martes, 6 de octubre de 2020

Crítica: The Owners (2020)

Adaptación de la novela gráfica “Une nuit de pleine lune” dirigida por Julius Berg, quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Mathieu Gompel y Geoff Cox. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 4 de septiembre.

Sinopsis:

Un grupo de amigos creen que han encontrado la oportunidad perfecta para robar una caja fuerte dentro de una casa vacía. Sin embargo, cuando los dueños de la casa regresan de manera temprana, los roles se intercambian.


Comentarios generales:

El subgénero de invasión de casas ha sido probablemente el que mayor desgaste ha presentado durante la última década y debido a su propia naturaleza resulta complicado que se reinvente por medio de cosas más extravagantes que si se pueden permitir algunos otros. Así que mucho de su efectividad recae en explotar de la mejor manera fórmulas conocidas para brindar una experiencia lo más entretenida posible y con The Owners eso es lo que vemos, aunque no con resultados tan espectaculares.

Con esto no quiero decir que lo presentado por Berg sea malo (porque no lo es), sino que simplemente parece que nunca tiene la intención de llevar esta adaptación al siguiente nivel y solo se conformó con presentarla de la manera más adecuada posible. Contándonos una historia cuyo inicio es simple, incluso diría algo aburrido; donde el principal objetivo es establecer de manera muy clara la personalidad de los personajes por medio de acciones de vandalismo sin sentido que claramente provocan un disgusto hacía ellos y que, además, hacen que el contraste con la pareja de ancianos sea mucho más marcada cuando hacen acto de presencia.

Y es que cuando esto ocurre las cosas cambian de manera radical en muchos aspectos, siendo la sensación de riesgo la más evidente de todas al tener de por medio a dos personajes que, en teoría, son indefensos. Logrando así varios de los minutos más entretenidos gracias al hecho de que los conflictos que estos provocan elevan de golpe el nivel de intensidad y ante ello se pueden ver algunas de las escenas más violentas de todo el filme que añaden un shock necesario justo antes de renovar la dinámica para intercambiar los roles.

Un suceso que no llega tan de golpe como se esperaría porque se opta mejor por ir construyendo poco a poco el misterio que rodea a las supuestas “víctimas”, lo cual sirve para ir generando muchas dudas con respecto a lo que ocultan. Ya que uno está plenamente consciente de que están locos, más nunca se puede descifrar del todo el por qué de esto y ese detalle hace que el interés se mantenga intacto a pesar de que por momentos las acciones se pueden volver pesadas gracias al ritmo que se implementa.

Afortunadamente esto se soluciona en la parte final y se logra que el conflicto definitivo sea entretenido y lo más creíble posible considerando la diferencia de edad al añadir elementos que equilibran todo de manera lógica. Aunque ciertamente la resolución puede llegar a ser algo confusa debido a que depende bastante de detalles que se explicaron de manera vaga o muy superficial en los minutos previos.

Las actuaciones son de los puntos fuertes con Maisie Williams (Mary) haciendo un trabajo adecuado para la naturaleza de su personaje, mientras que Sylvester McCoy y Rita Tushingham se roban la pantalla como la pareja Higgins desde el primer instante en el que aparecen. De la producción tampoco hay mucha queja: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte cumple, el score resulta agradable, el trabajo de sonido es bueno, los efectos están bien hechos y la labor maquillaje es adecuada.

Opinión final: The Owners está entretenida. Película para ver una noche en la que no tengan nada más que hacer.

Ojometro:
***

viernes, 2 de octubre de 2020

Crítica: Antebellum (2020)

Película dirigida por Gerard Bush y Christopher Renz, quienes además comparten créditos como co-escritores del guión. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 18 de septiembre, aunque todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

La famosa escritora Veronica Henley (Janelle Monáe) se encuentra atrapada en una horrible realidad que la obliga a confrontar el pasado, presente y futuro. Antes de que sea demasiado tarde.


Comentarios generales:

Antebellum fue una de las tantas películas que se vieron afectadas por el COVID-19 a inicios de año y parecía inevitable que su estreno se retrasara hasta 2021. Sin embargo, ante los problemas raciales que se viven en Estados Unido, Lionsgate parece que no quería desaprovechar la oportunidad para explotar el contexto y en lo que para muchos resultó ser algo polémico decidió estrenarla de cualquier forma por otras vías para poder recuperar algo de lo invertido. 

Una decisión de la que realmente no se les puede culpar si consideramos que difícilmente hubiera conseguido grandes beneficios bajo circunstancias normales gracias al decepcionante resultado.

