martes, 28 de septiembre de 2021

Crítica: Night of the Animated Dead (2021)

Versión animada del clásico de 1968, la cual está dirigida por Jason Axinn y que mantiene el guión original escrito por John A. Russo. Se estrenó en VOD, formato físico y digital dentro de los Estados Unidos el pasado 21 de septiembre.

Sinopsis:

Barbara (Katharine Isabelle) y Johnny (Jimmi Simpson) visitan la tumba de su padre en un cementerio remoto en Pensilvania, cuando de repente son atacados por un muerto viviente. 


Comentarios generales:

Night of the Animated Dead se trata prácticamente de una calca animada de la película de George A. Romero, así que mantiene intacta la crítica social, política y racial que hicieron del clásico del 68 todo un referente para el cine de terror. Por ello es que uno asume rapidamente que esta versión es igual de buena y sería absurdo escribir sobre algo que se ha analizado hasta el cansancio por décadas; sin embargo, la realidad es muy distinta gracias a que lo traído por Axinn es, por decirlo de una manera amable, una verdadera tomada de pelo.

Ya que se trata de una producción que cuesta trabajo creer que sea de Warner Bros. Animation, un estudio que tiene una calidad más que comprobada en proyectos de animación pero que en este caso claramente solo se limitó a obtener los derechos con el único objetivo de obtener dinero fácil explotando el cariño de los fanáticos hacía una franquicia y le dedicó la menor atención posible a esta película que a todas luces se nota sumamente descuidada ante la gran cantidad de fallas que presenta.

Siendo la más notoria la terrible animación que te hace cuestionar en todo momento si no estás viendo un proyecto escolar o una prueba beta muy temprana del proyecto al presentar una fluidez tan pobre que hace que todo parezca llevarse a cabo en cámara lenta. Además de un esfuerzo mínimo en la representación de los escenarios y, sobre todo, un diseño de los personajes sumamente inconsistente que resulta muy complicado dejar pasar por alto.

Aunque igualmente sería injusto decir que todo es culpa de la pobre animación debido a que la dirección de Axinn también deja mucho que desear. Nunca se nota que haya impregnado su propio sello en lo que estamos viendo más allá de dos o tres escenas nuevas y para empeorar las cosas toma la decisión de recortar de manera notoria el metraje en comparación al material original (60 minutos sin contar los créditos) con la intención de agilizar las cosas, lo cual solo provoca que el desarrollo se sienta sumamente apresurado y los eventos más emblemáticos queden como meras anécdotas.

Realmente todo es muy pobre y sin gran cuidado a detalles importantes, salvo por dos apartados: el score y la actuación de voz. El primero manteniendo la esencia de la película de Romero con un ligero toque de modernidad, mientras que las actuaciones de voz logran replicar de buena manera las emociones que necesita esta historia a pesar de lo acartonado que es el resultado visual; siendo Katharine Isabelle y Dulé Hill (Ben) los dos que más destacan.

Opinión final: Night of the Animated Dead es una tremenda decepción. Película hecha solo para sacar dinero a costa de un clásico eterno.

Ojometro:
**

viernes, 24 de septiembre de 2021

Crítica: Nightbooks (2021)

Adaptación del libro del mismo nombre escrito por J.A. White, la cual está dirigida por David Yarovesky (Brightburn) y cuyo guión fue co-escrito por Tobias Iaconis y Mikki Daughtry. Se estrenó el pasado 15 de septiembre a nivel mundial en Netflix.

Sinopsis:

Alex (Winslow Fegley) es un niño de diez años obsesionado con escribir historias de terror que un día se vuelve prisionero en el apartamento de una bruja llamada Natacha (Krysten Ritter). A quien deberá contarle una historia diferente cada noche si quiere mantenerse con vida.


Comentarios generales:

Una cosa común es pensar erróneamente que el terror solo se tiene que limitar a una audiencia adulta y por lo consiguiente todo se debe centrar en temáticas maduras u oscuras que satisfagan los gustos de dicho sector demográfico, olvidándose por completo de que los nuevos fans no se hacen de un día para otro y que también es necesario realizar proyectos que puedan ser vistos por un tipo de público mucho más joven para insertarles el interés por el género. Es un proceso natural que ha existido por años y con Nightbooks sin duda nos encontramos ante una de las mejores propuestas para iniciarlo.

