre de esos grandes en los que desde muy temprano uno puede darse cuenta que el choque de visiones debió de haber sido muy intenso gracias a que hasta para definir la temporalidad en la que se desarrolla la historia existen problemas. Ubicándola en 1994, pero manejando toda la presentación visual como si fuera de algo mucho más antiguo y en base a esto ir construyendo una atmósfera que sea lo suficientemente poderosa para atrapar al espectador durante una primera mitad aburrida que establece cual será la fórmula predominante en lo que respecta a la manera de generar suspenso y, sobre todo, como se van a explotar hasta el cansancio los sustos fáciles.

Desenvolviendo así un misterio poco interesante que por momentos parece tener un camino más o menos definido, pero que se va perdiendo ante la nula profundización que se le brinda a detalles que parecieran ser relevantes. Optando mejor por irse a lo simple y sustentar todo en una dinámica sumamente repetitiva que tiene como eje central las interacciones de Kate con los niños (particularmente Miles), las cuales sin duda cuentan con algunas situaciones extrañas que añaden algo de tensión; sin embargo, la mayoría de estas se sienten huecas y casi siempre solo sirven para preparar algún tipo de suceso predecible dentro o fuera de la mansión.

Hasta aquí casi todo ha salido mal y las cosas ya resultan insalvables, aunque lo que termina por enterrar a la película es su final. Y no es tanto por el hecho de que lo hayan cambiado por completo en comparación con el de la novela, sino porque en realidad los últimos minutos son incomprensibles y te dejan sin una explicación concreta sobre lo que estuviste viendo todo este tiempo.

En cuanto a las actuaciones hay que decir que resulta bastante triste ver como Mackenzie Davis (Kate) se encuentra totalmente desperdiciada en un papel tan genérico, mientras que Finn Wolfhard (Miles) está terrible. La producción es donde tiene sus mayores virtudes: el trabajo de fotografía es bastante bueno, la dirección de arte está bien cuidada, el score no es nada del otro mundo, el trabajo de sonido cumple, los efectos no son nada espectacular y la labor de maquillaje es simple.

Opinión final: The Turning es bastante mala. El máximo ejemplo sobre como NO se debe hacer una adaptación.

Ojometro:
**