Y es que al igual que la película de la que escribí hace unos días atrás, lo que nos presentan Bush y Renz depende totalmente de un giro en el último acto para tener efectividad. Aunque la principal diferencia es que aquí el camino para llegar a ese punto no contiene demasiado material que haga digerible la experiencia, ya que realmente de terror esto no tiene mucho (por no decir nada). 

Obvio el tema de la esclavitud es terrible por otras circunstancias y todo el primer acto se centra en esto, el problema es que en ningún momento se notan intenciones de llevar las cosas a terrenos conocidos dentro del género. Es más que nada un drama con guiños muy pequeños de thriller en el que por aquí y por allá se presentan situaciones que te pudieran llegar a hacer pensar que el personaje de Veronica tal vez sea una bruja o es la llave para desencadenar elementos más sobrenaturales o fantasiosos, sin profundizar al respecto y dejando todo en meras suposiciones.

Las cuales se incrementan ligeramente una vez que la historia se traslada al presente debido a que se hace cierto esfuerzo por añadir misterio, pero cuando parece que el desarrollo va hacia ese camino te encuentras con otra cosa que está dirigida más a hacia el lado político y la crítica social. Ofreciendo así otros 30 minutos intrascendentes llenos de huecos en muchos aspectos básicos no solo para construir la trama, sino para hacer que los personajes involucrados, más allá de Veronica, no sean simples adornos de los que realmente no sabes nada. 

Sin duda un camino bastante espinoso para llegar, por fin, a la parte final con el giro previamente mencionado. Uno que sin duda va a sorprender a varios de inicio, sin embargo, este rápidamente se queda como una sorpresa pasajera que carece de la fuerza suficiente para que por lo menos la resolución te termine dejando una sensación positiva por lo que acabas de ver. 

Con respecto a las actuaciones diría que Janelle Monáe está bien, cumple en ciertas cosas pero las limitaciones de la historia no le dan para más; mientras que Gabourey Sidibe (Dawn) se roba la pantalla con su muy breve aparición. En cuanto a producción es donde tiene sus mejores atributos: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte es impecable, el score es sólido, el trabajo de sonido no presenta fallos y lo referente a efectos/maquillaje es muy discreto. 

Opinión final: Antebellum es sumamente aburrida y olvidable. Sin duda una de las mayores decepciones de 2020. 

Ojometro:
**

martes, 29 de septiembre de 2020

Crítica: Ghosts of War (2020)


Película escrita y dirigida por Eric Bress. Se estrenó de manera limitada en cines dentro de los Estados Unidos a mediados de julio, mientras que su salida en formato físico se dio el pasado 18 de agosto.

Sinopsis:

Cinco soldados estadounidenses son asignados para defender una mansión francesa en los momentos finales de la Segunda Guerra Mundial.  Una misión aparentemente sencilla, pero que de pronto se convierte en una pesadilla cuando se encuentran con una amenaza supernatural más aterradora que cualquier cosa que hayan visto en el campo de batalla.



Comentarios generales:

El que no existan demasiadas películas de terror ubicadas durante la Segunda Guerra Mundial (o cualquier guerra, de hecho) probablemente se deba a que estos eventos por si solos ya son lo suficientemente aterradores como para explotarlos de otra manera. Así que cuando salen trabajos de este tipo por lo regular suelen llamar la atención más que nada por querer saber cómo van a explotar dicho contexto y definitivamente Ghosts of War es la que lo ha hecho de manera más peculiar. 

Y es que aunque lo verdaderamente alocado tarda en llegar, lo cierto es que Bress presenta una historia que en ningún momento sigue un camino predecible y en base a esto es como logra generar más interés con un grupo de personajes que resultaban perfectos para irse con el típico camino heroico yanqui. Sin embargo, en lugar de eso termina sorprendiendo con algo que al menos durante 40/45 minutos es un filme de casas embrujadas en toda la regla y explota al máximo cada truco conocido para lograr efectividad.

Presentando algunos sustos fáciles bien pensados y consiguiendo una atmósfera lo suficientemente tétrica como para entender de inmediato el nivel de riesgo que existe dentro de la mansión. Esto sin dejar de lado las escenas de acción con elementos de impacto y sangre necesarios para recordarte que aquí hay una guerra de por medio.

Así las cosas avanzan de una manera agradable y sin muchos contratiempos, pero después de ese punto se van llevando las acciones hacia otra dirección con la que ciertamente se empieza a generar confusión. Utilizando a los fantasmas de manera más agresiva, aunque sin establecer de forma convincente los motivos detrás de sus acciones y haciendo que los propios soldados empiecen a tener comportamientos u experiencias poco coherentes.