Ya que lo traído por Yarovesky es una historia ligera que sabe perfectamente cuál es su público base (entiéndase niños), pero no tiene problemas en elevar un poco el tono en determinados momentos para poder no solo generarles sustos a ellos, sino también para que la audiencia adulta pueda disfrutar del visionado. El cual arranca sin dar demasiadas explicaciones y establece la problemática con Alex en menos de diez minutos para brindar así un ritmo ágil desde temprano con el que se pueda asimilar una dinámica que tendrá ciertas tendencias hacia la repetitividad, aunque gracias a la extravagancia de Natacha y todo el misterio que rodea a su apartamento eso realmente nunca termina por ser algo grave.

Sobre todo porque son precisamente esos dos factores los encargados de añadir los elementos fantasiosos necesarios para lograr un espectáculo visual destacado y a la vez dejar en claro que esta bruja es en verdad peligrosa más allá de su comportamiento tan peculiar. Siendo esto último fundamental para que durante el segundo acto las acciones puedan alcanzar cierto nivel de tensión que haga sentir que los niños siempre están en riesgo y con ello lograr que las interacciones entre los tres personajes resulten un poco más “oscuras” de lo normal, haciendo así que el intento de escape en verdad se sienta como un objetivo complicado de conseguir.

Simplemente todo fluye como debería, con buen ritmo y sin tanto tiempo muerto para preparar el camino hacia una parte final que resultó muy distinta a lo que esperaba. Donde tocan una situación con la que tal vez muchos se van a identificar gracias a su afición al cine terror y porque le dan un nuevo enfoque a una historia clásica que le brinda frescura a un cierre que no toma demasiados riesgos.

Sobre el tema de las actuaciones quien más destaca es Krysten Ritter gracias a la propia extravagancia de su personaje y la verdad es que lo hace muy bien. Aunque tanto Winslow Fegley como Lidya Jewett (Yasmin) tampoco desentonan proporcionando ese aire de inocencia y pavor necesarios para una historia como esta.

En cuanto a producción se trata de una de primer nivel: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte es espectacular, el score es muy bueno, el trabajo de sonido es limpio, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje es de gran calidad.  

Opinión final: Nightbooks es una de las sorpresas del año. Ideal para ver solo o acompañados por sus hijos para adentrarlos al género.

Ojometro:
****

martes, 21 de septiembre de 2021

Crítica: Escape Room: Tournament of Champions (2021)

Secuela dirigida por Adam Robitel (Escape Room), cuyo guión fue co-escrito por Will Honley, Maria Melnik, Daniel Tuch y Oren Uziel. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos a mediados de julio, mientras que en México hizo lo propio este pasado 16 de septiembre; recaudando hasta la fecha $49.2 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Zoey (Taylor Russell) y Ben (Logan Miller) junto con otras cuatro personas se encuentran nuevamente contra su voluntad encerrados en cuartos de escape, donde irán descubriendo lentamente lo que tienen en común para sobrevivir una vez más a esta pesadilla.


Comentarios generales:

Con el final de la primera entrega y el buen desempeño que tuvo en taquilla era evidente que iba a existir una secuela de Escape Room e incluso Sony no tardó demasiado tiempo en anunciarla, pero después de dicho anuncio realmente se supo poco de esta más allá de los múltiples retrasos gracias a la pandemia. Por ello es que el futuro no pintaba nada prometedor para Tournament of Champions ante tantos contratiempos; sin embargo, el resultado final es más entretenido de lo que esperaba e incluso para algunos pudiera ser que la secuela sea más efectiva que la original.

Y es que lo ofrecido por Robitel está pensado totalmente para ofrecer diversión de principio a fin por medio de una historia en la que, salvo por una excepción importante, no se desperdicia tiempo dando demasiadas explicaciones sobre unos personajes cuyo pasado sabemos que está ligado a la corporación Minos y va directo al grano. Logrando así desde tempano un ritmo veloz que nunca disminuye y estableciendo una sensación de peligro extrema muy efectiva desde el primer cuarto por medio de acertijos mucho más complejos en comparación con los de la primera entrega.

Lo cual te deja en claro que para esta secuela el director tuvo un poco más de libertad debido a que, a pesar de resultar más complejos, estos se manejan totalmente bajo una dinámica de película de acción para que el espectador no tenga respiro y con ello la tensión se mantenga siempre en su nivel máximo. Explotando lo más que se pueda los impresionantes cuartos diseñados para esta ocasión e insertando poco a poco ciertos detalles que te van aclarando el panorama con respecto a quién está detrás de todo este sufrimiento, más no tanto sobre la propia corporación Minos.

Algo que hace que la parte final se sienta un tanto incompleta considerando el propósito inicial de los protagonistas, aunque no le quita la intensidad con la que se ha estado desarrollando todo lo anterior. Además el desenlace le da sentido a los retos ocurridos en los cuartos y claramente deja abierta la puerta para una tercera entrega gracias a un giro bien cuidado.

En el tema de las actuaciones, al no tratarse de unos personajes tan complejos, la verdad es que no hay nadie que destaque de sobremanera y en general se trata más de una labor en conjunto que funciona de forma efectiva. Mientras que la producción es de primer nivel: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte es espectacular, cuenta con un buen score, el trabajo de sonido está bien cuidado y los efectos sin ser tan llamativos están muy bien hechos.

Opinión final: Tournament of Champions me gustó. Película divertida llena de acción para comer palomitas y pasar un buen rato.

Ojometro:
****

viernes, 17 de septiembre de 2021

Crítica: The Blackout Experiment (2021)

Película dirigida por John David Moffat IV, cuyo guión fue escrito por Ryan Graff y Jill Killington. Se estrenó directamente en VOD y DVD el pasado mes de julio dentro de los Estados Unidos.

Sinopsis:

Seis extraños despiertan dentro de un cuarto lleno de armas como parte de un cruel experimento en donde solo tienen dos opciones: matarse entre ellos o ver morir a un ser querido. 


Comentarios generales:

Muchas veces es fácil el poder darte cuenta cuando una película será un auténtico desastre y mejor optas por dejarla pasar, pero en ocasiones la labor promocional es al menos efectiva como para engañarte lo suficiente. Por eso es que termine viendo The Blackout Experiment, algo de lo cual me arrepiento de sobremanera.

Ya que lo que nos trae Moffat IV es, por mucho, de lo peor que ha salido en este 2021. Donde encontrar algo positivo es una misión imposible y eso en realidad resulta bastante sorprendente considerando que estamos ante una historia que ni siquiera es tan original o maneja un nivel de complejidad elevado; de hecho, incluso me atrevería a decir que tenía el potencial para por lo menos entretenerte si hubiera contado con la calidad mínima en el manejo de la violencia con la que se pretende sustentar lo que ocurre en pantalla. 

Pero en lugar de eso lo que nos encontramos es un trabajo sin pies ni cabeza en el que te exponen a un conjunto de personajes sin personalidad que se la pasan gritando durante 80 minutos que no merecen morir mientras se desenvuelven situaciones “extremas” en las que básicamente se apuesta por un volado para ver si alguna de estas funciona más que las otras y a partir de eso tratar de desarrollar todo lo demás. Dejándote en blanco muchas cosas importantes que le brinden contexto al experimento o moldeen de mejor manera los conflictos para que por lo menos estos cuenten con cierto grado de intensidad que haga interesante el visionado.

Es de esos casos en donde pasa mucho pero a la vez no pasa nada, convirtiendo así el camino hacia la parte final en una tortura. Y es que ni siquiera se puede ver una muerte memorable debido a que prácticamente todas se dan con la pantalla en negro, lo cual representa una incoherencia brutal tomando en cuenta que estas son, en teoría, el punto central de todo lo que ocurre.

Las actuaciones son muy malas, obviamente las limitantes del guión no les ayudaban demasiado pero realmente todo el elenco hace un trabajo muy pobre y en ningún punto sientes interés al menos por alguno de los personajes. En cuanto a la producción, es de muy bajo presupuesto y baja calidad: el trabajo de fotografía es mediocre, la dirección de arte pobre, el score es genérico, el trabajo de sonido tiene varios fallos y los efectos son simples.

Opinión final: The Blackout Experiment es terrible. Evítenla a toda costa.

Ojometro:
*