Ahora, mencionado todo lo anterior, es indudable que la opinión positiva o negativa que se termine teniendo de la película recaerá en un 80% en si te convence lo ocurrido durante la parte final gracias a que lo que ocurre aquí cambia todo de manera extrema. Es un giro muy brusco que no diría que se siente forzado debido a que tiene cierto sentido considerando lo que pasa previamente, pero aún así no es del todo convincente y deja paradas a las cosas buenas del filme como algo meramente anecdótico. 

Con respecto a las actuaciones no tengo muchas quejas porque el elenco en su conjunto está bien, no ofrecen nada fuera de lo común pero cumplen con el nivel de intensidad que exige este tipo de historias con contexto bélico. En cuanto a producción es de factura sólida: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte está bien cuidada, el score es medio genérico, el trabajo de sonido es impecable, los efectos son de buena calidad y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: Ghosts of War está aceptable. Una experiencia cuya parte final determinará mucho que tanto les gusta. 

Ojometro:
***

viernes, 25 de septiembre de 2020

Critica: Baba Yaga: Terror of the Dark Forest (2020)


Película dirigida por Svyatoslav Podgaevskiy (The Bride, The Mermaid), quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Ivan Kapitonov y Natalya Dubovaya. Se estrenó en cines dentro de Rusia durante el mes de febrero, mientras que su salida en formato físico se dio el pasado 1 de septiembre.

Sinopsis:

Una joven familia contrata a una niñera para que se haga cargo de sus hijos, pero después de ganarse la confianza de los padres esta empieza a mostrar un comportamiento poco natural. Haciendo que el joven Egor (Oleg Chugunov) tenga sus sospechas y con el paso de los días se convenza de que se ha cruzado en el camino del antiguo demonio conocido como Baba Yaga.



Comentarios generales:

Seguimos con el cine de terror ruso y su búsqueda por expandirse a nivel mundial, ahora utilizando un personaje muy característico del folclore de dicho país. Lo cual sin duda representaba una oportunidad atractiva debido a que la figura de Baba Yaga para la mayoría es poco conocida y gracias a esto Terror of the Dark Forest se encontraba ante la rara posibilidad de ofrecer algo fresco para la audiencia, aunque al final el camino elegido para hacerlo resultó ser uno de los menos arriesgados e imaginativos posibles.

Esto porque Podgaevskiy y compañía optan por seguir uno mucho más convencional que se termine alineando con los estándares del cine estadounidense para ofrecer una historia que se ha visto muchas veces y que además, para mi sorpresa, cuenta con un tono más ligero del que suponía. 

Ya que en realidad desde el primer acto se puede apreciar que la intención del director es ofrecer algo para todo tipo de público y nunca pretende tomar demasiados riesgos en lo que se refiere al elenco infantil. Dejando mucho del desarrollo de una leyenda oscura como esta en escenas sustentadas principalmente en sustos simples que sufren para poder ir exponiendo el riesgo que tendría que representar Baba Yaga y, por ende, generan como resultado que lo que pueda ocurrir más adelante no te sea tan atractivo.

Afortunadamente el ritmo nunca resulta problemático y poco a poco las cosas mejoran conforme se va entrando a la segunda mitad de la película. En gran medida porque la atmósfera se empieza a tornar más tétrica y los eventos adquieren un toque más fantasioso, ayudando así a construir mejores situaciones que no solo jueguen con las realidades y exploten el tema del olvido, sino que además expongan de mejor forma la diversidad de la amenaza a pesar de que jamás se atreven a cruzar la línea en lo que respecta a la violencia con los niños (lo más fuerte se da fuera de cámara).

Con esto la parte final logra tener algo más de fuerza y se responde una pregunta fundamental con respecto al protagonista. Funcionando de buena manera en términos generales a pesar de que resulta bastante predecible y deja la puerta abierta para una potencial secuela.

Las actuaciones son correctas, sin demasiadas cosas para destacar pero tampoco como para que se arruine el visionado. La producción es de buena factura: el trabajo de fotografía es sólido la mayor parte del tiempo, la dirección de arte cumple, el score es un buen complemento, el trabajo de sonido es limpio, los efectos tienen algunos altibajos con el CGI y la labor de maquillaje resulta decente.

Opinión final: Baba Yaga: Terror of the Dark Forest está ok. Película muy simple que va a gustar en mayor o menor medida dependiendo de qué tanta violencia estén esperando ver.

Ojometro:
***